¿Las estrategias de movilidad mejoran y restablecen la movilidad después de la cirugía por fractura de cadera en adultos?

Mensajes clave

La movilidad es la capacidad de moverse, incluida la de ponerse de pie y caminar. Las estrategias de movilidad son tratamientos cuyo objetivo es ayudar a las personas a moverse mejor.

El tratamiento de movilidad realizado en el hospital podría mejorar de forma moderada la movilidad de las personas a los cuatro meses después de la fractura de cadera. El efecto del tratamiento de movilidad sobre otros desenlaces principales no estuvo claro. El tratamiento de movilidad realizado tras el alta hospitalaria por una fractura de cadera mejora la movilidad, probablemente aumenta la velocidad de marcha, mejora ligeramente la funcionalidad y reduce las caídas.

Los estudios futuros se deberían centrar en qué tipos de tratamientos funcionan mejor y si los tratamientos funcionan en los países más pobres.

¿Qué se puede hacer para mejorar la movilidad tras una fractura de cadera?

Uno de los principales objetivos de los cuidados tras una cirugía por fractura de cadera es conseguir que las personas vuelvan a ponerse en pie de forma segura, moviéndose y caminando de nuevo. Inicialmente, se puede pedir a las personas que guarden reposo en cama y que limiten el levantamiento de peso. Después, se utilizan diversas estrategias para mejorar la movilidad, como el reentrenamiento de la marcha, los programas de ejercicio y la estimulación eléctrica durante la estancia hospitalaria y, a menudo, tras el alta hospitalaria.

¿Qué se quería averiguar?

Se deseaba determinar lo siguiente:

- si los tratamientos de movilidad administrados en el hospital o tras el alta hospitalaria ayudan a las personas a moverse mejor;

- qué tipo de tratamientos ayudan a las personas a moverse mejor después de una fractura de cadera.

También se quería saber si los tratamientos de movilidad pueden causar efectos no deseados.

¿Qué se hizo?

Primero se buscaron estudios que compararan:

- el entrenamiento de la movilidad frente a ningún entrenamiento de la movilidad; o

- diferentes métodos y tiempos de tratamientos de movilidad.

Se compararon y resumieron los resultados, y se evaluó la confianza en la evidencia según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 40 estudios en los que participaron 4059 personas con fractura de cadera, la mayoría de las cuales tenían más de 65 años, con un promedio de edad de 80 años. En el estudio más pequeño participaron 26 personas y en el más grande 336. Los estudios se realizaron en 17 países. Muchos de los estudios utilizaron métodos deficientes. Veintisiete estudios recibieron financiación, en su mayoría de organizaciones gubernamentales y de organizaciones de financiación de la investigación.

Resultados principales

Dieciocho estudios evaluaron estrategias de movilidad que se iniciaron en el hospital dentro de la semana posterior a la cirugía por fractura de cadera. El tratamiento de movilidad realizado en el hospital podría aumentar de forma moderada la movilidad de las personas a los cuatro meses después de la fractura y probablemente aumenta la velocidad de marcha en un grado pequeño, pero importante. El tratamiento de la movilidad probablemente no influye en el reingreso en el hospital, la vuelta a la vida en el hogar ni la muerte. No está claro si el tratamiento de la movilidad afecta la funcionalidad física (la capacidad de moverse y desenvolverse en el entorno) o el bienestar.

Veintidós ensayos evaluaron estrategias de movilidad de más larga duración que se iniciaron tras el alta hospitalaria y se llevaron a cabo en el domicilio, en complejos residenciales para jubilados y en clínicas ambulatorias. En estos ámbitos, el tratamiento de la movilidad aumenta la movilidad en un grado pequeño pero importante, aumenta considerablemente la velocidad de marcha y conduce a un aumento pequeño pero no importante de la funcionalidad. En comparación con ningún tratamiento, las visitas sociales o la atención habitual, el tratamiento de movilidad probablemente mejora ligeramente el bienestar de las personas, pero no hasta un nivel importante. El tratamiento de la movilidad probablemente no influye en el reingreso en el hospital ni en la muerte.

Los tipos de tratamiento que parecen efectivos para mejorar la movilidad de las personas son los ejercicios adicionales a la fisioterapia estándar. Tanto en el hospital como después del alta hospitalaria, los ejercicios útiles se centran en el equilibrio, la marcha y las tareas funcionales. Tras el alta hospitalaria, el entrenamiento de fuerza o de resistencia adicional también podría mejorar la movilidad. El efecto de la estimulación eléctrica no estuvo claro.

