¿Cuáles son los beneficios y los riesgos del ejercicio para las personas con lupus eritematoso sistémico?

Mensajes clave

El ejercicio añadido a la "atención habitual" podría tener pocos efectos beneficiosos sobre la fatiga, la capacidad funcional y el dolor en personas con lupus eritematoso sistémico (LES).

Ningún estudio informó efectos secundarios durante el ejercicio. Sin embargo, existe poca confianza en la evidencia en general.

¿Qué es el lupus eritematoso sistémico?

El lupus eritematoso sistémico (LES o "lupus") es una enfermedad en la que el sistema inmunitario (de defensa) del organismo ataca por error los tejidos sanos de muchas partes del cuerpo. Es una enfermedad de larga duración (que dura más de seis semanas y suele ser de por vida). A menudo, el LES provoca dolor en las articulaciones y los músculos, y un cansancio extremo. Los síntomas pueden mejorar temporalmente o empeorar repentinamente (brotes).

¿Cómo se trata el lupus eritematoso sistémico?

El tratamiento o la atención habitual en el LES pueden incluir, entre otros, el tratamiento con medicamentos como los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). También puede incluir tratamientos no medicamentosos como evitar el sol, la administración de suplementos (por ejemplo, vitamina D), educación sobre la enfermedad y otras dolencias (por ejemplo, hipertensión) y actividad física o ejercicio. El entrenamiento regular con ejercicio podría servir como tratamiento complementario para las personas con LES.

¿Qué se quería averiguar?

Se deseaba averiguar si el ejercicio, además de la atención habitual, mejoraba la fatiga, la capacidad funcional (capacidad de realizar las tareas cotidianas normales), la calidad de vida, el dolor y la actividad de la enfermedad, y no causaba efectos perjudiciales.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran programas de ejercicios estructurados como ejercicios aeróbicos, de resistencia, de estiramiento o combinaciones de éstos (incluida una dosis específica de ejercicio, p. ej., frecuencia, intensidad, tiempo, tipo) además de la atención habitual, en comparación con placebo (medicina simulada), atención habitual sola u otra intervención no médica (p. ej., terapia de relajación) en personas con LES.

Los resultados de estos estudios se compararon y resumieron, y la confianza en la evidencia se calificó según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 13 estudios con 540 participantes con LES que incluyeron un programa estructurado de ejercicios de hasta 12 semanas de duración. La atención habitual incluyó FAME y glucocorticoides.

Los resultados principales de la revisión fueron:

1. El ejercicio de vibración de todo el cuerpo más la atención habitual podrían tener un efecto escaso o nulo sobre la fatiga, la capacidad funcional y el dolor en comparación con el ejercicio de vibración placebo de todo el cuerpo (vibración desactivada) más la atención habitual (un estudio, 17 participantes).

El estudio midió la fatiga mediante la Functional Assessment of Chronic Illness Therapy – Fatigue domain (FACIT-Fatigue) (escala de 0 a 52, donde 0 significa que no hay fatiga) y, a las 12 semanas, la fatiga mejoró en 5 puntos en el grupo que hizo ejercicio en comparación con el grupo que no lo hizo:

- Las personas que realizaron los ejercicios calificaron el dolor con 33 puntos.

- Las personas que no realizaron ejercicios calificaron la funcionalidad con 38 puntos.

El estudio midió la capacidad funcional mediante el dominio Capacidad funcional del cuestionario de salud Short Form de 36 ítems (SF-36) (escala de 0 a 100, donde 100 significa mejor funcionalidad) y, a las 12 semanas, la capacidad funcional empeoró en 2,5 puntos en el grupo que hizo ejercicio en comparación con el grupo que no lo hizo:

- Las personas que hicieron ejercicio calificaron su capacidad funcional con 67,5 puntos.

- Las personas que no hicieron ejercicio calificaron su capacidad funcional con 70 puntos.

