¿El yoga alivia la fatiga relacionada con el cáncer en las personas con cáncer?

Mensajes clave

- En comparación con no hacer yoga, es probable que el yoga después del tratamiento anticanceroso reduzca ligeramente la fatiga relacionada con el cáncer a corto plazo (hasta 12 semanas después de hacer yoga).

- No se sabe si el yoga durante el tratamiento anticanceroso alivia la fatiga relacionada con el cáncer a corto, medio o largo plazo en comparación con no hacer yoga.

- Se necesitan más estudios de investigación para comprender (1) si los efectos de comenzar el yoga después del tratamiento anticanceroso persisten más allá de las 12 semanas, y (2) cuáles son los efectos de hacer yoga antes y durante el tratamiento del cáncer.

¿Qué es la fatiga relacionada con el cáncer?

La fatiga relacionada con el cáncer es una sensación de cansancio extremo que dura mucho tiempo. Puede estar causada por el cáncer, el tratamiento del cáncer o ambos. La fatiga relacionada con el cáncer afecta tanto al cuerpo como al estado de ánimo y dificulta el desempeño en las actividades cotidianas. Es más intensa que estar cansado y no desaparece al descansar.

¿Cómo se trata la fatiga relacionada con el cáncer?

Las guías clínicas (documentos que proporcionan orientación a los profesionales sanitarios sobre las mejores formas de atender a las personas, basadas en las últimas investigaciones y la opinión de expertos) recomiendan el ejercicio físico para mejorar la fatiga relacionada con el cáncer. El ejercicio físico afecta a la fatiga relacionada con el cáncer al influir en los procesos biológicos y psicológicos. Pero no está claro qué tipos de ejercicios pueden ser más beneficiosos. Se cree que el yoga podría reducir la fatiga relacionada con el cáncer y mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer por cómo combina el ejercicio físico/movimiento con el control de la respiración, la concentración y la conciencia corporal. Esta revisión forma parte de un conjunto de cinco revisiones que exploran distintos tipos de ejercicio para la fatiga relacionada con el cáncer.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quiso averiguar si el yoga mejora la fatiga relacionada con el cáncer y la calidad de vida en los adultos (18 años o más). También se quiso saber si hubo algún episodio adverso en los estudios; es decir, situaciones no deseadas que causaran daño a los participantes.

Se investigaron los efectos del yoga a corto plazo (hasta 12 semanas después de las sesiones de yoga), a medio plazo (entre 12 semanas y 6 meses después) y a largo plazo (más de 6 meses después de las sesiones de yoga).

¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan practicar yoga con no hacerlo, en adultos con cualquier cáncer. Se incluyó la práctica del yoga antes, durante o después del inicio del tratamiento anticanceroso. Se incluyeron varios tipos de yoga, incluido el Hatha (un yoga suave y lento centrado en las posturas básicas y la respiración) y el Dru yoga (un estilo fluido que incluye movimientos, respiración y relajación).

Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios y la confianza en la evidencia se calificó según factores como los métodos y el tamaño de los estudios. También se exploró si el tipo de yoga, el tipo de cáncer, el formato de los ejercicios (yoga individual versus en grupo; supervisado o no supervisado) y la edad de los participantes, afectaron a los resultados.

¿Qué se encontró?
Se encontraron 21 estudios, con 2041 participantes con varios cánceres. La mayoría eran mujeres con cáncer de mama. El yoga comenzó durante el tratamiento anticanceroso en 13 estudios y después del tratamiento en 8. No se encontraron estudios en los que los participantes practicaran yoga antes del tratamiento anticanceroso.

Yoga durante el tratamiento anticanceroso

No está claro si el yoga durante el tratamiento anticanceroso tiene efectos sobre la fatiga relacionada con el cáncer a corto, medio o largo plazo en comparación con no hacer yoga.

El yoga durante el tratamiento anticanceroso podría aumentar la calidad de vida a corto y medio plazo en comparación con ningún yoga, pero no hay mucha seguridad acerca de los resultados. Ninguno de los estudios midió la calidad de vida a largo plazo.

No se sabe si practicar yoga o no hacerlo durante el tratamiento anticanceroso provoca episodios adversos. Solo un estudio informó sobre este desenlace, lo que significa que la evidencia fue débil/limitada.

