Pasar al contenido principal

¿Cuáles son los efectos beneficiosos y perjudiciales de la inmunoglobulina para las personas con miastenia gravis?

Mensajes clave

  • La inmunoglobulina intravenosa (un tratamiento hecho de anticuerpos de donantes) podría mejorar ligeramente los síntomas y la capacidad de realizar las actividades cotidianas en las personas con miastenia gravis, una enfermedad en la que las defensas del cuerpo (el sistema inmunitario) atacan la comunicación entre los nervios y los músculos, lo que causa debilidad. Sin embargo, es posible que los efectos no sean lo suficientemente importantes como para que los pacientes los noten.

  • En comparación con el recambio plasmático (o plasmaféresis, un procedimiento que filtra los anticuerpos perjudiciales de la sangre), la inmunoglobulina intravenosa podría ser menos beneficiosa para mejorar los síntomas y podría prolongar la estancia hospitalaria, pero no tenemos confianza en la evidencia sobre estos resultados.

  • La inmunoglobulina intravenosa probablemente causa dolor de cabeza en hasta un tercio de los pacientes y podría provocar la descomposición de los glóbulos rojos, aunque no está claro si esto supondría una diferencia real en la salud de los pacientes.

  • Para muchos resultados, se tiene poca o ninguna confianza en la evidencia debido a los datos limitados y la calidad de los estudios, lo que destaca la necesidad de más estudios bien diseñados.

¿Qué es la miastenia gravis?

La miastenia gravis es una enfermedad poco frecuente en la que el sistema inmunitario ataca la comunicación entre los nervios y los músculos, causando debilidad. A menudo afecta los músculos utilizados para mover los ojos, las expresiones faciales y tragar, lo que puede reducir la calidad de vida y, en algunos casos, aumentar el riesgo de muerte.

¿Cómo se trata la miastenia gravis?

El tratamiento para la miastenia gravis es personalizado y a menudo comienza con medicamentos que ayudan a los nervios a enviar señales a los músculos de manera más efectiva. Otros tratamientos pueden incluir medicamentos que reducen la actividad del sistema inmunitario, tratamientos inmunológicos específicos, extracción quirúrgica del timo, recambio plasmático o inmunoglobulina.

¿Qué queríamos averiguar?

Queríamos averiguar si la inmunoglobulina inyectada en una vena (llamada inmunoglobulina intravenosa o IgIV) o debajo de la piel (llamada inmunoglobulina subcutánea) proporciona más beneficios que otros tratamientos, como el recambio plasmático, los corticosteroides o el placebo (un tratamiento falso), para reducir los síntomas de la enfermedad evaluados por el médico y mejorar la capacidad de los pacientes de realizar las actividades cotidianas. También investigamos si la inmunoglobulina afecta la duración de la estancia hospitalaria, provoca hospitalizaciones relacionadas con la miastenia gravis y causa efectos no deseados específicos relacionados con el tratamiento, como hipotensión (presión arterial baja), dolor de cabeza o descomposición de los glóbulos rojos.

¿Qué hicimos?

Buscamos estudios que compararan la inmunoglobulina con otros tratamientos en personas que todavía presentaban síntomas a pesar de recibir otros tratamientos, e incluimos solo aquellos que asignaron al azar a las personas a los grupos de tratamiento.

Comparamos y resumimos los resultados de los estudios y calificamos la confianza en la evidencia en función de factores como la metodología y los tamaños de los estudios.

¿Qué encontramos?

Incluimos 12 estudios con 515 personas realizados en Europa, Norteamérica y Asia entre 1997 y 2025. Todos los estudios evaluaron la IgIV; ninguno evaluó la inmunoglobulina subcutánea.

  • IgIV comparada con placebo: La IgIV podría mejorar ligeramente los síntomas evaluados por el personal médico y la capacidad comunicada por el paciente de realizar las actividades cotidianas durante hasta 6 meses, aunque es posible que los efectos no sean lo suficientemente importantes como para que los pacientes los noten, pero tenemos poca confianza en la evidencia. Tenemos una confianza moderada en que la IgIV probablemente causa dolor de cabeza en hasta un tercio de los pacientes. Podría dar lugar a la descomposición de los glóbulos rojos, aunque no está claro si esto marcaría una diferencia real en la salud de los pacientes, y tenemos poca confianza en la evidencia. Es posible que la IgIV no cambie la duración de la estancia hospitalaria, pero no tenemos confianza en la evidencia al respecto. Es posible que tampoco provoque un aumento de las hospitalizaciones relacionadas con la miastenia gravis, pero de nuevo, tenemos poca confianza en la evidencia.