En general, la revisión encontró que tanto en el hospital como después del alta, hay suficiente evidencia para afirmar que el tratamiento dirigido a la movilidad es probablemente mejor que ningún tratamiento adicional para ayudar a las personas a volver a ponerse de pie de forma segura, moverse y caminar de nuevo después de la cirugía por fractura de cadera.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Se tiene una confianza baja a moderada en los resultados de los estudios en los hospitales. La confianza se redujo porque: algunos de los estudios no informaron sobre todos sus resultados; utilizaron diferentes formas de administrar los tratamientos; y muchos de los estudios eran pequeños.

Se tiene más confianza en los resultados de los estudios realizados tras el alta hospitalaria, incluida el hallazgo de que el entrenamiento de la movilidad mejora el movimiento y la marcha. Existe menos confianza en los resultados de los efectos graves no deseados, debido al escaso número de efectos no deseados informados.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Esta revisión actualiza una revisión anterior. La evidencia está actualizada hasta marzo de 2021.

Conclusiones de los autores: 

Las intervenciones dirigidas a la mejoría de la movilidad después de una fractura de cadera podrían dar lugar a una mejoría clínicamente importante de la movilidad y la velocidad de marcha en el ámbito hospitalario y poshospitalario, en comparación con la atención convencional. Las intervenciones que incluyen el entrenamiento de la marcha, el equilibrio y las tareas funcionales son especialmente efectivas. Había poca o ninguna diferencia entre los grupos en el número de eventos adversos informados. Los ensayos futuros deberían incluir un seguimiento a largo plazo y desenlaces económicos, determinar el impacto relativo de los diferentes tipos de ejercicios y establecer la efectividad en las economías emergentes.

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Antecedentes: 

Mejorar los desenlaces de movilidad tras una fractura de cadera es clave para la recuperación. Las posibles estrategias incluyen el entrenamiento de la marcha, el ejercicio y la estimulación muscular. Esta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por última vez en 2011.

Objetivos: 

Evaluar los efectos (beneficiosos y perjudiciales) de las intervenciones destinadas a mejorar la movilidad y la funcionalidad física después de la cirugía por fractura de cadera en adultos.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones óseas, articulares y musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group), el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), MEDLINE, Embase, CINAHL, registros de ensayos y listas de referencias, hasta marzo de 2021.

Criterios de selección: 

Todos los ensayos aleatorizados o cuasialeatorizados que evaluaran estrategias de movilidad después de la cirugía por fractura de cadera. Las estrategias elegibles tenían como objetivo mejorar la movilidad e incluían programas de atención, ejercicio (entrenamiento de la marcha, del equilibrio y funcional, entrenamiento de resistencia/fuerza, resistencia, flexibilidad, ejercicio tridimensional [3D] y actividad física general) o estimulación muscular. La intervención se comparó con la atención habitual (en el hospital) o con la atención habitual, ninguna intervención, ejercicio simulado o visita social (después del hospital).

Obtención y análisis de los datos: 

Los miembros del equipo de autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los ensayos para inclusión, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Se utilizó el punto temporal de evaluación más cercano a los cuatro meses para los estudios intrahospitalarios, y el punto temporal más cercano al final de la intervención para los estudios poshospitalarios. Los desenlaces fundamentales fueron la movilidad, la velocidad de marcha, la funcionalidad, la calidad de vida relacionada con la salud, la mortalidad, los efectos adversos y la vuelta a vivir en la residencia anterior a la fractura.

Resultados principales: 

Se incluyeron 40 ensayos controlados aleatorizados (ECA) con 4059 participantes de 17 países. La edad promedio de los participantes fue 80 años y el 80% eran mujeres. La mediana del número de participantes en el estudio fue de 81 y todos los ensayos tenían un riesgo de sesgo incierto o alto en uno o más dominios. La mayoría de los ensayos excluyó a las personas con deterioro cognitivo (70%), inmovilidad y enfermedades médicas que afectaran a la movilidad (72%).

