Mensajes clave
-
Los probióticos (bacterias vivas que proporcionan beneficios al tubo digestivo) administrados a los recién nacidos como suplemento o agregados a la leche maternizada en los primeros seis meses de vida podrían reducir ligeramente el desarrollo de eccema (piel seca, con picor e inflamación) en los lactantes a la edad de dos años, pero no hay suficientes estudios de calidad para estar seguros de este resultado.
-
Los probióticos podrían tener poco o ningún efecto sobre el desarrollo de enfermedades alérgicas como el asma (una afección respiratoria con síntomas como tos, sibilancias, opresión en el pecho y dificultad para respirar) y la rinitis alérgica (a menudo llamada alergia estacional), y alergias alimentarias (a los alimentos y la leche de vaca) durante la lactancia.
-
Los efectos de los simbióticos (una mezcla de probióticos y prebióticos [fibras no digeribles que ayudan al crecimiento de las bacterias]) no están claros.
¿Qué son las alergias?
Las alergias a ciertos alimentos, como la leche de vaca, los cacahuetes y los huevos, así como las alergias no alimentarias, son frecuentes. Algunos lactantes se vuelven sensibles a los alimentos, incluida la leche de vaca, a través de su tubo digestivo. Esto puede estar afectado por las bacterias presentes en él. Otros lactantes se pueden volver sensibles a través de la piel. La sensibilización a los alérgenos (el componente que causa la reacción alérgica) tiende a seguir un patrón: las alergias a los alimentos se producen en los primeros dos a tres años de vida, seguidas de los alérgenos que se encuentran en el interior de los hogares (por ejemplo, los ácaros del polvo doméstico y las mascotas) y posteriormente los alérgenos del exterior (como las gramíneas) que se presentan como asma, eccema o rinitis alérgica.
¿Cómo se pueden prevenir?
Los probióticos ayudan a las bacterias intestinales que viven en el tubo digestivo, y existe interés en saber si los probióticos podrían prevenir la sensibilización a los alérgenos que provocan alergias alimentarias y alergias no alimentarias.
¿Qué se hizo?
Se quería averiguar la repercusión de administrar probióticos o simbióticos (probióticos con prebióticos añadidos [fibras no digeribles que ayudan al crecimiento de bacterias]) a los lactantes en los primeros seis meses de vida en comparación con administrar un placebo (tratamiento falso) o ningún tratamiento, en la prevención del desarrollo de enfermedades alérgicas, incluidos el asma, el eccema, la rinitis alérgica, la alergia alimentaria y la alergia a la leche de vaca.
Se buscaron estudios que administraran a los lactantes probióticos o simbióticos como intervención en comparación con ningún probiótico o simbiótico durante los primeros seis meses de vida. Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios y la confianza en la evidencia se evaluó sobre la base de factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se incluyeron 24 estudios con 7077 pares de madre-lactante.
Los probióticos podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en el asma, la rinitis alérgica y la alergia a la leche de vaca a los dos años de edad. Los probióticos podrían reducir ligeramente el eccema a los dos años de edad, pero no hubo suficientes estudios de buena calidad para estar seguros del resultado. Los probióticos podrían tener poco o ningún efecto sobre la aparición de alergia alimentaria a los dos años de edad, pero la evidencia es muy incierta.
La evidencia acerca del efecto de los simbióticos sobre el eccema a los dos años de edad es muy incierta. Los simbióticos podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la alergia alimentaria a los dos años de edad. No se encontraron datos sobre el efecto de los simbióticos sobre el asma, la rinitis alérgica ni la alergia a la leche de vaca a los dos años de edad.
