En quienes reciben una intervención para abrir los vasos tras un ictus isquémico, ¿es mejor dar un anticoagulante que no darlo?

Mensajes clave

  • En las personas sometidas a una intervención para abrir los vasos sanguíneos después de un ictus, añadir un medicamento anticoagulante:

    • no supuso una diferencia, de media, en su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas por sí mismas con discapacidad ligera o moderada, en el número de muertes ni en el sangrado dentro del cerebro con o sin síntomas.

    • dio lugar a un mayor flujo de sangre que se podía observar a través de los vasos sanguíneos bloqueados anteriormente.

¿Qué es el ictus isquémico agudo?

En un ictus isquémico, el flujo sanguíneo al cerebro se reduce porque se obstruye un vaso sanguíneo. Si no se trata rápidamente, el tejido cerebral se daña, lo que provoca síntomas como cambios en la capacidad de hablar, moverse o caminar. En este caso, agudo significa que ocurrió en las últimas 4,5 horas.

¿Cómo se trata el ictus isquémico agudo?

Los tratamientos para el ictus isquémico agudo incluyen una intervención para abrir los vasos sanguíneos (trombectomía endovascular) y medicamentos anticoagulantes (trombólisis intravenosa).

¿Qué se quiso averiguar?

Se quería averiguar si dar un medicamento anticoagulante a quienes se sometían a una trombectomía endovascular daba lugar a mejores resultados que no administrarlo.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan grupos de personas que recibieron anticoagulantes con quienes no los recibieron cuando se les realizó la trombectomía endovascular. Se compararon y resumieron los resultados, y la confianza en la evidencia se calificó en función de factores como la metodología y los tamaños de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron seis estudios, con un total de 2336 personas que acababan de sufrir un ictus isquémico que se sometieron a una intervención para abrir los vasos sanguíneos. Se asignaron al azar (de forma que todas tuvieran la misma oportunidad de recibir el medicamento) a recibir un anticoagulante o a no recibir un anticoagulante. La media de edad fue 71 años. Hubo 1034 mujeres y 1302 hombres. Ambos grupos tenían, de media, casi el mismo nivel de discapacidad al comienzo de los estudios.

Comparadas con quienes se sometieron a la intervención para abrir los vasos sanguíneos después de un ictus y no recibieron un anticoagulante, quienes sí recibieron un anticoagulante no tuvieron, de media, mejores resultados en su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas por sí mismas con discapacidad ligera o moderada, en el número de muertes ni en la hemorragia dentro del cerebro. Sin embargo, se observó un flujo mayor de sangre a través de los vasos sanguíneos bloqueados.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Se tiene confianza en que el anticoagulante logró poca o ninguna diferencia, de media, en la discapacidad moderada, el número de muertes o la hemorragia dentro del cerebro, sin síntomas.

También se tiene confianza en que el anticoagulante mejoró el flujo sanguíneo que se podía observar a través de los vasos sanguíneos bloqueados.

Existe una confianza moderada en que el anticoagulante probablemente apenas supuso una diferencia, de media, en la capacidad de las personas de llevar a cabo actividades cotidianas por sí mismas con una discapacidad ligera. La confianza en la evidencia es moderada porque hubo dudas acerca de la amplia variedad de resultados y las diferencias entre los estudios.

Existe una confianza moderada en que el anticoagulante probablemente logró poca o ninguna diferencia en la hemorragia dentro del cerebro, con síntomas. La confianza en la evidencia es solo moderada debido a las preocupaciones por el amplio abanico de valores, que podían incluir una diferencia importante.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta noviembre de 2023.

Conclusiones de los autores: 

Actualmente, la evidencia no apoya un efecto beneficioso o perjudicial claro de la trombólisis intravenosa sistemática en personas que reciben trombectomía endovascular.

En los participantes que recibieron trombectomía endovascular, la TIV no mostró evidencia de una diferencia en la autonomía funcional, el desenlace funcional excelente, la mortalidad y la hemorragia intracraneal asintomática, o la hemorragia intracraneal sintomática, en comparación con ninguna TIV. Sin embargo, la TIV dio lugar a una mayor tasa de revascularización exitosa y completa en comparación con ninguna TIV.

Los estudios de investigación futuros deben incluir más ensayos de alta calidad para evaluar aún más el papel de la trombólisis intravenosa en quienes reciben trombectomía endovascular para proporcionar datos más consistentes y reducir aún más los intervalos de confianza. Los estudios de investigación futuros también deben identificar si los factores específicos del tiempo y de la persona influyen en el efecto de la TIV entre quienes reciben trombectomía endovascular.

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Objetivos: 

Evaluar los efectos de la trombectomía endovascular con TIV versus sin TIV sobre la autonomía funcional (definida como una puntuación de la escala de Rankin modificada [mRS] < 3) a los 90 días en personas con accidente cerebrovascular isquémico agudo.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, Scopus, LILACS, Google Scholar, la base de datos International HTA y dos registros de ensayos hasta noviembre de 2023.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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