Los efectos a largo plazo del consejo de reducir la sal en los alimentos sobre las muertes, las enfermedades cardiovasculares y la presión arterial en los adultos

El estímulo y el apoyo intensivos para reducir la ingesta de sal dieron lugar a una reducción de la sal ingerida. También redujeron la presión arterial pero sólo en una pequeña cantidad (cerca de 1 mmHg para la presión arterial sistólica, menos para la diastólica) después de más de un año. Esta reducción no fue suficiente como para esperar un efecto beneficioso importante para la salud. También fue muy difícil mantener una dieta baja en sal. Sin embargo, la reducción de la presión arterial pareció ser mayor en las personas con presión arterial más elevada.

No hubo suficiente información como para evaluar el efecto de estos cambios en la ingesta de sal sobre la salud o las muertes.

La evidencia proveniente de un ensayo grande y uno pequeño demostró que el asesoramiento sobre la reducción de la sal ayuda a mantener la presión arterial más baja después del retiro de los fármacos antihipertensivos. Si esto se confirma, sin que se produzca un aumento de los eventos cardiovasculares, se justificarían los programas integrales conductuales y dietéticos en pacientes con hipertensión arterial que requieren tratamiento farmacológico.

Ver también la revisión Cochrane de ensayos sobre la reducción de sal a corto plazo: Jurgens 2003.

Conclusiones de los autores: 

Las intervenciones intensivas, inadecuadas para la atención primaria o los programas de prevención para la población, solamente proporcionan reducciones mínimas de la presión arterial durante ensayos a largo plazo. Se necesitan evaluaciones adicionales para examinar los efectos sobre los desenlaces de morbilidad y mortalidad en las poblaciones en general y en los pacientes con hipertensión.

Una dieta baja en sodio puede ayudar a mantener la presión arterial baja después de la retirada de los antihipertensivos. Si lo anterior se confirma, sin que se produzca un aumento de los eventos cardiovasculares, se justificarían los programas integrales conductuales y dietéticos en pacientes con hipertensión que requieren tratamiento farmacológico.

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Antecedentes: 

Restringir la ingesta de sodio en pacientes hipertensos durante cortos períodos de tiempo reduce la presión arterial. Los efectos a largo plazo (sobre la mortalidad, la morbilidad o la presión arterial) del asesoramiento de reducción de sal en pacientes con presión arterial elevada o normal no están claros.

Objetivos: 

Evaluar en adultos los efectos a largo plazo (mortalidad, eventos cardiovasculares, presión arterial, calidad de vida, peso, excreción urinaria de sodio, otros nutrientes y uso de fármacos antihipertensivos) del asesoramiento para la restricción de sodio dietético mediante todos los ensayos controlados aleatorizados relevantes.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en La Biblioteca Cochrane, MEDLINE, EMBASE, bibliografías de los estudios incluidos y revisiones sistemáticas relacionadas para identificar ensayos aleatorizados sin factores de confusión en adultos sanos que intentaron reducir la ingesta de sodio durante al menos seis meses. Se intentó encontrar estudios omitidos o no publicados y se estableció contacto con los autores de todos los ensayos incluidos. No hubo restricciones de idioma.

Criterios de selección: 

Las decisiones de inclusión se duplicaron de forma independiente y se basaron en los siguientes criterios: 1) la asignación al azar fue adecuada; 2) hubo un grupo de dieta habitual o control; 3) la intervención tenía como objetivo reducir la ingesta de sodio; 4) la intervención no fue multifactorial; 5) los participantes no eran niños, enfermos agudos, embarazadas o institucionalizados; 6) el seguimiento fue de al menos 26 semanas; 7) se disponía de datos sobre cualquiera de los desenlaces de interés.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión tomaron las decisiones sobre la validez y obtuvieron los datos de forma independiente, los desacuerdos se resolvieron mediante debate o si era necesario a través de un tercer autor de la revisión. Se realizaron metanálisis de efectos aleatorios, análisis de sensibilidad y de subgrupos y metarregresión.

Resultados principales: 

Se incluyeron tres ensayos en personas normotensas (n = 2326), cinco en personas con hipertensión no tratadas (n = 387) y tres en personas con hipertensión tratadas (n = 801), con un seguimiento de seis meses a siete años. Los estudios grandes de alta calidad (y por consiguiente más informativos) utilizaron intervenciones conductuales intensivas.

Las muertes y los eventos cardiovasculares se definieron e informaron de manera inconsistente; sólo se produjeron 17 muertes distribuidas por igual entre los grupos de intervención y control. Las presiones arteriales sistólicas y diastólicas se redujeron a los 13 y 60 meses en los que recibieron asesoramiento sobre dietas hiposódicas en comparación con los controles (presión arterial sistólica en 1,1 mmHg; IC del 95%: 1,8 a 0,4; presión diastólica en 0,6 mmHg; IC del 95%: 1,5 a -0,3), así como la excreción urinaria de sodio en 24 horas (en 35,5 mmol/24 horas; IC del 95%: 47,2 a 23,9). El grado de reducción de la ingesta de sodio y el cambio en la presión arterial no se relacionaron. Las personas medicadas con fármacos antihipertensivos pudieron interrumpir su medicación más a menudo con una dieta hiposódica en comparación con los controles, mientras mantenían un control similar de la presión arterial.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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