¿Los programas ofrecidos a través de organizaciones deportivas promueven una conducta saludable y mejoran la salud de las personas?

Mensajes clave

• Los programas ofrecidos a través de organizaciones deportivas probablemente dan lugar a que las personas sean algo más activas físicamente.

• Los ofrecidos a través de organizaciones deportivas podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la cantidad de tiempo que las personas permanecen inactivas (sedentarias). Podrían aumentar la cantidad de frutas y verduras que comen las personas.

• No se sabe si estos programas dan lugar a diferencias en la cantidad de bebidas azucaradas y bebidas alcohólicas que consumen las personas, o en el consumo de tabaco, ya que la evidencia es muy incierta.

¿Qué son las conductas saludables y por qué son importantes?

Las enfermedades crónicas son la principal causa de muerte y enfermedad en todo el mundo. El riesgo de enfermedades crónicas se puede reducir mediante conductas saludables, como comer alimentos saludables y ser físicamente activo. Las organizaciones deportivas son populares en muchos países y pueden ser una manera eficaz de promover conductas saludables o mejorar los desenlaces de salud.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quería saber si los programas realizados dentro de las organizaciones deportivas son eficaces para promover conductas saludables y mejorar la salud de las personas. Los programas de interés podían haber estado dirigidos a miembros de organizaciones deportivas (jugadores y no jugadores), entrenadores, seguidores, estudiantes de escuelas o universidades, familiares de jugadores y otros.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan los desenlaces relacionados con la salud de las personas asignadas al azar a dos o más grupos: el grupo del programa de promoción de la conducta saludable versus un grupo que no participó en el programa experimental (el grupo "control"). Los estudios elegibles debían analizar un programa que tuviera como objetivo promover una conducta saludable (como la actividad física o la alimentación saludable), reducir una conducta poco saludable (como consumir alcohol o fumar) o mejorar desenlaces como el peso, la presión arterial o el conocimiento relacionado con la salud de las personas.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 20 estudios con un total de 8179 personas. La mayoría de los estudios se dirigieron a adultos miembros o seguidores de organizaciones deportivas y se realizaron en clubes de fútbol (p. ej., fútbol, fútbol americano, liga de fútbol australiano). Catorce estudios evaluaron programas dirigidos a una o más conductas saludables o poco saludables. Los 20 estudios se realizaron en países de ingresos altos. Poco más de la mitad de los estudios (11 estudios) incluyeron solo hombres, y un estudio incluyó solo mujeres.

Principales hallazgos

En comparación con las personas de los grupos control, las personas involucradas o expuestas a los programas implementados a través de organizaciones deportivas:

• probablemente aumentaron su actividad física en 7,4 minutos por día;
• podrían no haber reducido la cantidad de tiempo que permanecieron inactivos (sedentarios);
• podrían haber comido más frutas y verduras.

Sin embargo, no está claro si los programas implementados por organizaciones deportivas tuvieron una repercusión sobre el consumo de bebidas azucaradas, el consumo de alcohol o el consumo de tabaco.

Tampoco está claro si los programas de los clubes deportivos tuvieron consecuencias perjudiciales no deseadas para las personas involucradas. Los hallazgos fueron contradictorios en los pocos estudios que proporcionaron información sobre los efectos negativos no deseados.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

La confianza en la evidencia varió de moderada a muy baja; la futura evidencia podría cambiar los resultados. Cuatro factores principales redujeron la confianza. Primero, algunos estudios se centraron en poblaciones específicas, mientras que la pregunta que se quería responder era más amplia. Por ejemplo, la mayoría de la evidencia de los desenlaces clave (incluido cualquier cambio en la actividad física / inactividad, y el consumo de frutas, verduras y bebidas azucaradas) provino de estudios que incluyeron a hombres con factores de riesgo relacionados con la salud, como el sobrepeso y la obesidad, y a seguidores masculinos del fútbol. Segundo, en algunos estudios, las personas sabían qué tratamiento recibían, y otros estudios no informaron claramente si las personas que participaban sabían el tratamiento que recibían. Tercero, los resultados fueron muy inconsistentes entre los estudios en el caso de algunos desenlaces. Finalmente, algunos estudios fueron muy pequeños.

