Mejora de la aceptación de la vacunación en los adolescentes

Esta revisión Cochrane tuvo como objetivo evaluar los efectos de los enfoques para aumentar el número de adolescentes que se vacunan. Los investigadores Cochrane recopilaron y analizaron todos los estudios pertinentes para responder esta pregunta y encontraron 16 estudios.

Mensajes clave

Esta revisión demostró que varios enfoques diferentes pueden aumentar el número de adolescentes que reciben las vacunas recomendadas. Incluyen brindar educación sobre la salud, ofrecer regalos y aprobar leyes. Sin embargo, se necesitan más estudios de investigación para comprender cuáles son los enfoques más efectivos, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.

¿Qué se estudió en la revisión?

La Organización Mundial de la Salud recomienda varias vacunas para los niños de diez a 19 años (adolescentes). Algunas de estas vacunas se ofrecen sobre todo a este grupo de edad, como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH; una infección viral que se transmite entre las personas por contacto de piel a piel, y que puede causar verrugas genitales y cáncer). Otras son vacunas de refuerzo y también se administran a niños más pequeños, como las vacunas contra la hepatitis B, la difteria, el tétanos y la tos ferina.

Muchos adolescentes no reciben las vacunas recomendadas. Los gobiernos y organizaciones han intentado diferentes enfoques para cambiar esta situación. Uno de los enfoques consiste en dirigirse a los adolescentes y a sus padres y comunidades. Se puede hacer, por ejemplo, al brindarles información sobre las vacunas, recordarles cuándo deben recibirlas o darles regalos. Otro enfoque consiste en dirigirse a los profesionales sanitarios, por ejemplo, mediante retroalimentación, recordatorios o comentarios sobre su práctica. Un tercer enfoque es hacer que las vacunas sean más accesibles para las personas. Se puede hacer, por ejemplo, mediante la fabricación de vacunas gratis o baratas, o al ofrecer las vacunas más cerca del domicilio, incluso en las escuelas. Un cuarto enfoque es aprobar leyes sobre la vacunación. Por ejemplo, en algunos países los estudiantes tienen que demostrar que están vacunados antes de poder asistir a la escuela.

¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?

Los autores de la revisión encontraron 16 estudios pertinentes. Doce de los estudios se realizaron en los EE.UU. En cuanto a los otros estudios, uno se realizó en Australia, otro en Suecia, otro en Tanzania y otro en el Reino Unido. Estos estudios mostraron lo siguiente.

Cuando los adolescentes (niñas o niños, o ambos) y sus padres recibieron información y educación sobre la vacunación, más adolescentes se vacunaron contra el VPH (evidencia de certeza alta).

Cuando los adolescentes recibieron vales de regalo, es posible que más adolescentes se hayan vacunado contra el VPH (evidencia de calidad baja). Sin embargo, no existe certeza acerca de si brindar a los adolescentes y a sus padres educación sobre la salud, dinero en efectivo y regalos hizo que más adolescentes se vacunaran contra la hepatitis B (evidencia de certeza muy baja).

Cuando se aprobaron leyes que establecían que los adolescentes debían vacunarse para ir a la escuela, probablemente muchos más adolescentes se vacunaron contra la hepatitis B (evidencia de certeza moderada).

El hecho de que se recordara a los profesionales sanitarios que vacunaran a los adolescentes cuando abrieran sus registros médicos electrónicos probablemente tuvo poco o ningún efecto en el número de adolescentes que recibieron las vacunas contra el tétanos, la difteria y la tos ferina, el meningococo, el VPH o la gripe (evidencia de certeza moderada).

Cuando los profesionales sanitarios recibieron educación con retroalimentación sobre el desempeño, más adolescentes pudieron recibir la vacuna contra el VPH (evidencia de certeza baja).

Cuando los profesionales sanitarios recibieron educación, retroalimentación individualizada, visitas frecuentes e incentivos, es probable que más adolescentes se vacunaran contra el VPH (evidencia de certeza moderada).

Cuando los profesionales sanitarios y los padres recibieron varias intervenciones, entre ellas educación, llamadas telefónicas y mensajes de radio, es posible que más adolescentes se hayan vacunado contra el VPH (evidencia de certeza baja).

Estos estudios compararon el uso de estos enfoques (educación sanitaria, regalos y recompensas, leyes o recordatorios) con no utilizar enfoques.

