Tecnologías de telesalud para personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

Pregunta de la revisión

¿Las tecnologías de telesalud ayudan a mejorar la salud de las personas con EPOC?

Antecedentes

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) incluye un grupo de afecciones pulmonares que causan dificultades respiratorias. Los síntomas incluyen dificultad para respirar (disnea), tos y aumento de la mucosidad. La EPOC provoca un flujo de aire limitado en los pulmones al exhalar que se puede medir mediante una espirometría (una medida para evaluar el funcionamiento de los pulmones). El espirómetro realiza dos mediciones: el volumen de aire al exhalar con fuerza en un segundo y la cantidad total de aire exhalado. El empeoramiento de la EPOC con el tiempo aumenta la gravedad de los síntomas y puede reducir la calidad de vida. La progresión de la enfermedad y las exacerbaciones repentinas de los síntomas pueden aumentar el riesgo de hospitalización y muerte. Las tecnologías de telesalud podrían mejorar la prestación de asistencia sanitaria a las personas con EPOC, lo que podría reducir las exacerbaciones, mejorar la calidad de vida y reducir las tasas de hospitalización. Sin embargo, no está claro si la prestación de asistencia sanitaria a distancia mejora los desenlaces relacionados con la salud de las personas con EPOC. Se quería explorar si las tecnologías de telesalud eran útiles para las personas con EPOC.

¿Qué son las tecnologías de telesalud?

Los investigadores del estudio utilizaron una serie de tecnologías de telesalud. Algunas incluían la tecnología de monitorización a distancia, que requiere el uso diario de un ordenador portátil o una tableta con equipo de monitorización, y el profesional sanitario recibía los resultados. El equipo de monitorización típico incluía un estetoscopio (para medir la presión arterial y la frecuencia cardíaca), un pulsioxímetro (para medir los niveles de oxígeno en la sangre), un espirómetro (para medir la función pulmonar), un termómetro y otros dispositivos. Las intervenciones consistieron en llamadas telefónicas periódicas con los profesionales sanitarios para que los pacientes hablaran de sus síntomas y rellenaran cuestionarios de salud.

Identificación y selección de los estudios

Se realizaron búsquedas en bases de datos en línea hasta abril de 2020. Se buscaron estudios publicados en todo el mundo, en cualquier idioma y en cualquier momento. Dos autores de la revisión examinaron las listas de estudios por separado y luego acordaron qué estudios debían incluirse.

Para encontrar la mejor respuesta a la pregunta de esta revisión se buscaron estudios que reclutaran a personas con EPOC de cualquier gravedad. Para que la comparación fuera justa se buscaron estudios en los que los investigadores compararan la monitorización a distancia, la monitorización a distancia más la atención habitual y los tratamientos multicomponentes. Las personas incluidas en estos estudios debían tener la misma probabilidad al azar (como el lanzamiento de una moneda) de recibir una de estas tecnologías de teleasistencia o la atención habitual.

Resultados clave

Se encontraron 29 estudios (5654 personas con EPOC moderada a muy grave) que fueron adecuados para su inclusión en la revisión. La duración de estos estudios varió entre tres y 12 meses.

No se encontraron efectos beneficiosos ni perjudiciales importantes en los pacientes que fueron monitorizados con cualquiera de las tecnologías de telesalud cuando se analizó el número de exacerbaciones, la mejoría de la calidad de vida y la reducción de los síntomas de dificultad respiratoria, las hospitalizaciones o la muerte. Sin embargo, las personas que fueron controladas mediante la tecnología de telesalud más la atención habitual tuvieron cierta reducción en el riesgo de reingreso hospitalario. Por lo tanto, las tecnologías de telesalud que formaban parte de un paquete asistencial redujeron los reingresos hospitalarios relacionados con la EPOC.

No fue posible estar seguros de los efectos perjudiciales de la monitorización a distancia autónoma. Tampoco hay seguridad acerca de los efectos beneficiosos o perjudiciales de la monitorización a distancia independientemente de las experiencias de los pacientes o de los informes de dificultad respiratoria.

Calidad de la evidencia

Actualmente no se dispone de evidencia de buena calidad. Existen muchas dudas sobre la evidencia acerca de las exacerbaciones, la calidad de vida, los síntomas de disnea, las hospitalizaciones, las muertes y los efectos secundarios. Sin embargo, existe una seguridad moderada con respecto a los hallazgos de esta revisión acerca de los reingresos hospitalarios.