Ámbito hospitalario, estrategia de movilidad versus control

Dieciocho ensayos (1433 participantes) compararon las estrategias de movilidad con el control (atención habitual) en hospitales. En general, dichas estrategias podrían dar lugar a un aumento moderado y clínicamente importante de la movilidad (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,53; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,10 a 0,96; siete estudios, 507 participantes; evidencia de certeza baja) y a una mejoría pequeña y clínicamente importante de la velocidad de marcha (el IC cruza el cero, por lo que no se descarta la falta de efecto, DME 0,16; IC del 95%: -0,05 a 0,37; seis estudios, 360 participantes; evidencia de certeza moderada). Las estrategias de movilidad podrían dar lugar a una diferencia escasa o nula en la mortalidad a corto plazo (razón de riesgos [RR] 1,06; IC del 95%: 0,48 a 2,30; seis estudios, 489 participantes; evidencia de certeza baja) o a largo plazo (RR 1,22; IC del 95%: 0,48 a 3.12; dos estudios, 133 participantes; evidencia de certeza baja), los eventos adversos medidos por el reingreso en el hospital (RR 0,70; IC del 95%: 0,44 a 1,11; cuatro estudios, 322 participantes; evidencia de certeza baja) o el retorno a la residencia anterior a la fractura (RR 1,07, IC del 95%: 0,73 a 1,56; dos estudios, 240 participantes; evidencia de certeza baja). No se sabe si las estrategias de movilidad mejoran la funcionalidad o la calidad de vida relacionada con la salud, ya que la certeza de la evidencia fue muy baja.

El entrenamiento de la marcha, el equilibrio y funcional probablemente causa una mejoría moderada de la movilidad (DME 0,57; IC del 95%: 0,07 a 1,06; seis estudios, 463 participantes; evidencia de certeza moderada). Los efectos sobre la movilidad del entrenamiento de resistencia fueron escasos o nulos. Ningún estudio de otros tipos de ejercicios o estimulación eléctrica informó sobre desenlaces de movilidad.

Ámbito poshospitalario, estrategia de movilidad versus control

Veintidós ensayos (2626 participantes) compararon estrategias de movilidad con el control (atención habitual, ninguna intervención, ejercicio simulado o visita social) en un ámbito poshospitalario. Las estrategias de movilidad conducen a un aumento pequeño y clínicamente importante de la movilidad (DME 0,32; IC del 95%: 0,11 a 0,54; siete estudios, 761 participantes; evidencia de certeza alta) y a una mejoría pequeña y clínicamente importante de la velocidad de marcha en comparación con el control (DME 0,16; IC del 95%: 0,04 a 0,29; 14 estudios, 1067 participantes; evidencia de certeza alta). Las estrategias de movilidad dan lugar a un pequeño aumento clínicamente no importante en la funcionalidad (DME 0,23; IC del 95%: 0,10 a 0,36; nueve estudios, 936 participantes; evidencia de certeza alta) y probablemente conducen a un ligero aumento en la calidad de vida que podría no ser clínicamente importante (DME 0,14; IC del 95%: -0,00 a 0,29; diez estudios, 785 participantes; evidencia de certeza moderada). Las estrategias de movilidad probablemente dan lugar a una diferencia pequeña o a ninguna diferencia en la mortalidad a corto plazo (RR 1,01; IC del 95%: 0,49 a 2,06; ocho estudios, 737 participantes; evidencia de certeza moderada). Las estrategias de movilidad podrían dar lugar a una diferencia escasa o nula en la mortalidad a largo plazo (RR 0,73; IC del 95%: 0,39 a 1,37; cuatro estudios, 588 participantes; evidencia de certeza baja) o en los eventos adversos medidos por el reingreso hospitalario (el IC del 95% incluye una gran reducción y un gran aumento, RR 0,86; IC del 95%: 0,52 a 1,42; dos estudios, 206 participantes; evidencia de certeza baja).

El entrenamiento que incluye la marcha, el equilibrio y el ejercicio funcional da lugar a un aumento pequeño y clínicamente importante de la movilidad (DME 0,20; IC del 95%: 0,05 a 0,36; cinco estudios, 621 participantes; evidencia de certeza alta), mientras que el entrenamiento clasificado como ejercicio principalmente de resistencia o fuerza podría dar lugar a un aumento clínicamente importante de la movilidad medido mediante la distancia caminada en seis minutos (diferencia de medias [DM] 55,65; IC del 95%: 28,58 a 82,72; tres estudios, 198 participantes; evidencia de certeza baja). El entrenamiento que incluye múltiples componentes de intervención probablemente da lugar a un aumento considerable y clínicamente importante de la movilidad (DME 0,94; IC del 95%: 0,53 a 1,34; dos estudios, 104 participantes; evidencia de certeza moderada). No está claro el efecto del entrenamiento aeróbico sobre la movilidad (evidencia de certeza muy baja). Ningún estudio de otros tipos de ejercicios o estimulación eléctrica informó sobre desenlaces de movilidad.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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