Ejercicio físico para personas con párkinson: ¿qué tipo de ejercicio funciona mejor?

Nota editorial: 

Los principales resultados del metanálisis en red también están disponibles en forma de una tabla interactiva de resumen de los hallazgos , elaborada en colaboración con MAGIC.

Antecedentes

La enfermedad de Parkinson (párkinson) es un trastorno progresivo del sistema nervioso que principalmente afecta a personas de más de 60 años. Los síntomas comienzan de manera gradual e incluyen problemas de movimiento, como temblores, rigidez, lentitud de movimiento y equilibrio y problemas de coordinación. Las personas con párkinson también pueden tener problemas afectivos y del estado de ánimo, cansancio, problemas de sueño y de la actividad mental. La enfermedad es incurable, pero los síntomas pueden aliviarse, por ejemplo, con medicamentos o cirugía. Además, las personas con párkinson podrían beneficiarse de la fisioterapia u otras formas de ejercicio físico, como la danza. Pero sigue sin estar claro si algunos de estos tipos de ejercicio funcionan mejor que otros.

¿Cuál era el objetivo?

Se quiso averiguar qué tipo de ejercicio físico funciona mejor para mejorar el movimiento y la calidad de vida de las personas con párkinson. También se quiso averiguar qué tipo de ejercicio causa menos efectos no deseados.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan el ejercicio físico con ningún ejercicio físico o con otro tipo de ejercicio físico. Se compararon y resumieron sus resultados a corto plazo, y la confianza en la evidencia se calificó sobre la base de factores como los métodos del estudio y el número de personas incluidas. Solo se estudiaron los resultados a corto plazo.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 154 estudios sobre diferentes tipos de ejercicio físico para personas con párkinson. Los estudios incluyeron un total de 7837 personas. El estudio más pequeño se realizó con 10 personas y el más grande con 474. La media de edad de los participantes varió de 60 a 74 años. Los estudios se realizaron en países de todo el mundo, con el mayor número (34) en Estados Unidos. De los estudios incluidos, 60 (2721 personas) proporcionaron información sobre el movimiento; 48 (3029 personas) proporcionaron información sobre la calidad de vida y 85 (5192 personas) proporcionaron información sobre los efectos no deseados.

¿Cuáles fueron los resultados clave?

Muchos tipos de ejercicio físico funcionaron bien para las personas con párkinson en comparación con ningún ejercicio físico.

Es probable que la danza y el entrenamiento de marcha/equilibrio/funcional tengan un efecto beneficioso moderado sobre el movimiento. El entrenamiento que consta de varios tipos de ejercicio (es decir, el entrenamiento multidominio) probablemente tenga un ligero efecto beneficioso sobre el movimiento. El entrenamiento de resistencia, el entrenamiento acuático, el entrenamiento de fuerza/resistencia y el entrenamiento mente-cuerpo (como el tai chi o el yoga)a podrían producir un pequeño efecto beneficioso sobre el movimiento. Existe mucha incertidumbre acerca de los efectos del entrenamiento específico para el párkinson "Lee Silverman Voice training BIG" (LSVT BIG) y el entrenamiento de flexibilidad en el movimiento.

El entrenamiento acuático tiene probablemente un gran efecto beneficioso sobre la calidad de vida. El entrenamiento multidominio, el entrenamiento mente-cuerpo, el entrenamiento de marcha/equilibrio/funcional y la danza podrían producir un ligero efecto beneficioso sobre la calidad de vida. Existe mucha incertidumbre con respecto a los efectos de los videojuegos, el entrenamiento de fuerza/resistencia, el entrenamiento de resistencia y el entrenamiento de flexibilidad sobre la calidad de vida.

La confianza en los efectos varió entre muy baja y moderada. La reducción de la confianza solía deberse a dos motivos. En primer lugar, no todos los estudios proporcionaron información sobre el movimiento o la calidad de vida de todas las personas que participaron. En segundo lugar, la mayoría de los estudios fueron muy pequeños.

Solo 85 estudios proporcionaron alguna información sobre los efectos no deseados, y en su mayoría solo para los grupos de ejercicio físico, no para los grupos que no hicieron ejercicio. En 40 estudios no se notificaron efectos no deseados. En cuatro estudios no se notificaron efectos graves no deseados. En 28 estudios se notificaron efectos no deseados. Los efectos no deseados notificados con más frecuencia fueron las caídas (18 estudios) y el dolor (10 estudios). No fue posible establecer qué tipo de ejercicio causa menos efectos no deseados porque los estudios no proporcionaron toda la información necesaria. Es por ello que existen muchas dudas sobre los resultados de los efectos no deseados.

