Mensajes clave
— La evidencia sobre el uso de ejercicios de fortalecimiento para tratar la tendinopatía rotuliana (dolor en la parte delantera de la rodilla que afecta al tendón) no está muy clara, lo que dificulta establecer conclusiones firmes.
— En el caso de los atletas, no se sabe con certeza si el ejercicio alivia el dolor en comparación con ningún tratamiento. Los ejercicios de fortalecimiento podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con ningún tratamiento, y a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional y el dolor en comparación con las inyecciones de glucocorticoides (medicamentos antinflamatorios).
- No está claro si estos ejercicios son mejores que la cirugía para aliviar el dolor o mejorar la capacidad funcional. Los atletas comunicaron un éxito similar del tratamiento y de regreso al deporte con ejercicios de fortalecimiento que con la cirugía.
¿Qué es la tendinopatía rotuliana?
Las personas con tendinopatía rotuliana (rodilla de saltador) generalmente presentan dolor y sensibilidad al presionar el tendón en la parte delantera de la rodilla (conecta los músculos con los huesos). Lo anterior afecta con frecuencia a las personas que realizan actividades que requieren saltos, frenados, patadas o carreras repetitivas. La tendinopatía rotuliana puede causar discapacidad en atletas y no atletas, lo que repercute significativamente en el rendimiento atlético y la longevidad de la carrera profesional.
¿Cómo se trata la tendinopatía rotuliana?
Uno de los tratamientos principales para la tendinopatía rotuliana es el ejercicio, especialmente los ejercicios de fortalecimiento. Otras opciones incluyen antinflamatorios (como inyecciones de glucocorticoides) y, en algunos casos, cirugía. Los tratamientos adicionales que se han utilizado incluyen inyecciones de plasma rico en plaquetas (un componente concentrado de la sangre inyectado en la rodilla), terapia con ultrasonido (que utiliza ondas sonoras para aliviar el dolor y favorecer la cicatrización), terapia con láser (que utiliza luz focalizada para disminuir el dolor y la inflamación y acelerar la cicatrización) y terapia con ondas de choque (que utiliza ondas sonoras de alta energía para estimular la cicatrización y reducir el dolor).
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan ejercicios con otros tratamientos (como ningún tratamiento, medicamentos antinflamatorios [por ejemplo, inyección de glucocorticoides] y cirugía) en personas con tendinopatía rotuliana. Se recopilaron datos sobre el dolor, la capacidad funcional, el éxito del tratamiento, la calidad de vida, el retorno al deporte y los efectos no deseados, y se evaluó la confianza en los resultados.
¿Qué se encontró?
Se encontraron siete estudios publicados entre 1989 y 2022 e informados en inglés. Dos estudios procedían de Noruega y uno de Dinamarca, uno en Alemania, uno en Grecia, uno en Polonia y uno en Estados Unidos.
Hallazgos clave
Dolor (medido entre 0 y 100, puntuaciones más bajas implican menos dolor) al final del tratamiento.
No está muy claro si el ejercicio alivia el dolor en comparación con ningún tratamiento.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron su dolor con 27 puntos.
– Las personas del grupo de ningún tratamiento calificaron su dolor con 62 puntos.
El ejercicio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el dolor en comparación con la inyección de glucocorticoides.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron su dolor con 24 puntos.
– Las personas del grupo de inyección de glucocorticoides calificaron su dolor con 18 puntos.
No está muy claro si el ejercicio alivia el dolor en comparación con la cirugía.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron su dolor con 13 puntos.
– Las personas del grupo de cirugía calificaron su dolor con 17 puntos.
Capacidad funcional (medida entre 0 y 100, puntuaciones más bajas implican mejor capacidad funcional) al final del tratamiento.
El ejercicio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con ningún tratamiento.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 72 puntos.
– Las personas del grupo de ningún tratamiento calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 65 puntos.
El ejercicio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con la inyección de glucocorticoides.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 76 puntos.
– Las personas del grupo de inyección de glucocorticoides calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 82 puntos.
No está muy claro si el ejercicio reduce la capacidad funcional en comparación con la cirugía.
– Las personas del grupo de ejercicio calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 52 puntos.
– Las personas del grupo de cirugía calificaron la capacidad funcional de la rodilla con 45 puntos.
Éxito del tratamiento (medido de -5 a +5, siendo +5 la mejoría máxima) al final del tratamiento.
