¿Cómo de exacta es la ecografía a pie de cama para el diagnóstico de las lesiones en el abdomen o el tórax en pacientes con traumatismo cerrado?

Antecedentes y objetivos

Los pacientes que sufren un accidente de tránsito o caen desde una altura tienen riesgo de traumatismo corporal cerrado (es decir, traumatismo no penetrante) y traumatismos múltiples. Los profesionales médicos que atienden a estos pacientes en el hospital necesitan conocer si los órganos vitales o los vasos están lesionados, y si hay cualquier hemorragia grave que requiera intervención inmediata. La ecografía a pie de cama (EPC), una forma de ecografía, es una técnica de imagenología portátil, no invasiva y que no conlleva radiaciones, que puede utilizarse en la cabecera del paciente. Se utiliza con frecuencia para ayudar a diagnosticar las lesiones en el departamento de urgencias. Se examinó la mejor evidencia científica acerca de la exactitud de la EPC, es decir, su capacidad de identificar o excluir de manera correcta las lesiones, en comparación con otras pruebas diagnósticas. La tomografía computarizada, la laparotomía y la autopsia se consideraron adecuadas como pruebas comparativas contra las cuales medir la exactitud de la EPC.

Características de los estudios

Se buscaron los estudios desde el año en el que se publicó el primer trabajo acerca del uso de la ecografía para diagnosticar a los pacientes con traumatismo hasta el 15 de julio de 2017. Se consideraron 2296 registros y se incluyeron 34 estudios relevantes que involucraron a 8635 participantes en esta revisión. Los 34 estudios se publicaron entre 1992 y 2017, y el número de participantes en cada estudio varió de 51 a 3181. Diez estudios incluyeron solo niños, dos estudios solo adultos y los 22 estudios restantes incluyeron niños y adultos.

Calidad de la evidencia

En muchos estudios no se proporcionó información importante acerca de la selección de los participantes y la elección de las pruebas diagnósticas contra las cuales comparar la EPC. Por lo tanto, se calificó la calidad metodológica de la evidencia disponible principalmente como poco clara.

Resultados clave

La ecografía a pie de cama tuvo una sensibilidad (es decir, la capacidad para detectar a un paciente con la enfermedad) del 74% y una especificidad (es decir, la capacidad para excluir a un paciente sin la enfermedad) del 96%. La sensibilidad y la especificidad variaron considerablemente entre los estudios, lo que se debió en parte a las variaciones en las características de los estudios, los participantes y las lesiones. En los niños la sensibilidad y la especificidad de la EPC fueron menores que en las poblaciones de adultos o mixtas, lo que significa que la EPC fue menos capaz de identificar o descartar una lesión. Según estos resultados, es de esperar que entre 1000 pacientes de una población con edad mixta con un presunto traumatismo cerrado en el abdomen o el tórax, la EPC pasaría por alto a 73 pacientes con lesiones e indicaría falsamente la presencia de lesiones en 29 pacientes que no están afectados. Este resultado recalca la necesidad de la imagenología adicional en pacientes con traumatismos para los que la EPC no muestra una lesión (es decir, un resultado negativo), para comprobar si realmente no presentan lesión.

Conclusiones de los autores: 

En pacientes con presunto traumatismo toracoabdominal cerrado, los resultados de una EPC positiva son útiles para guiar las decisiones terapéuticas. Sin embargo, con respecto al traumatismo abdominal, un examen negativo por EPC no descarta las lesiones y debe ser comprobado con una prueba de referencia como la TC. Lo anterior es de especial importancia en el traumatismo pediátrico, en el que la sensibilidad de la EPC es deficiente. Sobre la base del número pequeño de estudios en una población mixta, la EPC puede tener una sensibilidad mayor en las lesiones de tórax. Este hecho justifica ensayos más grandes para confirmar la exactitud de la EPC para diagnosticar el traumatismo torácico.

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Antecedentes: 

La ecografía a pie de cama (EPC) ha surgido como la modalidad de cribado preferida para un presunto traumatismo corporal en muchos departamentos de urgencias en el mundo. Su aplicación mejor conocida es la ecografía abdominal centrada en el traumatismo (FAST, por sus siglas en inglés). La tecnología está disponible en casi todos los lugares, se puede realizar durante la reanimación y no expone a los pacientes ni al personal a radiaciones. Aunque muchos autores han recalcado la alta especificidad de la EPC, su sensibilidad varió notablemente entre los estudios. Esta revisión intentó compilar la mejor evidencia actual acerca de la exactitud diagnóstica de los protocolos de imagenología con EPC en el contexto del traumatismo toracoabdominal cerrado.

