Intervenciones para la prevención de caídas en personas de edad avanzada que residen en la comunidad

A medida que las personas envejecen, probablemente presenten una mayor frecuencia de caídas por varios motivos, incluidos los problemas con el equilibrio, el deterioro de la visión y la demencia. Hasta un 30% pueden sufrir una caída por año. Aunque una de cada cinco caídas puede requerir atención médica, menos de una de diez resulta en una fractura.

Esta revisión consideró la bibliografía de asistencia sanitaria para establecer qué intervenciones para la prevención de caídas son efectivas para las personas mayores que viven en la comunidad e incluyó 159 ensayos controlados aleatorizados con 79 193 participantes.

Los programas de ejercicio grupales y domiciliarios, que a menudo incluyen algunos ejercicios de entrenamiento del equilibrio y de la fuerza, redujeron de forma efectiva las caídas, al igual que el Tai Chi. En términos generales, los programas de ejercicio dirigidos a la reducción de las caídas parecen reducir las fracturas.

Las intervenciones multifactoriales evalúan el riesgo de caídas de un individuo y luego llevan a cabo el tratamiento u organizan derivaciones para reducir los riesgos identificados. En términos generales, la evidencia actual muestra que este tipo de intervención reduce el número de caídas en las personas mayores que viven en la comunidad pero no el número de personas que sufren caídas durante el seguimiento. Estas intervenciones son complejas, y su efectividad puede depender de factores que aún deben determinarse.

Las intervenciones para mejorar la seguridad en el hogar parecen ser efectivas, especialmente en las personas en mayor riesgo de caídas y cuando son administradas por terapeutas ocupacionales. Usar un dispositivo antideslizante para el calzado en suelos cubiertos de hielo puede reducir las caídas.

La administración de suplementos de vitamina D no parece reducir las caídas en la mayoría de las personas mayores que residen en la comunidad, aunque puede hacerlo en las que tienen niveles inferiores de vitamina D en sangre antes del tratamiento.

Algunos fármacos aumentan el riesgo de caídas. Tres ensayos en esta revisión no lograron reducir el número de caídas al examinar y ajustar los fármacos. Un cuarto ensayo que incluyó a médicos de cabecera y a sus pacientes en la revisión de los fármacos fue efectivo para reducir las caídas. Se ha demostrado que el retiro gradual de un tipo particular de fármaco para mejorar el sueño, reducir la ansiedad, y tratar la depresión (medicación psicotrópica) reduce las caídas.

La cirugía de cataratas reduce las caídas en las mujeres que se operan el primer ojo afectado. La inserción de un marcapasos puede reducir las caídas en los pacientes con caídas frecuentes asociadas a hipersensibilidad del seno carotídeo, una enfermedad que puede provocar cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

En las personas con dolor del pie incapacitante, el agregado de evaluación del calzado, plantillas hechas a medida y ejercicios del pie y el tobillo a la podología habitual redujo el número de caídas pero no el número de personas que sufrieron caídas.

La evidencia en relación con la provisión de materiales didácticos solos para la prevención de caídas no son concluyentes.

Conclusiones de los autores: 

Los programas de ejercicio grupales y domiciliarios y las intervenciones para la seguridad domiciliaria reducen la tasa de caídas y el riesgo de caídas.

La evaluación multifactorial y los programas de intervención reducen la tasa de caídas pero no el riesgo de caídas; el Tai Chi reduce el riesgo de caídas.

En términos generales, los suplementos de vitamina D no parecen reducir las caídas aunque pueden ser efectivos en las personas que tienen niveles inferiores de vitamina D antes del tratamiento.

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Antecedentes: 

Aproximadamente, un 30% de las personas de más de 65 años de edad que residen en la comunidad sufren caídas cada año. Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2009.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de las intervenciones diseñadas para reducir la incidencia de caídas en las personas de edad avanzada que residen en la comunidad.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones óseas, articulares y musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group, febrero 2012), CENTRAL (The Cochrane Library 2012, número 3), MEDLINE (1946 hasta marzo 2012), EMBASE (1947 hasta marzo 2012), CINAHL (1982 hasta febrero 2012), y registros de ensayos online.

Criterios de selección: 

Ensayos aleatorizados de intervenciones diseñadas para reducir las caídas en las personas de edad avanzada que residen en la comunidad.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Se utilizó el cociente de tasas (CT) y el intervalo de confianza (IC) del 95% para comparar la tasa de caídas (p.ej. caídas por personas año) entre los grupos de intervención y de control. Para el riesgo de caídas, se utilizó el riesgo relativo (RR) y el IC del 95% basado en el número de personas que presentaron caídas en cada grupo. Cuando fue apropiado se agruparon los datos.

Resultados principales: 

Se incluyeron 159 ensayos con 79 193 participantes. La mayoría de los ensayos comparó una intervención de prevención de caídas con ninguna intervención o una intervención de la cual no se esperaba una reducción en las caídas. Las intervenciones probadas con mayor frecuencia fueron el ejercicio como una única intervención (59 ensayos) y los programas multifactoriales (40 ensayos). El 62% (99/159) de los ensayos estuvieron en riesgo bajo de sesgo en cuanto a la generación de la secuencia, un 60% en cuanto al sesgo de deserción para las caídas (66/110), un 73% en cuanto al sesgo de desgaste para las personas que sufrieron caídas (96/131) y sólo un 38% (60/159) para la ocultación de la asignación.

