¿El metilfenidato es un tratamiento eficaz para los niños y adolescentes con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y provoca efectos no deseados?

Mensajes clave

- El metilfenidato podría reducir la hiperactividad y la impulsividad y ayudar a los niños a concentrarse. El metilfenidato también podría ayudar a mejorar el comportamiento general, pero no parece afectar la calidad de vida.

- El metilfenidato no parece aumentar el riesgo de efectos no deseados graves (potencialmente mortales) cuando se utiliza durante periodos de hasta seis meses. Sin embargo, se asocia con un mayor riesgo de efectos no deseados no graves, como problemas para dormir y disminución del apetito.

- Los estudios futuros se deberían centrar más en informar sobre los efectos no deseados y se deberían realizar durante periodos de tiempo más prolongados.

¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

El TDAH es uno los trastornos psiquiátricos de la niñez diagnosticados y tratados con más frecuencia. A los niños con TDAH les cuesta concentrarse. Suelen ser hiperactivos (nerviosos, incapaces de estar quietos durante períodos prolongados) e impulsivos (hacer cosas sin detenerse a pensar). El TDAH puede dificultar que los niños respondan bien en la escuela porque encuentran difícil seguir las instrucciones y concentrarse. Sus problemas conductuales pueden interferir con su capacidad de relacionarse bien con la familia y amigos, y es más frecuente que se metan en problemas que otros niños.

¿Cómo se trata el TDAH?

El metilfenidato (por ejemplo, Ritalin) es el medicamento que se receta con más frecuencia a los niños y adolescentes con TDAH. El metilfenidato es un estimulante que ayuda a aumentar la actividad de algunas partes del cerebro, como las relacionadas con la concentración. El metilfenidato se puede tomar en forma de comprimido o administrarse como parche cutáneo. Se puede formular para tener un efecto inmediato o administrarse lentamente, a lo largo de varias horas. El metilfenidato podría causar efectos no deseados, como dolores de cabeza, dolores de estómago y problemas para dormir. A veces provoca efectos no deseados graves, como problemas cardiacos, alucinaciones o "tics" faciales.

¿Qué se quería averiguar?

Se quería averiguar si el metilfenidato mejora los síntomas del TDAH en los niños (atención, hiperactividad) sobre la base principalmente de las valoraciones de los profesores a través de diversas escalas, y si causa efectos no deseados graves, como muerte, hospitalización o discapacidad. También interesaban los efectos no deseados menos graves, como los problemas del sueño y la pérdida del apetito, y sus efectos sobre el comportamiento general y la calidad de vida de los niños.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran el uso del metilfenidato en niños y adolescentes con TDAH. Los participantes de los estudios debían tener 18 años o menos y tener un diagnóstico de TDAH. Podían tener otros trastornos o enfermedades y estar tomando otra medicación o sometiéndose a tratamientos conductuales. Debían tener un CI (coeficiente intelectual) normal. Los estudios podrían comparar el metilfenidato con un placebo (algo diseñado para tener el mismo aspecto y sabor que el metilfenidato pero sin ingrediente activo) o ningún tratamiento. Los participantes debían ser elegidos al azar para recibir metilfenidato o no. Los resultados de estos estudios se compararon y resumieron, y la confianza en la evidencia se calificó según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 212 estudios con 16 302 niños o adolescentes con TDAH. La mayoría de los ensayos compararon el metilfenidato con placebo. La mayoría de los estudios eran pequeños, con unos 70 niños, con una media de edad de 10 años (las edades variaron entre los tres y los 18 años). La mayoría de los estudios fueron cortos, con una duración media de alrededor de un mes; el más corto duró solo un día y el más largo, 425 días. La mayoría de los estudios se realizaron en EE. UU.

Según las valoraciones de los profesores, comparado con placebo o ningún tratamiento, el metilfenidato:

- podría mejorar los síntomas del TDAH (21 estudios, 1728 niños)

- podría no dar lugar a diferencias en los efectos no deseados graves (26 estudios, 3673 participantes)

- podría causar más efectos no deseados no graves (35 estudios, 5342 participantes)

- podría mejorar el comportamiento general (siete ensayos 792 participantes)

- podría no afectar a la calidad de vida (cuatro ensayos, 608 participantes)

Limitaciones de la evidencia

La confianza en los resultados de la revisión es limitada por varias razones. A menudo, las personas de los estudios podían saber qué tratamiento estaban tomando los niños, lo que podía influir en los resultados. El informe de los resultados no fue completo en muchos estudios y en el caso de algunos desenlaces los resultados variaron entre los estudios. Los estudios fueron pequeños y utilizaron diferentes escalas para medir los síntomas. Además, la mayoría de los estudios solo duraron un breve periodo de tiempo, por lo que resulta imposible evaluar los efectos a largo plazo del metilfenidato. Alrededor del 41% de los estudios estaban financiados o parcialmente financiados por la industria farmacéutica.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Esta es una actualización de una revisión realizada en 2015. La evidencia está actualizada hasta marzo de 2022.

Conclusiones de los autores: 

La mayoría de las conclusiones de la versión de 2015 de esta revisión siguen siendo válidas. Los metanálisis actualizados de esta revisión indican que el metilfenidato versus placebo o ninguna intervención podría mejorar los síntomas del TDAH evaluados por los profesores y el comportamiento general en niños y adolescentes con TDAH. Podría no haber efectos sobre los eventos adversos graves ni la calidad de vida. El metilfenidato se podría asociar con un mayor riesgo de eventos adversos considerados no graves, como trastornos del sueño y disminución del apetito. Sin embargo, la certeza de la evidencia para todos los desenlaces es muy baja y, por lo tanto, la verdadera magnitud de los efectos sigue sin estar clara.