No se encontraron diferencias en los efectos de distintos tipos de yoga, entrenamiento en grupo e individual, ni entre el entrenamiento supervisado y no supervisado.

Yoga después del tratamiento antineoplásico

Es probable que el yoga después del tratamiento anticanceroso reduzca la fatiga relacionada con el cáncer a corto plazo en comparación con no hacer yoga. No se sabe si el yoga después del tratamiento anticanceroso reduce la fatiga relacionada con el cáncer a medio plazo. Ninguno de los estudios midió la fatiga relacionada con el cáncer a largo plazo.

El yoga después del tratamiento anticanceroso podría aumentar ligeramente la calidad de vida a corto y medio plazo, pero hay mucha incertidumbre acerca de los resultados. Ninguno de los estudios midió la calidad de vida a largo plazo.

No se sabe si practicar yoga después del tratamiento anticanceroso provoca episodios adversos .

No se encontraron diferencias en los efectos de distintos tipos de yoga, tipos de cáncer ni entre distintos grupos de edad.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Las personas que participaron en los estudios eran conscientes del tratamiento que se les proporcionaba: yoga o nada. Aunque es inevitable en este tipo de investigación, podría haber influido en los resultados. En el caso de algunos efectos (p. ej., efectos a medio y largo plazo), no se encontraron estudios lo suficientemente grandes como para estar seguros de los resultados. Por lo tanto, se necesitan más estudios de investigación para comprender la sostenibilidad de los efectos del yoga para la fatiga relacionada con el cáncer, la calidad de vida y los episodios adversos.

Vigencia de la evidencia
La evidencia está actualizada hasta octubre de 2023.

Conclusiones de los autores: 

Esta revisión aporta evidencia incierta sobre los efectos beneficiosos del yoga iniciado durante o después del tratamiento antineoplásico en comparación con no practicar yoga en las personas con cáncer. Aunque hay indicaciones que apoyan el uso del yoga para abordar la FRC, la incertidumbre de la evidencia subraya la necesidad de tener cautela a la hora de implementarlo. Los ECA futuros deben utilizar metodologías rigurosas, incluir suficientes participantes y utilizar controles apropiados.

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Antecedentes: 

La fatiga relacionada con el cáncer (FRC) es uno de los síntomas más prevalentes en las personas con cáncer. Hay varios tipos de ejercicio que han mostrado efectos beneficiosos. Aunque revisiones sistemáticas anteriores apuntan a que el ejercicio podría mejorar la FRC y la calidad de vida, hay poca evidencia específica del efecto del yoga, así como sobre los efectos a largo plazo. Las síntesis anteriores ofrecen resultados prometedores, pero no concluyentes sobre la efectividad del yoga. Esta revisión forma parte de un conjunto de cinco revisiones que exploran el ejercicio para la fatiga relacionada con el cáncer.

Objetivos: 

Evaluar los efectos del yoga versus no hacer yoga sobre la fatiga relacionada con el cáncer en personas con cáncer:

• antes, durante y después del tratamiento antineoplásico;
• a corto, medio y largo plazo;
• y los efectos sobre la calidad de vida (CdV), los eventos adversos, la depresión y la ansiedad.

Métodos de búsqueda: 

Se utilizaron CENTRAL, MEDLINE, Embase, otras cinco bases de datos y dos registros de ensayos, junto con la comprobación de referencias, el seguimiento de citas y el contacto con autores de estudios para identificar los estudios que se incluyeron en la revisión. La última fecha de búsqueda fue octubre de 2023.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon practicar yoga con no hacerlo. Se incluyeron estudios en adultos (18 años o más) con cualquier tipo de cáncer y tratamiento antineoplásico que recibieron yoga antes, durante o después del tratamiento antineoplásico. Se incluyeron ensayos que evaluaran al menos uno de los desenlaces principales (FRC o CdV). El yoga debía durar al menos cinco sesiones e incluir instrucción presencial. Se excluyeron los ensayos con menos de 20 participantes asignados al azar por grupo.

Obtención y análisis de los datos: 

Los desenlaces de interés de esta revisión son la fatiga relacionada con el cáncer (FRC), la calidad de vida (CdV), los eventos adversos, la depresión y la ansiedad. Se utilizaron los métodos estándar previstos por Cochrane. Para los análisis, los resultados se agruparon dentro del mismo período de evaluación de los desenlaces (es decir, a corto, medio y largo plazo) y se empleó un modelo de efectos aleatorios. El riesgo de sesgo se evaluó con la herramienta Cochrane risk of bias (RoB) 1 y se utilizó el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.

