Efectos beneficiosos y perjudiciales de los betabloqueantes comparados con placebo o ninguna intervención en la fase no aguda de un infarto de miocardio

Antecedentes

Según la Organización Mundial de la Salud, 7 400 000 personas murieron por cardiopatía isquémica en 2012. Esto representa el 15% de todas las muertes a nivel mundial. Los pacientes con un infarto pero sin insuficiencia cardíaca podrían recibir betabloqueantes como tratamiento no agudo. Los betabloqueantes inhiben los receptores beta. Esto puede dar lugar a una reducción del oxígeno que necesita el corazón y podría reducir las complicaciones asociadas a un infarto.

Características de los estudios

Se realizaron búsquedas en las bases de datos científicas desde su inicio hasta febrero de 2021 y se encontraron 25 ensayos clínicos aleatorizados. Las personas tenían la misma posibilidad de ser asignadas a los grupos que recibían betabloqueantes o a los de control. En 21 ensayos, el control fue un placebo. En cuatro ensayos, el control fue ninguna intervención. Los ensayos incluyeron 22 423 adultos con una edad media de 56,9 años (intervalo de 50 a 63 años).

Resultados clave

Los pacientes sin insuficiencia cardíaca después de un infarto que reciben betabloqueantes en comparación con el placebo o ninguna intervención tienen probablemente menor riesgo de muerte y de sufrir un nuevo infarto y podrían tener un menor riesgo de episodios cardiovasculares graves y de muerte por cualquier causa relacionada con el corazón, pero es probable que no sea así en el caso de la angina de pecho. Los efectos de los betabloqueantes sobre los episodios adversos graves y sobre la calidad de vida fueron inciertos debido a la falta de datos.

Certeza de la evidencia

La evidencia debe interpretarse con precaución, ya que la certeza se consideró moderada a baja para todos los resultados. Las razones incluyen principalmente el alto riesgo de sesgo de todos los ensayos incluidos, las limitaciones en el diseño y la realización, y el riesgo de error aleatorio. Esto significa que los resultados podrían sobrestimar los efectos beneficiosos de los betabloqueantes y subestimar los efectos perjudiciales. Por lo tanto, los resultados mencionados podrían cambiar en el futuro, tras la realización de más ensayos clínicos aleatorizados bien diseñados.

Conclusiones de los autores: 

Los betabloqueantes probablemente reducen los riesgos de mortalidad por todas las causas y de reinfarto de miocardio en pacientes menores de 75 años sin insuficiencia cardíaca tras un infarto agudo de miocardio. Los betabloqueantes podrían reducir aún más los riesgos de eventos cardiovasculares mayores y la mortalidad cardiovascular en comparación con el placebo o ninguna intervención en pacientes menores de 75 años sin insuficiencia cardíaca tras un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, estos efectos podrían deberse a pacientes con insuficiencia cardíaca no reconocida. Los efectos de los betabloqueantes sobre los eventos adversos graves, la angina de pecho y la calidad de vida no están claros debido a la escasez o ausencia de datos. Todos los ensayos y desenlaces tenían un alto riesgo de sesgo, y un sesgo de datos de desenlaces incompletos podría explicar por sí solo el efecto observado cuando se evalúan los eventos cardiovasculares graves, la angina de pecho y el infarto de miocardio. La evidencia de esta revisión es de certeza moderada a baja, y el resultado real podría diferir considerablemente de los resultados aquí presentados. Los ensayos futuros deberían centrarse especialmente en los pacientes de 75 años o más, y en la evaluación de los eventos adversos graves según la ICH-GCP y la calidad de vida. Se necesitan ensayos clínicos aleatorizados más recientes con bajo riesgo de sesgo y bajo riesgo de errores aleatorios si se quieren evaluar adecuadamente los efectos beneficiosos y perjudiciales de de los betabloqueantes en los pacientes contemporáneos sin insuficiencia cardíaca tras un infarto agudo de miocardio. Estos ensayos deben diseñarse de acuerdo con la declaración SPIRIT y proporcionar la información de acuerdo con la declaración CONSORT.

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Antecedentes: 

La enfermedad cardiovascular es la causa principal de muerte en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 7 400 000 personas murieron por cardiopatía isquémica en 2012, lo que constituye el 15% de todas las muertes. A menudo se recomiendan y se utilizan betabloqueantes en pacientes con insuficiencia cardíaca tras un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, actualmente no está claro si los betabloqueantes deben utilizarse en pacientes sin insuficiencia cardíaca tras un infarto agudo de miocardio. Los metanálisis anteriores sobre el tema han mostrado resultados contradictorios. Ninguna revisión sistemática anterior que utilice los métodos de Cochrane ha evaluado los efectos de los betabloqueantes en pacientes sin insuficiencia cardíaca después de un infarto agudo de miocardio.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los betabloqueantes en comparación con el placebo o ningún tratamiento en pacientes sin insuficiencia cardíaca y con una fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) superior al 40% en la fase no aguda después del infarto de miocardio.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, LILACS, Science Citation Index - Expanded, BIOSIS Citation Index, la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la OMS, ClinicalTrials.gov, Agencia Europea de Medicamentos, Food and Drug Administration, Turning Research Into Practice, Google Scholar y SciSearch desde su creación hasta febrero de 2021.

