Tubos de ventilación (drenajes timpánicos) para la otitis media con derrame (OMD u "otitis media adhesiva") en niños

Mensajes clave

- A partir de los estudios incluidos en esta revisión, no se sabe con certeza en qué medida los tubos de ventilación mejoran la audición. La otitis media adhesiva es una afección fluctuante, con altas tasas de resolución espontánea y recurrencia, lo que dificulta su estudio en un ensayo clínico.

- Los tubos de ventilación podrían reducir ligeramente el número de niños que tienen otitis media adhesiva después de tres a seis meses de seguimiento. No está claro si también tienen efecto durante periodos de tiempo más largos.

- La inserción de tubos de ventilación podría provocar un orificio persistente en el tímpano (perforación de la membrana timpánica), que varía entre el 0% y el 12% en los estudios evaluados.

¿Qué es la OMD?

La otitis media adhesiva (u "otitis media con derrame [OMD]") es una afección relativamente frecuente que afecta a los niños pequeños. El líquido se acumula en el oído medio, lo que puede provocar deficiencias auditivas. Como consecuencia de su mala audición, los niños se pueden retrasar en el habla y tener dificultades en la escuela.

¿Cómo se trata la OMD?

En la mayoría de los casos, la OMD no requiere tratamiento y los síntomas mejoran con el tiempo. En los niños con OMD persistente, se han utilizado diferentes tratamientos, incluidos los medicamentos o la cirugía (inserción de drenajes timpánicos, con o sin adenoidectomía). Los tubos de ventilación (drenajes timpánicos) son diminutos tubos de plástico o silicona que se introducen en el tímpano bajo anestesia general. El tubo permite drenar el líquido del oído medio y permite la entrada de aire.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quería identificar si en los niños con OMD la inserción de tubos de ventilación era mejor que ningún tratamiento, u otro tipo de tratamiento (como medicamentos o audífonos). También se quería determinar si la inserción de tubos de ventilación se asociaba con algún efecto no deseado.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan tubos de ventilación con ningún tratamiento o un tratamiento diferente, en niños con OMD. Se compararon y resumieron los resultados de los estudios y la confianza en la evidencia se calificó en función de factores como la metodología y los tamaños de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se incluyeron 19 estudios con un total de 2888 participantes. Se consideró que la mayoría de la evidencia encontrada no estaba clara debido al número relativamente escaso de niños incluidos y a algunos problemas con la realización de los estudios. La evidencia de los estudios realizados hasta la fecha no permiten establecer cuándo ni en qué medida los tubos de ventilación mejorarán la audición de un niño concreto.

Se buscaron estudios que compararan los tubos de ventilación con diferentes tipos de tratamiento, incluido ningún tratamiento, tratamiento diferido con tubos de ventilación (si fuera necesario), audífonos, antibióticos o la creación de un pequeño orificio en el tímpano (llamado "miringotomía"). No se encontraron estudios que compararan los tubos de ventilación con los audífonos, pero se encontró evidencia para las demás comparaciones.

Los tubos de ventilación podrían reducir el número de niños con OMD persistente después de tres a seis meses de seguimiento. Este beneficio no se observó tras un seguimiento más prolongado. Sin embargo, muchos niños del "grupo control" (a los que estaba previsto que no se les aplicaría tratamiento) se recuperaron espontáneamente o recibieron tubos de ventilación durante el periodo de seguimiento. Esto dificulta la evaluación de la evidencia tras un seguimiento más prolongado.

No se encontró evidencia sobre la calidad de vida, por lo que no se sabe si la adenoidectomía tiene alguna repercusión sobre ésta.

No fue posible combinar los resultados de diferentes estudios para calcular con qué frecuencia se podría producir una perforación del tímpano. Sin embargo, los estudios informaron de que este efecto secundario se produjo en entre el 0% y el 12% de los niños que recibieron tubos de ventilación.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

No se dispuso de información suficiente para identificar si determinados grupos de niños se beneficiarían de los tubos de ventilación (por ejemplo, los niños con síndrome de Down o hendidura del paladar, los niños con pérdida auditiva grave o los de un determinado grupo de edad). En la práctica clínica, se dispone de diferentes tipos de tubos de ventilación, que duran diferentes períodos de tiempo; no se identificaron estudios que analizaran específicamente el uso de tubos de ventilación de acción prolongada, en los que los efectos beneficiosos y perjudiciales podrían ser diferentes. Es necesario seguir trabajando para identificar qué niños con OMD se beneficiarían del tratamiento y qué niños es probable que se recuperen espontáneamente.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta enero de 2023.

