¿Qué medicamentos reducen la irritabilidad, la agresividad o las autolesiones en personas con trastorno del espectro autista (TEA)?

Mensajes clave

• Solo tres clases de medicamentos mostraron alguna reducción de la irritabilidad, la agresividad o las autolesiones en comparación con el placebo (un medicamento ficticio). Los antipsicóticos atípicos (de segunda generación) probablemente reducen la irritabilidad y la agresividad, pero parecen tener poco o ningún efecto sobre las autolesiones. Los medicamentos relacionados con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) podrían reducir la irritabilidad, aunque la evidencia es incierta. Las neurohormonas (oxitocina y secretina) también podrían reducir la irritabilidad, pero la evidencia es muy incierta.

• Los antidepresivos no parecen tener efectos sobre la irritabilidad. Los estudios no informaron sobre los efectos de los antidepresivos, los medicamentos relacionados con el TDAH ni las neurohormonas sobre la agresividad o las autolesiones.

• Los estudios informaron acerca de una amplia variedad de efectos no deseados, pero solo los antipsicóticos atípicos, los medicamentos relacionados con el TDAH y las neurohormonas mostraron evidencia de un mayor riesgo de que se dé cualquier efecto no deseado en comparación con placebo.

¿Qué es el trastorno del espectro autista?

El autismo es un trastorno que afecta al desarrollo físico, mental y conductual del niño. Se trata de una discapacidad crónica que comienza en la infancia pero continúa durante la edad adulta. Las personas con autismo pueden tener dificultades para comunicarse e interactuar con el mundo. Sin embargo, el autismo afecta a cada persona de forma diferente y puede ser más o menos grave en distintas personas, por lo que se describe como un trastorno del «espectro». Algunas personas con trastorno del espectro autista (TEA) pueden mostrarse irritables, enfadadas o agresivas, o hacerse daño físico a sí mismas (autolesionarse), lo que constituyen «comportamientos preocupantes» que pueden ser difíciles de controlar y angustiantes para la persona.

¿Cómo se gestionan los comportamientos preocupantes?

Los comportamientos preocupantes se suelen tratar con diversos tipos de medicamentos desarrollados para tratar otras afecciones. Esto significa que su eficacia para los comportamientos preocupantes es en gran medida desconocida, y podrían causar efectos no deseados graves y variados que afecten a todas las partes del cuerpo. Por ejemplo:

• el corazón y los pulmones;

• el estómago y el aparato digestivo;

• el sistema inmunitario;

• el movimiento, las articulaciones y los huesos; y

• el estado de ánimo y las emociones.

¿Qué se quería averiguar?

Se quería saber qué tipos de medicación fueron eficaces para reducir los comportamientos preocupantes en personas con TEA y si causaban efectos no deseados.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran cualquier medicación utilizada para controlar los comportamientos preocupantes. Los estudios compararon la medicación con placebo (un medicamento falso) u otra medicación. Las personas de los estudios podían ser adultos o niños, pero todos presentaban TEA con comportamientos preocupantes. Los resultados de estos estudios se compararon y resumieron, y la confianza en la evidencia se calificó según factores como los métodos y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 131 estudios con 7014 personas. En la mayoría de los estudios participaron niños, aunque en algunos participaron niños y adultos, o solo adultos. Los estudios analizaron una amplia variedad de medicamentos, incluidos los que suelen utilizarse para tratar la esquizofrenia o el trastorno bipolar, la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), las convulsiones, los problemas emocionales, cardíacos y pulmonares, la demencia, el Parkinson y la ansiedad.

Los antipsicóticos atípicos (de segunda generación) se suelen utilizar para tratar la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Es probable que reduzcan la irritabilidad, pero podrían tener poco o ningún efecto sobre la agresividad y las autolesiones. Las personas que reciben antipsicóticos podrían ser más propensas a experimentar efectos no deseados como aumento del apetito, mareos, sedación (lentitud de pensamiento y movimiento), somnolencia, cansancio y temblores en comparación con las que no reciben tratamiento o reciben otros medicamentos. Las personas que reciben antipsicóticos podrían no ser más o menos propensas que las que reciben placebo a experimentar otros efectos no deseados.

Las neurohormonas (como la oxitocina y la secretina) podrían tener un efecto mínimo o pequeño sobre la irritabilidad, pero ningún estudio aportó datos sobre los efectos de las neurohormonas en las autolesiones ni la agresividad. Las personas que reciben neurohormonas podrían no ser más o menos propensas que las que reciben placebo a experimentar efectos no deseados.