Criterios de selección: 

Se incluyeron todos los ensayos clínicos aleatorizados que evaluaron los efectos de los betabloqueantes versus el control (placebo o ningún tratamiento) en pacientes sin insuficiencia cardíaca después de un infarto de miocardio, independientemente del tipo y el estado de publicación, la fecha y el idioma. Se excluyeron los ensayos que asignaron al azar a participantes con insuficiencia cardíaca diagnosticada en el momento de la asignación al azar.

Obtención y análisis de los datos: 

Se siguió el protocolo publicado, con algunas modificaciones, y las recomendaciones metodológicas proporcionadas por Cochrane y Jakobsen et al. Dos autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente. Los desenlaces principales de esta revisión fueron la mortalidad por todas las causas, los eventos adversos graves y los eventos cardiovasculares mayores (compuesto de mortalidad cardiovascular y reinfarto de miocardio no mortal). Los desenlaces secundarios fueron: la calidad de vida, la angina, la mortalidad cardiovascular y el infarto de miocardio durante el seguimiento. Todos los desenlaces se evaluaron en el seguimiento máximo. Los riesgos de sesgo se evaluaron sistemáticamente mediante siete dominios de sesgo y la certeza de la evidencia se evaluó mediante el método GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 25 ensayos que asignaron al azar a un total de 22 423 participantes (media de edad 56,9 años). Todos los ensayos y desenlaces tenían un alto riesgo de sesgo. En total, 24 de los 25 ensayos incluyeron un grupo mixto de participantes con infarto de miocardio con elevación del ST e infarto de miocardio sin elevación del ST, y ningún ensayo proporcionó resultados separados para cada tipo de infarto. Uno de los ensayos incluyó a participantes con sólo infarto de miocardio con elevación del ST. Todos los ensayos, excepto uno, incluyeron participantes menores de 75 años. Los métodos utilizados para excluir la insuficiencia cardíaca fueron diversos y probablemente insuficientes. Un total de 21 ensayos utilizaron placebo y cuatro ensayos utilizaron ninguna intervención como comparador. Todos los pacientes recibieron la atención habitual; 24 de los 25 ensayos fueron de la época previa a la reperfusión (publicados entre 1974 y 1999), y sólo un ensayo fue de la época de la reperfusión (publicado en 2018). La certeza de la evidencia fue de moderada a baja para todos los desenlaces.

Los metanálisis muestran que los betabloqueantes, comparados con el placebo o con ninguna intervención, probablemente reducen los riesgos de mortalidad por todas las causas (razón de riesgos [RR] 0,81; intervalo de confianza [IC] del 97,5%: 0,73 a 0,90; I² = 15%; 22 085 participantes, 21 ensayos; evidencia de certeza moderada) y de reinfarto de miocardio (RR 0,76; IC del 98%: 0,69 a 0,88; I² = 0%; 19 606 participantes, 19 ensayos; evidencia de certeza moderada). Los metanálisis muestran que los betabloqueantes comparados con el placebo o con ninguna intervención podrían reducir los riesgos de eventos cardiovasculares graves (RR 0,72; IC del 97,5%: 0,69 a 0,84; 14 994 participantes, 15 ensayos; evidencia de certeza baja) y la mortalidad cardiovascular (RR 0,73; IC del 98%: 0,68 a 0,85; I² = 47%; 21 763 participantes, 19 ensayos; evidencia de certeza baja). Por lo tanto, la evidencia parece sugerir que los betabloqueantes versus placebo o ningún tratamiento podrían dar lugar a una reducción mínima del 10% en el RR de los riesgos de mortalidad por todas las causas, eventos cardiovasculares graves, mortalidad cardiovascular e infarto de miocardio. Sin embargo, los betabloqueantes comparados con el placebo o ninguna intervención podrían no afectar el riesgo de angina (RR 1,04; IC del 98%: 0,93 a 1,13; I² = 0%; 7115 participantes, cinco ensayos; evidencia de certeza baja).

Ningún ensayo proporcionó datos sobre eventos adversos graves según las buenas prácticas clínicas del International Committee for Harmonization of Technical Requirements for Pharmaceuticals for Human Use (ICH-GCP), ni sobre la calidad de vida.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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