El ejercicio grupal de componentes múltiples redujo significativamente la tasa de caídas (CT 0,71; IC del 95%: 0,63 a 0,82; 16 ensayos; 3622 participantes) y el riesgo de caídas (RR 0,85; IC del 95%: 0,76 a 0,96; 22 ensayos; 5333 participantes), al igual que el ejercicio domiciliario de componentes múltiples (CT 0,68; IC del 95%: 0,58 a 0,80; 7 ensayos; 951 participantes y RR 0,78; IC del 95%: 0,64 a 0,94; 6 ensayos; 714 participantes). Para el Tai Chi, la reducción de la tasa de caídas estuvo al borde de la significación estadística (RR 0,72; IC del 95%: 0,52 a 1,00; 5 ensayos; 1 563 participantes) pero el Tai Chi redujo significativamente el riesgo de caídas (RR 0,71; IC del 95%: 0,57 a 0,87; 6 ensayos; 1 625 participantes). En general, las intervenciones con ejercicios redujeron significativamente el riesgo de sufrir una fractura relacionada con caídas (RR 0,34; IC del 95%: 0,18 a 0,63; 6 ensayos; 810 participantes).

Las intervenciones multifactoriales, que incluyen la evaluación individual del riesgo, redujeron la tasa de caídas (RR 0,76; IC del 95%: 0,67 a 0,86; 19 ensayos; 9 503 participantes), pero no el riesgo de caídas (RR 0,93; IC del 95%: 0,86 a 1,02; 34 ensayos; 13 617 participantes).

En general, la vitamina D no redujo la tasa de caídas (RaR 1,00; IC del 95%: 0,90 a 1,11; 7 ensayos; 9 324 participantes) o el riesgo de caídas (RR 0,96; IC del 95%: 0,89 a 1,03; 13 ensayos; 26 747 participantes), pero puede hacerlo en personas con niveles inferiores de vitamina D antes del tratamiento.

Las intervenciones de evaluación de la seguridad domiciliaria y de modificación fueron efectivas para reducir la tasa de caídas (RR 0,81; IC del 95%: 0,68 a 0,97; 6 ensayos; 4 208 participantes) y el riesgo de caídas (RR 0,88; IC del 95%: 0,80 a 0,96; 7 ensayos; 4 051 participantes). Estas intervenciones fueron más efectivas en las personas en mayor riesgo de caídas, incluidas las que presentan deterioro visual grave. Las intervenciones para la seguridad del hogar parecen ser más efectivas cuando las administra un terapeuta ocupacional.

Una intervención para tratar los problemas de visión (616 participantes) dio lugar a un aumento significativo en la tasa de caídas (CT 1,57; IC del 95%: 1,19 a 2,06) y el riesgo de caídas (RR 1,54; IC del 95%: 1,24 a 1,91). Cuando a las personas que utilizan anteojos multifocales de forma regular (597 participantes) se les proporcionaron anteojos con lentes simples, todas las caídas y las caídas fuera del domicilio se redujeron significativamente en el subgrupo que participó regularmente en las actividades fuera del domicilio. Por el contrario, hubo un aumento significativo en las caídas fuera del domicilio en los participantes del grupo de intervención que participaron en pocas actividades fuera del domicilio.

Los marcapasos redujeron el cociente de tasa de caídas en las personas con hipersensibilidad al seno carotídeo (CT 0,73; IC del 95%: 0,57 a 0,93; 3 ensayos; 349 participantes) pero no el riesgo de caídas. La cirugía de cataratas en el primer ojo en mujeres redujo la cociente de tasa de caídas (CT 0,66; IC del 95%: 0,45 a 0,95; un ensayo; 306 participantes), pero la cirugía de cataratas en el segundo ojo no lo hizo.

El retiro gradual de la medicación psicotrópica redujo el cociente de tasa de caídas (CT 0,34; IC del 95%: 0,16 a 0,73; un ensayo; 93 participantes), pero no el riesgo de caídas. Un programa de modificación de la prescripción para los médicos de atención primaria redujo significativamente el riesgo de caídas (RR 0,61; IC del 95%: 0,41 a 0,91; un ensayo; 659 participantes).

Un dispositivo antideslizante para el calzado redujo el cociente de tasa de caídas en condiciones de hielo (CT 0,42; IC del 95%: 0,22 a 0,78; 1 ensayo; 109 participantes). Un ensayo (305 participantes) que comparó la podología multifacética incluidos los ejercicios del pie y el tobillo con la podología estándar en personas con dolor del pie incapacitante redujo significativamente la tasa de caídas (CT 0,64; IC del 95%: 0,45 a 0,91) pero no el riesgo de caídas.

No existe evidencia del efecto de las intervenciones cognitivo-conductuales sobre el cociente de tasa de caídas (CT 1,00; IC del 95%: 0,37 a 2,72; 1 ensayo; 120 participantes) o el riesgo de caídas (RR 1,11; IC del 95%: 0,80 a 1,54; 2 ensayos; 350 participantes).

Los ensayos que probaron las intervenciones para aumentar el conocimiento o para educar acerca de la prevención de caídas solamente no redujeron significativamente el cociente de tasa de caídas (CT 0,33; IC del 95%: 0,09 a 1,20; un ensayo, 45 participantes) o riesgo de caídas (RR 0,88; IC del 95%: 0,75 a 1,03; cuatro ensayos, 2555 participantes).

Trece ensayos proporcionaron una evaluación económica integral. Tres de ellos indicaron ahorros en los costos de sus intervenciones durante el período de prueba: ejercicio en el hogar en personas mayores de 80 años, evaluación y modificación de la seguridad en el hogar en aquellos con una caída previa, y un programa multifactorial dirigido a ocho factores de riesgo específicos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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