Conclusión

No está claro si las tecnologías de telesalud para la monitorización o la consulta aportan beneficios, pero no se ha encontrado información sobre los efectos perjudiciales. La telesalud podría desempeñar una función en la atención y el tratamiento de las personas con EPOC. La telesalud como parte de los paquetes de atención multicomponentes podría proporcionar beneficios a corto plazo en la calidad de vida y los reingresos hospitalarios. La telesalud en forma de monitorización a distancia, además de la atención habitual, podría reducir el riesgo de reingreso en el hospital. El impacto en las exacerbaciones, la calidad de vida y la muerte es escaso. Debido a la escasa información, los resultados de esta revisión se deben interpretar con precaución. Se necesitan más estudios para determinar si la telesalud aporta algún beneficio a largo plazo a las personas con EPOC de distintas gravedades.

Conclusiones de los autores: 

La monitorización a distancia más la atención habitual proporcionada de forma asincrónica podría no ser beneficiosa en general, en comparación con la atención habitual sola. Se observa algún beneficio en la reducción de los reingresos hospitalarios relacionados con la EPOC, pero la evidencia de certeza moderada se basa en un estudio. No se encontró evidencia para los síntomas de disnea ni para los efectos perjudiciales, y no hay diferencias en las muertes cuando se proporciona la monitorización a distancia además de la atención habitual.

En general, las intervenciones de monitorización a distancia por sí solas no son mejores que la atención habitual con respecto a los desenlaces de salud.

Las intervenciones multicomponentes con monitorización a distancia asincrónica no son mejores que la atención habitual, pero podrían proporcionar un beneficio a corto plazo en la calidad de vida y podrían dar lugar a menos reingresos en el hospital por cualquier causa. No hay certeza de que la monitorización a distancia sea responsable del impacto positivo en los reingresos, y no es posible determinar los efectos beneficiosos a largo plazo de recibir la monitorización a distancia como parte de la atención al paciente.

Debido a la escasez de evidencia no está claro qué subgrupos de gravedad de la EPOC se beneficiarían de las intervenciones de telesalud. Dado que no hay evidencia de que sean perjudiciales, las intervenciones de telesalud podrían ser beneficiosas como recurso sanitario adicional en función de las necesidades individuales basadas en la evaluación profesional. Estudios más grandes pueden determinar los efectos a largo plazo de estas intervenciones.

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Antecedentes: 

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC, que incluye la bronquitis y el enfisema) es una afección crónica que provoca disnea, tos y exacerbaciones que dan lugar a desenlaces sanitarios deficientes. Las visitas presenciales con los profesionales sanitarios se pueden ver dificultadas por la gravedad de la EPOC o la fragilidad, así como por el hecho de que las personas vivan lejos del profesional sanitario de atención y tengan un acceso limitado a los servicios. Las tecnologías de telesalud destinadas a prestar asistencia sanitaria a distancia mediante la monitorización y las consultas podrían contribuir a mejorar los desenlaces sanitarios de las personas con EPOC.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad de las intervenciones de telesalud que permiten la monitorización y la consulta a distancia, así como las intervenciones multicomponentes para reducir las exacerbaciones y mejorar la calidad de vida, al tiempo que se reducen los síntomas de disnea, la utilización de los servicios hospitalarios y la muerte entre las personas con EPOC.

Métodos de búsqueda: 

Se identificaron estudios del Registro del Grupo Cochrane de Vías respiratorias (Cochrane Airways Trials). Otras fuentes en las que se realizaron búsquedas fueron el US National Institutes of Health Ongoing Trials Register, la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud y la IEEEX Xplore Digital Library. La última búsqueda se realizó en abril de 2020. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia para los desenlaces.

Criterios de selección: 

Los ensayos controlados aleatorizados (ECA) elegibles incluyeron adultos con EPOC diagnosticada. Se excluyeron el asma, la fibrosis quística, las bronquiectasias y otras afecciones respiratorias. Las intervenciones incluyeron la monitorización o la consulta a distancia más la atención habitual, la monitorización o la consulta a distancia solas, y las intervenciones multicomponentes de todos los ámbitos asistenciales. Las escalas de calidad de vida incluían el St George's Respiratory Questionnaire (SGRQ) y la COPD Assessment Test (CAT). La escala de síntomas de disnea utilizada fue la Chronic Respiratory Disease Questionnaire Self-Administered Standardized Scale (CRQ-SAS).

