Nicotina para el dolor posoperatorio

Pregunta de la revisión

Esta revisión Cochrane examina si la nicotina administrada antes, durante o inmediatamente después de la cirugía da lugar a menos dolor, administración de opiáceos y efectos secundarios de los opiáceos.

Características de los antecedentes de los estudios

La cirugía mayor generalmente se asocia con dolor significativo. La base del tratamiento para el dolor posterior a la cirugía mayor son los fármacos opiáceos (analgésicos potentes como la morfina). Sin embargo, los opiáceos no siempre son completamente eficaces y se asocian con efectos secundarios que incluyen somnolencia (sedación), respiración superficial (depresión respiratoria), tener deseos de vomitar (náuseas) y vómitos. Los fármacos coadministrados como el paracetamol pueden ayudar a mejorar el control del dolor posoperatorio y reducir la necesidad de opiáceos.

Se incluyeron nueve ensayos clínicos con un total de 666 participantes. Se buscó en varias bases de datos hasta marzo de 2014 para encontrar ensayos aleatorios controlados con placebo (estudios clínicos donde los pacientes se asignan al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento, uno de los cuales incluye un grupo simulado [placebo]) de nicotina para el dolor posoperatorio. También se contactó con los autores de los estudios para obtener datos adicionales. No todos los estudios informaron todos los síntomas (resultados) enumerados anteriormente, de manera que lo que se puede señalar acerca de algunos resultados es limitado. Se volvió a ejecutar la búsqueda el 28 abril 2015. Cuando se actualice esta revisión se evaluará un estudio de interés.

Resultados clave

Los resultados indicaron que hay pruebas de calidad muy baja de que la administración de nicotina da lugar a puntuaciones de dolor posoperatorio algo inferiores a las 24 horas después de la cirugía. A la hora y a las 12 horas después de la cirugía el efecto no estuvo muy claro. La nicotina pareció no reducir la administración de opiáceos a los 60 minutos o a las 24 horas, ni hubo pruebas de que redujera la sedación o los vómitos. La nicotina se asoció con un riesgo mayor de náuseas que placebo, lo que puede limitar su uso. No hubo suficientes datos para evaluar los efectos de la administración de nicotina sobre otros efectos secundarios asociados con los opiáceos, incluida la depresión respiratoria, o los efectos de la administración de nicotina sobre la duración de la estancia hospitalaria posterior a la cirugía.

Calidad de la evidencia

La calidad de las pruebas se disminuyó a baja o muy baja debido en gran parte a los problemas con la manera en que se diseñaron los estudios, que podría haber exagerado los resultados porque no hubo datos suficientes en muchos de los análisis para tener seguridad acerca del tamaño promedio del efecto y porque los resultados de algunos de los estudios variaron de manera significativa.

Conclusiones de los autores: 

Según pruebas de calidad generalmente baja, la nicotina puede aliviar el dolor posoperatorio a las 24 horas en comparación con placebo, pero los efectos fueron relativamente pequeños (menos de 1 punto en una escala de dolor de 10 puntos) y hubo heterogeneidad significativa en los resultados de los análisis. La nicotina no parece reducir la administración posoperatoria de opiáceos ni los eventos adversos relacionados con los opiáceos, pero probablemente aumenta el riesgo de náuseas. Se necesitan más estudios de investigación para determinar la efectividad de la nicotina para el dolor posoperatorio y para determinar el momento, la dosis y el método de administración óptimos de la nicotina.

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Antecedentes: 

Con frecuencia se produce dolor agudo después de los procedimientos quirúrgicos. La nicotina se ha explorado como una medicación coadyuvante para el tratamiento del dolor posoperatorio.

Objetivos: 

Evaluar el efecto de la administración de nicotina transdérmica o intranasal sobre el dolor posoperatorio, la administración de analgésicos opiáceos y los eventos adversos relacionados con los opiáceos.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en MEDLINE (1966 hasta 20 marzo 2014), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL; 2014, número 3), EMBASE (1980 hasta 20 marzo 2014), y también en bases de datos de ensayos en curso (www.controlled-trials.com/ and http://clinicaltrials.gov/). Se volvió a ejecutar la búsqueda el 28 abril 2015. Cuando se actualice la revisión se evaluará el único estudio de interés.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos clínicos aleatorios controlados con placebo que evaluaron los efectos de la administración perioperatoria (pre, intra o posoperatoria) de nicotina sobre el dolor posoperatorio, la administración de opiáceos y los eventos adversos relacionados con los opiáceos. Se excluyeron los demás estudios.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, examinaron la elegibilidad de todos los títulos y resúmenes y documentaron las razones para la exclusión. En caso de desacuerdo, un tercer autor decidió la inclusión o la exclusión del informe del ensayo. Cuando se necesitó información adicional para decidir si un ensayo se debía incluir, uno de los autores estableció contacto con el autor correspondiente del ensayo en cuestión.

Resultados principales: 

Nueve ensayos (666 participantes) evaluaron la nicotina para el dolor posoperatorio. La nicotina puede reducir en una cantidad pequeña las puntuaciones de dolor posoperatorio a las 24 horas en comparación con placebo (ocho ensayos, diferencia de medias -0,88 en una escala de 0 a 10, intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,58 a -0,18; pruebas de baja calidad). No estuvo muy claro el efecto sobre el dolor a la hora y a las 12 horas después de la cirugía (pruebas de muy baja calidad). La heterogeneidad estadística fue significativa y no se explicó suficientemente mediante la estratificación de los ensayos según el tipo de procedimiento quirúrgico, la situación con respecto al tabaquismo, la forma de administración de la nicotina, el momento de administración o la evaluación del riesgo de sesgo. La exclusión de un ensayo con alto riesgo de sesgo dio lugar a resultados similares. El efecto de la nicotina sobre la administración posoperatoria de opiáceos fue incierto debido al escaso número de participantes en los estudios. La nicotina probablemente aumenta el riesgo de náuseas posoperatorias (siete ensayos, CR 1,24; IC del 95%: 1,03 a 1,50; pruebas de calidad moderada). Tres ensayos evaluaron la sedación pero el efecto es muy incierto debido a la calidad muy baja de las pruebas. No se encontraron pruebas de que la nicotina aumentara el riesgo de vómitos (siete estudios, diferencia de riesgos [DR] 0,03; IC del 95%: -0,04 a 0,09; pruebas de baja calidad). Los resultados de un único ensayo pequeño no fueron suficientes para establecer si la nicotina dio lugar al alta hospitalaria más temprana (pruebas de muy baja calidad).

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