Mensajes clave
• Se tiene poca o ninguna confianza en la evidencia de todos los tratamientos. Esto significa que no hay evidencia clara que respalde el uso de distintas intervenciones para dejar de fumar en personas de grupos socioeconómicos más bajos o más altos, ni que alguna intervención tenga un efecto sobre las desigualdades de salud. No obstante, las conclusiones podrían cambiar cuando se disponga de resultados de más estudios.
• Se necesitan más estudios que informen sobre las tasas de abandono por nivel socioeconómico para cada grupo de estudio.
Dejar de fumar y diferencias en el nivel socioeconómico
El tabaquismo es el principal factor de riesgo de enfermedad y muerte prematura, y mata a uno de cada dos usuarios y a ocho millones de personas en todo el mundo cada año. Las personas que fuman tienen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, pulmonar y de cáncer.
Existen muchos tipos de tratamientos que pueden ayudar a las personas a dejar de fumar. Estos tratamientos incluyen medicación o apoyo conductual, como asesoramiento, y se pueden administrar de diversas maneras.
Las personas de grupos socioeconómicos más bajos (p.ej. personas con ingresos más bajos, desempleadas o con niveles académicos más bajos) tienen más probabilidades de fumar, pero menos probabilidades de dejar de fumar con la ayuda de los tratamientos actuales en comparación con las personas de grupos socioeconómicos más altos.
Posible repercusión de dejar de fumar sobre las desigualdades en salud
Las desigualdades en salud son diferencias en la salud entre los grupos de personas. Como el tabaquismo es especialmente perjudicial y mortal, que haya más personas fumadoras provoca una distribución desigual de la muerte y las enfermedades relacionadas con el tabaco en los grupos desfavorecidos. Esto convierte al hábito de fumar en un factor principal de desigualdades en salud. Dejar de fumar es vital para reducir este riesgo y también para reducir las diferencias de salud entre las personas de diferentes grupos socioeconómicos.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quería saber si los tratamientos actuales para ayudar a los adultos a dejar de fumar cigarrillos funcionan mejor o peor en personas de diferentes grupos socioeconómicos, así como su posible repercusión sobre la igualdad en salud.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que analizaran cualquier tratamiento que pudiera utilizar un adulto (a partir de los 18 años de edad) para ayudarlo a dejar de fumar cigarrillos. Se buscaron ensayos controlados aleatorizados, en los que las personas se asignan al azar a diferentes grupos de tratamiento.
Se compararon y resumieron los resultados de los estudios sobre el número de personas que dejaron de fumar después de al menos seis meses, en grupos socioeconómicos más bajos en comparación con más altos. Luego se clasificó la posible repercusión de la intervención sobre la equidad en salud. La confianza en la evidencia se calificó sobre la base de factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 77 estudios que informaron sobre 127 791 adultos fumadores. Investigaron varios medicamentos y apoyo conductual para ayudar a las personas a dejar de fumar. Setenta y tres estudios se llevaron a cabo en países de ingresos altos.
¿Cuáles son los resultados principales de esta revisión?
Los cigarrillos electrónicos de nicotina y la citisina (un medicamento) tuvieron un mayor efecto sobre las tasas de abandono en los grupos socioeconómicos más bajos en lugar de los más altos. Esto denota que cada una de estas intervenciones podría tener un efecto posiblemente positivo sobre la equidad en salud en comparación con la intervención control. Se observó que el bupropión (un antidepresivo) tuvo un mayor efecto sobre las tasas de abandono en los grupos socioeconómicos más altos en lugar de más bajos, lo que apunta a un efecto posiblemente negativo sobre la equidad en salud. La evidencia sobre el tratamiento de reemplazo de nicotina fue incierta y no hubo evidencia disponible sobre la vareniclina (un medicamento). No obstante, existe mucha incertidumbre con respecto a estos resultados.
La evidencia sobre los materiales de autoayuda en papel, los mensajes de texto y los incentivos económicos para dejar de fumar indicaron tasas más bajas de abandono en los grupos socioeconómicos más bajos en comparación con los grupos más altos. Esto denota que estas intervenciones tienen un efecto posiblemente negativo sobre la equidad en salud, en comparación con el control. La evidencia sobre el asesoramiento presencial no indicó diferencias entre los grupos socioeconómicos, mientras que el asesoramiento telefónico y las intervenciones por internet mostraron un mayor efecto sobre las tasas de abandono en los grupos socioeconómicos más bajos en comparación con más alto. De nuevo, la certeza con respecto a estos resultados es limitada.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Se tiene poca o ninguna confianza en los resultados por: (1) el escaso número de estudios; (2) las variaciones entre los estudios en el efecto de la intervención sobre la equidad en salud; (3) los problemas con el diseño o la realización de los estudios; y (4) los pocos datos sobre el número de personas que dejaron de fumar por nivel socioeconómico por grupo de estudio, lo que impidió realizar más análisis. Evidencia adicional podría cambiar o reforzar los resultados de esta revisión.