Objetivos: 

Determinar la exactitud diagnóstica de la EPC para detectar y excluir el líquido libre, las lesiones de órganos, las lesiones vasculares y otras lesiones (p.ej. neumotórax), comparada con un estándar de referencia diagnóstico (es decir, la tomografía computarizada [TC], la imagenología de resonancia magnética [IRM], la toracoscopia o la toracotomía, la laparoscopia o la laparotomía, la autopsia, o cualquier combinación de las anteriores) en pacientes con traumatismo cerrado.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en Ovid MEDLINE (1946 hasta julio 2017) y Ovid Embase (1974 hasta julio 2017), así como en PubMed (1947 hasta julio 2017), empleando una literatura prospectivamente definida y una estrategia de recuperación de datos. También se examinó la Biblioteca Cochrane, Google Scholar y BIOSIS en busca de citas potencialmente relevantes, y se analizaron las listas de referencias de los artículos de texto completo en busca de artículos omitidos por la búsqueda electrónica. Se realizó una búsqueda ampliada el 6 de diciembre de 2018 y se identificaron ocho nuevos estudios que se pueden incorporar a la primera actualización de esta revisión.

Criterios de selección: 

Se evaluaron los estudios para determinar su elegibilidad utilizando criterios de inclusión y exclusión predefinidos. Se incluyeron estudios diagnósticos de cohortes, prospectivos o retrospectivos, que reclutaron pacientes de cualquier edad y sexo que sufrieron cualquier tipo de lesión cerrada en un escenario civil. Los estudios elegibles tenían que proporcionar información suficiente para elaborar una tabla 2 x 2 de la exactitud diagnóstica y permitir el cálculo de la sensibilidad, la especificidad y otros índices de exactitud de la prueba diagnóstica.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión examinaron de manera independiente los títulos, los resúmenes y los textos completos de los informes mediante un formulario de extracción de datos preespecificado. La calidad metodológica de los estudios individuales se calificó mediante el instrumento QUADAS-2 (la versión revisada y actualizada de la lista de ítems de la Quality Assessment of Diagnostic Accuracy Studies). Se calcularon la sensibilidad y la especificidad con los intervalos de confianza (IC) del 95%, se tabularon los pares de sensibilidad y especificidad con los IC y se mostraron en diagramas de bosque pareados mediante Review Manager 5 (RevMan 5). Para agrupar los cálculos resumidas de la sensibilidad y la especificidad e investigar la heterogeneidad entre los estudios se ajustó un modelo de dos variables mediante Stata 14.0.

Resultados principales: 

En esta revisión, se incluyeron 34 estudios con 8635 participantes. Las estimaciones resumidas de la sensibilidad y la especificidad fueron 0,74% (IC del 95%: 0,65% a 0,81%) y 0,96% (IC del 95%: 0,94% a 0,98%). Las razones de verosimilitud negativa y positiva agrupadas fueron 18,5 (IC del 95%: 10,8 a 40,5) y 0,27 (IC del 95%: 0,19 a 0,37), respectivamente. Hubo heterogeneidad apreciable entre los estudios, y la exactitud informada de la EPC dependió en gran medida de la población y el área corporal afectada. En los niños, la sensibilidad agrupada de la EPC fue 0,63 (IC del 95%: 0,46 a 0,77), en comparación con 0,78 (IC del 95%: 0,69 a 0,84) en la población de adultos o mixta. La especificidad asociada en los niños fue 0,91 (IC del 95%: 0,81 a 0,96) y en la población de adultos o mixta fue 0,97 (IC del 95%: 0,96 a 0,99). Para el traumatismo abdominal, la EPC tuvo una sensibilidad de 0,68 (IC del 95%: 0,59 a 0,75) y una especificidad de 0,95 (IC del 95%: 0,92 a 0,97). Para las lesiones de tórax, la sensibilidad y la especificidad fueron 0,96% (IC del 95%: 0,88% a 0,99%) y 0,99% (IC del 95%: 0,97% a 1,00%). Si se consideran los resultados de los 34 estudios incluidos en una población virtual de 1000 pacientes, según la mediana de la prevalencia observada (probabilidad previa a la prueba) de traumatismo toracoabdominal del 28%, la EPC pasaría por alto a 73 pacientes con lesiones e indicaría falsamente la presencia de lesiones en otros 29 pacientes. Además, en una población virtual de 1000 niños, según la mediana de la prevalencia observada (probabilidad previa a la prueba) de traumatismo toracoabdominal del 31%, la EPC pasaría por alto a 118 niños con lesiones e indicaría falsamente la presencia de lesiones en otros 62 niños.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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