Terapia de activación conductual para la depresión en adultos con enfermedades físicas de larga duración

La depresión es habitual en adultos con enfermedades físicas de larga duración. Las enfermedades físicas de larga duración, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer o las afecciones respiratorias crónicas, pueden afectar a la salud mental. Los problemas de salud mental también pueden afectar a la forma en que las personas afrontan una enfermedad física. La activación conductual es un tipo de terapia de conversación que se utiliza para tratar la depresión en los adultos y podría ser una alternativa a otras terapias psicológicas o a la medicación. Esta revisión evalúa los efectos de la activación conductual sobre la depresión en personas con enfermedades físicas de larga duración.

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) de activación conductual con diagnóstico de depresión y enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer o una afección respiratoria crónica. Un ECA es una estudio con un grupo control, en el que los participantes se asignan al azar a los grupos de tratamiento y de control. Se realizaron búsquedas en varias bases de datos, incluidas bases de datos regionales y registros de ensayos. La búsqueda, realizada el 4 de octubre de 2019 identificó 6066 entradas. Tras revisarlas, se incluyeron dos estudios en esta revisión y 181 participantes aportaron datos para los análisis.

Ambos estudios reclutaron participantes de hospitales de EE. UU. Un estudio incluyó a participantes que se recuperaban de un ictus y el otro incluyó a mujeres con cáncer de mama. En ambos estudios, los participantes recibieron activación conductual administrada en ocho sesiones semanales presenciales. Un estudio comparó la activación conductual con el tratamiento habitual posterior al ictus, mientras que el otro comparó la activación conductual con la terapia de resolución de problemas, una terapia de conversación.

La evidencia de certeza baja a moderada indica que la activación conductual puede ser más eficaz en el tratamiento de la depresión que los comparadores incluidos, pero estas estimaciones fueron imprecisas y los efectos se redujeron a largo plazo. No hubo evidencia de diferencias entre los grupos en cuanto al número de personas que abandonaron los estudios, los síntomas de depresión, la calidad de vida, la función física o los síntomas de ansiedad. Los estudios no informaron sobre los efectos secundarios durante el período de estudio.

Hubo varias limitaciones en los estudios incluidos. En ambos estudios, los participantes tenían conocimiento del tratamiento que recibían. Además, los investigadores participaron en el diseño de la intervención en ambos estudios y, por lo tanto, podrían haber tenido interés en un desenlace favorable para la activación conductual. En un estudio, la falta de datos provocada por el abandono del estudio por parte de los participantes podría haber influido en los resultados.

No se halló evidencia suficiente en esta revisión para saber si la activación conductual debería utilizarse para tratar la depresión en adultos con enfermedades físicas de larga duración.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia de esta revisión no fue suficiente para establecer conclusiones sobre la eficacia y la aceptabilidad de la activación conductual para el tratamiento de la depresión en adultos con ENC. En una futura revisión tal vez se desee incluir estudios de personas con depresión subumbral o síntomas de depresión sin un diagnóstico formal, o centrarse en estos, ya que ello podría informar sobre si la activación conductual podría utilizarse para tratar síntomas depresivos leves o no diagnosticados (o ambos) en personas con ENC. Sería interesante disponer de evidencia de entornos de bajos recursos, incluidos países de ingresos bajos y medios, en los que la activación conductual podría ofrecer una alternativa viable a otros tratamientos para la depresión.

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Antecedentes: 

La depresión es habitual en personas con enfermedades no contagiosas (ENC), como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las afecciones respiratorias crónicas. La coexistencia de depresión y ENC puede afectar a los comportamientos de salud, el cumplimiento del tratamiento, los factores fisiológicos y la calidad de vida. A su vez, se asocia con peores desenlaces en ambas afecciones. La activación conductual no está actualmente indicada para el tratamiento de la depresión en esta población en el Reino Unido, pero se está utilizando cada vez más para tratar la depresión en los adultos.

Objetivos: 

Examinar los efectos de la activación conductual en comparación con cualquier grupo control para el tratamiento de la depresión en adultos con ENC.

Examinar los efectos de la activación conductual en comparación con cada grupo control por separado (ningún tratamiento, lista de espera, otra terapia psicológica, farmacoterapia o cualquier otro tipo de tratamiento habitual) para el tratamiento de la depresión en adultos con ENC.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CCMD-CTR, CENTRAL, Ovid MEDLINE, Embase, otras cuatro bases de datos y dos registros de ensayos el 4 de octubre de 2019 para identificar ensayos controlados aleatorizados (ECA) sobre la activación conductual para la depresión en participantes con ENC, junto con la literatura gris y la verificación de referencias. No se aplicaron restricciones de fecha, idioma o estado de publicación en la búsqueda.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ECA de activación conductual para el tratamiento de la depresión en adultos con una de las siguientes cuatro ENC: enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer y una afección respiratoria crónica. Solo fueron aptos los participantes con un diagnóstico formal tanto de la depresión como de la ENC. Los estudios se incluyeron si la activación conductual fue el componente principal de la intervención. Se incluyeron estudios con cualquier comparador que no fuera la activación conductual, e independientemente de los resultados informados.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane, que incluyen el cribado independiente de los títulos/resúmenes y artículos completos, la extracción de los datos y la evaluación del riesgo de sesgo por duplicado. En caso de ser necesario, se estableció contactó con los autores de los estudios para obtener información adicional.

Resultados principales: 

Se incluyeron dos estudios que aportaron datos de 181 participantes a los análisis.

Ambos estudios invitaron a participantes de hospitales de EE. UU.; uno incluyó a personas que se recuperaban de un accidente cerebrovascular y el otro a mujeres con cáncer de mama. En ambos estudios, la intervención consistió en ocho semanas de terapia conductual en persona y un estudio la comparó con el tratamiento habitual posterior al accidente cerebrovascular, mientras que el otro la comparó con la terapia de resolución de problemas.

En ambos estudios se corría el riesgo de que se produjera un sesgo de realización y un posible conflicto de intereses debido a la participación de los autores en el desarrollo de la intervención. En un estudio, los riesgos de sesgo de selección y notificación fueron poco claros y el estudio se consideró en alto riesgo de sesgo de desgaste.

La eficacia del tratamiento (remisión) fue mayor para la activación conductual que para los comparadores a corto plazo (riesgo relativo (RR) 1,53; intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,98 a 2,38; evidencia de certeza baja) y a medio plazo (RR 1,76; IC del 95%: 1,01 a 3,08; evidencia de certeza moderada), pero estas estimaciones carecían de precisión y los efectos se redujeron a largo plazo (RR 1,42; IC del 95%: 0,91 a 2,23; evidencia de certeza moderada). No se encontró evidencia de una diferencia en la aceptabilidad del tratamiento a corto plazo (RR 1,81; IC del 95%: 0,68 a 4,82) y a medio plazo (RR 0,88, IC del 95%: 0,25 a 3,10) (evidencia de certeza baja).

No hubo evidencia de una diferencia en los síntomas de depresión entre la activación conductual y los comparadores (corto plazo: DM -1,15; IC del 95%: -2,71 a 0,41) (evidencia de certeza baja). Un estudio no encontró diferencias en la calidad de vida (corto plazo: DM 0,40; IC del 95%: -0,16 a 0,96; evidencia de certeza baja), función (corto plazo: DM 2,70; IC del 95%: -6,99 a 12,39; evidencia de certeza baja), y síntomas de ansiedad (corto plazo: DM -1,70; IC del 95%: -4,50 a 1,10; evidencia de certeza baja).

Ningún estudio informó de los eventos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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