Además, un estudio en Tanzania proporcionó información sobre la vacunación a todas las niñas que estaban en el sexto curso escolar, pero que no necesariamente tenían la misma edad. Se compararon con niñas que recibieron información sobre la vacunación porque todas habían nacido el mismo año, pero no necesariamente en la misma clase. Este estudio demostró que el enfoque basado en la clase probablemente dio lugar a que un número ligeramente mayor de niñas se vacunaran contra el VPH (evidencia de certeza moderada).

¿Cuán actualizada está esta revisión?

Los autores de la revisión buscaron estudios que se habían publicado hasta el 31 de octubre 2018.

Conclusiones de los autores: 

Se han evaluado diversas estrategias para mejorar la vacunación de los adolescentes, entre ellas la educación sanitaria, los incentivos financieros, la vacunación obligatoria y la administración de vacunas basada en las clases en las escuelas. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia es de certeza baja a moderada. Lo anterior implica que, si bien esta investigación proporciona algunas indicaciones sobre el efecto probable de estas intervenciones, la probabilidad de que los efectos sean significativamente diferentes es alta. Por lo tanto, se necesitan estudios de investigación adicionales para mejorar aún más las estrategias de inmunización de los adolescentes, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, en los que existen programas limitados de vacunación de adolescentes. Además, es fundamental comprender los factores que influyen en las dudas, la aceptación y la demanda de la vacunación de los adolescentes en diferentes entornos. Este es el tema de una síntesis Cochrane de la evidencia cualitativa en curso, que puede ayudar a explicar por qué y cómo algunas intervenciones fueron más efectivas que otras para aumentar la cobertura de la vacunación contra el VPH en adolescentes.

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Antecedentes: 

La vacunación de los adolescentes ha recibido una mayor atención desde el llamamiento del Plan de Acción Mundial para la Vacunación para extender los efectos beneficiosos de la inmunización de manera más equitativa más allá de la infancia. En los últimos años se han puesto en marcha muchos programas para aumentar la aceptación de diferentes vacunas en las poblaciones de adolescentes; sin embargo, la cobertura de la vacunación entre los adolescentes aún no es óptima. Por lo tanto, es fundamental comprender y evaluar las diversas intervenciones que se pueden utilizar para mejorar la vacunación de los adolescentes.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de las intervenciones para mejorar la aceptación de la vacunación por parte de los adolescentes.

Métodos de búsqueda: 

En octubre 2018 se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos: CENTRAL, MEDLINE Ovid, Embase Ovid, y otras ocho bases de datos. Además, se realizaron búsquedas en dos plataformas de ensayos clínicos, en bases de datos electrónicas de literatura gris y en listas de referencias de artículos relevantes. Para las revisiones sistemáticas relacionadas, se realizaron búsquedas en cuatro bases de datos. Además, en mayo 2019 se realizó una búsqueda de citas en otros cinco sitios web.

Criterios de selección: 

Ensayos aleatorizados, ensayos no aleatorizados, estudios controlados tipo antes y después y estudios de series de tiempo interrumpido de adolescentes (niñas o niños entre diez y 19 años) elegibles para las vacunas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, y sus padres o profesionales sanitarios.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión de forma independiente examinaron los registros, revisaron los artículos de texto completo para identificar los estudios potencialmente elegibles, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo; las discrepancias se resolvieron mediante consenso. Para cada estudio incluido, se calcularon los riesgos relativos (RR) o las diferencias de medias (DM) con los intervalos de confianza (IC) del 95% cuando correspondía. Los resultados de los estudios se agruparon en metanálisis de efectos aleatorios y la certeza de la evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 16 estudios (ocho ensayos aleatorizados individuales, cuatro ensayos aleatorizados grupales, tres ensayos no aleatorizados y un estudio controlado de antes y después). Doce estudios se realizaron en los EE.UU.; el resto se realizó uno en cada uno de los siguientes países: Australia, Suecia, Tanzania y el Reino Unido. En diez estudios el riesgo de sesgo fue incierto o alto. Las intervenciones se clasificaron como orientadas al paciente, al profesional o a los sistemas sanitarios.

