Intervenciones con ejercicios de resistencia y progresivos para adultos con VIH/SIDA

Debido a los avances médicos, muchos pacientes con infección por el VIH en los países desarrollados sobreviven más tiempo(Palella 1998). La infección por VIH se puede presentar actualmente como una enfermedad crónica, con una historia natural de la enfermedad incierta. El curso cambiante de la infección por VIH ha dado lugar a un posible aumento de la prevalencia y el impacto de la discapacidad en los pacientes que viven con la infección por VIH. El ejercicio es una estrategia clave de tratamiento utilizada por los profesionales de la salud para tratar el deterioro (problemas con la función o la estructura corporal como una desviación o pérdida significativa, como el dolor o la debilidad), las limitaciones de la actividad (dificultades que un individuo puede tener para realizar actividades, como la incapacidad para caminar) y las restricciones de la participación (problemas que un individuo puede experimentar en situaciones de la vida, como la incapacidad para trabajar) en esta población (World Health Organization 2001). El ejercicio también se puede utilizar para tratar los cambios no deseados en el peso y la composición corporal de los pacientes que viven con la infección por VIH.

El ejercicio aeróbico se ha asociado con mejoras en la fuerza, la función cardiovascular y el estado psicológico en poblaciones generales (Bouchard 1993). Los resultados de una revisión sistemática indicaron que las intervenciones de ejercicios aeróbicos parecieron ser seguras y pueden ar lugar a mejoras en el estado físico cardiopulmonar de los adultos que viven con VIH/SIDA (Nixon 2002). Pero, ¿cuáles son los efectos del ejercicio de resistencia y progresivo (ERP) para los adultos que viven con la infección por VIH?

Una mejor comprensión de la eficacia y seguridad del ejercicio de resistencia y progresivo permitirá a los pacientes que viven con VIH y a sus profesionales de la salud practicar una prescripción de ejercicios efectiva y apropiada, y contribuir así a mejorar los resultados generales para los adultos que viven con la infección por VIH.

En esta revisión se incluyeron estudios que fueron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y compararon intervenciones con ejercicios de resistencia y progresivos con ningún ejercicio de resistencia y progresivo u otra modalidad de ejercicio o tratamiento, realizados al menos tres veces por semana y que duraron al menos cuatro semanas, en adultos (de 18 años de edad o más) que vivían con VIH/SIDA. Siete estudios cumplieron los criterios de inclusión para esta revisión sistemática. El ejercicio de resistencia y progresivo o una combinación de ejercicio de resistencia y progresivo y el ejercicio aeróbico parecen ser seguros y pueden ser beneficiosos para los adultos que viven con VIH/SIDA. Estos hallazgos están limitados por el pequeño número de estudios que sería posible incluir en los metanálisis, los tamaños de muestra pequeños y las tasas variables de retiro de los participantes en los estudios incluidos. Los estudios de investigación futuros se beneficiarían si se incluyeran participantes en varias etapas de la infección por VIH, una mayor proporción de participantes mujeres y participantes en una variedad de grupos de edad para aumentar la generalizabilidad de los resultados. Además, la investigación futura se beneficiaría de estudios con tamaños de muestra más grandes que realicen un análisis del tipo "intención de tratar" (análisis de los participantes basado en los grupos a los que fueron asignados originalmente) para comprender mejor los resultados de los participantes que se retiran de las intervenciones con ejercicios.

Conclusiones de los autores: 

El ejercicio de resistencia y progresivo o una combinación de ejercicio de resistencia y progresivo y el ejercicio aeróbico parecen ser seguros y pueden ser beneficiosos para los adultos que viven con VIH/SIDA. Estos hallazgos están limitados por el pequeño número de estudios que sería posible incluir en los metanálisis, los tamaños de muestra pequeños y las tasas variables de retiro de los participantes en los estudios incluidos. Los estudios de investigación futuros se beneficiarían si se incluyeran participantes en varias etapas de la infección por VIH, una mayor proporción de participantes mujeres y participantes en una variedad de grupos de edad para aumentar la generalizabilidad de los resultados. Además, la investigación futura se beneficiaría de estudios con tamaños de muestra más grandes que realicen un análisis del tipo "intención de tratar" (análisis de los participantes basado en los grupos a los que fueron asignados originalmente) para comprender mejor los resultados de los participantes que se retiran de las intervenciones con ejercicios.

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Antecedentes: 

Debido a los avances médicos, muchos pacientes que viven con la infección por VIH en los países desarrollados viven más tiempo (Palella 1998). La infección por VIH se puede presentar actualmente como una enfermedad crónica, con una historia natural de la enfermedad incierta. El curso cambiante de la infección por VIH ha dado lugar a un posible aumento de la prevalencia y el impacto de la discapacidad en los pacientes que viven con la infección por VIH. El ejercicio es una estrategia clave de tratamiento utilizada por los profesionales de la salud para tratar el deterioro (problemas con la función o la estructura corporal como una desviación o pérdida significativa, como el dolor o la debilidad), las limitaciones de la actividad (dificultades que un individuo puede tener para realizar actividades, como la incapacidad para caminar) y las restricciones de la participación (problemas que un individuo puede experimentar en situaciones de la vida, como la incapacidad para trabajar) en esta población (World Health Organization 2001). El ejercicio también se puede utilizar para tratar los cambios no deseados en el peso y la composición corporal de los pacientes que viven con la infección por VIH.