¿Qué significa esto?

Se observó que muchos tipos de ejercicio físico pueden ayudar a mejorar el movimiento y la calidad de vida de las personas con párkinson. Se encontraron pocas pruebas de que determinados tipos de ejercicio funcionen mejor que otros. Por lo tanto, para el movimiento y la calidad de vida, se considera que el ejercicio físico es importante, pero el tipo concreto de ejercicio podría ser menos importante. Aun así, es posible que algunos síntomas se alivien mejor con un tipo concreto de entrenamiento diseñado para personas con párkinson. Los tipos de entrenamiento incluidos parecieron bastante seguros.

Se necesitan estudios más grandes y mejor diseñados para aumentar la confianza en la evidencia. Además, se necesitan más investigaciones para comprender las características que influyen en los efectos del ejercicio. Disponer de más estudios en los que participen personas con peores síntomas podría ayudar a extender los resultados a más personas con párkinson.

¿Qué grado de actualización tiene esta revisión?

La evidencia está actualizada hasta mayo de 2021.

Conclusiones de los autores: 

Se encontró evidencia de efectos beneficiosos sobre la gravedad de los signos motores y la CdV para la mayoría de los tipos de ejercicio físico en las personas con párkinson incluidas en esta revisión, pero poca evidencia de diferencias entre las intervenciones. Así pues, la revisión destaca la importancia del ejercicio para los desenlaces principales de gravedad de los signos motores y CdV, aunque el tipo de ejercicio concreto podría ser secundario. Cabe destacar que esta conclusión es compatible con la posibilidad de que los síntomas motores específicos podrían tratarse de forma más eficaz en programas específicos del párkinson. Aunque la evidencia es muy incierta con respecto al efecto del ejercicio en el riesgo de eventos adversos, las intervenciones incluidas en esta revisión se describieron como relativamente seguras. Se necesitan estudios más grandes para aumentar la confianza en la evidencia. Los futuros estudios que recluten a personas con enfermedad de gravedad avanzada y deterioro cognitivo podrían ayudar a ampliar la generalizabilidad de los hallazgos a un abanico más amplio de personas con enfermedad de Parkinson.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

El ejercicio físico es eficaz para tratar la enfermedad de Parkinson (párkinson), pero el beneficio relativo de los diferentes tipos de ejercicio sigue sin estar claro.

Objetivos: 

Comparar los efectos de diferentes tipos de ejercicio físico en adultos con párkinson sobre la gravedad de los signos motores, la calidad de vida (CdV) y la aparición de eventos adversos, y generar una clasificación clínicamente significativa de tratamientos mediante metanálisis en red (MAR).

Métodos de búsqueda: 

Un documentalista con experiencia realizó una búsqueda sistemática de artículos pertinentes en CENTRAL, MEDLINE, Embase y otras cinco bases de datos hasta el 17 de mayo de 2021. También se realizaron búsquedas en registros de ensayos, resúmenes de congresos y en las listas de referencias de los estudios identificados hasta esa fecha.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan un tipo de ejercicio físico para adultos con párkinson con otro tipo de ejercicio, un grupo control o ambos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente. Se consultó a un tercer autor cuando hubo discrepancias.

Se clasificaron las intervenciones y se utilizó un MAR para analizar sus efectos sobre la gravedad de los signos motores, la calidad de vida, la congelación de la marcha y la movilidad funcional y el equilibrio hasta seis semanas después de la intervención. Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo mediante la herramienta de riesgo de sesgo 2 (RoB 2) y calificaron la confianza en la evidencia mediante el enfoque CINeMA para los resultados sobre la gravedad de los signos motores y la CdV. Se consultó con un tercer autor para resolver las discrepancias.

Debido a la manera heterogénea de informar sobre los eventos adversos, se resumieron los datos de seguridad de forma narrativa y se calificó la confianza en la evidencia mediante el método GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 154 ECA con un total de 7837 participantes con enfermedad leve a moderada en su mayoría y sin deterioro cognitivo importante. El número de participantes por estudio fue pequeño (media de 51, rango de 10 a 474). Los MAR sobre la gravedad de los signos motores y la CdV incluyeron datos de 60 (2721 participantes) y 48 (3029 participantes) ensayos, respectivamente. Ochenta y cinco estudios (5192 participantes) proporcionaron datos de seguridad. A continuación se presentan los principales resultados.