  • IgIV comparada con recambio plasmático: La IgIV podría ser menos beneficiosa que el recambio plasmático para mejorar los síntomas evaluados por el médico, pero ambos tratamientos podrían mejorar la capacidad comunicada por el paciente para realizar las actividades cotidianas en un grado similar en las 2 primeras semanas. Sin embargo, no tenemos confianza en la evidencia de estos resultados. La IgIV también podría dar lugar a estancias hospitalarias más prolongadas que el recambio plasmático, pero tenemos poca confianza en la evidencia. Los dos tratamientos podrían no diferir en sus efectos no deseados, pero de nuevo, no tenemos confianza en la evidencia.

  • IgIV comparada con corticosteroides: La IgIV y los corticosteroides podrían no diferir en la mejoría de los síntomas evaluada por el médico en las 2 primeras semanas, pero no tenemos confianza en la evidencia. No hubo evidencia disponible para otros desenlaces.

  • IgIV comparada con inmunoglobulina subcutánea: ningún estudio evaluó la inmunoglobulina subcutánea ni la comparó con IgIV u otros tratamientos.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

La confianza en la evidencia se redujo debido a los datos limitados, las dudas sobre cómo se asignaron las personas a los tratamientos y a que muchos desenlaces solo se midieron en un estudio. No hubo evidencia que evaluara la inmunoglobulina subcutánea ni su comparación con la IgIV o el recambio plasmático. Tampoco encontramos datos utilizables para muchos desenlaces que habíamos planeado estudiar.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Esta revisión está actualizada hasta septiembre de 2024.

Objetivos

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la inmunoglobulina en personas con MG generalizada. En concreto, intentamos comparar 1) inmunoglobulina intravenosa (IgIV) versus inmunoglobulina subcutánea (IgSC) y 2) inmunoglobulina administrada por cualquier vía (independientemente de la duración del tratamiento, la posología y la pauta de administración) versus ningún tratamiento, placebo, plasmaféresis, corticosteroides, inhibidores de la acetilcolinesterasa o cualquier otro tratamiento.

Métodos de búsqueda

El 17 de septiembre de 2024 buscamos en el Registro especializado del Grupo Cochrane Neuromuscular (Cochrane Neuromuscular Group), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), en MEDLINE, Embase y ClinicalTrials.gov. También buscamos en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud hasta mayo de 2022. Además, revisamos las referencias de los estudios incluidos.

Conclusiones de los autores

Encontramos evidencia de certeza baja de que la IgIV podría mejorar los síntomas y la capacidad funcional a medio plazo en las personas con MG, en comparación con placebo, aunque los efectos no alcanzaron los umbrales de significación clínica utilizados habitualmente y se basaron en análisis de sensibilidad. Según evidencia de certeza moderada, la IgIV probablemente también aumenta la incidencia de cefalea. Según evidencia de certeza muy baja a baja, la IgIV podría ser menos beneficiosa que la plasmaféresis para la mejoría a corto plazo de los síntomas y podría prolongar la estancia hospitalaria, aunque no encontramos diferencias en los eventos adversos. No es posible establecer conclusiones firmes para la comparación de IgIV con corticosteroides. En general, debido a la certeza baja o muy baja de la evidencia, se necesitan ensayos de calidad alta, que incluyan evaluaciones de la IgSC y los tratamientos más nuevos.

Financiación

Esta revisión Cochrane fue financiada en parte por el Intramural Research Program of the National Institute on Aging, los National Institutes of Health (NIH) y por el National Institute for Health Research (NIHR) a través de la financiación de la infraestructura Cochrane al Grupo Cochrane Neuromuscular.

Registro

Protocolo (2020) disponible a través del doi.org/10.1002/14651858.CD013801.

Notas de traducción

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Referencia
Manolopoulos A, Alzuabi M, Elmashala A, Cashwell J, Murad MH, Naddaf E. Immunoglobulin for myasthenia gravis. Cochrane Database of Systematic Reviews 2025, Issue 10. Art. No.: CD013801. DOI: 10.1002/14651858.CD013801.pub2.

Nuestro uso de las cookies

Utilizamos las cookies necesarias para que nuestro sitio funcione. También nos gustaría establecer cookies analíticas opcionales para ayudarnos a mejorarla. No estableceremos cookies opcionales a menos que las habilite. El uso de esta herramienta establecerá una cookie en su dispositivo para recordar sus preferencias. Puede cambiar sus preferencias sobre las cookies en cualquier momento haciendo clic en el enlace "Configuración de las cookies" en el pie de cada página.
Si desea información más detallada acerca de las cookies que utilizamos, consulte nuestra página sobre Cookies.

Aceptar todo
Configurar