Mensajes clave
Se necesitan estudios grandes y bien diseñados sobre tecnologías móviles de salud para medir la distancia que una persona con claudicación intermitente puede caminar sin dolor y la distancia máxima que puede recorrer.
¿Cuál es la enfermedad?
En la enfermedad arterial periférica (EAP), los grandes vasos sanguíneos de las piernas se estrechan u obstruyen, lo que dificulta que el oxígeno de la sangre llegue a los músculos lo necesitan. La arteriopatía periférica puede no provocar síntomas o causar un dolor muscular denominado claudicación intermitente (CI), que suele afectar las piernas cuando la persona camina y cesa cuando se detiene. En algunos casos, el dolor es tan grave que impide caminar.
Entre las afecciones que aumentan las probabilidades de presentar arteriopatía periférica e insuficiencia cardíaca se encuentran la hipertensión arterial, la hiperglucemia, el colesterol alto, la obesidad y el tabaquismo. La claudicación puede provocar graves problemas cardiacos (corazón) y circulatorios (flujo sanguíneo), por lo que los enfoques preventivos para abordar los riesgos asociados suelen constituir la base del tratamiento. Así se evitan posibles complicaciones, como úlceras en las piernas o gangrena, que en ocasiones pueden conducir a la necesidad de amputación.
¿Cómo se trata la enfermedad?
1. Las medidas preventivas, como hacer ejercicio con regularidad, mantener un peso saludable, seguir una dieta sana, evitar el tabaco y reducir la ansiedad y el estrés, podrían ayudar a limitar la frecuencia de la CI y reducir la intensidad del dolor.
2. La terapia con ejercicios es una parte importante del tratamiento de la CI; el ejercicio de marcha supervisado mejora la capacidad de caminar y la calidad de vida. A pesar de ello, solo un pequeño porcentaje de pacientes hace ejercicio con regularidad.
3. Con frecuencia se utilizan medicamentos para tratar la CI. Estos medicamentos suelen ayudar a mejorar la circulación o a prevenir problemas graves causados por la claudicación.
4. Las intervenciones quirúrgicas, como las intervenciones de revascularización (formas de desbloquear, abrir o desviar vasos sanguíneos), pueden ayudar a restablecer el flujo sanguíneo normal. Esto podría aliviar o reducir el dolor de la CI.
¿Qué se quiso averiguar?
En un momento en que las tecnologías evolucionan rápidamente y se generaliza el uso de teléfonos inteligentes y tabletas, la tecnología de salud para móviles es una nueva forma de animar a las personas a caminar. Las tecnologías móviles de salud incluyen dispositivos y sensores inalámbricos que pueden transmitir a través de Internet o de redes informáticas, como teléfonos móviles, teléfonos inteligentes, tabletas, servicios de mensajería corta (SMS) o mensajes de texto, aplicaciones informáticas especializadas y prendas inteligentes. Se quería averiguar si las tecnologías móviles de salud pueden aumentar la distancia que son capaces de caminar las personas con CI.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan las tecnologías móviles de salud frente a la atención habitual (ninguna intervención o ningún asesoramiento para realizar ejercicios), el asesoramiento para realizar ejercicios o un programa de ejercicios supervisado en personas con CI. Se compararon y resumieron los resultados de los estudios y la confianza en la evidencia se calificó en función de factores como la metodología y los tamaños de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron cuatro estudios en los que participaron 614 personas con CI con una media de edad de 68 años. Los estudios se realizaron en Estados Unidos. Dos estudios duraron 3 meses, uno 9 meses y otro 12 meses.
El análisis mostró que no hay un efecto claro de estas tecnologías sobre la distancia máxima que las personas pueden caminar.
No se sabe si existe una diferencia en la distancia caminada sin dolor porque ninguno de los estudios informó sobre ello. Ninguno de los estudios informó sobre el cambio en el tiempo de supervivencia sin amputación o sin una intervención quirúrgica para mejorar su circulación ("supervivencia sin revascularización"). Solo un estudio informó sobre los eventos cardiovasculares adversos graves (definidos como ictus, infarto de miocardio [ataque al corazón] o eventos mortales relacionados con el corazón) y no encontró diferencias claras entre los grupos. Ninguno de los estudios incluidos informó sobre eventos adversos graves en las extremidades (definidos como isquemia grave de las extremidades [reducción súbita y significativa de la irrigación sanguínea a la extremidad] que provocara una intervención o amputación grave) o amputaciones por encima del tobillo.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La confianza en la evidencia es baja porque los estudios evaluaron un número reducido de personas en general y las personas que participaron sabían qué intervención habían recibido, lo que podría haber afectado el cumplimiento del programa de ejercicios. No todos los estudios proporcionaron información sobre todos los aspectos de interés en esta revisión.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 19 de diciembre de 2022.