Los medicamentos relacionados con el TDAH podrían reducir la irritabilidad, pero es posible que no tengan ningún efecto sobre las autolesiones. Ningún estudio aportó datos sobre la agresividad. Las personas que reciben medicamentos relacionados con el TDAH podrían ser más propensas a experimentar efectos no deseados como somnolencia, cansancio, dolor de cabeza, dificultades para dormir y disminución del apetito. Pero es posible que no tengan ni más ni menos probabilidades, que los que reciben placebo, de experimentar otros efectos no deseados.

Los antidepresivos podrían tener poco o ningún efecto sobre la irritabilidad. Ningún estudio aportó datos útiles sobre la agresividad ni las autolesiones. Las personas que reciben antidepresivos podrían ser más propensas a experimentar efectos no deseados como comportamientos impulsivos y realizar movimientos o sonidos repetitivos (estereotipia) en comparación con el placebo. Pero es posible que no tengan ni más ni menos probabilidades que los que reciben placebo de experimentar otros tipos de efectos no deseados.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

La mayoría de los estudios duraron menos de tres meses y muy pocos incluyeron a adultos. Por lo tanto, no se sabe con certeza si se observarían los mismos efectos durante un periodo de tiempo más largo o en adultos.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Los autores de la revisión buscaron estudios publicados hasta junio de 2022.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia indica que los antipsicóticos atípicos probablemente reduzcan la irritabilidad, los medicamentos relacionados con el TDAH podrían reducir ligeramente la irritabilidad y las neurohormonas podrían tener poco o ningún efecto sobre la irritabilidad a corto plazo en las personas con TEA. Hubo alguna evidencia de que los antipsicóticos atípicos podrían reducir las autolesiones a corto plazo, aunque es incierta. No hubo evidencia clara de que los antidepresivos tuvieran un efecto sobre la irritabilidad. También hubo poca o ninguna diferencia en la agresividad entre los antipsicóticos atípicos y el placebo, o en las autolesiones entre los medicamentos relacionados con el TDAH y el placebo. Sin embargo, hubo alguna evidencia de que los antipsicóticos atípicos podrían dar lugar a una gran reducción de las autolesiones, aunque es incierta. No se proporcionaron datos (o estos no se pudieron utilizar) sobre las autolesiones ni la agresividad de las neurohormonas versus placebo. Los estudios informaron sobre una amplia variedad de posibles EA. Los antipsicóticos atípicos y los medicamentos relacionados con el TDAH en particular se asociaron con un mayor riesgo de EA metabólicos y neurológicos, aunque la evidencia es incierta en el caso de los antipsicóticos atípicos y muy incierta en el caso de los medicamentos relacionados con el TDAH. En el caso de las otras clases de fármacos los EA asociados fueron mínimos o inexistentes.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

En las personas con trastorno del espectro autista (TEA) se utilizan con frecuencia intervenciones farmacológicas para controlar comportamientos preocupantes, como la irritabilidad, la agresividad y las autolesiones. Algunas intervenciones farmacológicas podrían ayudar a tratar algunos comportamientos preocupantes, pero también pueden tener efectos adversos (EA).

Objetivos: 

Evaluar la efectividad y los EA de las intervenciones farmacológicas para el control de comportamientos de irritabilidad, agresividad y autolesiones en el TEA.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, otras 11 bases de datos y dos registros de ensayos hasta junio de 2022. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los estudios pertinentes y se estableció contacto con autores de estudios, expertos y compañías farmacéuticas.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados con participantes de cualquier edad con un diagnóstico clínico de TEA, que compararon cualquier intervención farmacológica con un fármaco alternativo, atención estándar, placebo o controles en lista de espera.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales fueron los comportamientos preocupantes en el TEA (irritabilidad, agresividad y autolesiones) y los EA. Los desenlaces secundarios fueron la calidad de vida y la tolerabilidad y aceptabilidad. Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo de cada estudio y utilizaron el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia para cada desenlace.

Resultados principales: 

En esta revisión se incluyeron 131 estudios con 7014 participantes. Se identificaron 26 estudios pendientes de clasificación y 25 en curso. La mayoría de los estudios incluyeron niños (53 estudios incluyeron solo niños menores de 13 años), niños y adolescentes (37 estudios), solo adolescentes (2 estudios) niños y adultos (16 estudios), o solo adultos (23 estudios). Todos los estudios incluidos compararon una intervención farmacológica con un placebo o con otra intervención farmacológica.