La administración de suplementos de probióticos o simbióticos podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en los efectos no deseados potenciales, incluida la infección por bacterias probióticas a los dos años de edad. No se informó sobre efectos no deseados graves relacionados con el uso de probióticos o simbióticos.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Hubo algunas dudas acerca de cómo se realizaron algunos de los estudios. No todos los estudios proporcionaron datos sobre todos los aspectos de interés de esta revisión. La mayoría de los estudios analizaron los probióticos e informaron sobre el eccema. No hubo suficientes estudios para tener seguridad acerca de los efectos de los probióticos y los simbióticos sobre otras enfermedades alérgicas y alergias alimentarias.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta diciembre de 2023.
Leer el resumen científico
La composición de la microflora intestinal puede ser diferente en los individuos con eccema atópico que en los que no lo tienen, y esas diferencias pueden preceder al desarrollo del eccema. Los probióticos son bacterias vivas que colonizan el tracto gastrointestinal y proporcionan un beneficio para la salud del huésped. Los probióticos añadidos a los alimentos para lactantes tienen el potencial de prevenir la sensibilización de los lactantes a los alérgenos de la dieta.
Objetivos
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de un probiótico, o un probiótico con prebiótico añadido ("simbiótico"), en comparación con un control (placebo o ningún tratamiento) para prevenir las enfermedades alérgicas (asma, eccema, rinitis alérgica) y las alergias alimentarias en lactantes de dos años de edad.
Métodos de búsqueda
En diciembre de 2023 se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase y en registros de ensayos. Se revisaron las listas de referencias de los estudios seleccionados para su inclusión en esta revisión y de revisiones sistemáticas sobre temas similares. Se realizaron búsquedas manuales en resúmenes de congresos.
Criterios de selección
Ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados que comparen el uso de un probiótico con ningún probiótico; o el uso de un probiótico específico comparado con un probiótico diferente; o un probiótico con prebiótico añadido para el control.
Obtención y análisis de los datos
Se realizó la evaluación de la calidad de los ensayos, la extracción y síntesis de datos mediante métodos estándar del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Review Group).
Resultados principales
Doce estudios fueron elegibles para su inclusión. Los resultados de las enfermedades alérgicas y/o la intolerancia alimentaria fueron evaluados por seis estudios en los que participaron 2080 lactantes, pero sólo se informaron los resultados de 1549 lactantes. En general, los estudios tenían una adecuada aleatorización, ocultación de la asignación y cegamiento del tratamiento. Sin embargo, los resultados de esta revisión deben ser tratados con cautela debido a las excesivas pérdidas en el seguimiento de los pacientes (17% a 61%). El metanálisis de cinco estudios que informaron sobre los resultados de 1477 lactantes encontró una reducción significativa del eccema infantil (RR típico 0,82; IC del 95%: 0,70 a 0,95). Sin embargo, hubo una heterogeneidad significativa y sustancial entre los estudios. Un estudio informó que la diferencia en el eccema entre los grupos persistía hasta los 4 años de edad. Cuando el análisis se limitó a los estudios que informaban sobre el eccema atópico (confirmado por la prueba cutánea o la IgE específica), los resultados ya no fueron significativos (RR típico 0,80, IC del 95%: 0,62, 1,02). En todos los estudios que informaron de beneficios significativos se utilizaron suplementos probióticos que contenían L. rhamnosus y se reclutaron lactantes con alto riesgo de alergia. No se informó de ningún otro beneficio para ninguna otra enfermedad alérgica o resultado de intolerancia alimentaria.
Conclusiones de los autores
No hay evidencia suficiente para establecer conclusiones acerca del efecto de los probióticos y los simbióticos sobre la prevención del desarrollo de enfermedades alérgicas a los dos años de edad y durante la infancia hasta los 10 años. Aunque no se informaron eventos adversos graves por el uso de probióticos en los lactantes, la incorporación de probióticos y simbióticos en la práctica habitual requiere más información para respaldar su uso.
Financiación
Esta revisión Cochrane no contó con financiación específica.
Registro
Protocolo (2007) disponible a través de https://doi.org/10.1002/14651858.CD006475 .
Revisión original (2007) disponible a través de https://doi.org/10.1002/14651858.CD006475.pub2 .
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.