Debido a la frecuencia de eventos adversos no graves asociados con el metilfenidato, el cegamiento de los participantes y de los evaluadores de los desenlaces es especialmente difícil. Para hacer frente a este reto, se debe buscar y utilizar un placebo activo. Podría ser difícil encontrar un fármaco así, pero identificar una sustancia que pudiera imitar los efectos adversos fácilmente reconocibles del metilfenidato evitaría la falta de cegamiento que afecta negativamente a los ensayos aleatorizados actuales.

Las revisiones sistemáticas futuras deberían investigar los subgrupos de pacientes con TDAH que se podrían beneficiar más y menos del metilfenidato. Esto se podría hacer con datos individuales de participantes para investigar predictores y modificadores como la edad, la comorbilidad y los subtipos de TDAH.

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Antecedentes: 

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos psiquiátricos diagnosticados y tratados con más frecuencia en la niñez. Normalmente, los niños y adolescentes con TDAH tienen dificultades para prestar atención y son hiperactivos e impulsivos. El metilfenidato es el psicoestimulante que se prescribe con más frecuencia, pero la evidencia sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales es incierta. Esta es una actualización de una revisión sistemática exhaustiva sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales publicada en 2015.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del metilfenidato para niños y adolescentes con TDAH.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, otras tres bases de datos y dos registros de ensayos hasta marzo de 2022. Además, se comprobaron las listas de referencias y se solicitaron datos publicados y no publicados a los fabricantes de metilfenidato.

Criterios de selección: 

Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon metilfenidato versus placebo o ninguna intervención en niños y adolescentes de 18 años de edad y más jóvenes con un diagnóstico de TDAH. La búsqueda no estuvo limitada por el año de publicación o el idioma, pero la inclusión de los ensayos requirió que el 75% o más de los participantes tuvieran un cociente intelectual normal (CI > 70). Se evaluaron dos desenlaces principales, síntomas de TDAH y eventos adversos graves, y tres desenlaces secundarios, eventos adversos considerados no graves, comportamiento general y calidad de vida.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión realizaron de forma independiente la extracción de los datos y la evaluación del riesgo de sesgo de cada ensayo. Seis autores de la revisión, incluidos dos autores de la publicación original, participaron en la actualización en 2022. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar de Cochrane. Los datos de los ensayos de grupos paralelos y los datos del primer período de los ensayos cruzados (cross-over) constituyeron la base de los análisis principales. Se realizaron análisis por separado utilizando los datos del final del último periodo de los ensayos cruzados. Se utilizaron análisis secuenciales de ensayos (ASE) para controlar los errores de tipo I (5%) y de tipo II (20%), y la evidencia se evaluó y disminuyó con respecto a la certeza según el método GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 212 ensayos (16 302 participantes asignados al azar); 55 ensayos de grupos paralelos (8104 participantes asignados al azar) y 156 ensayos cruzados (8033 participantes asignados al azar), así como un ensayo con una fase paralela (114 participantes asignados al azar) y una fase cruzada (165 participantes asignados al azar). La media de edad de los participantes fue 9,8 años y varió entre los tres y los 18 años (dos ensayos entre los tres y los 21 años). La proporción hombre-mujer fue de 3:1. La mayoría de los ensayos se llevaron a cabo en países de ingresos altos y 86/212 ensayos incluidos (41%) fueron financiados o parcialmente financiados por la industria farmacéutica. La duración del tratamiento con metilfenidato varió entre uno y 425 días, con una duración media de 28,8 días. Los ensayos compararon el metilfenidato con placebo (200 ensayos) y con ninguna intervención (12 ensayos). Solo 165/212 ensayos incluyeron datos utilizables sobre uno o más desenlaces de 14 271 participantes.

De los 212 ensayos, 191 se consideraron con alto riesgo de sesgo y 21 con bajo riesgo de sesgo. Sin embargo, si se tiene en cuenta lo difícil del cegamiento del metilfenidato debido a los eventos adversos típicos, los 212 ensayos presentaron un alto riesgo de sesgo.

Desenlaces principales: el metilfenidato versus placebo o ninguna intervención podría mejorar los síntomas del TDAH evaluados por los profesores (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,74; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,88 a -0,61; I² = 38%; 21 ensayos; 1728 participantes; evidencia de certeza muy baja). Esto corresponde a una diferencia de medias (DM) de -10,58 (IC del 95%: -12,58 a -8,72) en la ADHD Rating Scale (ADHD-RS; rango: 0 a 72 puntos). Se considera que la diferencia mínima clínicamente importante es un cambio de 6,6 puntos en la ADHD-RS. Es posible que el metilfenidato no afecte los eventos adversos graves (razón de riesgos [RR] 0,80; IC del 95%: 0,39 a 1,67; I² = 0%; 26 ensayos, 3673 participantes; evidencia de certeza muy baja). El efecto de la intervención ajustado por los ASE fue RR 0,91 (IC: 0,31 a 2,68).

Desenlaces secundarios: el metilfenidato podría causar más eventos adversos considerados no graves versus placebo o ninguna intervención (RR 1,23; IC del 95%: 1,11 a 1,37; I² = 72%; 35 ensayos 5342 participantes; evidencia de certeza muy baja). El efecto de la intervención ajustado por los ASE fue RR 1,22 (IC: 1,08 a 1,43). El metilfenidato podría mejorar el comportamiento general evaluado por el profesor versus placebo (DME -0,62; IC del 95%: -0,91 a -0,33; I² = 68%; siete ensayos 792 participantes; evidencia de certeza muy baja), pero podría no afectar la calidad de vida (DME 0,40; IC del 95%: -0,03 a 0,83; I² = 81%; cuatro ensayos, 608 participantes; evidencia de certeza muy baja).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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