¿Qué estrategias funcionan mejor para tratar la pérdida involuntaria de orina en las mujeres?

Mensajes clave

– Algunas estrategias para el entrenamiento muscular del suelo pélvico (músculos que sostienen la vejiga, el intestino y el útero) en mujeres con pérdida involuntaria (accidental) de orina son mejores que otras, y algunas podrían ser tan buenas como otras.

– Existen dudas sobre muchas de las estrategias, a menudo porque solo hubo un estudio o varios estudios pequeños que investigaran sobre esta cuestión.

– Se necesitan más estudios que comparen directamente diferentes estrategias del entrenamiento muscular del suelo pélvico, especialmente estudios para determinar si distintas cantidades (dosis) de entrenamiento son mejores que otras, por ejemplo, mayor o menor frecuencia semanal de ejercicio.

¿Qué es la incontinencia urinaria?

Los músculos del suelo pélvico forman un cabestrillo entre las piernas desde el hueso púbico en la parte delantera de la pelvis hasta la rabadilla en la parte posterior de la pelvis. Este cabestrillo sostiene la vejiga, el intestino y el útero. Cuando estos músculos se debilitan, es posible que la mujer no pueda controlar el flujo de orina (pis) de la vejiga. Es lo que se conoce como incontinencia urinaria. Existen tres tipos principales de incontinencia urinaria. Están las pérdidas debidas al esfuerzo físico (incontinencia urinaria de esfuerzo), las pérdidas por la necesidad urgente de vaciar la vejiga (incontinencia urinaria de urgencia) y las dos juntas (incontinencia urinaria mixta). Esta revisión abarca los tres tipos. La incontinencia urinaria afecta gravemente a la calidad de vida de la mujer.

¿Qué es el entrenamiento muscular del suelo pélvico?

Mejorar la fuerza, la resistencia y la coordinación de los músculos del suelo pélvico a través de su entrenamiento puede reducir las pérdidas de orina. El entrenamiento incluye el uso de diferentes estrategias (ejercicios) o diferentes cantidades (diferentes dosis) de la misma estrategia. La supervisión del entrenamiento también se puede hacer de forma distinta (p. ej., un profesional sanitario puede enseñar a una mujer o a un grupo de mujeres; o pueden facilitarse los ejercicios por internet, teléfono móvil o en un folleto).

¿Qué se quiso averiguar?

Se quiso averiguar lo siguiente:

– si un tipo de ejercicio fue mejor que otro;

– si una dosis mayor de ejercicio fue mejor que una dosis menor;

– si la supervisión más intensiva fue mejor que la supervisión menos intensiva del ejercicio.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan un tipo de ejercicio con otro, una dosis mayor con una menor, o una supervisión más intensiva con una menos intensiva. Los estudios incluyeron mujeres con incontinencia urinaria, pero no mujeres con afecciones del sistema nervioso ni embarazadas o que hubieran dado a luz recientemente.

Se compararon y resumieron los resultados de los estudios y la confianza en la evidencia se calificó en función de factores como la metodología y los tamaños de los estudios. El interés principal fue la calidad de vida de las mujeres después del tratamiento.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 63 estudios en los que participaron 4920 mujeres con incontinencia urinaria. En el estudio más grande se incluyeron 362 mujeres y, en el más pequeño, 11. Aunque los estudios se realizaron en países de todo el mundo, la mayoría procedía de países de ingresos medios a altos (lo que significa que las mujeres tuvieron un acceso razonable a una buena atención sanitaria). La mayoría de los estudios duraron tres meses. Tres estudios recibieron financiación o ayuda no económica de una empresa comercial.

Resultados principales

El interés principal se enfocó en la calidad de vida de las mujeres. Se midió a través de cuestionarios sobre la frecuencia con la que ocurrió la incontinencia, la cantidad de orina y cuánto afectó o limitó a las mujeres.

1. Tipo de ejercicio

– El entrenamiento combinado (p. ej., uso de ejercicios de puente al mismo tiempo que se contraen los músculos del suelo pélvico) podría ser ligeramente mejor que el entrenamiento muscular del suelo pélvico solo.

– El entrenamiento muscular del suelo pélvico podría ser mejor que el entrenamiento indirecto (ejercicios que no incluyen contracciones de los músculos del suelo pélvico).

– El entrenamiento muscular del suelo pélvico combinado con entrenamiento indirecto podría suponer poca o ninguna diferencia comparado con el entrenamiento muscular del suelo pélvico solo.

2. Dosis de ejercicio

– No hubo suficiente evidencia para hablar sobre la dosis.

3. Supervisión más intensiva comparada con supervisión menos intensiva

– Es probable que exista poca o ninguna diferencia entre la supervisión individual y las clases en grupo.

– Facilitar las instrucciones de entrenamiento a través de la tecnología (p. ej., internet, aplicación de teléfono móvil) podría ser ligeramente mejor que los folletos.

