Tratamiento con ácidos grasos de origen marino para el ictus

Pregunta de la revisión

¿Cuáles son los efectos de los ácidos grasos omega 3 de origen marino para el ictus tras un seguimiento corto (hasta tres meses) y prolongado (más de tres meses)?

Antecedentes

El término ictus se refiere a un grupo de enfermedades de los vasos sanguíneos del cerebro. El ictus puede causarlo una hemorragia o una obstrucción de estos vasos que lleva a una pérdida de la función de las células cerebrales. El accidente isquémico transitorio (AIT), también llamado "microictus", es una interrupción temporal del suministro de sangre al cerebro. El ictus es una enfermedad incapacitante que suele requerir una atención especializada prolongada. En la actualidad existen pocas opciones terapéuticas para estos pacientes. Los ácidos grasos omega 3 (ácido eicosapentaenoico [EPA, por sus siglas en inglés] y ácido docosahexaenoico [DHA, por sus siglas en inglés]) presentes en el pescado azul tienen importantes funciones en el cerebro. En los estudios de investigación con animales, el EPA y el DHA parecen proteger las células cerebrales después del ictus, sobre todo si se administran muy pronto. Sin embargo, no están claros sus efectos como tratamiento para el ictus en humanos.

Características de los estudios

Se identificaron 30 estudios que incluyeron participantes con ictus o AIT y se encontró información pertinente en nueve de ellos (3339 participantes en total). Tres tuvieron un seguimiento corto (hasta tres meses) y seis tuvieron un seguimiento más largo. Tres estudios compararon los ácidos grasos omega 3 de origen marino con la atención habitual y el resto utilizó un placebo (tratamiento inactivo). No todos los estudios evaluaron todos los desenlaces.

Resultados clave

Se desconocen los efectos de los ácidos grasos omega 3 de origen marino en la recuperación tras un ictus. Solo dos estudios muy pequeños informaron sobre ellos, uno en cada categoría de seguimiento, sin encontrar diferencias significativas. Un estudio del grupo de seguimiento a corto plazo observó menos mejoría en el estado de ánimo con los ácidos grasos omega 3 de origen marino, pero la evidencia fue de certeza baja. Debido a los pocos estudios que los han evaluado, se desconocen los efectos de los ácidos grasos omega 3 de origen marino sobre la mortalidad por trastornos vasculares, la recurrencia del ictus, los episodios adversos y la calidad de vida tras un ictus o un AIT.

Certeza de la evidencia

Tanto en los estudios de seguimiento corto como en los más prologados, la certeza de la evidencia fue muy baja o baja. No se informó sobre la frecuencia de otro tipo de ictus ni sobre la calidad de vida en el seguimiento más largo.

Fecha de la evidencia

Esta revisión actualiza una elaborada por primera vez en 2019. Ahora la evidencia está actualizada hasta el 31 de mayo de 2021.

Conclusiones de los autores: 

Se desconoce el efecto del tratamiento con AGPI n-3 de origen marino sobre los desenlaces funcionales y la dependencia después del accidente cerebrovascular, ya que no hay evidencia suficiente de calidad alta. Se necesitan más ECA bien diseñados, específicamente sobre el accidente cerebrovascular agudo, para determinar la eficacia y la seguridad de la intervención.

Los estudios que evalúan el desenlace funcional podrían plantearse comenzar la intervención lo antes posible después del evento, así como utilizar medidas clínicamente relevantes y estandarizadas para los desenlaces funcionales, como la escala Rankin modificada. Aún no se han establecido las dosis óptimas; las formas (tipo de excipiente lipídico) y la vía de administración (por ingesta o inyección) también merecen una consideración adicional.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

Actualmente, con el aumento de la carga del accidente cerebrovascular, existe la necesidad de explorar opciones terapéuticas que mejoren la lesión aguda. Existe evidencia importante de un efecto neuroprotector de los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) n-3 de origen marino sobre modelos de accidente cerebrovascular en animales, lo que da lugar a un mejor desenlace funcional.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la administración de AGPI n-3 de origen marino sobre los desenlaces funcionales y la dependencia en personas con accidente cerebrovascular.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes cerebrovasculares (Cochrane Stroke; última búsqueda el 31 de mayo de 2021), el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL; número 5, 2021), MEDLINE Ovid (desde 1948 hasta el 31 de mayo de 2021), Embase Ovid (desde 1980 hasta el 31 de mayo de 2021), CINAHL EBSCO (Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature; desde 1982 hasta el 31 de mayo de 2021), Science Citation Index Expanded - Web of Science (SCI-EXPANDED), Conference Proceedings Citation Index-Science – Web of Science (CPCI-S) y BIOSIS Citation Index. También se realizaron búsquedas en registros de ensayos en curso, listas de referencias, revisiones sistemáticas relevantes y se utilizó la Science Citation Index Reference Search.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon los AGPI n-3 de origen marino con placebo o control abierto (ningún placebo) en personas con antecedentes de accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio (AIT), o ambos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los ensayos para inclusión, extrajeron los datos, evaluaron el riesgo de sesgo y utilizaron el método GRADE para evaluar la certeza del conjunto de evidencia. Cuando fue necesario, se estableció contacto con los autores de los estudios para obtener aclaraciones e información adicional sobre los participantes con accidente cerebrovascular/AIT. Se realizó un metanálisis de efectos aleatorios o una síntesis narrativa, según el caso. El desenlace principal fue la eficacia (desenlace funcional) evaluada mediante una escala validada, por ejemplo, la Glasgow Outcome Scale Extended (GOSE) dicotomizada en desenlace clínico deficiente o bueno, el Barthel Index (una puntuación más alta es mejor; escala de 0 a 100) o el Rivermead Mobility Index (una puntuación más alta es mejor; escala de 0 a 15). Los desenlaces secundarios fueron: la muerte relacionada con afecciones vasculares, los eventos recurrentes, la incidencia de otro tipo de accidente cerebrovascular, los eventos adversos, la calidad de vida y el estado de ánimo.

