Leche artificial rica en proteínas comparada con leche artificial con menos proteínas: ¿cuál es mejor para prevenir la desnutrición y la obesidad en los lactantes?

Mensajes clave

1. No se sabe si la leche artificial con más proteínas afecta a la desnutrición o la obesidad de los lactantes.
2. Se necesitan estudios más grandes poder evaluar mejor los efectos beneficiosos y posibles efectos perjudiciales de los diferentes tipos de leche artificial.
3. Los futuros estudios deben centrarse en el crecimiento a largo plazo y el desarrollo cerebral.

¿Qué es la leche artificial rica y baja en proteínas?

Las leches artificiales (o maternizadas) tienen un contenido nutricional similar a la leche materna y contienen ingredientes como leche de vaca, grasas, vitaminas, proteínas (como proteínas de soja o de suero de leche) y carbohidratos. En función de la cantidad de proteínas que contengan, las leches artificiales se clasifican en hipoproteicas (baja en proteínas, menos de 1,8 g por 100 kcal), normoproteicas (cantidad estándar de proteínas) o hiperproteicas (2,5 g o más por 100 kcal).

¿Por qué es importante estudiar la leche artificial?

A pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchos bebés nacidos a término en todo el mundo son alimentados con leche artificial en lugar de leche materna. Algunas de estas leches contienen una cantidad de proteínas superior a la recomendada; están diseñadas para acelerar el aumento de peso de los bebés durante el primer año de vida. Sin embargo, se desconoce el efecto de la leche artificial rica en proteínas sobre la desnutrición, el sobrepeso o la obesidad durante la primera infancia.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quiso averiguar si la leche artificial rica en proteínas es mejor que la leche artificial estándar o baja en proteínas para prevenir:
1. la desnutrición (bajo peso para la edad, baja talla para la edad, o bajo peso o talla);
2. el sobrepeso o la obesidad (peso elevado para la talla); y
3. otros episodios no deseados.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que examinaran la leche artificial con mayor contenido proteico en comparación con la leche artificial con menor contenido proteico en bebés sanos de ambos sexos, nacidos a los nueve meses de embarazo y con peso y talla normales al nacer.

Se compararon y resumieron los resultados de los estudios y la confianza en la evidencia se evaluó sobre la base de factores como los métodos y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 11 estudios elegibles con 1885 lactantes sanos, a término, alimentados con leche artificial. Siete ensayos (1629 lactantes) compararon la leche artificial rica en proteínas (hiperproteica) con la leche artificial con cantidad estándar de proteínas, y cuatro ensayos (256 lactantes) compararon la leche artificial con cantidad estándar de proteínas con la leche artificial baja en proteínas. El estudio más grande incluyó a 1090 lactantes, y el más pequeño a 20 lactantes. Diez estudios se llevaron a cabo en Europa y uno en EE. UU. La mayoría de los estudios duró aproximadamente cuatro meses; solo dos estudios duraron cinco años o más. Las compañías farmacéuticas financiaron todos los estudios.

En general, no se sabe si alimentar a los lactantes sanos con leche artificial hiperproteica en comparación con leche artificial normoproteica tiene algún efecto sobre la desnutrición, el sobrepeso o la obesidad durante el primer año de vida. No se sabe si alimentar a los lactantes sanos con leche artificial normoproteica en comparación con hacerlo con leche artificial hipoproteica tiene algún efecto sobre la desnutrición en la infancia. La aparición de episodios no deseados en los bebés alimentados con leche artificial podría no estar relacionada con el contenido proteico de la leche.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

No se tiene confianza en la evidencia porque los estudios proporcionaron información de diferentes maneras y los resultados variaron considerablemente entre los estudios. Además, algunos estudios tuvieron muchos abandonos, lo cual podría haber afectado los resultados. Es probable que futuros estudios de investigación modifiquen los resultados de esta revisión.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta octubre de 2022.

Conclusiones de los autores: 

No se sabe si alimentar a los lactantes sanos con leche maternizada hiperproteica en comparación con la leche maternizada normoproteica tiene algún efecto sobre la desnutrición, el sobrepeso o la obesidad. Podría haber poca o ninguna diferencia en el riesgo de efectos adversos entre los lactantes alimentados con leche maternizada hiperproteica y los alimentados con leche maternizada normoproteica.

No se sabe si alimentar a los lactantes sanos con leche maternizada normoproteica en comparación con la leche maternizada hipoproteica tiene algún efecto sobre la desnutrición. Podría haber poca o ninguna diferencia en el riesgo de efectos adversos entre los lactantes alimentados con leche maternizada normoproteica y aquellos alimentados con leche maternizada hipoproteica.

Los resultados de seis estudios en curso y dos estudios en espera de clasificación podrían cambiar las conclusiones de esta revisión.

