Observación de la acción para la rehabilitación de los brazos tras el ictus

Pregunta de la revisión
Se buscó comparar los efectos de la observación de la acción en la funcionalidad del brazo y la mano después del ictus con una intervención alternativa o ninguna intervención. Además, se observaron los efectos de este tratamiento en la actividad de los miembros superiores, las actividades cotidianas, la calidad de vida y la activación de áreas cerebrales.

Antecedentes
Los pacientes que sobreviven a un ictus a menudo presentan dificultades para mover los brazos, lo que puede conllevar problemas en las actividades cotidianas y una menor participación en las situaciones diarias. La observación de la acción (OA) es un enfoque de rehabilitación física propuesto para la rehabilitación del brazo, en el que las personas que han sufrido un ictus observan a una persona sana mientras realiza una tarea, en video o en persona, seguido o no de la ejecución de la misma tarea. Esta técnica segura se puede realizar sin la necesidad de un equipo caro y complicado y requiere la supervisión mínima del terapeuta. Existen ensayos que muestran que la OA activa áreas cerebrales similares a las que se activan cuando se realiza la misma acción y que podría favorecer la recuperación del movimiento después del ictus.

Características de los ensayos
Se identificaron 16 ensayos con 574 personas tras un ictus. La mayoría utilizó secuencias de vídeo y observación de acciones, seguidas de algún tipo de práctica motora, utilizando una serie de actividades, con una complejidad de la tarea que aumentaba con el transcurso del entrenamiento o cuando era fácil de realizar para el participante. La evidencia está actualizada hasta mayo de 2021.

Resultados clave
Los ensayos analizaron si la observación de la acción en comparación con una intervención alternativa o ninguna intervención dio lugar a una mejora en la capacidad de los participantes de utilizar sus brazos y manos, y hallaron que la observación de la acción podría tener un efecto pequeño en la funcionalidad del brazo (11 ensayos) y un gran efecto en la funcionalidad de la mano (cinco ensayos). No hay pruebas de que este tratamiento sea beneficioso ni perjudicial para las actividades cotidianas ni la calidad de vida de los pacientes con ictus. No fue posible evaluar los resultados de la motricidad de las extremidades superiores ni la activación de las áreas cerebrales.

Certeza de la evidencia
La certeza de la evidencia fue baja para la funcionalidad del brazo y de la mano, y muy baja para las actividades cotidianas y la calidad de vida. Los participantes pudieron participar en el tratamiento con seguridad, ya que los eventos adversos no fueron significativos ni en escala ni en magnitud. La certeza de la evidencia para cada desenlace se vio limitada por el reducido número de participantes, la baja calidad de los estudios y el informe deficiente de los detalles de los mismos.

Conclusiones de los autores: 

Los efectos de la OA son pequeños para la funcionalidad del brazo en comparación con cualquier grupo control; para la funcionalidad de la mano los efectos son grandes, pero no son clínicamente significativos. En ambos casos, la certeza de la evidencia es baja. No existe evidencia de que la OA sea beneficiosa ni perjudicial para las AC ni la calidad de vida de las personas con accidente cerebrovascular; sin embargo, la certeza de la evidencia es muy baja. Por tanto, la confianza en la estimación del efecto es limitada ya que es probable que cambie con los futuros estudios de investigación.

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Antecedentes: 

La observación de la acción (OA) es un método de rehabilitación física que facilita la plasticidad neuronal mediante la activación del sistema de neuronas espejo y promueve la recuperación motora de las personas con un accidente cerebrovascular.

Objetivos: 

Evaluar si la OA mejora la función motora de las extremidades superiores en personas con un accidente cerebrovascular.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes cerebrovasculares (Cochrane Stroke Group) (búsqueda el 18 de mayo 2021), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (18 de mayo de 2021), en MEDLINE (1946 al 18 de mayo de 2021), en Embase (1974 al 18 de mayo de 2021) y en otras cinco bases de datos. También se buscó en registros de ensayos y listas de referencias.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados (ECA) de OA, sola o asociada a la actividad física en adultos después de un accidente cerebrovascular. El desenlace principal fue la funcionalidad motora de las extremidades superiores (brazos y manos). Los desenlaces secundarios fueron: dependencia en las actividades cotidianas (AC), actividad motora, activación cortical, calidad de vida y efectos adversos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los ensayos según los criterios de inclusión predefinidos, extrajeron los datos, evaluaron el riesgo de sesgo con la herramienta RoB 1 y aplicaron el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia. Los autores de la revisión establecieron contacto con los autores de los ensayos para solicitar aclaraciones e información faltante.

Resultados principales: 

Se incluyeron 16 ensayos con 574 personas. La mayoría de los ensayos proporcionaron OA seguida de práctica de acciones motoras. El entrenamiento varió entre un día y ocho semanas de tratamiento, de diez a 90 minutos por sesión. El tiempo de OA fue de uno a diez minutos para cada acción motora, tarea o movimiento observado. El número total de acciones motoras varió entre uno y tres. Las comparaciones de control incluyeron la observación simulada, la fisioterapia y la práctica de actividades funcionales. Desenlaces principales: La OA mejoró la funcionalidad del brazo (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,39; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,17 a 0,61; 11 ensayos, 373 participantes; evidencia de certeza baja); y la funcionalidad de la mano (diferencia de medias [DM] 2,76; IC del 95%: 1,04 a 4,49; cinco ensayos, 178 participantes; evidencia de certeza baja). Desenlaces secundarios: La OA no mejoró el desempeño de las AC (DME 0,37; IC del 95%: -0,34 a 1,08; siete ensayos, 302 participantes; evidencia de certeza muy baja), ni la calidad de vida (DM 5,52; IC del 95%: -30,74 a 41,78; dos ensayos, 30 participantes; evidencia de certeza muy baja). No fue posible agrupar los otros desenlaces secundarios (actividad motora y activación cortical). Solo dos ensayos informaron sobre los eventos adversos, sin efectos adversos significativos.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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