Mensajes clave
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Las personas que han tenido un ictus pueden participar de forma segura en programas de ejercicios que incluyen entrenamiento de fuerza muscular.
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Al realizar un entrenamiento de la fuerza muscular, las personas con un ictus pueden aumentar la fuerza muscular y mejorar el equilibrio.
¿Qué es el ictus?
El ictus se da cuando se interrumpe la irrigación de sangre a parte del cerebro, provocando daño en algunas áreas. La repercusión del ictus puede cambiar la vida de quien lo sufre y variar según la gravedad del daño y el lugar del cerebro donde se produce. Los efectos del ictus pueden ser físicos y psicológicos, no solo afectan la capacidad de movimiento, sino también la forma en que la persona piensa, se comporta y siente. Estos efectos pueden persistir durante toda la vida después de un ictus. Un efecto físico del ictus es que el estado aeróbico y la fuerza muscular se pueden ver reducidas; lo que dificulta el movimiento físico y puede restringir el retorno a las actividades cotidianas importantes.
¿Qué sucede durante la rehabilitación después de un ictus?
Después de un ictus, muchos pacientes recibirán rehabilitación, por ejemplo, de un fisioterapeuta u otro profesional de la salud para ayudar a superar los problemas físicos con las actividades cotidianas. Este tratamiento puede incluir diferentes tipos de ejercicios, como el entrenamiento de fuerza. Este tipo de ejercicio, que también se denomina "entrenamiento de resistencia", puede incluir levantar pesas o tirar de una resistencia elástica. El entrenamiento de fuerza puede mejorar el estado físico al fortalecer músculos importantes para actividades como levantar objetos, ponerse de pie o caminar. También se puede recomendar a los pacientes que hagan ejercicios en el domicilio. Por lo tanto, el proceso normal de rehabilitación después de un ictus puede incluir elementos de entrenamiento de fuerza muscular.
¿Qué queríamos averiguar?
Debido a que la fuerza muscular a menudo es escasa después de un ictus, el entrenamiento de fuerza puede mejorar el estado físico y reducir el impacto de los problemas físicos posteriores al ictus.
Queríamos averiguar si el entrenamiento de la fuerza muscular es beneficioso en cualquier momento después de un ictus, ya sea antes, en el hospital o más tarde, tras volver a casa. Específicamente, queríamos determinar si el entrenamiento de fuerza después de un ictus es seguro, si mejora la fuerza muscular, el movimiento (incluida la marcha y el equilibrio), cambia la forma en que se sienten las personas (incluida la depresión, la calidad de vida) y si reduce las probabilidades de tener otro ictus.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que evaluaron el ejercicio de entrenamiento de fuerza en personas después de un ictus. Solo incluimos los estudios si el programa de ejercicios en cuestión se basaba solo en el entrenamiento de fuerza muscular; excluimos los estudios que incluyeron otros tipos de ejercicios como el entrenamiento aeróbico (ejercicio que requiere aire). Comparamos y resumimos os resultados de los estudios, y la confianza en la evidencia la calificamos según factores como la metodología de los estudios y el número de participantes.
¿Qué encontramos?
Encontramos 27 estudios con 1004 personas con ictus, la mayoría de las cuales podían caminar de forma autónoma. La mayoría de los programas de entrenamiento de fuerza comenzaron más de 6 meses después del ictus, y la mayoría fueron cortos (menos de 12 semanas). La mayoría de las personas pudieron completar con éxito los programas de entrenamiento de fuerza; estos programas utilizaron diferentes tipos de equipos de ejercicios, como máquinas de ejercicios, bandas elásticas o simplemente el peso corporal para proporcionar resistencia.
Resultados principales
Los participantes podían participar en programas de ejercicios de entrenamiento de fuerza sin aumentar las probabilidades de lesiones o problemas de salud. No sabemos si los ejercicios de entrenamiento de fuerza protegen contra la posibilidad de muerte u otro ictus a corto o largo plazo.
El entrenamiento de fuerza mejoró claramente la fuerza muscular en las piernas y los brazos. El entrenamiento de fuerza puede mejorar el equilibrio. Lo anterior podría ser importante ya que se sabe que reduce las probabilidades de caídas en las personas con ictus. Hubo poco o ningún efecto sobre la velocidad de marcha preferida y cómoda, posiblemente porque, aunque los ejercicios podrían fortalecer las piernas, no implican el acto de caminar. No pudimos establecer conclusiones acerca de los efectos del entrenamiento de fuerza sobre las medidas generales de discapacidad (cómo se realizan las actividades cotidianas).
Sabemos poco acerca de los beneficios psicológicos a pesar de que son importantes para las personas con un ictus. Sin embargo, los datos indican que el entrenamiento de fuerza podría reducir la depresión.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
En la mayoría de los estudios participaron personas que podían caminar. Esto significa que sabemos poco sobre muchas personas con ictus que tienen una movilidad más limitada.
La mayoría de los estudios se realizaron en países industrializados de ingresos altos. Esto significa que sabemos poco acerca de otras regiones del mundo.
Hay muchas incertidumbres y evidencia insuficiente acerca de los efectos del entrenamiento de fuerza.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión actualiza la evidencia de una versión anterior de esta revisión (que estaba en un formato diferente que combinaba tres programas separados). La evidencia está actualizada hasta enero de 2024.
Leer el resumen científico
Objetivos
El objetivo principal de esta revisión es determinar si el entrenamiento de resistencia después de un accidente cerebrovascular tiene algún efecto sobre la muerte, la discapacidad, los eventos adversos, los factores de riesgo, el estado físico, la marcha y los índices de capacidad funcional física en comparación con un control sin ejercicios.
Métodos de búsqueda
En enero de 2024 buscamos en nueve bases de datos (CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, SPORTDiscus, PsycINFO, WoS, PEDro y DORIS) y en dos registros de ensayos (ClinicalTrials.gov y la ICTRP), además de examinar referencias, hacer un seguimiento de citas y contactar con expertos en el área, para identificar estudios elegibles.
Conclusiones de los autores
El entrenamiento de resistencia no afecta la mortalidad al final de la intervención o después del seguimiento.
No podemos establecer conclusiones acerca de los efectos del entrenamiento de resistencia sobre la discapacidad, la prevención secundaria de los eventos cardiovasculares o cerebrovasculares o el riesgo de los mismos porque los datos fueron insuficientes.
El entrenamiento de resistencia probablemente aumenta la fuerza muscular en los brazos y las piernas, en particular en el lado no afectado al final de la intervención. Hubo poco o ningún efecto sobre la velocidad de marcha cómoda, posiblemente porque las intervenciones no estaban lo suficientemente enfocadas en la marcha. Sin embargo, podría haber una mejoría pequeña en el equilibrio que se mantiene durante el seguimiento.
Las intervenciones de entrenamiento de resistencia se cumplieron sin eventos adversos graves ni efectos adversos, pero podrían no ser aceptables para todos. La falta de datos en el seguimiento impidió establecer conclusiones sobre la conservación de los beneficios. Se necesitan más ensayos aleatorizados bien diseñados para determinar la prescripción óptima de ejercicios, los efectos beneficiosos y los efectos a largo plazo.
Financiación
Esta revisión Cochrane no contó con financiación específica.
Registro
Protocolo [y versiones anteriores] disponible a través del DOI 10.1002/14651858.CD003316 [DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub7, DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub6, DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub5, DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub4, DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub3, DOI/10.1002/14651858.CD003316.pub2]
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