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Antecedentes: 

Muchos lactantes son alimentados con leche maternizada para favorecer su crecimiento. Algunas de estas leches tienen un alto contenido en proteínas (≥ 2,5 g por 100 kcal) para acelerar el aumento de peso durante el primer año de vida. El balance riesgo-beneficio de estas leches maternizadas es incierto.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de una mayor ingesta proteica versus una menor ingesta proteica en lactantes a término sanos alimentados con leche maternizada.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, LILACS, OpenGrey, registros de ensayos clínicos y resúmenes de congresos en octubre de 2022.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) de lactantes sanos alimentados con leche maternizada (los alimentados solo con leche maternizada y los que la recibieron como alimento complementario). Se incluyeron lactantes de cualquier sexo o etnia alimentados con leche maternizada durante al menos tres meses consecutivos en cualquier momento desde el nacimiento. Se excluyeron los ensayos cuasialeatorizados, los estudios observacionales y los lactantes con malformaciones congénitas o enfermedades subyacentes graves. Se definió el alto contenido proteico como 2,5 g o más por 100 kcal, y el bajo contenido proteico como menos de 1,8 g por 100 kcal (para la alimentación exclusiva con leche maternizada) o menos de 1,7 g por 100 kcal (para la alimentación complementaria con leche maternizada).

Obtención y análisis de los datos: 

Cuatro autores de la revisión evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos de los ensayos de forma independiente y un quinto autor de la revisión resolvió las discrepancias. Se realizaron metanálisis de efectos aleatorios, se calcularon las razones de riesgos (RR) o las odds ratio de Peto (Peto OR) con los intervalos de confianza (IC) del 95% para los desenlaces dicotómicos y las diferencias de medias (DM) con los IC del 95% para los desenlaces continuos. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.

Resultados principales: 

Se incluyeron 11 ECA (1185 lactantes) llevados a cabo en países de ingresos altos. Siete ensayos (1629 lactantes) compararon la leche maternizada con alto contenido proteico (hiperproteica) con la leche maternizada con contenido proteico estándar (normoproteica), y cuatro ensayos (256 lactantes) compararon la leche maternizada con contenido proteico estándar con la leche maternizada con bajo contenido proteico (hipoproteica). El seguimiento más largo fue de 11 años.

Leche maternizada hiperproteica versus leche maternizada normoproteica

Se encontró evidencia de certeza muy baja de que alimentar a lactantes sanos a término con leche maternizada hiperproteica en comparación con leche maternizada normoproteica tiene poco o ningún efecto sobre el peso insuficiente (DM en la puntuación z de peso para la edad 0,05 DE; IC del 95%: -0,09 a 0,19; p = 0,51; I 2 = 61%; siete estudios, 1629 participantes), el retraso del crecimiento estatural (DM en la puntuación z de talla para la edad 0,15 DE; IC del 95%: -0,05 a 0,35; p = 0,14; I 2 = 73%; siete estudios, 1629 participantes) y la caquexia (DM en la puntuación z de peso para la talla -0,12 DE; IC del 95%: -0,31 a 0,07; p = 0,20, I 2 = 94%; siete estudios, 1629 participantes) en el primer año de vida.

Se encontró evidencia de certeza muy baja de que alimentar a los lactantes sanos con leche maternizada hiperproteica en comparación con leche maternizada normoproteica tiene poco o ningún efecto sobre la aparición de sobrepeso (RR 1,26; IC del 95%: 0,63 a 2,51; p = 0,51; un estudio, 1090 participantes) u obesidad (RR 1,96; IC del 95%: 0,59 a 6,48; p = 0,27; un estudio, 1090 participantes) a los cinco años de seguimiento.

Ningún estudio informó sobre la mortalidad por todas las causas.

La alimentación de lactantes sanos con leche maternizada hiperproteica en comparación con leche maternizada normoproteica podría tener poco o ningún efecto sobre la aparición de eventos adversos como diarrea, vómitos o hipersensibilidad a la leche (RR 0,93; IC del 95%: 0,76 a 1,13; p = 0,44; I 2 = 0%; cuatro estudios, 445 participantes; evidencia de certeza baja) durante el primer año de vida.

Leche maternizada normoproteica versus leche maternizada hipoproteica

Se encontró evidencia de certeza muy baja de que alimentar a lactantes sanos a término con leche maternizada normoproteica comparada con leche maternizada hipoproteica tiene poco o ningún efecto sobre el peso insuficiente (DM en la puntuación z de peso para la edad 0,0; IC del 95%: -0,43 a 0,43; p = 0,99; I 2 = 81%; cuatro estudios, 256 participantes), el retraso del crecimiento estatural (DM en la puntuación z de talla para la edad -0,01; IC del 95%: -0,36 a 0,35; p = 0,96; I 2 = 73%; cuatro estudios, 256 participantes) y la caquexia (DM en la puntuación z de peso para la talla 0,13; IC del 95%: -0,29 a 0,56; p = 0,54, I 2 = 95%; cuatro estudios, 256 participantes) en el primer año de vida.

Ningún estudio informó sobre el sobrepeso, la obesidad ni la mortalidad por todas las causas.

La alimentación de lactantes sanos con leche maternizada normoproteica versus leche maternizada hipoproteica podría tener poco o ningún efecto sobre la aparición de eventos adversos como diarrea, vómitos o hipersensibilidad a la leche (OR de Peto 1,55; IC del 95%: 0,70 a 3,40; p = 0,28; I 2 = 0%; dos estudios, 206 participantes; evidencia de certeza baja) durante los primeros cuatro meses de vida.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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