Mensajes clave
No está claro si administrar antibióticos por defecto (antibióticos sistemáticos) tienen algún efecto sobre el riesgo de contraer una infección uterina (infección en el útero) después de la intervención para tratar un aborto espontáneo, según los resultados combinados de los seis ensayos.
Sin embargo, si se consideran solo los resultados de los ensayos bien realizados (85% del número total de mujeres de los estudios), se tiene confianza en que dar antibióticos por defecto reduce el riesgo de contraer una infección uterina después de la intervención para tratar el aborto espontáneo.
No está claro si los antibióticos sistemáticos tienen algún efecto sobre el riesgo de vómitos y diarrea, pero podrían aumentar el riesgo de una reacción alérgica. No están claros otros efectos de estos antibióticos, como un futuro tratamiento y hospitalización por una infección del útero.
¿Qué es el aborto espontáneo?
El aborto espontáneo es la pérdida involuntaria del bebé antes de las 24 a 28 semanas de embarazo. Alrededor de una de cada seis mujeres perderá al bebé durante el embarazo. En todo el mundo, se calcula que cada año ocurren 23 millones de pérdidas tempranas, lo que equivale a 44 pérdidas tempranas cada minuto.
El aborto espontáneo se puede tratar de tres maneras: las mujeres pueden esperar a que el tejido restante del embarazo se expulse por sí mismo, pueden tomar medicamentos para ayudar a expulsar ese tejido o se pueden someter a una intervención para extraer el tejido de embarazo del útero. Las intervenciones para tratar el aborto espontáneo (anteriormente conocidas como tratamiento quirúrgico o evacuación uterina) son frecuentes, pero aumentan el riesgo de desarrollar una infección en el útero en comparación con otras formas de tratar el aborto espontáneo.
Hay datos de hasta un 30% de tasa de infección después del aborto espontáneo en algunos países de bajos ingresos. Puede causar muerte y discapacidad. También puede tener consecuencias a largo plazo para la fertilidad.
Antes o durante muchas intervenciones quirúrgicas, se administran antibióticos de forma sistemática para prevenir el desarrollo de una infección (lo que se conoce como profilaxis antibiótica). Entre ellas se incluyen las intervenciones para realizar un aborto (también conocido como interrupción del embarazo).
¿Qué se quiso averiguar?
Se quería evaluar si administrar antibióticos alrededor del momento de tratamiento del aborto espontáneo ayudaría a reducir el riesgo de infección de las mujeres, y si su uso sistemático se asociaba con algún efecto secundario grave.
¿Qué se hizo?
Se recopilaron y analizaron todos los estudios relevantes de la literatura médica para responder esta pregunta. Se identificaron seis estudios aleatorizados (en el que todas las participantes tuvieron las mismas posibilidades de recibir uno de los tratamientos). Se realizaron en ocho países e incluyeron 4371 mujeres que fueron intervenidas para tratar el aborto espontáneo. Las mujeres recibieron antibióticos, placebo (antibióticos falsos) o ningún tratamiento.
¿Qué se encontró?
Cuando se combinaron los resultados de los seis estudios, no estuvo claro si los antibióticos sistémicos provocaron alguna diferencia en el riesgo de contraer una infección uterina. Sin embargo, cuando solo se consideraron los hallazgos combinados de los tres estudios bien realizados, y que incluyeron al 85% de las mujeres, está más claro que los antibióticos sistemáticos reducen el riesgo de infección del útero después de intervenciones por aborto espontáneo.
No está claro si los antibióticos sistemáticos reducen la hospitalización futura para el tratamiento de la infección, ni si reducen la necesidad de antibióticos adicionales para tratar la infección.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
No todas las mujeres permanecieron en los estudios hasta el final; algunas no completaron la medicación. Hubo información limitada sobre los efectos secundarios de los antibióticos, como vómitos, diarrea y reacciones alérgicas, leves y graves.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta octubre de 2023.
Cuando se tuvieron en cuenta todos los estudios, la evidencia indicó que la profilaxis habitual con antibióticos podría reducir la infección uterina entre las mujeres sometidas a procedimientos de evacuación uterina para tratar el aborto espontáneo, pero la evidencia es de certeza baja. Es importante señalar que la calidad de la evidencia incluida se vio gravemente afectada por el seguimiento deficiente y el gran incumplimiento de la profilaxis con antibióticos. Un análisis de sensibilidad basado en tres ensayos considerados con bajo riesgo de sesgo (85% del total de las participantes), demostró un tamaño del efecto mayor con certeza alta, dando lugar a una reducción del 43% en el riesgo de tasas de infección uterina con la profilaxis con antibióticos.