Vigencia de la evidencia

La evidencia está actualizada hasta mayo de 2024.

Conclusiones de los autores: 

En términos generales, las intervenciones implementadas a través de organizaciones deportivas probablemente aumentan la actividad física moderada a vigorosa en 7,4 minutos por día, podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la conducta sedentaria y podrían aumentar el consumo de frutas y verduras. La evidencia acerca de si las intervenciones de las organizaciones deportivas disminuyen el consumo de bebidas azucaradas y alcohol es muy incierta. Los hallazgos sobre el consumo de tabaco y las consecuencias adversas involuntarias fueron contradictorios en los pocos ensayos que los proporcionaron; por lo tanto, la evidencia fue muy incierta. Estos hallazgos se deben interpretar en el contexto de la heterogeneidad de las intervenciones, los participantes y las organizaciones deportivas en el caso de algunos desenlaces.

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Antecedentes: 

Las enfermedades crónicas son la principal causa de mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Gran parte de esta carga se puede prevenir adoptando conductas saludables y reduciendo los factores de riesgo de enfermedades crónicas. A nivel global se recomiendan los enfoques basados en el entorno para abordar los factores de riesgo relacionados con las enfermedades crónicas. Las organizaciones deportivas son muy prevalentes y atraen a muchas personas en muchos países. Como tales, representan un entorno ideal para las intervenciones de salud pública promotoras de salud. Sin embargo, actualmente hay evidencia limitada de su repercusión sobre la conducta saludable y los desenlaces de salud, ya que las revisiones sistemáticas anteriores son limitadas en su alcance (p. ej., limitadas a organizaciones deportivas profesionales) o están desactualizadas.

Objetivos: 

Principal: evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las intervenciones aplicadas a través de organizaciones deportivas para promover conductas saludables (incluida la actividad física, la dieta saludable) o reducir las conductas de riesgo para la salud (que incluyen el consumo de alcohol y de tabaco).

Secundarios: evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de estas intervenciones para promover los desenlaces de salud (p. ej. el peso), otras conductas relacionadas con la salud (p. ej., conductas de búsqueda de ayuda) o los conocimientos relacionados con la salud; determinar si los efectos beneficiosos y perjudiciales difieren sobre la base de las características de las intervenciones, incluida la población destinataria y la duración de la intervención; evaluar las consecuencias adversas no deseadas de las intervenciones implementadas a través de organizaciones deportivas; y describir su coste o coste-efectividad.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, otra base de datos y dos registros de ensayos clínicos, desde su creación hasta mayo de 2024, para identificar ensayos elegibles. En mayo de 2024 se hicieron búsquedas en Google Scholar. No se impusieron restricciones de idioma ni estado de publicación. También se buscaron otros ensayos potencialmente elegibles en las listas de referencias de los ensayos incluidos.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA), incluidos los ECA por conglomerados, de cualquier intervención realizada dentro de una organización deportiva o a través de la misma para acceder a un grupo destinatario, que tuvieran como objetivo mejorar un desenlace principal o secundario de la revisión relacionado con una conducta de salud, y un grupo control paralelo (ninguna intervención, intervención alternativa). Los participantes elegibles fueron cualquier individuo expuesto a una intervención que implicara a una organización deportiva, incluidos jugadores, miembros, entrenadores y seguidores.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Cuando fue posible agrupar los datos de al menos dos ensayos se realizaron metanálisis de efectos aleatorios para resumir los resultados. Cuando no fue posible realizar el metanálisis, se siguieron las guías Cochrane para la síntesis mediante otros métodos, y los resultados se informaron según las guías Synthesis Without Meta-analysis (SWiM).

