Medicación antiviral para el tratamiento de la mononucleosis infecciosa (fiebre glandular)

Pregunta de la revisión

Se investigaron los beneficios y los efectos secundarios del tratamiento antiviral para los pacientes con fiebre glandular en comparación con el tratamiento simulado o la atención estándar.

Antecedentes

La fiebre glandular por lo general es causada por el virus de Epstein Barr. Aunque habitualmente no es grave, puede dar lugar a un tiempo de ausentismo escolar o laboral significativo debido al cansancio intenso. Rara vez puede dar lugar a complicaciones potencialmente mortales. El tratamiento de los pacientes con complicaciones es costoso tanto en cuanto a los costos de asistencia sanitaria como en relación con la pérdida de productividad. La reducción de las complicaciones beneficiaría la asistencia al enfermo, de manera que es importante identificar los tratamientos efectivos para los pacientes con fiebre glandular.

Los fármacos antivirales son costosos, pueden causar efectos secundarios y pueden dar lugar a resistencia a los antivirales. Se necesita buena justificación para asegurar mejores resultados al utilizar antivirales. No hay ningún acuerdo acerca de si los antivirales son efectivos para tratar a los pacientes con fiebre glandular.

Fecha de la búsqueda

abril 2016.

Características de los estudios

Se incluyeron siete estudios con un total de 333 pacientes; Dos se realizaron en Europa y cinco en Estados Unidos. Tres estudios tuvieron lugar en hospitales, de los cuales uno se realizó en un centro de salud de estudiantes y un consultorio pediátrico, aunque el contexto fue incierto en dos estudios. Se estudiaron tres fármacos antivirales diferentes: aciclovir, valomaciclovir y valaciclovir, así como la dosificación, el tratamiento de comparación (tratamiento falso o ningún tratamiento) y por cuánto tiempo se realizó el tratamiento y el seguimiento de los pacientes.

Financiación de los estudios

Un estudio no informó el financiamiento de los estudios, aunque los otros seis estudios parecieron tener algún apoyo de la industria. Ninguno declaró conflictos de intereses, aunque uno incluyó a dos autores de una compañía farmacéutica.

Resultados clave

Se deseaba investigar varios resultados: tiempo hasta la recuperación; efectos secundarios de la medicación; duración de: la fiebre, el dolor de garganta, la inflamación de los ganglios linfáticos, el agrandamiento del bazo y el hígado; la aparición de complicaciones de fiebre glandular; cuánto tiempo tomó eliminar el virus de la garganta; calidad de vida relacionada con la salud; días de ausentismo escolar o laboral; y resultados económicos.

Se encontraron mejorías en los participantes que recibieron antivirales para dos resultados.

Hubo una mejoría de cinco días en el tiempo hasta la recuperación en los pacientes que recibieron tratamiento antiviral, aunque este resultado no fue muy preciso y no se definió claramente la forma de medición. Otros estudios revelan que los síntomas de fiebre glandular pueden demorar un mes o más en mejorar, y el cansancio puede ocurrir en alrededor de uno de cada 10 pacientes seis meses después. Esta mejoría puede ser de importancia clínica limitada.

La mayoría de los estudios que examinaron los efectos adversos no encontraron diferencias entre los pacientes que recibieron antivirales y los que no.

El tiempo hasta la resolución de la inflamación de los ganglios linfáticos mejoró a nueve días cuando se usaron antivirales. Sin embargo, los estudios que informaron estos datos, midieron la inflamación de los ganglios linfáticos de diferentes maneras por lo que no fue posible tener seguridad acerca de la exactitud del resultado.

Calidad de las pruebas

La calidad de las pruebas se consideró muy baja para todos los resultados, lo cual significa que no es posible conocer el efecto exacto del uso de antivirales para la fiebre glandular. Se necesitan mejores estudios para poder establecer conclusiones firmes.

Conclusiones de los autores: 

La efectividad de los agentes antivirales (aciclovir, valomaciclovir y valaciclovir) en la MI aguda es incierta. La calidad de las pruebas es muy baja. La mayoría de los estudios incluidos estuvo en riesgo de sesgo poco claro o alto por lo cual aún hay interrogantes acerca de la efectividad de esta intervención. Aunque dos de los 12 resultados tienen resultados que favorecen el tratamiento sobre el control, la calidad de las pruebas de estos resultados es muy baja y pueden no ser clínicamente significativas. Además de la falta de pruebas de efectividad, los encargados de adoptar las decisiones necesitan considerar los eventos adversos potenciales y los costos asociados posibles, y la resistencia a los antivirales. Se recomiendan investigaciones adicionales en esta área.