El estudio midió el dolor en el dominio Dolor del SF-36 (escala de 0 a 100, donde 0 significa ausencia de dolor) y, a las 12 semanas, el dolor mejoró en 9 puntos en el grupo que hizo ejercicio en comparación con el grupo que no lo hizo:

- Las personas que realizaron los ejercicios calificaron el dolor con 34 puntos.

- Las personas que no realizaron ejercicios calificaron el dolor con 43 puntos.

Más personas del grupo de ejercicio (27%) se retiraron del estudio en comparación con las del grupo placebo (10%).

El estudio no midió la actividad de la enfermedad ni la calidad de vida.

2. El ejercicio más la atención habitual podrían tener un efecto escaso o nulo sobre la fatiga, la capacidad funcional y la actividad de la enfermedad, en comparación con la atención habitual sola. No está claro si el ejercicio mejora el dolor en comparación con la atención habitual sola.

3. El ejercicio más la atención habitual podría reducir la fatiga, mejorar la capacidad funcional y probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en la actividad de la enfermedad, y podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el dolor, en comparación con otra intervención no médica más la atención habitual.

Ningún estudio informó de efectos secundarios graves relacionados con el programa de ejercicios durante o después de la intervención.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Existe poca confianza en la evidencia porque el número de estudios fue muy pequeño, y es posible que las personas de los estudios supieran qué tratamiento recibían.

La mayoría de los estudios evaluaron la efectividad del ejercicio durante un periodo corto (12 semanas o menos) y no está claro si las personas se adhirieron al ejercicio a lo largo del tiempo. Se necesitan estudios más rigurosos de ejercicio estructurado durante un periodo de tiempo superior a 12 semanas para mejorar la confianza en los efectos beneficiosos y la seguridad del ejercicio en personas con LES.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta el 30 de marzo de 2022.

Conclusiones de los autores: 

Debido a la evidencia de certeza baja a muy baja, no existe confianza en los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la fatiga, la capacidad funcional, la actividad de la enfermedad ni el dolor, en comparación con placebo, la atención habitual o el asesoramiento y la terapia de relajación. Los datos sobre los efectos perjudiciales no se informaron de manera adecuada.

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Antecedentes: 

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad inflamatoria autoinmune crónica poco frecuente con una prevalencia que varía entre 4,3 y 150 personas por cada 100 000, es decir, aproximadamente 5 000 000 personas en todo el mundo. Las manifestaciones sistémicas incluyen con frecuencia la afectación de órganos internos, una erupción malar característica en la cara, dolor en las articulaciones y los músculos y fatiga intensa. Se considera que el ejercicio es beneficioso para las personas con LES. Esta revisión se centró en los estudios que examinaron todos los tipos de ejercicios estructurados como tratamiento complementario para el LES.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del ejercicio estructurado como tratamiento complementario para adultos con LES en comparación con la atención farmacológica habitual, la atención farmacológica habitual más placebo y la atención farmacológica habitual más atención no farmacológica.

Métodos de búsqueda: 

Se utilizaron los métodos exhaustivos estándar de búsqueda de Cochrane. La última fecha de búsqueda fue el 30 de marzo de 2022.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) de ejercicios como complemento del tratamiento farmacológico habitual en el LES en comparación con placebo, atención farmacológica habitual sola y otro tratamiento no farmacológico. Los principales desenlaces fueron la fatiga, la capacidad funcional, la actividad de la enfermedad, la calidad de vida, el dolor, los eventos adversos graves y los retiros por cualquier motivo, incluido cualquier evento adverso.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales fueron: 1. fatiga, 2. capacidad funcional, 3. actividad de la enfermedad, 4. calidad de vida, 5. dolor, 6. eventos adversos graves y 7. retiros por cualquier motivo. Los desenlaces secundarios fueron 8. tasa de respuesta, 9. capacidad aeróbica, 10. depresión y 11. ansiedad. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia. La comparación primaria fue el ejercicio comparado con placebo.