– No hubo suficiente evidencia para comentar otros métodos de administración del entrenamiento.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Se tiene confianza en que apenas hay diferencias entre la supervisión individual y las clases en grupo. Se tiene menos confianza en que combinar el entrenamiento muscular indirecto con el entrenamiento muscular del suelo pélvico comparado con el entrenamiento muscular del suelo pélvico solo apenas supone una diferencia, y facilitar instrucciones de entrenamiento muscular del suelo pélvico a través de la tecnología es ligeramente mejor que los folletos, o que el entrenamiento muscular del suelo pélvico es mejor que el entrenamiento indirecto.

La confianza en la evidencia para otras comparaciones de estrategias de estos ejercicios es baja a muy baja, y los resultados de los estudios de investigación posteriores podrían diferir de los resultados de esta revisión.

No hubo seguridad acerca de la evidencia porque los métodos de estudio no se describieron bien, no todos los estudios proporcionaron datos sobre todo lo que interesaba o no se informaron de una manera que se pudiera utilizar, los resultados fueron inconsistentes entre los diferentes estudios y muchos estudios fueron muy pequeños.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta el 27 de septiembre de 2023.

Conclusiones de los autores: 

Aunque hay evidencia de certeza baja a moderada de que algunas estrategias para el EMSP son mejores que otras, para algunas hubo poca o ninguna diferencia. La 7th International Consultation on Incontinence recomienda el EMSP como tratamiento de primera línea para las mujeres con incontinencia urinaria. El EMSP directo (series de contracciones musculares repetidas, aisladas y voluntarias del suelo pélvico) podría dar lugar a una ligera mejoría en la calidad de vida con incontinencia en comparación con el entrenamiento indirecto. En cuanto a la mejoría de la calidad de vida, el EMSP podría supervisarse individualmente o en grupo porque probablemente apenas influya en el logro de este desenlace.

Muchas comparaciones tuvieron evidencia de certeza baja o muy baja, a menudo porque solo incluyeron uno o varios ensayos pequeños con limitaciones metodológicas.

Se necesitan más ensayos mejor diseñados e informados que comparen directamente las estrategias de EMSP, especialmente ensayos que investiguen la dosis de ejercicio.

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Antecedentes: 

El entrenamiento muscular del suelo pélvico (EMSP) es un tratamiento recomendado para la incontinencia urinaria de esfuerzo, de urgencia (tenesmo) y mixta. El entrenamiento varía en cuanto al tipo de ejercicio (contracción de los músculos del suelo pélvico con y sin otros músculos), la dosis y la administración (p. ej. cantidad y tipo de supervisión).

Objetivos: 

Evaluar los efectos de las estrategias alternativas (tipo de ejercicio, dosis y administración) de entrenamiento muscular del suelo pélvico (EMSP) para el tratamiento de la incontinencia urinaria (de esfuerzo, de urgencia y mixta) en mujeres.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Incontinencia (Cochrane Incontinence) (27 de septiembre de 2023; que contiene CENTRAL, MEDLINE, ClinicalTrials.gov y la ICTRP de la Organización Mundial de la Salud), búsquedas manuales en revistas y resúmenes de congresos, y se revisaron las listas de referencias de artículos pertinentes.

Criterios de selección: 

Ensayos aleatorizados, cuasialeatorizados o por conglomerados sobre la incontinencia urinaria femenina de esfuerzo, de urgencia o mixta, en los que un grupo del ensayo incluyó EMSP y otro fue una estrategia alternativa al tipo de EMSP, la dosis o la administración de la intervención. Se excluyeron los estudios con participantes con afecciones neurológicas o embarazadas o puérperas.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron la elegibilidad y la calidad metodológica con la herramienta Cochrane RoB 1. Se extrajeron y cotejaron los datos y las discrepancias se resolvieron mediante debate. El procesamiento de los datos siguió lo orientado en el Manual Cochrane de revisiones sistemáticas de intervenciones (Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions) (versión 6). La síntesis se completó en subgrupos de intervención.

Resultados principales: 

Esta es una actualización de la revisión. El análisis incluyó 63 ensayos con 4920 mujeres; la versión anterior incluyó 21 ensayos con 1490 mujeres. Los tamaños muestrales variaron de 11 a 362. En general, los participantes del estudio fueron mujeres de mediana edad (45 a 65 años) que habían dado a luz con incontinencia urinaria de esfuerzo o mixta predominantemente de esfuerzo (46 ensayos), que no recibieron tratamiento previo para la incontinencia ni cirugía pélvica, o sin disfunción perceptible del suelo pélvico. Los ensayos se realizaron en países de todo el mundo, principalmente en contextos de ingresos medios o altos (53 ensayos). Todos los ensayos tuvieron uno o más grupos que utilizaron el EMSP «directo», definido como contracciones musculares voluntarias, aisladas y repetidas del suelo pélvico.