Conclusiones de los autores: 

Podría haber pequeñas mejoras a corto y medio plazo en la audición y la persistencia de la OMD con los TV, pero no está claro si persisten tras un seguimiento más prolongado.

Los ECA incluidos no permiten afirmar cuándo (ni cuánto) mejoran los TV la audición en un niño concreto. Sin embargo, la interpretación de la evidencia es difícil: muchos niños de los grupos control se recuperan espontáneamente o reciben TV durante el seguimiento, los TV se podrían bloquear o ser expulsados, y la OMD podría reaparecer. La evidencia limitada en esta revisión también afecta la generalizabilidad/aplicabilidad de los hallazgos a situaciones que incluyen a niños con afecciones subyacentes (p. ej., síndromes craneofaciales) o al uso de tubos de acción prolongada.

En consecuencia, los ECA podrían no ser la mejor manera de determinar si una intervención es probablemente eficaz en cualquier niño. En su lugar, se debe comprender mejor los diferentes fenotipos de OMD para dirigir las intervenciones a los niños que más se beneficiarán y evitar el tratamiento excesivo cuando es probable la resolución espontánea.

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Antecedentes: 

La otitis media con derrame (OMD) es una acumulación de líquido en la cavidad del oído medio, frecuente en los niños pequeños. Puede causar una pérdida de audición que, cuando es persistente, puede provocar retrasos en el desarrollo, dificultades sociales y una mala calidad de vida. El tratamiento incluye la conducta expectante, la autoinsuflación y el tratamiento médico y quirúrgico. La inserción de tubos de ventilación se ha utilizado a menudo como tratamiento preferente.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los tubos de ventilación (drenajes timpánicos) para la OMD en niños.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas de ensayos publicados y no publicados en el Registro del Grupo Cochrane de Otorrinolaringología (Cochrane ENT), en CENTRAL, Ovid MEDLINE, Ovid Embase, Web of Science, ClinicalTrials.gov, la ICTRP y en fuentes adicionales el 20 de enero de 2023.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados en niños (6 meses a 12 años) con OMD durante ≥ 3 meses. Se incluyeron estudios que compararon la inserción de tubos de ventilación (TV) con cinco comparadores: ningún tratamiento, conducta expectante (tubos de ventilación insertados más tarde, de ser necesario), miringotomía, audífonos y otros tratamientos no quirúrgicos .

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales de esta revisión se determinaron tras un ejercicio de priorización con varias partes interesadas y fueron: 1) audición; 2) calidad de vida específica de la OMD; 3) perforación persistente de la membrana timpánica (como un efecto adverso grave de la cirugía). Los desenlaces secundarios fueron: 1) persistencia de la OMD; 2) otros efectos adversos (que incluyen timpanoesclerosis, obstrucción del TV y dolor); 3) habilidades lingüísticas receptivas; 4) desarrollo del habla; 5) desarrollo cognitivo; 6) habilidades psicosociales; 7) habilidades auditivas; 8) calidad de vida genérica relacionada con la salud; 9) estrés parental; 10) función vestibular; 11) episodios de otitis media aguda. Se utilizó GRADE para evaluar la certeza de la evidencia de los desenlaces clave.

Aunque se incluyeron todas las medidas de evaluación auditiva, el método preferido fue la proporción de niños que recuperaron la audición normal, debido a las dificultades para interpretar los resultados de los umbrales auditivos medios.

