Existen más de 60 revisiones Cochrane relacionadas con la esclerosis múltiple y una de ellas, un metanálisis en red de inmunomoduladores e inmunosupresores para la esclerosis múltiple recurrente remitente, se actualizó en enero de 2024. En este podcast se habla sobre la enfermedad y los datos más recientes.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Berenice Araiza Nava del Centro Cochrane Asociado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Existen más de 60 revisiones Cochrane relacionadas con la esclerosis múltiple y una de ellas, un metanálisis en red de inmunomoduladores e inmunosupresores para la esclerosis múltiple recurrente remitente, se actualizó en enero de 2024. En este podcast se habla sobre la enfermedad y los datos más recientes.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Berenice Araiza Nava del Centro Cochrane Asociado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La esclerosis múltiple, o EM, está causada por una inflamación del cerebro y la médula espinal que provoca daños que impiden realizar actividades cotidianas importantes, como caminar y cuidar de uno mismo. Hay aproximadamente 2,8 millones de personas con EM en todo el mundo y suele afectar a personas jóvenes, principalmente mujeres, en la etapa más activa de su vida, entre los 20 y los 40 años.
Las personas con esclerosis múltiple experimentan debilidad, cansancio, calambres dolorosos en los músculos y sensibilidad reducida en algunas partes del cuerpo. Con el tiempo, estos síntomas pueden empeorar y hacer necesaria la silla de ruedas. La forma más común de esclerosis múltiple se denomina “recurrente remitente” porque los síntomas aparecen y desaparecen a lo largo de los años, y cada aparición de los síntomas se denomina “recurrencia”. Aunque en la actualidad no existen tratamientos que puedan curar la esclerosis múltiple, se dispone de varios medicamentos para reducir la inflamación del cerebro o la médula espinal que se denominan “modificadores de la enfermedad”, ya que su objetivo es reducir la frecuencia de las recurrencias y retardar la progresión de la discapacidad.
En esta revisión se utilizó un metanálisis en red para determinar si alguno de estos medicamentos es mejor que los demás para lograr estos desenlaces y si algún medicamento se tolera mejor o causa menos episodios no deseados.
La versión anterior de la revisión se publicó en 2016, y ahora se incluyeron 50 ensayos aleatorizados que probaron 29 tratamientos farmacológicos e incluyeron un total de más de 36 000 personas con esclerosis múltiple. Alrededor de dos tercios de los participantes en los estudios de investigación eran mujeres. Veinticinco estudios compararon un medicamento “modificador de la enfermedad” con placebo, mientras que los otros 25 probaron medicamentos “modificadores de la enfermedad” directamente entre sí. La mayoría de los estudios duraron 12 ó 24 meses, y solo cuatro realizaron un seguimiento de los pacientes por hasta 36 meses; la mayoría de los estudios fueron realizados por compañías farmacéuticas con el fin de obtener la autorización reglamentaria para comercializar el medicamento estudiado.
Se observó que tres medicamentos, natalizumab, cladribina y alemtuzumab, eran más eficaces que otros para reducir la frecuencia de las recurrencias tras dos años de tratamiento. A los dos años de tratamiento el natalizumab también podría ser eficaz para retrasar el empeoramiento de la discapacidad. Las personas que toman fingolimod, teriflunomida, acetato de glatiramero, interferón beta-1a, laquinimod, natalizumab y daclizumab tienen más probabilidades de interrumpir el tratamiento debido a los efectos no deseados.
Sin embargo, la confianza en los efectos deseados y no deseados de todos estos medicamentos “modificadores de la enfermedad” es limitada, principalmente porque la evidencia se basa en unos pocos casos de recurrencia y empeoramiento de la discapacidad, y no hay evidencia suficiente más allá de los dos años, lo que es especialmente relevante para una enfermedad crónica como la esclerosis múltiple, que se desarrolla a lo largo de décadas. También preocupa que los intereses de las compañías farmacéuticas pudieran haber influido en el informe de los resultados de los estudios.
Por último, existe una necesidad continua de más estudios que comparen directamente los agentes activos, con un seguimiento de al menos tres años, y la evaluación de otros desenlaces relevantes para el paciente, como la calidad de vida y el estado cognitivo, y un enfoque particular en el impacto del sexo y el género en los efectos del tratamiento.
Si desea leer la versión completa de esta revisión, y estar atento a futuras actualizaciones en caso de que se disponga de dichos estudios, puede consultarla gratuitamente en la Biblioteca Cochrane. Si accede al sitio web y busca “inmunomoduladores para la esclerosis múltiple recurrente remitente”, verá el enlace encabezando la lista.