Los ensayos se categorizaron como comparaciones del tipo de ejercicio (27 ensayos, tres subgrupos), la dosis (11 ensayos, cinco subgrupos, uno sin datos) y la administración (25 ensayos, cinco subgrupos). Los datos de la calidad de vida con incontinencia se proporcionan en esta revisión como el desenlace principal. Los datos de los eventos adversos se resumieron de forma narrativa.

Comparación 1: tipo de ejercicio

Entrenamiento coordinado (movimientos corporales con contracción muscular simultánea del suelo pélvico) versus EMSP directo

El entrenamiento coordinado podría mejorar ligeramente la calidad de vida (diferencia de medias estandarizada [DME] −0,22; intervalo de confianza [IC] del 95%: −0,44 a −0,01; I 2 = 81%; ocho ensayos, 356 mujeres; evidencia de certeza baja).

Entrenamiento indirecto (ejercicios que no son contracciones de los músculos del suelo pélvico) versus EMSP directo

El EMSP directo podría mejorar moderadamente la calidad de vida (DME 0,70; IC del 95%: 0,38 a 1,02; I 2 = 78%; cuatro ensayos, 170 mujeres; evidencia de certeza baja).

Entrenamiento indirecto combinado con EMSP directo versus EMSP directo

La combinación del entrenamiento indirecto con el EMSP directo podría suponer poca o ninguna diferencia en la calidad de vida (DME −0,08; IC del 95%: −0,26 a 0,10; I 2 = 33; siete ensayos, 482 mujeres; evidencia de certeza baja).

Comparación 2: dosis de ejercicio

EMSP con dispositivos de resistencia versus EMSP sin dispositivos de resistencia

El EMSP sin un dispositivo de resistencia podría mejorar ligeramente la calidad de vida con incontinencia, pero la evidencia es muy incierta (DME 0,22; IC del 95%: −0,04 a 0,48; I 2 = 32%; tres ensayos, 227 mujeres; evidencia de certeza muy baja).

Contracciones musculares máximas del suelo pélvico versus contracciones musculares submáximas del suelo pélvico

No se proporcionaron datos.

EMSP más días por semana versus EMSP menos días por semana

El EMSP más días por semana podría mejorar en gran medida la calidad de vida con incontinencia (DME −1,60; IC del 95%: −2,15 a −1,05; un ensayo, 68 mujeres; evidencia de certeza baja).

EMSP en posiciones corporales verticales versus EMSP en posición horizontal

No se proporcionaron datos.

Comparación 3: administración de la intervención de ejercicio

EMSP supervisado en el consultorio versus EMSP en el domicilio

El EMSP con supervisión clínica podría mejorar ligeramente la calidad de vida con incontinencia, pero la evidencia es muy incierta (DME −0,30; IC del 95%: −0,65 a 0,05; I 2 = 89%; tres ensayos, 137 mujeres; evidencia de certeza muy baja).

Más contacto médico para la supervisión del EMSP versus menos contacto médico

No se proporcionaron datos utilizables.

Supervisión individual del EMSP versus supervisión grupal

Es probable que el EMSP supervisado individualmente suponga poca o ninguna diferencia en la calidad de vida (DME −0,18; IC del 95%: −0,35 a −0,01; I 2 = 0%; cinco ensayos, 544 mujeres; evidencia de certeza moderada).

El EMSP supervisado en el consultorio versus supervisión mediante la sanidad electrónica (comunicación con los médicos a través de aplicaciones móviles)

El EMSP con supervisión en el consultorio podría mejorar ligeramente la calidad de vida con incontinencia, pero la evidencia es muy incierta (DME −0,11; IC del 95%: −0,41 a 0,19; un ensayo, 173 mujeres; evidencia de certeza muy baja).

Indicaciones para el EMSP a través de la sanidad electrónica versus indicaciones por escrito

La indicaciones a través de la sanidad electrónica podrían mejorar ligeramente la calidad de vida (DME −0,21; IC del 95%: −0,43 a 0,01; I 2 = 25%; tres ensayos, 318 mujeres; evidencia de certeza baja).

Eventos adversos

Nueve ensayos recopilaron datos sobre los eventos adversos; 66/1083 (6%) mujeres tuvieron un evento adverso. Casi todos los eventos se asociaron con el uso de un dispositivo de entrenamiento intravaginal o intrarrectal. Los eventos adversos fueron secreción vaginal, manchado o malestar.

Limitaciones de la evidencia

Cuatro factores principales influyeron en la certeza de la evidencia: 44 ensayos tuvieron riesgo incierto o alto de sesgo de selección; los datos fueron escasos en algunos subgrupos con pocos ensayos, ensayos que no midieron los desenlaces de interés o no proporcionaron datos utilizables; los resultados fueron inconsistentes; y muchos ensayos fueron pequeños (imprecisos).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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