Resultados principales: 

En esta revisión se incluyeron 13 estudios (540 participantes). Los estudios compararon el ejercicio como complemento de la atención farmacológica habitual (antipalúdicos, inmunosupresores y glucocorticoides orales) con la atención farmacológica habitual más placebo (un estudio); la atención farmacológica habitual (seis estudios); y otro tratamiento no farmacológico como la terapia de relajación (siete estudios). La mayoría de los estudios tuvieron sesgo de selección, y todos los estudios tuvieron sesgo de realización y detección. La calidad de la evidencia para todas las comparaciones se redujo debido al alto riesgo de sesgo y a la imprecisión.

Ejercicio más atención farmacológica habitual versus placebo más atención farmacológica habitual

La evidencia de un único estudio pequeño (17 participantes) que comparó el ejercicio de vibración de todo el cuerpo con el ejercicio de vibración placebo de todo el cuerpo (vibraciones apagadas) indicó que el ejercicio podría tener poco o ningún efecto sobre la fatiga, la capacidad funcional y el dolor (evidencia de certeza baja). No está claro si el ejercicio provoca menos o más retiros (evidencia de certeza muy baja). El estudio no informó sobre la actividad de la enfermedad, la calidad de vida ni los eventos adversos graves.

El estudio midió la fatiga mediante autoinforme en la escala Functional Assessment of Chronic Illness Therapy – Fatigue (FACIT-Fatigue) de 0 a 52; una puntuación más baja significa menos fatiga. Las personas que no hicieron ejercicio calificaron su fatiga con 38 puntos y las que sí lo hicieron con 33 puntos (diferencia de medias [DM] 5 puntos inferior; intervalo de confianza [IC] del 95%: 13,29 inferior a 3,29 superior).

El estudio midió la capacidad funcional mediante el cuestionario de salud SF-36 (Short Form Health Questionnaire) de 36 ítems, escala de 0 a 100; una puntuación más alta significa una mejor capacidad funcional. Las personas que no hicieron ejercicio valoraron su capacidad funcional en 70 puntos y las que sí lo hicieron en 67,5 puntos (DM 2,5 puntos inferior; IC del 95%: 23,78 inferior a 18,78 superior).

El estudio midió el dolor mediante el dominio del dolor del SF-36 en una escala de 0 a 100; las puntuaciones más bajas significan menos dolor. Las personas que no hicieron ejercicio calificaron su dolor con 43 puntos y las que sí lo hicieron con 34 puntos (DM 9 puntos inferior; IC del 95%: 28,88 inferior a 10,88 superior).

Se retiraron del estudio más participantes del grupo de ejercicio (3/11, 27%) que del grupo placebo (1/10, 10%) (razón de riesgos [RR] 2,73; IC del 95%: 0,34 a 22,16).

Ejercicio más atención farmacológica habitual versus atención farmacológica habitual sola

Añadir el ejercicio a la atención farmacológica habitual podría tener poco o ningún efecto sobre la fatiga, la capacidad funcional y la actividad de la enfermedad (evidencia de certeza baja). No está claro si añadir el ejercicio mejora el dolor (evidencia de certeza muy baja), o si da lugar a menos o más retiros (evidencia de certeza muy baja). Los estudios no informaron sobre los eventos adversos ni sobre la calidad de vida.

Ejercicio más atención habitual versus otra intervención no farmacológica como recibir información sobre la enfermedad o terapia de relajación

En comparación con la educación o la terapia de relajación, el ejercicio podría reducir ligeramente la fatiga (evidencia de certeza baja), podría mejorar la capacidad funcional (evidencia de certeza baja), probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en la actividad de la enfermedad (evidencia de certeza moderada) y podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el dolor (evidencia de certeza baja). No está claro si el ejercicio provoca menos o más retiros (evidencia de certeza muy baja). La calidad de vida y los eventos adversos graves no se informaron.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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