Antipsicóticos atípicos versus placebo

En el seguimiento a corto plazo (hasta seis meses), los antipsicóticos atípicos probablemente reducen la irritabilidad en comparación con el placebo (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,90; intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,25 a -0,55; 12 estudios, 973 participantes; evidencia de certeza moderada), lo que podría indicar un gran efecto. Sin embargo, no hubo evidencia clara de una diferencia en la agresividad entre los grupos (DME -0,44; IC del 95%: -0,89 a 0,01; un estudio, 77 participantes; evidencia de certeza muy baja). Los antipsicóticos atípicos también podrían reducir las autolesiones (DME -1,43; IC del 95%: -2,24 a -0,61; un estudio, 30 participantes; evidencia de certeza baja), lo que posiblemente indica un efecto importante.

Podría haber tasas más altas de EA neurológicos (mareo, fatiga, sedación, somnolencia y temblor) en el grupo de intervención (evidencia de certeza baja), pero no hubo evidencia clara de un efecto sobre otros EA neurológicos. El aumento del apetito podría ser mayor en el grupo de intervención (evidencia de certeza baja), pero no se encontró evidencia clara de un efecto sobre otros EA metabólicos. No hubo evidencia clara de diferencias entre los grupos en los EA musculoesqueléticos o psicológicos.

Neurohormonas versus placebo

En el seguimiento a corto plazo, las neurohormonas podrían tener un efecto mínimo o ningún efecto claro sobre la irritabilidad en comparación con el placebo (DME -0,18; IC del 95%: -0,37 a -0,00; ocho estudios; 466 participantes; evidencia de certeza muy baja), aunque la evidencia es muy incierta. No hubo datos sobre la agresividad ni las autolesiones.

Las neurohormonas podrían reducir ligeramente el riesgo de cefaleas en el grupo de intervención, aunque la evidencia es muy incierta. No hubo evidencia clara de un efecto de las neurohormonas sobre ningún otro EA neurológico, ni sobre ningún EA psicológico, metabólico o musculoesquelético (evidencia de certeza baja y muy baja).

Medicamentos para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) versus placebo

En el seguimiento a corto plazo, los fármacos relacionados con el TDAH podrían reducir ligeramente la irritabilidad (DME -0,20; IC del 95%: -0,40 a -0,01; 10 estudios, 400 participantes; evidencia de certeza baja), lo que podría indicar un efecto pequeño. Sin embargo, no hubo evidencia clara de que los fármacos relacionados con el TDAH tuvieran un efecto sobre las autolesiones (DME -0,62; IC del 95%: -1,63 a 0,39; un estudio, 16 participantes; evidencia de certeza muy baja). No se informaron datos sobre la agresividad.

Las tasas de EA neurológicos (somnolencia, EA emocionales, fatiga, cefalea, insomnio e irritabilidad), EA metabólicos (disminución del apetito) y EA psicológicos (depresión) podrían ser mayores en el grupo de intervención, aunque la evidencia es muy incierta (evidencia de certeza muy baja). No se observaron diferencias entre los grupos en ningún otro EA metabólico, neurológico ni psicológico (evidencia de certeza muy baja). No se proporcionaron datos de EA musculoesqueléticos.

Antidepresivos versus placebo

En el seguimiento a corto plazo, no hubo evidencia clara de que los antidepresivos tengan un efecto sobre la irritabilidad (DME -0,06; IC del 95%: -0,30 a 0,18; tres estudios, 267 participantes; evidencia de certeza baja). No se proporcionaron datos sobre la agresividad ni las autolesiones que se pudieran incluir en el análisis.

Las tasas de EA metabólicos (disminución de la energía) podrían ser mayores en los participantes que reciben antidepresivos (evidencia de certeza muy baja), aunque ningún otro EA metabólico mostró evidencia clara de una diferencia. Las tasas de EA neurológicos (disminución de la atención) y psicológicos (comportamiento impulsivo y estereotipia) también podrían ser mayores en el grupo de intervención (evidencia de certeza muy baja), aunque la evidencia es muy incierta. No hubo evidencia clara de ninguna diferencia en los demás EA metabólicos, neurológicos o psicológicos (evidencia de certeza muy baja), ni entre los grupos en los EA musculoesqueléticos (evidencia de certeza muy baja).

Riesgo de sesgo

La mayoría de los estudios de las cuatro comparaciones se calificaron con un riesgo general de sesgo incierto debido a que tenían varios dominios calificados como inciertos, muy pocos se calificaron con riesgo bajo en todos los dominios y la mayoría tenían al menos un dominio calificado como de riesgo de sesgo alto.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information