Mensajes clave
– El diagnóstico de la apnea obstructiva del sueño mediante estudios del sueño con canales limitados es menos engorroso que la polisomnografía y se puede hacer en el domicilio de la persona en lugar de en un laboratorio hospitalario.
– El uso de estudios del sueño con canales limitados apenas supone una diferencia en la somnolencia.
- Sin embargo, gran parte de la evidencia es incierta, en especial para los estudios de nivel IV.
¿Qué es la apnea obstructiva del sueño?
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno en el que las paredes de la garganta se relajan y se estrechan o cierran durante el sueño. Esto detiene la respiración normal y puede provocar ronquidos, somnolencia y cansancio durante el día, una disminución de la calidad de vida y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos (cardiovasculares), como el ictus o el ataque al corazón.
¿Qué se quiso averiguar?
El diagnóstico de la apnea obstructiva del sueño se puede hacer con una prueba con un alto coste en tiempo y dinero llamada polisomnografía, la cual se lleva a cabo en un laboratorio del sueño de un hospital. Esta prueba toma muchas mediciones distintas mientras la persona duerme, como son la actividad cerebral, los movimientos oculares, la actividad muscular y la frecuencia cardíaca. Se clasifica como un estudio del sueño de nivel I. Las formas alternativas para diagnosticar la apnea obstructiva del sueño incluyen técnicas que toman menos mediciones. Estas se denominan estudios del sueño con canales limitados y se clasifican en niveles II, III y IV en función del número de mediciones (el nivel IV tiene el menor número). Dichas pruebas "simplificadas" son menos engorrosas y se pueden practicar en el domicilio de la persona en lugar de en un laboratorio hospitalario. Actualmente se desconoce si diagnosticar la apnea obstructiva del sueño con menos mediciones es mejor o peor que el diagnóstico en un laboratorio.
¿Qué se hizo?
Se buscaron ensayos clínicos que compararan la polisomnografía (estudio del sueño de nivel I) con un estudio del sueño con canales limitados (niveles III o IV) sobre medidas que son relevantes para la vida de las personas, como la somnolencia, la calidad de vida, las muertes y los efectos cardiovasculares no deseados. Se resumieron los resultados disponibles, y la confianza en la evidencia se evaluó según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron tres ensayos con 1143 personas. Un ensayo comparó el estudio del sueño de nivel III con el estudio del sueño de nivel I, un ensayo comparó el estudio del sueño de nivel IV con el estudio del sueño de nivel I y un ensayo comparó el estudio del sueño de nivel IV frente al estudio del sueño de nivel III frente al estudio del sueño de nivel I. Los tres ensayos se realizaron en hospitales. El tratamiento podría haber incluido el uso de una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (que consiste en una máscara colocada sobre la boca y la nariz de la persona para empujar suavemente el aire hacia los pulmones y mantener abiertas las vías respiratorias durante el sueño). Las personas fueron monitorizadas durante cuatro a seis meses.
Estudios del sueño de nivel III versus estudios del sueño de nivel I
Dos ensayos con 701 personas compararon estudios del sueño de nivel III con de nivel I. Los estudios del sueño de nivel III apenas suponen una diferencia en la somnolencia o la calidad de vida en comparación con los estudios del sueño de nivel I. Los estudios del sueño de nivel III probablemente sean algo más rentables. Los estudios del sueño de nivel III podrían apenas suponer una diferencia en los episodios cardiovasculares, el uso de los tratamientos de presión positiva continua en las vías respiratorias o los efectos graves no deseados. Ningún ensayo informó sobre muertes.
Estudios del sueño de nivel IV versus estudios del sueño de nivel I
Dos ensayos con 573 personas compararon estudios del sueño de nivel IV con de nivel I. Podría apenas haber diferencias entre los estudios del sueño de nivel IV y los de nivel I en cuanto a la somnolencia y los episodios cardiovasculares como el ataque al corazón y la hipertensión. La evidencia es muy incierta con respecto a la calidad de vida, el cumplimiento de los tratamientos de presión positiva continua en las vías respiratorias y los efectos graves no deseados. Los estudios del sueño de nivel IV parecieron costar la mitad que los estudios del sueño de nivel I. Ningún ensayo informó sobre muertes.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Los tres ensayos incluidos en la revisión se llevaron a cabo en hospitales universitarios; aún no se sabe si los resultados serían los mismos si se realizaran en el domicilio de las personas. Ningún ensayo informó sobre muertes.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta mayo de 2023.
