Mensajes clave
• Tanto la cirugía como los medicamentos podrían ser seguros y eficaces cuando se utilizan para interrumpir el embarazo en el segundo trimestre.
• Se necesitan más estudios que se centren en variables importantes para la paciente, como el dolor.
¿Cómo se realiza el aborto en el segundo trimestre?
El aborto después de los tres meses de embarazo (segundo trimestre) se puede hacer mediante cirugía o con medicamentos. Se quiso saber qué método es el más seguro y eficaz.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso saber si funciona mejor el aborto quirúrgico o con medicamentos para:
• completar el aborto con el método previsto;
• prevenir sangrados abundantes y lesiones en el cuello uterino, la vagina y el útero;
• reducir el dolor;
• aumentar la satisfacción de las pacientes.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan la cirugía con los medicamentos utilizados para el aborto en el segundo trimestre. Se resumieron los hallazgos y se evaluó la confianza en los resultados.
¿Qué se encontró?
Se encontraron tres estudios que compararon el aborto mediante una intervención quirúrgica llamada dilatación y evacuación (en la que se administra a la persona un tratamiento para dilatar el cuello uterino y luego se extrae el contenido del útero) con el aborto con medicamentos (mifepristona y misoprostol). Los estudios se realizaron en el sur de Asia (141 participantes), Inglaterra (122 participantes) y Estados Unidos (18 participantes).
Tanto la cirugía como los medicamentos podrían ser seguros y eficaces cuando se utilizan para interrumpir el embarazo en el segundo trimestre. Aunque ambos métodos dieron lugar al aborto completo en casi todos los casos, los medicamentos podrían aumentar el riesgo de aborto incompleto. Los medicamentos podrían dar lugar a un riesgo ligeramente mayor de sangrado. El sangrado abundante grave fue poco frecuente. No se sabe lo suficiente acerca de otros aspectos de la experiencia de la paciente, como el dolor, y se necesitan más estudios.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La confianza en los datos es baja a muy baja. Las complicaciones fueron muy poco frecuentes y escasas. Hubo pocos estudios y las intervenciones difirieron mucho de uno a otro. No se sabe lo suficiente acerca de otros aspectos de la experiencia de la paciente y se necesitan más estudios.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta noviembre de 2023.
Leer el resumen científico
Conocer los efectos beneficiosos y perjudiciales relativos de los métodos quirúrgicos versus farmacológicos para la interrupción del embarazo en el segundo trimestre es fundamental para guiar la práctica clínica en diversos contextos y poblaciones de pacientes. Esta revisión evalúa las diferencias en los desenlaces y las experiencias de las pacientes para apoyar un asesoramiento y una atención fundamentados. Se actualiza así la versión anterior publicada en 2008.
Objetivos
Comparar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los métodos quirúrgicos y farmacológicos del aborto inducido en el segundo trimestre (es decir, a partir de las 13 semanas de gestación).
Métodos de búsqueda
Se identificaron ensayos con CENTRAL (revisiones Ovid EBM), MEDLINE ALL (Ovid), Embase.com, LILACS, Scopus y Google Scholar el 29 de noviembre de 2023. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los estudios identificados, los artículos de revisión relevantes, los capítulos de libros y los resúmenes de congresos, para identificar estudios no identificados previamente. Se estableció contacto con expertos en el área en busca de información sobre otros estudios publicados o no publicados.
Criterios de selección
Ensayos aleatorizados que compararan el aborto quirúrgico por aspiración por vacío o dilatación y evacuación (D&E) con el aborto médico con mifepristona y misoprostol en el segundo trimestre del embarazo.
Obtención y análisis de los datos
La validez de cada estudio se evaluó con la metodología Cochrane. Cuando fue necesario se estableció contacto con los investigadores para solicitar información adicional con respecto a la realización de los ensayos o sus resultados. Algunos desenlaces se informaron de forma consistente en varios estudios y se pudieron combinar para el metanálisis. El desenlace principal de interés fue el aborto completado con el método previsto (definido como expulsión fetal).