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Antecedentes: 

La mononucleosis infecciosa (MI) es un síndrome clínico, causado habitualmente por el virus de Epstein Barr (EPV, por sus siglas en inglés), que se caracteriza por linfadenopatía, fiebre y dolor de garganta. La mayoría de los casos de MI sintomática ocurren en adolescentes mayores o adultos jóvenes. Por lo general, la MI es una enfermedad benigna que desaparece espontáneamente y requiere sólo tratamiento sintomático. Sin embargo, en ocasiones el curso de la enfermedad puede complicarse o prolongarse y dar lugar a una reducción de la productividad en cuanto a la escuela o el trabajo. Los fármacos antivirales se han usado para tratar la MI, aunque la administración de estos fármacos para la MI es polémica. Pueden ser efectivos para prevenir la replicación viral lo cual ayuda a mantener el virus inactivo. Sin embargo, no hay guías sobre los antivirales en la MI.

Objetivos: 

Evaluar los efectos del tratamiento con antivirales para la mononucleosis infecciosa (MI).

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, número 3, marzo 2016), que contiene el registro especializado del Grupo Cochrane de Infecciones Respiratorias Agudas (Cochrane Acute Respiratory Infections (ARI) Group's Specialised Register), MEDLINE (1946 hasta 15 abril 2016), Embase (1974 hasta 15 abril 2016), CINAHL (1981 hasta 15 abril 2016), LILACS (1982 hasta 15 abril 2016) y en la Web of Science (1955 hasta 15 abril 2016). Se hicieron búsquedas de ensayos completados y en curso en la World Health Organization (WHO) International Clinical Trials Registry Platform y en ClinicalTrials.gov.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) que comparaban los antivirales versus placebo o ningún tratamiento en la MI. Se incluyeron ensayos en participantes inmunocompetentes de cualquier edad o sexo con diagnóstico clínico y confirmado por laboratorio de MI, que habían presentado síntomas durante hasta 14 días. Los resultados primarios fueron el tiempo hasta la recuperación clínica y los eventos adversos y los efectos secundarios de la medicación. Los resultados secundarios incluyeron la duración de la revisión clínica anormal, las complicaciones, la replicación viral, la calidad de vida relacionada con la salud, los días de ausentismo de la escuela o el trabajo y los resultados económicos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos revisores evaluaron los estudios de forma independiente para la inclusión, evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y extrajeron los datos mediante una hoja de extracción de datos adaptada. Se utilizaron los criterios GRADE para calificar la calidad de las pruebas. Se agruparon los datos heterogéneos cuando fue posible, y se presentaron los resultados de forma narrativa cuando no fue posible combinar los datos estadísticamente.

Resultados principales: 

Se incluyeron siete ECA con un total de 333 participantes en la revisión. Tres ensayos estudiaron a pacientes hospitalizados, dos ensayos se realizaron en contextos ambulatorios, mientras que el contexto del ensayo estuvo poco claro en dos estudios. Las edades de los participantes variaron desde dos años a adultos jóvenes. Hubo variación entre los ensayos en cuanto al tipo de antiviral, la vía de administración y la duración del tratamiento. Los antivirales de los estudios incluidos fueron: aciclovir, valomaciclovir y valaciclovir. El seguimiento osciló entre 20 días y seis meses. El diagnóstico de MI se basó en los síntomas clínicos y los parámetros de laboratorio.

El riesgo de sesgo para todos los estudios incluidos fue poco claro o alto. La calidad de las pruebas se calificó como muy baja para todos los resultados por lo que los resultados deben interpretarse con cuidado. Hubo mejorías estadísticamente significativas en el grupo de tratamiento para dos de los 12 resultados. Estas mejorías pueden ser de importancia clínica limitada.

Hubo una reducción media en el “tiempo hasta la recuperación clínica según lo evaluado por el médico” de cinco días en el grupo de tratamiento aunque con intervalos de confianza amplios (IC) (IC del 95%: -8,04 a -1,08; dos estudios, 87 participantes). Los estudios prospectivos indican que la resolución de los signos y los síntomas clínicos puede llevar un mes o más y que la fatiga puede ser persistente en cerca de un 10% de los pacientes a seis meses de seguimiento, de manera que este resultado puede no ser clínicamente significativo.

Los hallazgos del ensayo para el resultado “eventos adversos y efectos secundarios de la medicación” se informaron de manera narrativa sólo en cinco estudios. En algunos informes los autores no tenían la seguridad de si un evento adverso estaba relacionado con la medicación o con una complicación de la enfermedad. No pudieron agruparse estos resultados por la posibilidad de que los resultados se hayan contado por duplicado. Sin embargo, y en términos generales, la mayoría de los ensayos que informaron este resultado no encontraron diferencias significativas entre los grupos de tratamiento y control.

Hubo una reducción media de la “duración de la linfadenopatía” de nueve días (IC del 95%: -11,75 a -6,14; dos estudios, 61 participantes) a favor del grupo de tratamiento.

En cuanto a la replicación viral, el efecto general de seis estudios fue que la replicación viral se suprimió al administrar tratamiento con antivirales, aunque este efecto no se mantuvo al interrumpir el tratamiento.

Para todos los otros resultados, no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de tratamiento antiviral y de control.

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