Las intervenciones se dirigieron a adolescentes niños o niñas o de ambos sexos (7 estudios), a los padres (4 estudios) y a los profesionales (2 estudios). Cinco estudios tuvieron participantes mixtos que incluyeron adolescentes y padres, adolescentes y profesionales sanitarios, y padres y profesionales sanitarios. Los resultados incluyeron la aceptación de las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) (11 estudios); la hepatitis B (3 estudios); y el tétanos-difteria-acelular-tos ferina (Tdap), el meningococo, el VPH y la gripe (3 estudios) entre los adolescentes.

La educación sanitaria mejora la aceptación de la vacuna contra el VPH en comparación con la práctica habitual (RR 1,43; IC del 95%: 1,16 a 1,76; I² = 0%; 3 estudios, 1054 participantes; evidencia de certeza alta). Además, un estudio de gran tamaño proporcionó evidencia de que una intervención compleja de educación sanitaria de componentes múltiples probablemente da lugar a una diferencia escasa o nula en la aceptación de la vacuna contra la hepatitis B en comparación con los folletos informativos simplificados sobre la vacuna (RR 0,98; IC del 95%: 0,97 a 0,99; 17 411 participantes; evidencia de certeza moderada).

Los incentivos financieros pueden mejorar la aceptación de la vacuna contra el VPH en comparación con la práctica habitual (RR 1,45; IC del 95%: 1,05 a 1,99; 1 estudio, 500 participantes; evidencia de certeza baja). Sin embargo, no se sabe si la combinación de la educación sanitaria y los incentivos financieros tiene un efecto sobre la aceptación de la vacuna contra la hepatitis B, en comparación con la práctica habitual (RR 1,38; IC del 95%: 0,96 a 2,00; 1 estudio, 104 participantes; evidencia de certeza muy baja).

La vacunación obligatoria probablemente produce un gran aumento de la aceptación de la vacuna contra la hepatitis B en comparación con la práctica habitual (RR 3,92; IC del 95%: 3,65 a 4,20; 1 estudio, 6462 participantes; evidencia de certeza moderada).

Los avisos a los profesionales probablemente hacen poca o ninguna diferencia en comparación con la práctica habitual con respecto a completar la vacunación para la Tdap (OR 1,28; IC del 95%: 0,59 a 2,80; 2 estudios, 3296 participantes), la vacuna meningocócica (OR 1,09; IC del 95%: 0,67 a 1,79; 2 estudios, 3219 participantes), los programas de vacunación contra el VPH (OR 0,99; IC del 95%: 0,55 a 1,81; 2 estudios, 859 participantes) y la gripe (OR 0,91; IC del 95%: 0,61 a 1,34; 2 estudios, 1439 participantes) (evidencia de certeza moderada).

La educación de los profesionales con retroalimentación sobre el desempeño puede aumentar la proporción de adolescentes a los que los médicos ofrecen la vacunación contra el VPH y que la aceptan, en comparación con la práctica habitual. En comparación con los adolescentes que visitaron a médicos no participantes (en el grupo de práctica habitual), los adolescentes que visitaron a médicos del grupo de intervención tuvieron más probabilidades de recibir la primera dosis de VPH durante las visitas preventivas (aumento de 5,7 puntos porcentuales) y durante las visitas agudas (0,7 puntos porcentuales para la primera dosis y 5,6 puntos porcentuales para la segunda dosis de VPH) (227 médicos y más de 200 000 niños; evidencia de certeza baja).

Una estrategia de vacunación escolar basada en la clase probablemente da lugar a una aceptación ligeramente mayor de la vacuna contra el VPH en comparación con una estrategia de vacunación escolar basada en la edad (RR 1,09; IC del 95%: 1,06 a 1,13; 1 estudio, 5537 participantes; evidencia de certeza moderada).

Una intervención de componentes múltiples para el profesional sanitario (que incluye una sesión educativa, contactos repetidos, retroalimentación individualizada e incentivos) probablemente mejora la aceptación de la vacuna contra el VPH en comparación con la práctica habitual (evidencia de certeza moderada).

Una intervención de componentes múltiples dirigida a los profesionales y los padres que incluye mercadotecnia social y educación sanitaria puede mejorar la aceptación de la vacuna contra el VPH en comparación con la práctica habitual (RR 1,41; IC del 95%: 1,25 a 1,59; 1 estudio, 25 869 participantes; evidencia de certeza baja).

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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