Los betabloqueantes reducen la presión arterial cuando se administran como fármacos de segunda línea

Los betabloqueantes se utilizan habitualmente en el tratamiento de la hipertensión. En esta revisión, se consultó en qué medida los betabloqueantes reducen la PA cuando se utilizan como fármacos de segunda línea para tratar la hipertensión. En la literatura científica mundial, se hallaron 20 ensayos, con una duración promedio de siete semanas, para responder a esta pregunta. Los datos indicaron que el agregado de un betabloqueante a los diuréticos tiazídicos o los bloqueantes de los canales del calcio reducía la PA en 8/6 mmHg cuando se administraba en dosis dos veces mayores a la dosis inicial recomendada. Cuando se compararon estos resultados con la revisión anterior del efecto de disminución de la presión arterial de los diuréticos tiazídicos como fármacos de segunda línea, se halló que los betabloqueantes tienen un patrón diferente de disminución de la PA. Este patrón diferente del efecto sobre la presión arterial quizá explique por qué los betabloqueantes de primera línea parecen ser menos efectivos en la reducción de los resultados cardiovasculares adversos que los diuréticos tiazídicos de primera línea, particularmente en los individuos mayores.

Conclusiones de los autores: 

El agregado de un betabloqueante a los diuréticos o los bloqueadores de los canales del calcio reduce la PA en 6/4 mmHg cuando se administran dosis una vez mayores a la dosis inicial y en 8/6 mmHg cuando se administran dosis dos veces mayores a la dosis inicial. Cuando el efecto de disminución de la presión arterial de los betabloqueantes de esta revisión se comparó con el de los diuréticos tiazídicos de la revisión anterior (Chen 2009), los betabloqueantes de segunda línea reducen la presión arterial sistólica en la misma medida que los diuréticos tiazídicos de segunda línea, pero reducen la presión arterial diastólica en mayor grado. El efecto diferente sobre la PA diastólica significa que los betabloqueantes tienen poco o ningún efecto sobre la presión del pulso mientras que las tiazidas causan una disminución significativa relacionada con la dosis en la presión del pulso. Esta diferencia en el patrón de disminución de la PA con betabloqueantes, en comparación con las tiazidas, quizá sea la explicación para el hecho de que los betabloqueantes parecen ser menos efectivos en la reducción de los resultados cardiovasculares adversos que los diuréticos tiazídicos, particularmente en los individuos mayores.

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Antecedentes: 

Los betabloqueantes son una de las clases de fármacos hipotensores prescritas con mayor frecuencia, como de primera línea y de segunda línea.

Objetivos: 

Cuantificar el efecto sobre la presión arterial sistólica (PAS), la presión arterial diastólica (PAD), la frecuencia cardíaca, y los retiros debidos a efectos adversos del tratamiento con betabloqueantes administrados como fármacos de segunda línea en los pacientes adultos con hipertensión primaria.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL (The Cochrane Library 2009, número 2), MEDLINE (1966-agosto 2009), EMBASE (1988-agosto 2009) y citas bibliográficas de artículos y revisiones.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados doble ciego que comparaban un betabloqueante en combinación con un fármaco a partir de otra clase de fármacos hipotensores, comparada con ese fármaco solo durante tres a 12 semanas en pacientes con hipertensión primaria.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión extrajeron de forma independiente los datos y evaluaron la calidad del ensayo de cada estudio incluido.

Resultados principales: 

Veinte ECA doble ciego evaluaron la eficacia hipotensora de los betabloqueantes como fármacos de segunda línea en 3 744 pacientes hipertensos (PA inicial de 158/102 mmHg; duración media de siete semanas). La reducción de la PA a partir del agregado de un betabloqueante como fármaco de segunda línea se estimó al comparar la diferencia en la reducción de la PA entre los grupos de tratamiento combinado y tratamiento único. Se observó una reducción de la PA con el agregado de un betabloqueante a los diuréticos tiazídicos o los bloqueadores de los canales del calcio en dosis hasta 0,25 veces menores que la dosis inicial recomendada por el fabricante. La eficacia hipotensora de los betabloqueantes como fármacos de segunda línea fue de 6/4 mmHg en dosis una vez mayores a la dosis inicial y de 8/6 mmHg en dosis dos veces mayores a la dosis inicial. Los betabloqueantes redujeron la frecuencia cardíaca 10 latidos/min en dosis entre una y dos veces mayores a la dosis inicial. Los betabloqueantes no aumentaron estadística o significativamente los retiros debidos a efectos adversos, pero este hecho probablemente se debió a la falta de información de este resultado en un 35% de los ECA incluidos.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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