Intervenciones de actividad física para la salud física y mental de los pacientes durante y después del tratamiento del cáncer de colon

Antecedentes

El cáncer de colon es el tercer tipo de cáncer más frecuente diagnosticado en todo el mundo. Tener un diagnóstico positivo y recibir tratamiento para el cáncer de colon puede afectar negativamente la salud física y mental del paciente. Los efectos secundarios incluyen la reducción en los niveles del estado físico y el aumento del cansancio. Los pacientes también corren el riesgo de que el cáncer regrese después del tratamiento y esto puede causar miedo y preocupación. Las investigaciones sobre los programas de actividad física en otras poblaciones con cáncer han demostrado efectos beneficiosos en la reducción de los efectos secundarios del tratamiento. Dado que las personas activas tienen menos posibilidades de desarrollar cáncer de colon, la actividad física podría ser beneficiosa para quienes reciben el diagnóstico de cáncer de colon, pero la investigación aún no es clara.

Pregunta de la revisión

Esta revisión se realizó para determinar si los programas de actividad física son beneficiosos para la salud física y mental de los pacientes con cáncer de colon y si son seguros.

Resultados clave
Se encontraron 16 estudios con 992 participantes, la evidencia está actualizada hasta junio 2019. Los participantes fueron asignados al azar para recibir un programa de actividad física o cuidados habituales (sin programa de actividad física). En los estudios incluidos, no existe certeza de que los programas de actividad física mejoren la funcionalidad física y no se encontraron efectos de los programas de actividad física comparados con la atención habitual en la salud mental relacionada con la enfermedad. No se produjeron eventos adversos graves en los ocho estudios que examinaron los eventos adversos. Hubo discordancias en la notificación y la medición de los eventos adversos. No se sabe si la actividad física mejora la supervivencia en algún punto temporal, ya que ningún estudio analizó este aspecto. Los estudios incluidos indican que los programas de actividad física podrían aumentar la capacidad aeróbica, la calidad de vida relacionada con la salud (bienestar general) y reducir la fatiga (cansancio) en el corto plazo. No existe certeza sobre los efectos a largo plazo de las intervenciones de actividad física en la funcionalidad física, la salud mental relacionada con la enfermedad, los eventos adversos, el estado físico, la fatiga (cansancio), el peso, la calidad de vida relacionada con la salud (bienestar general) y los niveles de actividad física, porque ningún estudio evaluó esto.

Calidad de la evidencia
La calidad de la evidencia se calificó como muy baja a moderada, principalmente debido al pequeño número de estudios y al bajo número de participantes, así como a las limitaciones del estudio.

Conclusión
Los hallazgos de esta revisión deben interpretarse con cautela debido al bajo número de estudios incluidos y a la calidad de la evidencia. Esta revisión muestra la necesidad de que, en el futuro, se realicen investigaciones de alta calidad y con un seguimiento a largo plazo para evaluar los efectos de las intervenciones de actividad física en la salud física y mental de los pacientes con cáncer de colon, especialmente en relación con la seguridad y la supervivencia.

Conclusiones de los autores: 

Los hallazgos de esta revisión deben interpretarse con cautela debido al bajo número de estudios incluidos y a la calidad de la evidencia. No existe certeza de que las intervenciones de actividad física mejoren la funcionalidad física. Es posible que las intervenciones de actividad física no afecten la salud mental relacionada con la enfermedad. Las intervenciones de actividad física podrían ser beneficiosas para la capacidad aeróbica, la fatiga relacionada con el cáncer y la calidad de vida relacionada con la salud hasta los seis meses de seguimiento. Cuando se informó, los eventos adversos en general fueron menores. Para evaluar el efecto de las intervenciones de actividad física en la salud física y mental relacionada con la enfermedad y en la supervivencia de los pacientes con cáncer colorrectal no avanzado, se necesitan ECA de calidad metodológica alta y con un seguimiento a más largo plazo. Los eventos adversos deben informarse de forma adecuada.

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Antecedentes: 