Los estudios del sueño de nivel III podrían suponer poca o ninguna diferencia en los desenlaces clínicos en comparación con los estudios del sueño de nivel 1 en personas con sospecha de AOS. Los estudios del sueño de nivel IV podrían no aumentar la somnolencia y podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en los eventos cardiovasculares y los factores de riesgo correlacionados en comparación con los estudios del sueño de nivel I; la evidencia fue demasiado incierta para hacer afirmaciones sobre otros desenlaces. En general, el conjunto de evidencia fue limitado, por lo que se necesitan más ensayos con esta comparación, así como ensayos con una duración más prolongada del seguimiento.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es una causa frecuente de trastornos del sueño, caracterizada por la presencia de obstrucción repetitiva de las vías respiratorias superiores durante el sueño. La AOS se asocia con somnolencia durante el día, peor calidad de vida y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. La AOS se puede diagnosticar mediante varias estrategias distintas. La prueba de referencia actual es la polisomnografía totalmente supervisada, que es cara y requiere mucho tiempo. Otras pruebas diagnósticas, denominadas estudios del sueño con canales limitados porque incluyen menos parámetros que la polisomnografía, precisan de menos recursos, pero también pueden tener diferentes rendimientos diagnósticos, lo que da lugar a una diferencia en los desenlaces clínicos.
Evaluar la repercusión clínica (desenlace a nivel de participante) de una estrategia en la que se aplica el tratamiento tras las pruebas diagnósticas (combinación de prueba y tratamiento) mediante estudios del sueño con canales limitados en comparación con polisomnografía en personas con presunta apnea obstructiva del sueño (AOS).
Se hicieron búsquedas en dos bases de datos (CENTRAL, MEDLINE) hasta el 11 de mayo de 2023 usando términos de búsqueda relacionados con la AOS y la polisomnografía desarrollados por el documentalista.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que compararan cualquier estudio del sueño con canales limitados con la polisomnografía totalmente supervisada de nivel I en adultos (a partir de los 18 años de edad) con sospecha de AOS. El desenlace principal fue la somnolencia, y los desenlaces secundarios fueron la calidad de vida, la mortalidad por todas las causas, los eventos cardiovasculares y los factores de riesgo correlacionados, el uso de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP por sus siglas en inglés), los eventos adversos graves y la coste-efectividad.
Cuatro autores de la revisión extrajeron los datos de los ensayos incluidos y evaluaron el riesgo de sesgo. Cuando fue posible, se resumieron los efectos del tratamiento mediante metanálisis de efectos aleatorios y se expresaron como diferencia de medias (DM) o diferencia de medias estandarizada (DME) con los intervalos de confianza (IC) del 95% correspondientes. Se utilizó el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron tres ensayos con 1143 participantes. Un ensayo comparó estudios del sueño de nivel III con una polisomnografía totalmente supervisada de nivel I, un ensayo comparó estudios del sueño de nivel IV con estudios del sueño de nivel I y un ensayo comparó estudios del sueño de nivel IV versus estudios del sueño de nivel III versus estudios del sueño de nivel I. El seguimiento de estos ensayos varió de cuatro a seis meses.
Estudios del sueño de nivel III versus estudios del sueño de nivel I
Hay evidencia de certeza alta de que los estudios del sueño de nivel III suponen poca o ninguna diferencia en la somnolencia (DM 0,47; IC del 95%: –0,23 a 1,18; p = 0,19; I 2 = 0%; dos ensayos, 701 participantes) o la calidad de vida (DME 0,01; IC del 95%: –0,14 a 0,16; p = 0,93; I 2 = 0%; dos ensayos, 701 participantes) en comparación con los estudios del sueño de nivel I. Los estudios del sueño de nivel III también son probablemente algo más coste-efectivos (evidencia de certeza moderada). Hay evidencia de certeza baja de que podrían suponer poca o ninguna diferencia en los eventos cardiovasculares y los factores de riesgo correlacionados, la adherencia a la CPAP (DM –0,18 horas por día; IC del 95%: –0,56 a 0,20; p = 0,36; I 2 = 0%; dos ensayos, 360 participantes) o los eventos adversos graves.
Estudios del sueño de nivel IV versus estudios del sueño de nivel I
Hay evidencia de certeza baja de que los estudios del sueño de nivel IV podrían no aumentar la somnolencia en comparación con los estudios del sueño de nivel I (DM 0,66; IC del 95%: –0,41 a 1,72; p = 0,23; I 2 = 39%; dos ensayos, 573 participantes). Además, hay evidencia de certeza baja de que podrían suponer poca o ninguna diferencia en los eventos cardiovasculares y los factores de riesgo correlacionados. La evidencia es muy incierta en cuanto a la calidad de vida, la adherencia a la CPAP, los eventos adversos graves y la relación de coste-efectividad. Ninguno de los ensayos incluidos informó sobre la mortalidad por todas las causas.
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