Posturas adoptadas por las madres al final del embarazo para mejorar la posición del bebé

Mensajes clave

No se encontró evidencia para guiar la práctica clínica con respecto a cuáles son las mejores posturas maternas al final del embarazo para modificar la posición del bebé.

¿Cuál es el problema?

La posición ideal del bebé durante el parto es con su cabeza flexionada hacia abajo y la parte de atrás de la cabeza hacia delante (occipitoilíaca anterior). Cuando la parte de atrás de la cabeza, está hacia atrás o hacia un lado, el trabajo de parto puede ser más difícil. Se han considerado varias posturas adoptadas por la madre, como sobre manos y rodillas o tumbada de un lado concreto, como posibles formas de favorecer la rotación del bebé hacia delante (anterior). Esta revisión evalúa el uso de tales posturas al final del embarazo, en comparación con otras posturas o ninguna postura en concreto.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quiso averiguar si el adoptar ciertas posturas favorece la rotación del bebé a una posición más favorable, ya que esto proporcionaría a las mujeres un método sencillo para poder mejorar los desenlaces del parto. Por otro lado, la evidencia de que estas posturas son inútiles, permitiría a las mujeres evitar invertir tiempo y esfuerzo innecesariamente.

¿Qué se hizo?

Se buscaron en la literatura estudios que evaluaran la eficacia de varias posturas adoptadas por la madre al final del embarazo para mejorar la posición del bebé y los desenlaces del parto. Cuando fue necesario se evaluó la calidad de la investigación y se intentó establecer contacto con los autores de los estudios para aclarar la metodología utilizada.

¿Qué se encontró?

Se identificaron dos ensayos que podrían haber sido elegibles para la revisión. Sin embargo, no fue posible ponerse en contacto con los autores principales para resolver las dudas sobre cómo se asignó a las mujeres a los distintos grupos, posiblemente porque los ensayos se llevaron a cabo hace mucho tiempo (1983 y 2004). No hubo suficiente información en los dos informes de estudio para evaluar la calidad metodológica y se necesita más información.

Resultados principales

No se sabe si adoptar posturas concretas al final del embarazo favorece la rotación del bebé desde una posición de la parte de atrás de la cabeza posterior o de lado a una anterior. Se necesitan más estudios, en concreto centrados en las posturas adoptadas al final del embarazo y repetidas hasta el inicio del trabajo de parto.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

En esta revisión no se incluyeron estudios.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta el 24 de octubre de 2022.

Conclusiones de los autores: 

No se identificó evidencia para guiar la práctica clínica con respecto a las intervenciones posturales para la posición fetal anómala al final del embarazo. Se necesitan más estudios para comprender el efecto de la intervención postural al final del embarazo.

Los futuros estudios que investiguen las intervenciones posturales para la posición fetal anómala al final del embarazo deberían incluir un seguimiento para determinar si la corrección a corto plazo de la posición fetal se traduce en mejores desenlaces del embarazo. Podría incluir intervenciones que comiencen al final del embarazo y se repitan a demanda hasta el inicio del parto. Estas últimas se incluirían en la revisión sobre posturas maternas durante el trabajo de parto.

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Antecedentes: 

La relación óptima del feto con respecto al canal de parto materno es cuando el feto está en situación longitudinal, presentación cefálica con cabeza bien flexionada (presentación cefálica de vértice) y en la posición occipitoilíaca anterior. La posición fetal anómala, o distocia, se describe como occipitoilíaca posterior (OP), en la que la parte posterior de la cabeza del feto se sitúa posteriormente en la pelvis de la madre, y occipitoilíaca transversa (OT), en la que la parte posterior de la cabeza del feto se sitúa transversalmente en la pelvis de la madre. La cabeza del feto a menudo no estará flexionada y podría colocarse en una posición mento-anterior o mento-transversa, en las que la barbilla está anterior o transversalmente a la pelvis de la madre.

La posición fetal anómala se asocia a complicaciones tanto maternas como fetales, como trabajo de parto prolongado, sufrimiento fetal, agotamiento materno, necesidad de cesárea, parto vaginal instrumentalizado y mayor riesgo de traumatismo perineal y lesiones del esfínter anal.

Esta revisión consideró las intervenciones posturales al final del embarazo para corregir la posición fetal. Otra revisión Cochrane aborda las posturas maternas durante el trabajo de parto para la posición fetal anómala.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la postura materna en la posición fetal en mujeres al final del embarazo.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth), ClinicalTrials.gov, la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la OMS (24 de octubre de 2022), y en las listas de referencias de los estudios obtenidos.

Criterios de selección: 

Los criterios de selección fueron ensayos controlados aleatorizados y ensayos controlados aleatorizados por conglomerados que incluyeran a mujeres al final del embarazo, con posición fetal anómala (incluida OP y OT), mento-anterior y mento-transversa, o con una posición fetal incierta, asignadas al uso de posturas maternas concretas al final del embarazo en comparación con la atención habitual.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los posibles estudios para inclusión. Se utilizó una metodología estandarizada elaborada por el Grupo Cochrane de Embarazo y parto para evaluar el riesgo de sesgo y la fiabilidad.

Resultados principales: 

Se revisaron tres informes completos; se excluyó uno por la falta de grupo de comparación y dos están a la espera de clasificación.

Se precisó de información adicional por parte de los autores de los informes de los dos estudios posiblemente aptos, para explicar los considerables desequilibrios entre las cifras de asignación a cada grupo en uno o las cifras idénticas para todos los grupos en el otro. El hecho de no haber podido resolver estos problemas podría deberse al largo tiempo que había pasado desde la publicación de los estudios (2004 y 1983).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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