Los antibióticos profilácticos podrían reducir la hospitalización para el tratamiento de la infección y podrían reducir la necesidad de un ciclo de antibióticos para tratar la infección después de los procedimientos de evacuación uterina para tratar el aborto espontáneo, pero esta evidencia es muy incierta. Los datos fueron limitados e inciertos con respecto a los efectos adversos potenciales, como vómitos, diarrea, alergia y anafilaxia.
El procedimiento para tratar el aborto espontáneo incluye la extracción del tejido residual del embarazo del útero. La evidencia y las guías clínicas afirman de forma clara que las mujeres que presentan un aborto espontáneo con signos y síntomas de infección precisan tratamiento antibiótico. Sin embargo, no está tan claro si los antibióticos profilácticos de forma sistemática son necesarios durante el procedimiento en las pacientes sin signos de infección.
Evaluar la efectividad de la profilaxis antibiótica sistemática en las mujeres sometidas a procedimientos de evacuación uterina para tratar el aborto espontáneo.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Regulación de la fertilidad (Cochrane Fertility Regulation Review Group), en CENTRAL, MEDLINE, Embase, Global Health (Ovid), Scopus (resúmenes de congresos solamente) y en la literatura gris en octubre de 2023. Se examinaron las referencias y se estableció contacto con autores de estudios y expertos en el tema para identificar estudios adicionales.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que compararon antibióticos profilácticos con placebo o ningún tratamiento. También fueron elegibles para inclusión los ensayos con un diseño de estudio aleatorizado por conglomerados y los ensayos publicados solo en forma de resumen. Se incluyeron todos los tipos de abortos espontáneos tratados con evacuación uterina quirúrgica. No hubo límite de edad gestacional. Se excluyeron las mujeres con signos y síntomas de infección.
Dos autores de la revisión de forma independiente evaluaron los ensayos para inclusión y con respecto al riesgo de sesgo, extrajeron los datos, verificaron la exactitud y evaluaron la certeza de la evidencia mediante el sistema GRADE. Se contactó con los autores del ensayo en curso para obtener información adicional.
Se incluyeron seis ECA con un total de 4371 participantes sometidas a procedimientos de evacuación uterina para tratar el aborto espontáneo. Los antibióticos profilácticos podrían tener poco o ningún efecto sobre la infección uterina después de la evacuación uterina por aborto espontáneo en comparación con placebo o ningún tratamiento, pero esta evidencia fue incierta (razón de riesgos [RR] 0,78; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,47 a 1,28; I² = 50%; seis estudios, 4371 participantes; evidencia de certeza baja).
El análisis de sensibilidad de tres estudios con 3737 participantes (85% del total de participantes) mostró que cuando se metanalizaron solo los estudios con bajo riesgo de sesgo, el efecto fue mayor y de certeza alta, dando lugar a una reducción del 43% en el riesgo de desarrollar una infección uterina (RR 0,57; IC del 95%: 0,37 a 0,86; I² = 0%; tres estudios, 3737 participantes; evidencia de certeza alta). Tanto la estimación global como el análisis de sensibilidad limitado a los estudios con bajo riesgo de sesgo fueron consistentes con una reducción de la infección uterina con los antibióticos profilácticos.
Solo un estudio informó sobre los efectos adversos. Los antibióticos profilácticos probablemente dan lugar a poca o ninguna diferencia en el riesgo de vómitos (RR 1,20; IC del 95%: 0,61 a 2,38; un estudio, 3404 participantes; evidencia de certeza moderada), y probablemente dan lugar a poca o ninguna diferencia en el riesgo de diarrea (RR 0,92; IC del 95%: 0,51 a 1,65; un estudio, 3404 participantes; evidencia de certeza moderada). Los antibióticos profilácticos podrían aumentar el riesgo de alergia (RR 3,01; IC del 95%: 0,12 a 73,76; un estudio, 3404 participantes; evidencia de certeza baja); el estudio no informó casos de anafilaxia (evidencia de certeza muy baja).
Los antibióticos profilácticos podrían reducir la necesidad de tratamiento con antibióticos para tratar la infección, pero la evidencia es muy incierta (RR 0,94; IC del 95%: 0,54 a 1,64; I 2 = 63%; tres estudios, 3574 participantes; evidencia de certeza muy baja).
El metanálisis de tres estudios también encontró que los antibióticos profilácticos podrían reducir la hospitalización para el tratamiento de la infección, pero el efecto fue muy incierto (RR 0,76; IC del 95%: 0,40 a 1,46; I² = 0%; tres estudios, 3859 participantes; evidencia de certeza muy baja).
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