El ejercicio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el éxito del tratamiento en comparación con la cirugía.
– Las personas del grupo de ejercicios calificaron el éxito con 1,7 puntos.
– Las personas del grupo de cirugía calificaron el éxito con 0,2 puntos.
Tasa de retorno al deporte , medida a los 12 meses.
El ejercicio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la tasa de retorno al deporte en comparación con la cirugía.
– 85 de cada 100 personas regresaron al deporte después del tratamiento con ejercicios.
– 86 de cada 100 personas regresaron al deporte después de la cirugía.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
No está clara la efectividad de los ejercicios de fortalecimiento en los atletas. Hubo pocos estudios con calidad variable, con pocas personas. Todos los estudios solo incluyeron atletas, por lo que es posible que los resultados no sean aplicables a las personas que no lo son. Ningún estudio informó de efectos no deseados.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 5 de septiembre de 2023.
Leer el resumen científico
La tendinopatía rotuliana es una afección prevalente que comúnmente afecta el origen del tendón y causa dolor en la parte frontal de la rodilla. El tratamiento principal para la tendinopatía rotuliana incluye diferentes tipos de ejercicios (p. ej., fortalecimiento y estiramiento). El método más común de ejercicio de fortalecimiento es la carga muscular excéntrica (de alargamiento). Los ejercicios de fortalecimiento pueden ser acuáticos o en tierra, con o sin levantamiento de peso, o ambos. Otros tratamientos incluyen cirugía e inyecciones de glucocorticoides.
Objetivos
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del ejercicio para el tratamiento de la tendinopatía rotuliana.
Métodos de búsqueda
Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), MEDLINE, Embase y en dos registros de ensayos hasta el 5 de septiembre de 2023, sin restricciones de idioma.
Criterios de selección
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados de intervenciones con ejercicios de fortalecimiento en comparación con placebo o intervención simulada; ningún tratamiento, atención habitual o intervención mínima; u otra intervención activa. Los ejercicios de fortalecimiento incluyen ejercicios concéntricos, excéntricos, excéntricos-concéntricos e isométricos diseñados para mejorar la fuerza y la potencia de los músculos.
Obtención y análisis de los datos
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los estudios para su inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo y la certeza de la evidencia mediante el sistema GRADE. Los desenlaces principales incluyeron dolor, capacidad funcional, evaluación global del éxito del tratamiento comunicada por los participantes, calidad de vida, retorno al deporte, proporción de participantes con eventos adversos y proporción de participantes que se retiraron.
Resultados principales
Se incluyeron siete ensayos (211 participantes con tendinopatía rotuliana crónica) que compararon ejercicios de fortalecimiento con ningún tratamiento (tres ensayos, 93 participantes), inyección de glucocorticoides (un ensayo, 38 participantes), cirugía (un ensayo, 40 participantes), ejercicios de estiramiento (un ensayo, 15 participantes) o ultrasonido pulsado y fricción transversal (un ensayo, 30 participantes). Todos los ensayos incluyeron atletas (88% hombres, media de edad de 26 años) con una duración media de los síntomas de 41,6 meses. La mayoría de los ensayos fueron susceptibles de sesgo, en particular sesgo de selección/secuencia aleatoria (57,1%), sesgo de selección/ocultación de la asignación (42,8%), sesgo de detección (28,5%), sesgo de desgaste (71,4%) y sesgo de informe selectivo (28,5%). Debido a la naturaleza de la intervención, ni los participantes ni los investigadores desconocían la asignación a los grupos en ningún ensayo (sesgo de realización).
No se encontraron estudios que compararan el ejercicio con placebo o intervención simulada.
Ejercicios de fortalecimiento versus ningún tratamiento
No se sabe con certeza si el ejercicio de fortalecimiento alivia el dolor en comparación con ningún tratamiento. El dolor medio con ningún tratamiento fue de 62,00 puntos en una escala de 0 a 100 (0 = ningún dolor) en comparación con 27,06 puntos con el ejercicio (diferencia de medias [DM] 34,94 puntos mejor; intervalo de confianza [IC] del 95%: 20,94 mejor a 48,94 mejor; un estudio, 39 participantes; evidencia de certeza muy baja [disminuida dos veces por imprecisión y una vez por sesgo]). El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con ningún tratamiento al final del tratamiento. La capacidad funcional media con ningún tratamiento fue de 65,00 puntos en una escala de 0 a 100 (100 = mejor capacidad funcional) en comparación con 72,04 puntos con el ejercicio (DM 7,04 puntos mejor; IC del 95%: 6,94 puntos peor a 21,02 puntos mejor; dos estudios, 95 participantes; evidencia de certeza baja [disminuida una vez por imprecisión y una vez por sesgo]).