Resultados principales: 

Se incluyeron 30 ECA; nueve presentaron datos de desenlaces (3339 participantes). Solo un estudio incluyó participantes en la fase aguda del accidente cerebrovascular (hemorrágico). Las dosis de AGPI n-3 de origen marino variaron de 400 mg/día a 3300 mg/día. El riesgo de sesgo fue generalmente bajo o incierto en la mayoría de los ensayos, con un mayor riesgo de sesgo en los estudios más pequeños. Los resultados se evaluaron por separado en los estudios de seguimiento corto (hasta tres meses) y más prolongado (más de tres meses).

Seguimiento corto (hasta tres meses)

El desenlace funcional solo se informó en un estudio piloto como desenlace clínico deficiente evaluado con GOSE (razón de riesgos [RR] 0,78; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,36 a 1,68; p = 0,52; 40 participantes; evidencia de certeza muy baja). El estado de ánimo (evaluado con GHQ-30, siendo una puntuación inferior mejor), solo se informó en un estudio y favoreció al control (diferencia de medias [DM] 1,41; IC del 95%: 0,07 a 2,75; p = 0,04; 102 participantes; evidencia de certeza baja).

No se encontró evidencia de un efecto de la intervención en el resto de los desenlaces secundarios: muerte relacionada con afecciones vasculares (dos estudios, no agrupados debido a las diferencias en la población, RR 0,33; IC del 95%: 0,01 a 8,00; p = 0,50; y RR 0,33; IC del 95%: 0,01 a 7,72; p = 0,49; 142 participantes; evidencia de certeza baja); eventos recurrentes (RR 0,41; IC del 95%: 0,02 a 8,84; p = 0,57; 18 participantes; evidencia de certeza muy baja); incidencia de otro tipo de accidente cerebrovascular (dos estudios, no agrupados debido a los diferentes tipos de accidente cerebrovascular índice, RR 6,11; IC del 95%: 0,33 a 111,71; p = 0,22; y RR 0,63; IC del 95%: 0,25 a 1,58; p = 0,32; 58 participantes; evidencia de certeza muy baja); y calidad de vida (componente físico, DM −2,31; IC del 95%: -4,81 a 0,19; p = 0,07; y componente mental, DM −2,16; IC del 95%: −5,91 a 1,59; p = 0,26; un estudio, 102 participantes; evidencia de certeza baja).

Dos estudios informaron sobre los eventos adversos (57 participantes; evidencia de certeza muy baja), un ensayo informó sobre la hemorragia extracraneal (RR 0,25; IC del 95%: 0,04 a 1,73; p = 0,16) y el otro informó sobre las complicaciones hemorrágicas (RR 0,32; IC del 95%: 0,01 a 7,35; p = 0,47).

Seguimiento más prolongado (más de tres meses)

Un ensayo pequeño evaluó el desenlace funcional con el Barthel Index para las actividades cotidianas (DM 7,09; IC del 95%: -5,16 a 19,34; p = 0,26) y con el Rivermead Mobility Index para la movilidad (DM 1,30; IC del 95%: -1,31 a 3,91; p = 0,33) (52 participantes; evidencia de certeza muy baja). Se realizó un metanálisis para la muerte relacionada con las afecciones vasculares (RR 1,02; IC del 95%: 0,78 a 1,35; p = 0,86; cinco estudios; 2237 participantes; evidencia de certeza baja) y los eventos recurrentes mortales (RR 0,69; IC del 95%: 0,31 a 1,55; p = 0,37; tres estudios, 1819 participantes; evidencia de certeza baja).

No se encontró evidencia de un efecto de la intervención sobre el estado de ánimo (DM 1,00; IC del 95%: -2,07 a 4,07; p = 0,61; un estudio 14 participantes; evidencia de certeza baja). No se informó acerca de la incidencia de otro tipo de accidente cerebrovascular ni de la calidad de vida.

Solo un estudio informó sobre los eventos adversos (todos combinados) (RR 0,94; IC del 95%: 0,56 a 1,58; p = 0,82; 1455 participantes; evidencia de certeza baja).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information