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar de Cochrane. La confianza en la evidencia para cada desenlace principal se evaluó con el método GRADE. Los desenlaces principales fueron las exacerbaciones, la calidad de vida, los síntomas de disnea, la utilización de servicios hospitalarios y la mortalidad; un desenlace secundario fue los eventos adversos.

Resultados principales: 

En la revisión se incluyeron 29 estudios (5654 participantes; proporción de hombres 36% al 96%; proporción de mujeres 4% al 61%). La mayoría de las intervenciones de monitorización a distancia requirieron que los participantes transfirieran las mediciones mediante un dispositivo a distancia y posteriormente eran revisadas por un profesional sanitario (asincrónica). Sólo cinco intervenciones transfirieron datos y permitieron la revisión por parte de los profesionales sanitarios en tiempo real (sincrónica). Los estudios tuvieron un alto riesgo de sesgo debido a la falta de cegamiento, y la certeza de la evidencia varió de moderada a muy baja. No se encontró evidencia sobre la comparación de las consultas a distancia con o sin atención habitual.

Monitorización a distancia más atención habitual (ocho estudios, 1033 participantes)

Evidencia muy incierta indica que la monitorización a distancia más la atención habitual podría tener poco o ningún efecto sobre el número de personas que experimentan exacerbaciones a las 26 o 52 semanas. Podría haber poca o ninguna diferencia en el efecto sobre la calidad de vida (SGRQ) a las 26 semanas (certeza muy baja a baja) o sobre la hospitalización (por todas las causas o relacionada con la EPOC; certeza muy baja). Los reingresos hospitalarios relacionados con la EPOC probablemente se reducen a las 26 semanas (cociente de riesgos instantáneos 0,42; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,19 a 0,93; 106 participantes; certeza moderada). Podría haber poca o ninguna diferencia en las muertes entre la intervención y la atención habitual (certeza muy baja). No se encontró evidencia de síntomas de disnea o eventos adversos.

Monitorización a distancia solamente (diez estudios, 2456 participantes)

Evidencia muy incierta indica que la monitorización a distancia podría tener un efecto escaso o nulo sobre el número de personas que experimentan exacerbaciones a las 41 semanas (odds ratio 1,02; IC del 95%: 0,67 a 1,55). Podría haber poco o ningún efecto sobre la calidad de vida (SGRQ total a las 17 semanas, o la CAT a las 38 y 52 semanas; certeza muy baja). Podría haber poco o ningún efecto sobre los síntomas de disnea en la CRQ-SAS a las 26 semanas (certeza baja). Es posible que no haya diferencias en los efectos sobre el número de personas ingresadas en el hospital (certeza muy baja) o sobre las muertes (certeza muy baja). No se encontró evidencia de eventos adversos.

Intervenciones multicomponentes con componente de monitorización o consulta a distancia (11 estudios, 2165 participantes)

Evidencia muy incierta indica que las intervenciones multicomponentes podrían tener poco o ningún efecto sobre el número de personas que experimentan exacerbaciones a las 52 semanas. La calidad de vida a las 13 semanas podría mejorar, como se observa en la puntuación total del SGRQ (diferencia de medias -9,70; IC del 95%: -18,32 a -1,08; 38 participantes; certeza baja), pero no a las 26 o 52 semanas (certeza muy baja). Las puntuaciones de la COPD assessment test (CAT) podrían mejorar en una media de 38 semanas, pero la evidencia es muy incierta y las intervenciones son variadas.

Podría haber poco o ningún efecto sobre el número de personas ingresadas en el hospital a las 33 semanas (certeza baja). Es probable que las intervenciones multicomponentes den lugar a un menor número de reingresos hospitalarios en una media de 39 semanas (OR 0,50; IC del 95%: 0,31 a 0,81; 344 participantes, tres estudios; certeza moderada). Podría haber poca o ninguna diferencia en la muerte a una media de 40 semanas (certeza muy baja). Podría haber poco o ningún efecto en las personas que experimentan eventos adversos (certeza muy baja). No se encontró evidencia de síntomas de disnea.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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