Resultados principales: 

Se incluyeron 20 ensayos (42 grupos de ensayo, 8179 participantes) realizados en países de ingresos altos, y se identificaron cuatro ensayos en curso y cuatro ensayos en espera de clasificación. Hubo heterogeneidad considerable entre los ensayos en el tipo de participantes, las intervenciones y los desenlaces evaluados. Los ensayos incluidos se dirigieron principalmente a miembros de organizaciones deportivas (ocho ensayos) o a seguidores (ocho ensayos), solo hombres (11 ensayos) y adultos (14 ensayos). Los clubes de fútbol (p. ej., fútbol, fútbol americano, liga de fútbol australiano) fueron el contexto de intervención más frecuente (15 ensayos), y las intervenciones se dirigieron a diversas combinaciones de conductas saludables, conocimientos y desenlaces de salud. Catorce ensayos (10 ECA y cuatro ECA por conglomerados) evaluaron la repercusión de una intervención de una organización deportiva sobre un desenlace principal: actividad física (nueve ensayos); alimentación (seis ensayos); consumo de alcohol (11 ensayos); y consumo de tabaco (dos ensayos). En los ECA, el riesgo de sesgo de los desenlaces principales (actividad física, alimentación, consumo de alcohol) y las consecuencias adversas involuntarias se consideró bajo (cuatro desenlaces), incierto (un desenlace) o alto (32 desenlaces) debido a que los desenlaces fueron autoinformados. En el caso de los ECA por conglomerados, el riesgo de sesgo de todos los desenlaces principales (consumo de alcohol, consumo de tabaco) se consideró alto (ocho desenlaces), debido a que los desenlaces fueron autoinformados.

Las intervenciones implementadas por organizaciones deportivas versus control probablemente tienen un efecto positivo pequeño sobre la cantidad de actividad física diaria, equivalente a aproximadamente 7,4 minutos de actividad física moderada a vigorosa diaria (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,36; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,22 a 0,49; I 2 = 3%; cuatro ensayos, 1213 participantes; evidencia de certeza moderada) y podrían no reducir la conducta sedentaria (diferencia de medias [DM] -15,18; IC del 95%: -30,82 a 0,47; I 2 = 0%; dos ensayos, 1047 participantes; evidencia de certeza baja).

Las intervenciones implementadas por organizaciones deportivas versus control podrían tener un efecto positivo moderado sobre el consumo de frutas y verduras, equivalente a un aumento de la puntuación de 1,25 puntos en una escala de 12 puntos en la frecuencia del consumo de frutas y verduras (DME 0,50; IC del 95%: 0,35 a 0,65; I 2 = 0%; cinco ensayos, 1402 participantes; evidencia de certeza baja).

Las intervenciones de las organizaciones deportivas versus control podrían reducir el consumo de bebidas azucaradas (equivalente a una reducción de su consumo de 0,8 veces por día), pero la evidencia es muy incierta (DME -0,37; IC del 95%: -0,64 a -0,10; I 2 = 0%; dos ensayos, 225 participantes; evidencia de certeza muy baja).

Las intervenciones de las organizaciones deportivas versus control podrían tener poco o ningún efecto sobre el consumo de alcohol (equivalente a una reducción de 0,38 unidades de alcohol consumidas por semana), pero la evidencia es muy incierta (DM -0,38; IC del 95%: -1,00 a 0,24; I 2 = 78%; siete ensayos, 2313 participantes; evidencia de certeza muy baja).

Dos ensayos que no fue posible resumir proporcionaron resultados contradictorios sobre el consumo de tabaco (evidencia de certeza baja).

La evidencia acerca del efecto de las intervenciones con clubes deportivos sobre las consecuencias adversas no intencionales es muy incierta. Cinco ensayos evaluaron este desenlace, dos informaron de que no hubo consecuencias adversas, uno solo informó sobre consecuencias adversas no graves y dos informaron de que hubo consecuencias adversas graves involuntarias en menos del 1% de los participantes.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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