Resultados principales
Se incluyeron tres estudios (281 participantes). Los estudios se realizaron en Nepal (n asignado al azar = 141), Inglaterra (n asignado al azar = 122) y los Estados Unidos (n asignado al azar = 18) e incluyeron participantes con duraciones del embarazo que variaron de 12 semanas a 19 semanas y 6 días. Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó el sistema GRADE.
El aborto completado con el método previsto (definido como expulsión fetal) se dio en casi todas las participantes de los ensayos. Es posible que no haya diferencias entre los métodos quirúrgicos y farmacológicos, aunque la evidencia de este desenlace es muy incierta (razón de riesgos [RR] 0,99; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,96 a 1,02; tres ensayos; 269 participantes). El aborto incompleto que precisa un procedimiento o intervención adicional (inmediata o diferida) podría ser menos frecuente con el aborto quirúrgico (RR 0,19; IC del 95%: 0,07 a 0,53; tres ensayos; 269 participantes), pero la evidencia es muy incierta.
La hemorragia que requiere una transfusión sanguínea podría ser menos frecuente con el aborto quirúrgico, pero la evidencia es muy incierta ya que el desenlace ocurrió con poca frecuencia (RR 0,29; IC del 95%: 0,07 a 1,12; tres ensayos; 269 participantes). Podría haber menos hemorragia con el aborto quirúrgico que con el aborto médico de acuerdo con la medida de la pérdida sanguínea total (diferencias en la pérdida sanguínea estimada media [ml] –59,80; IC del 95%: –65,21 a –54,39; un ensayo; 141 participantes; evidencia de certeza baja). A las dos semanas del aborto, el aborto médico podría asociarse con más hemorragias informadas por las participantes como más abundantes que un período menstrual que el aborto quirúrgico (RR 0,10; IC del 95%: 0,01 a 0,76; un ensayo; 56 participantes), pero la evidencia es muy incierta.
Se informó de una laceración cervical en el grupo de aborto quirúrgico en los tres estudios, por lo que la evidencia del efecto del aborto quirúrgico versus el aborto médico sobre el riesgo de lesión del cuello uterino, la vagina o el útero es muy incierta.
Las puntuaciones de dolor informadas por la paciente podrían ser inferiores con el aborto quirúrgico en comparación con el aborto médico, pero la evidencia es muy incierta (diferencia de medias en la puntuación de dolor en la escala visual analógica –2,20; IC del 95%: –3,81 a –0,59; un ensayo; 56 participantes). La satisfacción (global) de la paciente con el método asignado pareció similar (dos ensayos; 83 participantes), pero la evidencia es muy incierta y no fue posible agrupar los datos debido a la inconsistencia de las medidas de desenlace.
Conclusiones de los autores
La evidencia comparativa sobre el aborto quirúrgico en el segundo trimestre (aspiración por vacío o D&E) versus aborto médico (mifepristona y misoprostol) fue limitada, se extrajo de tres estudios con variación en las prácticas y la información sobre los resultados. Aunque la asignación a las intervenciones fue consistente, ninguno de los estudios la ocultó. Además, las inquietudes acerca del reclutamiento y la información incompleta de los desenlaces podrían haber influido en los resultados.
Aunque ambos métodos dieron lugar a la expulsión del feto en casi todos los casos, hay evidencia de certeza muy baja de que el aborto médico podría aumentar el riesgo de aborto incompleto y de intervenciones para extraer la placenta. La incertidumbre se debió a las variaciones en los protocolos clínicos y las intervenciones realizadas durante el proceso de aborto para la extracción placentaria con aborto médico. Evidencia de certeza baja apunta a que el aborto médico da lugar a un riesgo ligeramente mayor de hemorragia, definida por la pérdida sanguínea estimada media (ml). La hemorragia grave que requirió transfusión fue poco frecuente, y las diferencias entre los grupos podrían tener poco o ningún efecto sobre el desenlace, pero la evidencia es muy incierta.
Se necesitan más estudios que utilicen protocolos y medidas congruentes (como las guías STAR y MARE). Además, se deben tener en cuenta los estudios de investigación que se centren en la experiencia de la paciente y para fundamentar el asesoramiento.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.