Las tecnologías móviles de salud se pueden utilizar para intervenir en el estilo de vida de las personas con enfermedades crónicas, como la CI. Se identificó un número limitado de estudios que cumplían los criterios de inclusión. No se encontraron diferencias claras entre las tecnologías móviles de salud y la atención habitual en la mejoría de la distancia absoluta caminada en las personas con CI; sin embargo, la evidencia se consideró de certeza baja. Se necesitan ECA más grandes y bien diseñados que proporcionen un poder estadístico suficiente para evaluar de forma fiable los efectos de estas tecnologías sobre la distancia caminada en personas con CI.
La enfermedad arterial periférica (EAP) es la obstrucción o el estrechamiento de las grandes arterias de las extremidades inferiores, lo que puede provocar una disminución del suministro de oxígeno a los músculos y otros tejidos durante el ejercicio, o incluso en reposo en los casos más graves. La arteriopatía periférica se clasifica en cinco categorías (clasificación de Fontaine). Puede ser asintomática o presentar varios niveles de dolor por claudicación y en una fase posterior, puede haber ulceración o gangrena de la extremidad, siendo necesaria ocasionalmente la amputación. Alrededor del 20% de las personas con EAP presentan claudicación intermitente (CI), que es una molestia muscular en las extremidades inferiores inducida por el esfuerzo y que se alivia con el reposo en 10 minutos; la CI causa restricción de movimientos en la vida diaria.
El tratamiento de las personas con CI implica abordar los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida. El ejercicio es una parte importante del tratamiento, pero los programas de ejercicio supervisado para personas con CI tienen bajos niveles de participación y altas tasa de exclusión. Se ha indicado el uso de tecnologías móviles como una nueva forma de implicar a las personas con CI en las intervenciones con ejercicios de marcha. La novedad de la intervención, el bajo coste para el usuario, la automatización y la facilidad de acceso son algunas de las ventajas que ofrecen las tecnologías móviles de salud y que les confieren potencial para ser eficaces en el fomento de la actividad física en adultos.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las tecnologías móviles de salud para mejorar la distancia caminada en personas con claudicación intermitente.
El documentalista del Grupo Cochrane Vascular (Cochrane Vascular) realizó búsquedas sistemáticas en el Registro especializado de este grupo, en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), en MEDLINE, Embase y CINAHL, y también realizó búsquedas en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud (ICTRP de la OMS) y en ClinicalTrials.gov. Las búsquedas más recientes se realizaron el 19 de diciembre de 2022.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) en personas de 18 años o más con EAP sintomática y diagnóstico clínico de CI. Se incluyeron los ECA que compararon intervenciones con tecnología móviles de salud para mejorar la distancia caminada versus la atención habitual (ninguna intervención o asesoramiento sin ejercicios), asesoramiento con ejercicios o programas de ejercicios supervisados. Se excluyeron las personas con isquemia crónica con riesgo para las extremidades (Fontaine III y IV).
Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales de esta revisión fueron el cambio en la distancia absoluta caminada a partir del inicio, el cambio en la distancia de claudicación a partir del inicio, la supervivencia sin amputación y la supervivencia sin revascularización. Los desenlaces secundarios fueron los eventos cardiovasculares adversos graves, los eventos adversos graves en las extremidades, la amputación por encima del tobillo, la calidad de vida y los eventos adversos. Se utilizó el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron cuatro ECA con un total de 614 participantes con diagnóstico clínico de CI. La duración de la intervención de los cuatro ECA incluidos varió entre 3 y 12 meses. Los participantes fueron asignados al azar a tecnología móviles de salud o control (atención habitual o programa de ejercicios supervisado). Los cuatro estudios tuvieron un riesgo de sesgo incierto o alto en uno o varios dominios. El riesgo de sesgo más prevalente fue el sesgo de realización, considerado alto ya que en este tipo de ensayos no es posible ocultar la intervención a los participantes ni al personal. Según el sistema GRADE, la certeza de la evidencia se disminuyó a baja debido a dudas con respecto al riesgo de sesgo, la imprecisión y la inconsistencia clínica.
Al comparar la tecnología móviles de salud con la atención habitual, no hubo evidencia clara de un efecto sobre la distancia absoluta caminada (diferencia de medias 9,99 metros; intervalo de confianza [IC] del 95%: -27,96 a 47,93; dos estudios, 503 participantes; evidencia de certeza baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre el cambio en la distancia caminada hasta la claudicación, la supervivencia sin amputación ni la supervivencia sin revascularización.
Solo un estudio informó sobre los eventos cardiovasculares adversos graves (ECAG) y no encontró diferencias claras entre los grupos (razón de riesgos 1,37; IC del 95%: 0,07 a 28,17; un estudio, 305 participantes; evidencia de certeza baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre eventos adversos graves en las extremidades (EAGE) ni amputaciones por encima del tobillo.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.