Clavos condilocefálicos versus implantes extramedulares para las fracturas de cadera extracapsulares

Una fractura de cadera es una rotura cerca de la parte superior del hueso del muslo (fémur). Aquellas que se encuentran más alejadas de la articulación de la cadera se denominan extracapsulares. Dichas fracturas se pueden fijar quirúrgicamente mediante implantes de metal. Aquí se comparan dos tipos de implantes. Los clavos condilocefálicos, como los clavos de Ender, se insertan cerca de la rodilla y se hacen avanzar a través de la médula ósea del muslo y a través del sitio de la fractura. Los implantes extramedulares consisten en un tornillo o varilla, insertados en la parte superior del hueso del muslo para unir la fractura, conectados a una placa fijada al fémur. Esta revisión encontró que, a pesar de la rapidez de la cirugía, los clavos de Ender se asociaron con un mayor riesgo de complicaciones y de reintervención en comparación con los implantes extramedulares de uso común.

Conclusiones de los autores: 

Cualquier ventaja en los resultados intraoperatorios de los clavos condilocefálicos se ve superada por el aumento de las complicaciones en la curación de las fracturas, la tasa de reintervención, el dolor residual y la deformidad de las extremidades en comparación con un implante extramedular, en particular un tornillo deslizante de cadera. El uso de clavos condilocefálicos (en particular los clavos de Ender) para las fracturas trocanterianas ya no es apropiado.

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Antecedentes: 

Dos tipos de implantes utilizados para la fijación quirúrgica de las fracturas de cadera extracapsulares son los clavos condilocefálicos (clavos intramedulares que se insertan por el canal femoral desde la parte superior de la rodilla y a través de la fractura) y los implantes extramedulares.

Objetivos: 

Comparar los clavos condilocefálicos (p.ej., los clavos de Ender y Harris) con los implantes extramedulares (p.ej., las placas de clavos fijos y los tornillos deslizantes de cadera) para el tratamiento de la fractura extracapsular (trocantérica y subtrocantérica) de cadera en pacientes adultos.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones Óseas, Articulares y Musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group) (septiembre de 2004), el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (The Cochrane Library Número 3, 2004), MEDLINE (1966 hasta la primera semana de septiembre de 2004), EMBASE, el National Research Register del Reino Unido, revistas ortopédicas, actas de congresos y listas de referencias de los artículos.

Criterios de selección: 

Ensayos aleatorizados o cuasialeatorizados que compararon clavos condilocefálicos con implantes extramedulares.

Obtención y análisis de los datos: 

Se evaluó la calidad de los ensayos y se extrajeron los datos de forma independiente. Los datos para los clavos de Ender y los clavos de Harris se presentan por separado. Los resultados de las placas de clavos fijos y los tornillos deslizantes de cadera se subagruparon.

Resultados principales: 

Se incluyeron 11 ensayos en los que participaron 1667 pacientes principalmente con fracturas trocantéricas. Diez compararon los clavos de Ender con una placa de clavos fijos o un tornillo deslizante de cadera. Un ensayo comparó los clavos condilocefálicos de Harris con un tornillo deslizante de cadera.

Las únicas ventajas de los clavos condilocefálicos fueron una reducción de la tasa de sepsis en las heridas profundas (0,9% versus 4,2%; riesgo relativo 0,28; intervalo de confianza del 95%: 0,11 a 0,62), la duración de la cirugía y la pérdida de sangre durante la cirugía. Sin embargo, hubo un mayor riesgo de reintervención (20,9% versus 5,5%; riesgo relativo 3,72; intervalo de confianza del 95%: 2,54 a 5,44) y de fractura posterior de fémur en comparación con los implantes extramedulares. También se encontró un aumento en el riesgo de rotura del implante de la cabeza del fémur para los clavos de Ender, en comparación con el tornillo deslizante de cadera, pero no para las placas de clavos fijos. El retroceso del clavo fue una complicación frecuente (30%) de los clavos de Ender y a menudo provocó una cirugía de revisión.

Los clavos de Ender también tuvieron un mayor riesgo de acortamiento de la pierna y de deformidad de rotación externa y potencialmente una menor recuperación de la capacidad ambulatoria previa. También se observó un aumento del dolor residual, predominantemente en la rodilla, en los pacientes a los que se les colocaron clavos condilocefálicos. No hubo una diferencia evidente en la mortalidad entre los grupos de clavos condilocefálicos y los grupos de implantes extramedulares.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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