El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer diagnosticado con mayor frecuencia en el mundo. El diagnóstico de cáncer colorrectal y su posterior tratamiento pueden afectar negativamente la salud física y mental del individuo. En otras poblaciones con cáncer se han demostrado los beneficios de las intervenciones de la actividad física para aliviar los efectos secundarios del tratamiento. Dado que la actividad física regular puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal, y que el estado físico cardiovascular es un potente factor de pronóstico del riesgo de mortalidad por cáncer y por todas las causas, las intervenciones de actividad física podría cumplir una función durante todo el proceso de control del cáncer colorrectal. La evidencia sobre la eficacia de las intervenciones de actividad física en esta población sigue siendo incierta.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad y la seguridad de las intervenciones de actividad física en la salud física y mental relacionada con la enfermedad de los individuos con diagnóstico de cáncer colorrectal no avanzado, en el estadio T1-4 N0-2 M0, con tratamiento quirúrgico o con terapia neoadyuvante o adyuvante (es decir, quimioterapia, radioterapia o quimiorradioterapia), o ambas.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL; 2019, número 6), además de OVID MEDLINE, otras seis bases de datos y cuatro registros de ensayos sin restricciones de idioma ni de fecha. Se examinaron las listas de referencias de las publicaciones de relevancia y se realizaron búsquedas manuales en los resúmenes de las reuniones y en los resúmenes de congresos de las organizaciones pertinentes, en busca de estudios relevantes adicionales. Todas las búsquedas se completaron entre el 6 de junio y el 14 de junio 2019.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ECA por grupos que compararon las intervenciones de actividad física, con la atención habitual o ninguna intervención de actividad física en adultos con cáncer colorrectal no avanzado.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión seleccionaron los estudios de forma independiente, realizaron la extracción de datos, evaluaron el riesgo de sesgo y calificaron la calidad de los estudios según los criterios GRADE. Se agruparon los datos para los metanálisis según la duración del seguimiento, informados como diferencias de medias (DM) o diferencias de medias estandarizadas (DME) mediante el uso de los efectos aleatorios, siempre que fuera posible, o según el modelo de efectos fijos, cuando resultó oportuno. Si no fue posible realizar un metanálisis, los estudios se resumieron en forma narrativa.

Resultados principales: 

Se identificaron 16 ECA con 992 participantes; 524 se asignaron a un grupo de intervención de actividad física y 468 a un grupo control con atención habitual. La media de edad de los participantes varió entre 51 y 69 años. Diez estudios incluyeron a participantes que habían finalizado el tratamiento activo, dos estudios incluyeron a participantes que recibían tratamiento activo, dos estudios incluyeron tanto a quienes todavía recibían tratamiento activo como a quienes lo habían finalizado. En dos estudios, no quedó claro si los participantes recibían el tratamiento o si lo habían finalizado. El tipo, el contexto y la duración de la intervención de actividad física variaron entre los ensayos. Tres estudios eligieron intervenciones supervisadas; cinco, intervenciones domiciliarias autodirigidas y siete estudios eligieron una combinación de programas supervisados y autodirigidos. Un estudio no informó sobre el contexto de la intervención. La duración más frecuente de la intervención fue de 12 semanas (7 estudios). El tipo de actividad física incluyó la caminata, la bicicleta, ejercicios de resistencia, yoga y ejercicios de estabilización del tronco.

La mayor parte de la incertidumbre asociada con la evaluación del sesgo del estudio se debió a la falta de claridad sobre la ocultación de la asignación y el cegamiento de los evaluadores de resultados. No fue posible cegar a los participantes y al personal. En general, la calidad de la evidencia varió de muy baja a moderada. No se agruparon los resultados de las funciones físicas en el seguimiento inmediato debido a la variación importante en los resultados y a las discordancias en la dirección del efecto. No existe certeza de que las intervenciones de actividad física mejoren la funcionalidad física en comparación con la atención habitual. No se encontró evidencia sobre el efecto de las intervenciones de actividad física comparadas con la atención habitual en la salud mental relacionada con la enfermedad (ansiedad: DME -0,11; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,40 a 0,18; 4 estudios, 198 participantes; I2 = 0%; y depresión: DME -0,21; IC del 95%: -0,50 a 0,08; 4 estudios, 198 participantes; I2 = 0%; evidencia de calidad moderada) en el seguimiento a corto o medio plazo. Siete estudios informaron sobre los eventos adversos. No se agruparon los eventos adversos debido a las discordancias en los reportes y en la medición. No se encontró evidencia de eventos adversos graves en los grupos de intervención ni de atención habitual. Los eventos adversos menores más frecuentes fueron el dolor de cuello, de espalda y la mialgia. Ningún estudio informó sobre la supervivencia general ni la supervivencia sin recidiva y ningún estudio evaluó los resultados en el seguimiento a largo plazo

Se encontró evidencia de efectos positivos de las intervenciones de actividad física sobre el componente de capacidad aeróbica del estado físico (DME 0,82; IC del 95%: 0,34 a 1,29; 7 estudios, 295; I2 = 68%; evidencia de calidad baja), la fatiga relacionada con el cáncer (DM 2,16; IC del 95%: 0,18 a 4,15; 6 estudios, 230 participantes; I2 = 18%; evidencia de calidad baja) y la calidad de vida relacionada con la salud (DME 0,36; IC del 95%: 0,10 a 0,62; 6 estudios, 230 participantes; I2 = 0%; evidencia de calidad moderada) en el seguimiento inmediato. Estos efectos positivos también se observaron en el seguimiento a corto plazo, pero no en el seguimiento a medio plazo. Solo tres estudios informaron de un seguimiento a medio plazo de la fatiga relacionada con el cáncer y la calidad de vida relacionada con la salud.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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