Resultados principales: 

Se incluyeron 19 ECA (2888 niños). Se consideró que la mayoría de la evidencia fue muy incierta, debido a los amplios intervalos de confianza de las estimaciones del efecto, el escaso número de participantes y el riesgo de sesgo de realización y detección. En esta revisión se presentan los principales desenlaces del seguimiento más prolongado. La evidencia tuvo algunas limitaciones. Ningún estudio investigó la comparación de tubos de ventilación versus audífonos. No se identificaron datos sobre la calidad de vida específica de la enfermedad ; sin embargo, muchos estudios se realizaron antes del desarrollo de herramientas específicas para evaluarla en la otitis media. En la mayoría de los estudios se utilizaron tubos de ventilación de acción corta, por lo que los datos específicos sobre el uso de TV de acción prolongada son limitados. Por último, no se identificaron datos específicos sobre los efectos de los TV en niños con mayor riesgo de OMD (p. ej., con síndromes craneofaciales).

Tubos de ventilación versus ningún tratamiento (cuatro estudios)

El odds ratio (OR) para un retorno a la audición normal después de 12 meses fue de 1,13 con los TV (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,46 a 2,74; 54% versus 51%; un estudio, 72 participantes; evidencia de certeza muy baja).

A los seis meses, los TV podrían dar lugar a una gran reducción de la OMD persistente (razón de riesgos [RR] 0,30; IC del 95%: 0,14 a 0,65; 20,4% versus 68,0%; un estudio, 54 participantes; evidencia de certeza baja).

Es muy incierta la evidencia acerca de la probabilidad de perforación persistente de la membrana timpánica con los TV a los 12 meses (OR 0,85; IC del 95%: 0,38 a 1,91; 8,3% versus 9,7%; un ECA, 144 participantes).

Inserción temprana de los tubos de ventilación versus conducta expectante (seis estudios)

Hubo poca o ninguna diferencia en la proporción de niños cuya audición volvió a la normalidad después de 8 a 10 años (es decir, a la edad de 9 a 13 años) (RR para los TV 0,98; IC del 95%: 0,94 a 1,03; 93% versus 95%; un estudio, 391 participantes; evidencia de certeza muy baja).

Los TV también podrían dar lugar a una diferencia escasa o nula en el riesgo de OMD persistente después de 18 meses y hasta los 6 años (RR 1,21; IC del 95%: 0,84 a 1,74; 15% versus 12%; tres estudios, 584 participantes; evidencia de certeza muy baja).

No fue posible agrupar los datos sobre la perforación persistente. Un estudio mostró que los TV podrían aumentar el riesgo de perforación tras un seguimiento de 3,75 años (RR 3,65; IC del 95%: 0,41 a 32,38; un estudio, 391 participantes; evidencia de certeza muy baja), pero el número real de niños que desarrollan una perforación persistente podría ser escaso, como demostró otro estudio (1,26%; un estudio, 635 oídos; evidencia de certeza muy baja).

Tubos de ventilación versus tratamiento no quirúrgico (un estudio)

Un estudio comparó los TV con seis meses de antibióticos (sulfisoxazol). No se dispuso de datos sobre la recuperación de la audición normal, pero sí de los umbrales auditivos finales. A los cuatro meses, la diferencia media fue -5,98 dB HL menos (mejor) en los que recibieron TV, pero la evidencia es muy incierta (IC del 95%: -9,21 a -2,75; un estudio, 125 participantes; evidencia de certeza muy baja).

No se identificó evidencia relacionada con la OMD persistente.

Los TV podrían dar lugar a un riesgo bajo de perforación persistente a los 18 meses de seguimiento (ningún evento notificado; síntesis narrativa de un estudio, 60 participantes; evidencia de certeza baja).

Tubos de ventilación versus miringotomía (nueve estudios)

No se sabe con certeza si los TV podrían aumentar ligeramente la probabilidad de recuperar la audición normal de los 6 y hasta los 12 meses, ya que los intervalos de confianza fueron amplios e incluyeron la posibilidad de ningún efecto (RR 1,22; IC del 95%: 0,59 a 2,53; 74% versus 64%; dos estudios, 132 participantes; evidencia de certeza muy baja).

Después de seis meses, es posible que la OMD persistente se reduzca en los que reciben TV en comparación con la miringotomía con láser, pero la evidencia es muy incierta (OR 0,27; IC del 95%: 0,19 a 0,38; un estudio, 272 participantes; evidencia de certeza muy baja).

A los seis meses, el riesgo de perforación persistente es probablemente similar con el uso de TV o miringotomía láser (síntesis narrativa de seis estudios, 581 participantes; evidencia de certeza moderada).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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