Vigencia de la evidencia
La evidencia está actualizada hasta el 1 de mayo de 2023.
Actualmente, no hay evidencia clara que apoye el uso de intervenciones diferenciales individuales para el abandono del hábito de fumar en personas de grupos con NSE más bajo o más alto, ni que alguna intervención tenga efecto sobre las desigualdades de salud. Esta conclusión podría cambiar cuando se disponga de más datos.
Muchos estudios no proporcionaron datos suficientes para incluirlos en un metanálisis, a pesar de haber evaluado la asociación de interés. Los ECA futuros deben recopilar, analizar e informar sobre las tasas de abandono del hábito de fumar según medidas del NSE, para fundamentar el desarrollo de intervenciones y garantizar que las intervenciones recomendadas no agravan las desigualdades en salud causadas por el tabaquismo, sino que ayudan a reducirlas.
Las personas de grupos socioeconómicos más bajos tienen más probabilidades de fumar y menos de lograr la abstinencia, lo que hace que el tabaquismo sea uno de los principales factores de desigualdad en salud. Los factores contextuales que afectan a las subpoblaciones podrían moderar la eficacia de las intervenciones individuales para dejar de fumar. Se desconoce si alguna intervención funciona de manera diferente en poblaciones y contextos socioeconómicamente distintos.
Evaluar si los efectos de las intervenciones individuales para dejar de fumar sobre el consumo de cigarrillos de tabaco combustible difieren según los grupos socioeconómicos, así como su posible repercusión sobre las equidades en salud.
Se realizaron búsquedas en la Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas desde su creación hasta el 1 de mayo de 2023 de revisiones Cochrane que investigaran intervenciones individuales para dejar de fumar. Se seleccionaron los estudios incluidos en estas revisiones que cumplieran con los criterios de la actual revisión. Se estableció contacto con los autores de los estudios para identificar más estudios elegibles.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) paralelos, por conglomerados o factoriales que investigaran cualquier intervención individual para dejar de fumar que estimulara el abandono absoluto del consumo de cigarrillos de tabaco combustible en comparación con ninguna intervención, placebo u otra intervención en adultos. Los estudios debían haber evaluado o informado sobre las tasas de abandono del hábito de fumar, divididas en función de cualquier medida del nivel socioeconómico (NSE) en el seguimiento más largo (≥ seis meses) y haberse publicado en el año 2000 o después.
Se siguió la metodología estándar de Cochrane para el cribado, la extracción de los datos y la evaluación del riesgo de sesgo. Se evaluó la disponibilidad de los datos de abstinencia del hábito de fumar por NSE en lugar del informe selectivo.
El desenlace principal fueron las tasas de abandono del hábito de fumar, divididas según NSE más bajo y más alto, en el seguimiento más largo (≥ seis meses). Cuando fue posible, se calcularon las razones de odds ratios (ROR) con intervalos de confianza (IC) del 95% para cada estudio, comparando los NSE bajos con los altos. Las ROR se agruparon por tipo de intervención en metanálisis de efectos aleatorios, con el uso del método genérico del inverso de la varianza. Se subagruparon por tipo de indicador del NSE y clasificación económica del país del estudio. Toda la evidencia se resumió en gráficos de dirección del efecto y la repercusión de la intervención sobre la equidad en salud se clasificó como: positiva (evidencia de que el efecto relativo de la intervención sobre las tasas de abandono fue mayor en los grupos de NSE más bajo en lugar de más alto), posiblemente positiva, neutra, posiblemente neutra, posiblemente negativa, negativa, ninguna diferencia estadísticamente significativa informada o incierta. La certeza se evaluó mediante el sistema GRADE.
Se encontraron 77 estudios (73 de países de ingresos altos), que representaron a 127 791 participantes. Se consideró que 12 estudios tenían un riesgo general de sesgo bajo, 13 un riesgo incierto y los 52 restantes, un riesgo alto. Los estudios incluidos investigaron diversas intervenciones farmacológicas, apoyo conductual o combinaciones de estas.