El ejercicio aeróbico se ha asociado con mejoras en la fuerza, la función cardiovascular y el estado psicológico en poblaciones generales (Bouchard 1993). Los resultados de una revisión sistemática indicaron que las intervenciones de ejercicios aeróbicos parecieron ser seguras y pueden ar lugar a mejoras en el estado físico cardiopulmonar de los adultos que viven con VIH/SIDA (Nixon 2002). Pero, ¿cuáles son los efectos del ejercicio de resistencia y progresivo (ERP) para los adultos que viven con la infección por VIH?

Una mejor comprensión de la eficacia y seguridad del ejercicio de resistencia y progresivo permitirá a los pacientes que viven con VIH y a sus profesionales de la salud practicar una prescripción de ejercicios efectiva y apropiada, y contribuir así a mejorar los resultados generales para los adultos que viven con la infección por VIH.

Objetivos: 

Examinar la seguridad y la efectividad de las intervenciones con ejercicios de resistencia y progresivos sobre el peso, la composición corporal, la fuerza, los parámetros inmunológicos/virológicos, cardiopulmonares y psicológicos en adultos que viven con la infección por VIH.

Métodos de búsqueda: 

Para identificar los estudios que se incluirán en esta revisión, se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos: MEDLINE, EMBASE, CINAHL, COCHRANE, SCIENCE CITATION INDEX, PSYCHINFO, SOCIOLOGICAL ABSTRACTS, SSCI, ERIC, DAI y HEALTHSTAR. También se examinaron los resúmenes y actas de importantes conferencias internacionales y nacionales sobre VIH/SIDA publicados y no publicados, como la Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy (ICAAC), la Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI), la Infectious Diseases Society of America Conference (IDSA), y la International AIDS Conference (IAC). Se examinaron las listas de referencias de los artículos y libros pertinentes, así como las bases de datos del Grupo de Revisión Colaborativa. También se realizaron búsquedas manuales en revistas especializadas en busca de artículos pertinentes. No se aplicaron restricciones de idioma. La estrategia de búsqueda abarcó la literatura desde 1980 hasta agosto de 2003.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los estudios que fueron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y compararon intervenciones con ejercicios de resistencia y progresivos con ningún ejercicio de resistencia y progresivo u otra modalidad de ejercicio o tratamiento, realizados al menos tres veces por semana y que duraron al menos cuatro semanas, en adultos (de 18 años de edad o más) que vivían con VIH/SIDA.

Obtención y análisis de los datos: 

Los autores de la revisión utilizaron formularios de recopilación de datos para resumir los datos relativos al diseño del estudio, los participantes, las intervenciones, los resultados y la calidad metodológica de los estudios que cumplieron con los criterios de inclusión. Siempre que fue posible, se realizaron metanálisis de los resultados mediante el programa informático RevMan 4.2.2.

Resultados principales: 

Siete estudios cumplieron los criterios de inclusión para esta revisión sistemática. El metanálisis fue limitado debido a las siguientes diferencias entre los estudios: tipos de intervenciones con ejercicios, inclusión de grupos de cointervención, nivel de supervisión del ejercicio, composición corporal inicial y niveles de testosterona de los participantes, tipos de resultados evaluados y calidad metodológica de los estudios individuales.

Los resultados principales indicaron que la realización de ejercicios de resistencia y progresivos o una combinación de ejercicios de resistencia y progresivos y ejercicios aeróbicos al menos tres veces a la semana durante al menos cuatro semanas parece ser seguro y puede dar lugar a aumentos estadística y posiblemente clínicamente importantes en el peso y la composición corporal. Los resultados también indican que las intervenciones con ejercicios pueden dar lugar a mejoras clínicamente importantes en el estado físico cardiopulmonar. Los estudios individuales incluidos en esta revisión indican que las intervenciones con ejercicios de resistencia y progresivos con o sin ejercicios aeróbicos también contribuyen a mejorar la fuerza y el estado psicológico de los adultos que viven con VIH/SIDA. Los estudios individuales indican que el ejercicio de resistencia y progresivo o una combinación de ejercicio de resistencia y progresivo y aeróbico pareces ser seguros para los adultos que viven con VIH/SIDA y que están médicamente estables como resultado de que no se han detectado cambios en el estado inmunológico/virológico. Estos resultados están limitados a los pacientes que continuaron con los ejercicios y para los cuales hubo datos de seguimiento adecuados.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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