Citicolina para el tratamiento de pacientes con un accidente cerebrovascular isquémico agudo

Pregunta de la revisión
¿Cuáles son los efectos clínicos beneficiosos y perjudiciales de la citicolina en comparación con el placebo u otro tratamiento habitual para tratar a personas con un ictus isquémico agudo?

Antecedentes
El ictus isquémico agudo se define como un episodio repentino de alteración de la función cerebral causado por un bloqueo en los vasos sanguíneos del cerebro. Es la principal causa de discapacidad a largo plazo y la segunda gran causa de muerte. La citicolina es una sustancia que puede prevenir la muerte de las células cerebrales situadas cerca del área del daño cerebral.

Fecha de la búsqueda
La búsqueda se completó el 29 de enero de 2020.

Características de los estudios
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados publicados y no publicados. No se aplicaron limitaciones por idioma, país ni diseño del estudio. Se incluyeron personas (adultos o niños) con un ictus isquémico agudo, independientemente de la causa subyacente. El ictus se basó en el diagnóstico clínico confirmado con imágenes cerebrales. Se incluyeron ensayos que compararon citicolina con placebo, atención habitual u otro tratamiento habitual.

Resultados clave
Se identificaron diez ensayos relevantes que incluían a 4281 participantes; seis ensayos se llevaron a cabo en varios centros y dos fueron internacionales. Se consideró que la mayoría de los ensayos tenían un elevado riesgo de sesgo e incluían pocos participantes. Esto aumenta el riesgo de sobreestimar los beneficios y subestimar los efectos perjudiciales. Los ensayos analizaron la citicolina administrada por vía oral o por inyección. La citicolina no pareció influir en la muerte ni en la discapacidad para realizar actividades diarias, los efectos secundarios graves, la recuperación funcional ni la recuperación neurológica.

Calidad de la evidencia
Los riesgos de sesgo, la imprecisión y el sesgo de comunicación de los desenlaces dan lugar a que la certeza de la evidencia sea baja. Ninguno de los ensayos incluidos aportó datos acerca de la calidad de vida. Los investigadores informaron de manera deficiente los efectos perjudiciales causados por la citicolina, de manera que aún no está claro el perfil de efectos perjudiciales.

Conclusiones de los autores: 

Esta revisión evaluó los efectos clínicos beneficiosos y perjudiciales de la citicolina en comparación con el placebo o cualquier otro tratamiento habitual para personas con un ictus isquémico agudo. Los hallazgos de la revisión indican que podría haber poca o ninguna diferencia entre la citicolina y los controles en lo que respecta a la mortalidad por cualquier causa, la discapacidad o la dependencia para realizar actividades cotidianas,la recuperación de la función, la función neurológica y los episodios adversos graves, según evidencia de certeza baja. Ninguno de los ensayos incluidos evaluó la calidad de vida y el perfil de seguridad de la citicolina continúa sin conocerse. La evidencia disponible es de baja calidad debido a las limitaciones en el diseño o la ejecución de los ensayos.

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Antecedentes: 

El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de discapacidad duradera y mortalidad y su carga mundial ha aumentado en las últimas dos décadas. Se han propuesto varias terapias para la recuperación y el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico. Una de ellas es la citicolina. En esta revisión se evaluaron los efectos beneficiosos y perjudiciales de la citicolina para tratar a pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo.

Objetivos: 

Evaluar los efectos clínicos beneficiosos y perjudiciales de la citicolina en comparación con el placebo o cualquier control para tratar a personas con un ictus isquémico agudo.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrales Vasculares (Cochrane Stroke Group), CENTRAL, MEDLINE Ovid, Embase Ovid, LILACS hasta el 29 de enero de 2020. Se buscó en el portal de búsqueda de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud y en ClinicalTrials.gov. Además se revisaron las listas de referencias de publicaciones y artículos de revisión obtenidos y se buscó en los sitios web de la Food and Drug Administration (FDA) de EE.UU. y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) en cualquier contexto que incluyeran a participantes con accidente cerebrovascular isquémico agudo. Los ensayos fueron aptos para su inclusión cuando compararon la citicolina con placebo o ninguna intervención.

Obtención y análisis de los datos: 

Se seleccionaron los ECA, se evaluó el riesgo de sesgo en siete dominios y se extrajeron los datos por duplicado. Los principales desenlaces de interés fueron la mortalidad por cualquier causa y el grado de discapacidad o dependencia en las actividades diarias a los 90 días. Se calcularon los riesgos relativos (RR) de los desenlaces dicotómicos. Para medir la heterogeneidad estadística se utilizó la estadística I². Los análisis se realizaron con los metanálisis de modelo de efectos fijos y de efectos aleatorios. La calidad general de la evidencia para los seis desenlaces predeterminados se evaluó mediante el método GRADE.

Resultados principales: 

Se identificaron 10 ECA con 4281 participantes. En todos estos ensayos, la citicolina se administró por vía oral, intravenosa o una combinación de ambas, en comparación con el placebo o el tratamiento de atención habitual. Las dosis de citicolina oscilaron entre 500 mg y 2000 mg al día. Se consideró que los ensayos incluidos tenían un riesgo de sesgo alto. Seis ensayos estaban patrocinados por compañías farmacéuticas.

Un análisis agrupado de ocho ensayos indica que puede haber poca o ninguna diferencia en la mortalidad por cualquier causa al comparar la citicolina con el placebo (17,3% versus 18,5%; RR 0,94, IC del 95%: 0,83 a 1,07; I² = 0%; evidencia de calidad baja debido al riesgo de sesgo). Cuatro ensayos mostraron que la citicolina podría no aumentar el porcentaje de pacientes con un grado moderado o bajo de discapacidad o dependencia en comparación con el placebo, según la escala Rankin (21,72% versus 19,23%; RR 1,11; IC del 95%: 0,97 a 1,26; I² = 1%; evidencia de calidad baja debido al riesgo de sesgo).

Un metanálisis de tres ensayos indica que podría haber poca o ninguna diferencia en los eventos adversos cardiovasculares al comparar la citicolina con el placebo (8,83% versus 7,77%; RR 1,04, IC del 95%: 0,84 a 1,29; I² = 0%; evidencia de calidad baja debido al riesgo de sesgo). En general, tanto los eventos adversos graves como no graves (sistema nervioso central, gastrointestinal, musculoesquelético, etc.) se informaron de forma deficiente y los efectos perjudiciales se podrían haber subestimado.

Cuatro ensayos indican que la citicolina no supone ninguna diferencia en la recuperación de la función, según el Índice de Barthel, en comparación con el placebo (32,78% versus 30,70%; RR 1,03; IC del 95%: 0,94 a 1,13; I² = 24%; evidencia de calidad baja debido al riesgo de sesgo). La citicolina podría no aumentar el porcentaje de pacientes con una discapacidad menor (correspondiente a una puntuación ≤ 1 en la escala National Institutes of Health Stroke) (cinco ensayos, 24,31% versus 22,44%; RR 1,08; IC del 95%: 0,96 a 1,21, I² = 27%; evidencia de calidad baja debido al riesgo de sesgo). Ninguno de los ensayos incluidos aportó datos acerca de la calidad de vida.

Un Análisis Secuencial de Ensayos (Trial Sequential Analysis) predefinido sugirió que podrían no necesitarse más ensayos para los desenlaces principales.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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