Los estudios no informaron sobre ninguno de los otros desenlaces.
Ejercicios de fortalecimiento versus inyección de glucocorticoides
El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poco o ningún cambio en el dolor en comparación con la inyección de glucocorticoides al final del tratamiento. La media del dolor con la inyección de glucocorticoides fue de 18,00 puntos en una escala de 0 a 100 (0 = ningún dolor), en comparación con 24,04 puntos con el ejercicio (DM 6,04 puntos peor; IC del 95%: 8,19 mejor a 20,26 mejor; un ensayo, 38 participantes; evidencia de certeza baja [disminuida dos veces por imprecisión]).
El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con la inyección de glucocorticoides al final del tratamiento. La capacidad funcional media fue de 82,00 puntos en una escala de 0 a 100 (100 = mejor capacidad funcional), en comparación con 76,25 puntos con el ejercicio (DM 5,75 puntos peor; IC del 95%: 17,41 peor a 5,93 mejor; un ensayo, 38 participantes; evidencia de certeza baja [disminuida dos veces por imprecisión]).
El ensayo no informó sobre ninguno de los otros desenlaces.
Ejercicios de fortalecimiento versus cirugía
No se sabe con certeza si el ejercicio de fortalecimiento alivia el dolor en comparación con la cirugía a los 12 meses de seguimiento. El dolor medio con la cirugía fue de 13,00 puntos en una escala de 0 a 100 (0 = ningún dolor) en comparación con 17,00 puntos con el ejercicio (DM 4,00 puntos peor; IC del 95%: 4,06 mejor a 12,06 peor; un ensayo, 40 participantes; evidencia de certeza muy baja).
No se sabe con certeza si el ejercicio de fortalecimiento mejora la capacidad funcional en comparación con la cirugía. La capacidad funcional media en el grupo de cirugía al final del tratamiento fue de 45,10 puntos en una escala de 0 a 100 (100 = mejor capacidad funcional) en comparación con 52,4 puntos en el grupo de ejercicios (DM 7,30 puntos mejor; IC del 95%: 5,02 peor a 19,62 mejor; un ensayo, 40 participantes; evidencia de certeza muy baja [disminuida una vez por sesgo y dos veces por imprecisión grave]).
El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el éxito del tratamiento en comparación con la cirugía al final del tratamiento. La evaluación global media del éxito del tratamiento con la cirugía fue de 0,2 puntos en una escala de -5 a +5 (+5 significa mejoría máxima) en comparación con 1,76 puntos con el ejercicio (DM 1,56 puntos mejor; IC del 95%: 0,52 peor a 3,64 mejor; un ensayo, 40 participantes; evidencia de certeza baja [disminuida una vez por sesgo y una vez por imprecisión]).
El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la tasa de participantes que regresaron total o parcialmente al deporte en comparación con la cirugía a los 12 meses de seguimiento. La tasa de retorno al deporte con la cirugía fue del 86% en comparación con el 85% con el ejercicio (razón de riesgos 1,02; IC del 95%: 0,78 a 1,34; un ensayo, 40 participantes; evidencia de certeza baja [disminuida una vez por sesgo y otra por imprecisión]).
El ensayo no informó sobre ninguno de los otros desenlaces.
Conclusiones de los autores
No se sabe con certeza si el ejercicio de fortalecimiento alivia el dolor en comparación con ningún tratamiento. El ejercicio de fortalecimiento podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la capacidad funcional en comparación con ningún tratamiento y en la capacidad funcional o el dolor en comparación con la inyección de glucocorticoides. En comparación con la cirugía, no se sabe con certeza si el ejercicio de fortalecimiento alivia el dolor o mejora la capacidad funcional, y podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el éxito del tratamiento y la proporción de atletas que regresan al deporte. Ningún ensayo midió los eventos adversos. Todos los ensayos analizados en esta revisión incluyeron participantes que eran atletas, lo que limitó los resultados a los atletas en lugar de al público en general.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.