Intervenciones farmacológicas
Se encontró evidencia de certeza muy baja para todas las intervenciones farmacológicas principales en comparación con el control. La evidencia sobre la citisina (ROR 1,13; IC del 95%: 0,73 a 1,74; un estudio, 2472 participantes) y los cigarrillos electrónicos de nicotina (ROR 4,57; IC del 95%: 0,88 a 23,72; un estudio, 989 participantes) en comparación con el control indicó un mayor efecto relativo de estas intervenciones sobre las tasas de abandono en los grupos de NSE más bajo comparado con más alto, lo que apunta a una repercusión posiblemente positiva sobre la equidad en salud. Los IC para ambas estimaciones incluyeron la posibilidad de que no hubiera ninguna diferencia clínicamente importante y de favorecer a los grupos con mayor NSE. Hubo un efecto relativo más bajo del bupropión versus placebo sobre las tasas de abandono en los grupos de NSE más bajo en comparación con los grupos NSE más alto, lo que indica una repercusión posiblemente negativa sobre la equidad en salud (ROR 0,05; IC del 95%: 0,00 a 1,00; de uno de dos estudios, 354 participantes; un estudio informó de que no hubo diferencias); sin embargo, el IC incluyó la posibilidad de ninguna diferencia clínicamente importante. No fue posible determinar la repercusión de la intervención del tratamiento de reemplazo de nicotina combinado o solo sobre las tasas relativas de abandono del hábito según el NSE. No se incluyeron estudios sobre vareniclina versus control.
Intervenciones conductuales
Se encontró evidencia de certeza baja de menores tasas de abandono en los grupos de NSE más bajo en comparación con los grupos de NSE más alto con los materiales de autoayuda en formato impreso (ROR 0,85; IC del 95%: 0,52 a 1,38; tres estudios, 4440 participantes) y los mensajes de texto (ROR 0,76; IC del 95%: 0,47 a 1,23; de tres de cuatro estudios, 5339 participantes; un estudio informó de que no hubo diferencias) versus control, lo que indica un impacto posiblemente negativo sobre la equidad en salud. Los IC para ambas estimaciones incluyeron la posibilidad de que no hubiera ninguna diferencia clínicamente importante y de favorecer a los grupos con menor NSE.
Hubo evidencia de certeza muy baja de que las tasas de abandono favorecieron a los grupos de NSE más alto con los incentivos económicos en comparación con los componentes equilibrados de la intervención. Sin embargo, el IC incluyó la posibilidad de que no hubiera ninguna diferencia clínicamente importante y de favorecer a los grupos de NSE más bajo (ROR 0,91; IC del 95%: 0,45 a 1,85; de cinco de seis estudios, 3018 participantes; un estudio informó de que no hubo diferencias). Lo anterior indica una repercusión posiblemente negativa sobre la equidad en salud. Hubo evidencia de certeza muy baja de que no hubo diferencias en las tasas de abandono del hábito según el NSE para el asesoramiento presencial comparado con el asesoramiento menos intensivo, los componentes equilibrados o la atención habitual. Sin embargo, el IC incluyó la posibilidad de favorecer a los grupos de NSE más bajo y más alto (ROR 1,26; IC del 95%: 0,18 a 8,93; de uno de seis estudios, 294 participantes; cinco estudios informaron de que no hubo diferencias).
Se encontró evidencia de certeza muy baja de un mayor efecto relativo del asesoramiento telefónico (ROR 4,31; IC del 95%: 1,28 a 14,51; a partir de uno de siete estudios, 903 participantes; cinco estudios informaron de que no hubo diferencias y en el caso de otro fue incierto) y las intervenciones por Internet (ROR 1,49; IC del 95%: 0,99 a 2,25; a partir de uno de cinco estudios, 4613 participantes; cuatro estudios informaron de que no hubo diferencias) versus el control sobre las tasas de abandono en los grupos de NSE más bajo versus más alto, lo que indica una repercusión posiblemente positiva sobre la equidad en salud. El IC para la estimación de la intervención por internet incluyó la posibilidad de que no hubiera diferencias. Aunque el IC para la estimación del asesoramiento telefónico solo favoreció a los grupos de NSE más bajo, la mayoría de los estudios informaron de forma narrativa de que no hubo evidencia clara de efectos de interacción.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.