Resultados principales: 

Se incluyeron 21 ECA con 2041 personas con cáncer que recibieron yoga durante (13 estudios) o después (ocho estudios) del tratamiento antineoplásico; ninguno examinó el yoga iniciado antes del tratamiento.

Aquí se presentan los resultados sobre la FRC y la CdV; los hallazgos sobre los eventos adversos, la depresión y la ansiedad se encuentran en la revisión completa.

Yoga durante el tratamiento antineoplásico

La evidencia acerca del efecto del yoga en comparación con no practicar yoga es muy incierta sobre la FRC a corto plazo (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,07; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,18 a 0,32; diferencia de medias [DM] en el Brief Fatigue Inventory [BFI; los valores más bajos implican un mejor desenlace] de 0,16; IC del 95%: -0,41 a 0,71; tres estudios, 253 participantes), la FRC a medio plazo (DM en el Multidimensional Fatigue Inventory [MFI; los valores más bajos implican un mejor desenlace] de -1,30; IC del 95%: -3,50 a 0,90; un estudio, 67 participantes) y la FRC a largo plazo (DM 0,09 en el BFI; IC del 95%: 1,16 a 0,98; dos estudios, 155 participantes) (toda la evidencia de certeza muy baja).

El yoga podría tener un efecto beneficioso pequeño o nulo en comparación con no practicar yoga sobre la CdV a corto plazo (DME 0,25; IC del 95%: 0,04 a 0,45; DM en el Quality of Life Questionnaire-C30 [QLQ-C30; los valores más altos implican un mejor desenlace] de 5,28; IC del 95%: 0,84 a 9,56; cuatro estudios, 374 participantes) y la CdV a medio plazo (DM en el QLQ-C30 de 7,63; IC del 95%: 6,71 a 21,97; dos estudios, 151 participantes), pero la evidencia es muy incierta (toda la evidencia de certeza muy baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la CdV a largo plazo.

Yoga después del tratamiento antineoplásico

Es probable que el yoga tenga un efecto beneficioso en comparación con no practicarlo sobre la FRC a corto plazo (DME -0,26; IC del 95%: -0,42 a -0,09; DM 2,55; IC del 95%: 0,88 a 4,12; los valores más altos implican un mejor desenlace; cinco estudios, 602 participantes; evidencia de certeza moderada). El yoga podría tener un efecto beneficioso o ningún efecto en comparación con no practicarlo sobre la FRC a medio plazo, pero la evidencia es muy incierta (DM 3,02; IC del 95%: -1,48 a 7,52; un estudio, 54 participantes [los valores más altos implican un mejor desenlace]; evidencia de certeza muy baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la FRC a largo plazo.

El yoga podría tener un efecto beneficioso pequeño o nulo en comparación con no practicar yoga sobre la CdV a corto plazo (DME 0,19; IC del 95%: -0,09 a 0,47; DM -3,27; IC del 95%: -8,08 a 1,55; los valores más altos implican un mejor desenlace; cuatro estudios, 275 participantes) y la CdV a medio plazo (DM 7,06; IC del 95%: -1,38 a 15,50; un estudio, 54 participantes; los valores más altos implican un mejor desenlace), pero la evidencia es muy incierta (toda la evidencia de certeza muy baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la CdV a largo plazo.

Una limitación clave de la revisión fueron las limitaciones metodológicas de los estudios incluidos: el conocimiento de los participantes de las asignaciones al tratamiento (yoga o control) pudo introducir sesgo. Además, los tamaños muestrales fueron demasiado pequeños para determinar los efectos a medio y largo plazo de forma concluyente. Se necesitan más estudios de investigación para evaluar la sostenibilidad del efecto del yoga sobre la fatiga relacionada con el cáncer, la calidad de vida y los eventos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Esta revisión Cochrane fue creada originalmente en inglés. La exactitud de la traducción es responsabilidad del equipo de traducción que la ha realizado. La traducción se realiza con cuidado y sigue procesos estándar para garantizar el control de calidad. Sin embargo, en caso de discordancias, traducciones inexactas o inadecuadas, prevalece el original inglés.

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