Se observó evidencia de efectos beneficiosos para la mayoría de los tipos de ejercicio físico incluidos en la revisión en comparación con un grupo de control pasivo. Los efectos sobre la gravedad de los signos motores y la calidad de vida se expresan como puntuaciones en la escala motora de la Escala Unificada de Calificación de la Enfermedad de Parkinson (Unified Parkinson Disease Rating Scale; UPDRS-M) y el Cuestionario Parkinson's Disease Questionnaire 39 (PDQ-39), respectivamente. En ambas escalas, las puntuaciones más altas indican una mayor carga sintomática. Por lo tanto, las estimaciones negativas reflejan una mejoría (diferencia mínima clínicamente importante: -2,5 para la UPDRS-M y -4,72 para la PDQ-39).

Gravedad de los signos motores
La evidencia de los MAR (60 estudios; 2721 participantes) indica que la danza y el entrenamiento de marcha/equilibrio/funcional probablemente tengan un efecto beneficioso moderado sobre la gravedad de los signos motores (danza: diferencia de medias [DM] -10,18; intervalo de confianza [IC] del 95%: -14,87 a 5,36; entrenamiento de la marcha/equilibrio/funcional: DM -7,50; IC del 95%: -11,39 a -3,48; confianza moderada), y el entrenamiento multidominio tenga un pequeño efecto beneficioso sobre la gravedad de los signos motores (DM -5,90; IC del 95%: -9,11 a -2,68; confianza moderada). La evidencia también indica que el entrenamiento de resistencia, el acuático, el de fuerza/resistencia y el de mente-cuerpo podrían tener un pequeño efecto beneficioso sobre la gravedad de los signos motores (entrenamiento de resistencia: DM -5,76; IC del 95%: -9,78 a -1,74; entrenamiento acuático: DM -5,09; IC del 95%: -10,45 a 0,40; entrenamiento de fuerza/resistencia: DM -4,96; IC del 95%: -9,51 a -0,40; entrenamiento mente-cuerpo: DM -3,62; IC del 95%: -7,24 a 0,00; confianza baja). La evidencia es muy incierta con respecto a los efectos del "Lee Silverman Voice training BIG" (LSVT BIG) y el entrenamiento de flexibilidad en la gravedad de los signos motores (LSVT BIG: DM -6,70; IC del 95%: -16,48 a 3,08; entrenamiento de flexibilidad: DM 4,20; IC del 95%: -1,61 a 9,92; confianza muy baja).

Calidad de vida
La evidencia del MAR (48 estudios; 3029 participantes) indica que el entrenamiento acuático probablemente tenga un gran efecto beneficioso sobre la CdV (DM -15,15; IC del 95%: -23,43 a -6,87; confianza moderada). La evidencia también indica que el entrenamiento mente-cuerpo, el entrenamiento de marcha/equilibrio/funcional, el entrenamiento multidominio y la danza podrían tener un pequeño efecto beneficioso sobre la CdV (entrenamiento mente-cuerpo: DM -7,22; IC del 95%: -13,57 a -0,70; entrenamiento de marcha/equilibrio/funcional: DM -6,17; IC del 95%: -10,75 a -1,59; entrenamiento multidominio: DM -5,29; IC del 95%: -9,51 a -1,06; danza: DM -3,88; IC del 95%: -10,92 a -3,00; confianza baja). La evidencia es muy incierta con respecto a los efectos de los videojuegos, el entrenamiento de fuerza/resistencia, el entrenamiento de resistencia y el entrenamiento de flexibilidad sobre la CdV (videojuegos: DM -8,99; IC del 95%: -23,43 a 5,46; entrenamiento de fuerza/resistencia: DM -6,70; IC del 95%: -12,86 a -0,35; entrenamiento de resistencia: DM -6,52; IC del 95%: -13,74 a 0,88; entrenamiento de flexibilidad: DM 1,94; IC del 95%: -10,40 a 14,27; confianza muy baja).

Eventos adversos
Solo 85 estudios (5192 participantes) proporcionaron algún tipo de datos de seguridad, en su mayoría solo para los grupos de intervención. No se produjeron eventos adversos (EA) en 40 estudios y no se produjeron EA graves en cuatro estudios. En 28 estudios se produjeron EA. Los eventos notificados con más frecuencia fueron las caídas (18 estudios) y el dolor (10 estudios). La evidencia es muy incierta con respecto al efecto del ejercicio físico sobre el riesgo de eventos adversos (confianza muy baja).

Se observó poca evidencia de diferencias en los distintos desenlaces entre los tipos de ejercicios.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information