Mensajes clave

• En comparación con un control (ninguna vacuna, placebo ["falsa sustancia"] o vacuna para otra enfermedad), las vacunas antitifoideas conjugadas (TCV por sus siglas en inglés) podrían dar lugar a una gran disminución de los casos de fiebre tifoidea aguda.

• No se sabe con certeza si las TCV, en comparación con otras vacunas contra la fiebre tifoidea, disminuyen los casos agudos de fiebre tifoidea.

• Cuando las TCV se comparan con un control, una vacuna antitifoidea no conjugada o una TCV diferente, podría haber poca o ninguna diferencia en la muerte por cualquier causa y en los efectos no deseados. Cuando la TCV se compara con un control hay una ligera disminución de los efectos no deseados graves, pero podría haber poca o ninguna diferencia en comparación con otras TCV.

• Se necesitan estudios de investigación en esta área más consistentes en países donde la fiebre tifoidea es endémica (países donde la fiebre tifoidea ocurre de forma habitual).

¿Qué son las TCV?

Las vacunas antitifoideas conjugadas (TCV) están diseñadas para proteger contra la fiebre tifoidea, a veces conocida como fiebre entérica, causada por la bacteria Salmonella typhi ( S typhi ). Las bacterias tienen una capa externa de moléculas de azúcar (llamada polisacárido Vi). Para ayudar al cuerpo a producir una respuesta inmunitaria fuerte, el polisacárido Vi se adhiere a una proteína. Esto ayuda al sistema inmunitario a reconocer y combatir el S typhi de manera más efectiva. Las TCV evaluadas incluyen toxoide tetánico Vi (Vi-TT), toxoide diftérico Vi (Vi-DT), Vi-CRM ₁₉₇ y Vi-rEPA.

¿Por qué son importantes las TCV?

La fiebre tifoidea causa enfermedad y muerte en las personas de países de ingresos bajos y medios (PIBM), principalmente África subsahariana, Asia meridional y sudoriental. Se transmite de persona a persona a través de la transmisión fecal-oral (gérmenes diseminados a través del contacto con las heces humanas). Las personas con fiebre tifoidea pueden presentar fiebre alta, dolor en el cuerpo, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, falta de apetito y, posteriormente, dolor de estómago. La fiebre tifoidea se debe diagnosticar con una prueba de laboratorio, pero a menudo se diagnostica sobre la base de los síntomas. Se puede tratar con antibióticos, pero hay una resistencia creciente a los antibióticos. La vacunación, junto con intervenciones como el acceso al agua limpia, el lavado de manos y una mejor higiene, ayuda a prevenir la fiebre tifoidea. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación contra la fiebre tifoidea en programas de vacunación sistemática para niños de zonas de alto riesgo. A diferencia de otras vacunas contra la fiebre tifoidea, las TCV se pueden administrar a niños menores de dos años.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quería averiguar cuán bien las vacunas antitifoideas conjugadas previenen la fiebre tifoidea aguda y la muerte por cualquier causa, y cuán seguras son.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan las TCV con un control (ninguna vacuna, placebo o una vacuna para otra enfermedad), otras vacunas contra la fiebre tifoidea y otras TCV. Se resumieron los resultados de los estudios y se calificó la confianza en la evidencia.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 19 estudios con 395 650 participantes y 394 790 se incluyeron en el análisis. Los participantes tenían entre 6 semanas y 60 años de edad. El estudio más pequeño incluyó a 75 participantes y el más grande a 326 794. Los estudios se realizaron principalmente en PIBM y la mayoría en Asia.

Resultados principales

En comparación con ninguna vacuna, placebo o una vacuna para otra enfermedad , la vacunación con la TCV podría dar lugar a una gran disminución de la fiebre tifoidea y probablemente dé lugar a poca o ninguna diferencia en las muertes por cualquier causa. La vacunación con la TCV da lugar a poca o ninguna diferencia en los efectos no deseados y a una ligera disminución de los efectos no deseados graves. Es probable que la vacunación con la TCV en comparación con el control dé lugar a una mayor duración de la protección, y un estudio mostró tasas inferiores de fiebre tifoidea aguda durante hasta cuatro años.

En comparación con las vacunas antitifoideas no conjugadas , las TCV podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la fiebre tifoidea aguda y probablemente dar lugar a poca o ninguna diferencia en los efectos no deseados. Hay una ligera disminución de los efectos no deseados graves cuando se utiliza una TCV en lugar de las vacunas antitifoideas no conjugadas. Ninguno de los estudios informó de muertes en esta comparación.

En comparación con otras TCV , ningún estudio informó sobre la fiebre tifoidea. Hay poca o ninguna diferencia en las muertes por cualquier causa al comparar una TCV (Vi-TT) con otra. La vacunación con Vi-TT probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en los efectos no deseados y podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en los efectos no deseados graves en comparación con otra TCV.

Se redujo la confianza en cierta evidencia porque no siempre fue precisa, no siempre se aplicaba completamente a la pregunta y hubo posibles sesgos.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

No siempre se informó sobre las muertes y, cuando se hizo, el número fue bajo. Lo anterior puede haber dado lugar a que se notificaran menos muertes de las que ocurrieron. Ningún estudio comparó la efectividad de una TCV con otra para prevenir la fiebre tifoidea. Los efectos no deseados no se definieron de manera idéntica entre los autores de los estudios. Se informaron como un desenlace combinado en lugar de efectos específicos como náuseas o erupciones cutáneas, lo que puede limitar el uso de estos resultados por los profesionales sanitarios.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La revisión está actualizada hasta el 19 de abril de 2024.