Correo electrónico para la comunicación clínica entre pacientes/cuidadores y profesionales sanitarios

El correo electrónico se usa ampliamente en muchos sectores y muchas personas lo usan en la vida cotidiana. El uso de correo electrónico en la asistencia sanitaria todavía no es muy común, aunque el mismo puede utilizarse para que los pacientes/cuidadores y los profesionales sanitarios establezcan contacto entre sí. Esta revisión examina cómo los pacientes, los profesionales sanitarios y los servicios sanitarios pueden ser afectados por el uso del correo electrónico en esta forma. Se consideraron los ensayos que examinaban el uso de correo electrónico para el contacto entre pacientes/cuidadores y profesionales sanitarios y se encontraron nueve ensayos con 1733 participantes en total.

Ocho de los ensayos consideraron el correo electrónico comparado con los métodos estándar de comunicación. Cuando el correo electrónico se comparó con los métodos estándar de comunicación se encontró que no fue posible determinar adecuadamente el efecto del correo electrónico sobre los resultados del paciente/cuidador, debido a que hubo datos faltantes y los resultados de los diferentes estudios variaron. Para los resultados del uso de servicios sanitarios la situación fue la misma, aunque algunos resultados parecieron indicar que una intervención con correo electrónico puede dar lugar a un mayor número de correos electrónicos y llamadas telefónicas recibidas por los profesionales sanitarios.

Uno de los ensayos consideró la orientación por correo electrónico en comparación con la orientación telefónica. Se encontró que sólo consideró los resultados del paciente, y encontró pocas diferencias entre los grupos. Cuando hubo diferencias las mimas mostraron que la orientación telefónica dio lugar a mayores cambios en el estilo de vida que la orientación por correo electrónico.

Ninguno de los ensayos midió cómo el correo electrónico afecta a los profesionales sanitarios y sólo uno midió si el correo electrónico puede causar efectos perjudiciales. Todos los ensayos presentaron algún tipo de sesgo y cuando se midió la calidad de todos los resultados se encontró que eran de calidad baja o muy baja. Por lo tanto, deberían tomarse los resultados de esta revisión con precaución.

La naturaleza de los resultados significa que no es posible realizar recomendaciones sobre cómo el correo electrónico puede utilizarse de forma más adecuada en la práctica clínica. La investigación futura debe tener en cuenta los cambios constantes en la tecnología, y debe considerar cuánto costaría introducir el correo electrónico y qué efecto tiene sobre el uso de los recursos de asistencia sanitaria. Los informes de investigación deben proporcionar de forma clara y segura los métodos y resultados, y los investigadores interesados en realizar investigación en esta área deben recibir ayuda en cuanto al desarrollo de ideas y su puesta en marcha.

Conclusiones de los autores: 

Se halló una base de pruebas limitada con resultados variables y datos faltantes y, por lo tanto, no fue posible evaluar adecuadamente el efecto del correo electrónico para la comunicación clínica entre pacientes/cuidadores y profesionales sanitarios. No se pueden hacer recomendaciones para la práctica clínica. La investigación futura debe, idealmente, considerar el tema de los datos faltantes y las cuestiones metodológicas mediante la adhesión a las normas de informe publicadas. Los cambios constantes en la tecnología deben tenerse en cuenta al diseñar y realizar los estudios futuros y también deben enfrentarse las barreras al desarrollo de ensayos y su implementación. Los resultados potenciales de interés para la investigación futura incluyen el costo-efectividad y el uso de recursos del servicio sanitario.

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Antecedentes: 

El correo electrónico es un método de comunicación popular y utilizado comúnmente, aunque su uso en la asistencia sanitaria no es habitual. Cuando se ha observado la comunicación por correo electrónico en la asistencia sanitaria su uso ha incluido la comunicación entre pacientes/cuidadores y profesionales sanitarios con fines clínicos, aunque no se conocen los efectos del uso del correo electrónico en esta forma. Esta revisión considera el uso del correo electrónico para la comunicación clínica recíproca entre pacientes/cuidadores y profesionales sanitarios.

Objetivos: 

Evaluar los efectos del uso de correo electrónico por parte de los profesionales sanitarios y los pacientes para comunicarse entre sí, sobre los resultados de los pacientes, el funcionamiento de los servicios sanitarios, la eficacia y la aceptabilidad del servicio.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en: el registro especializado del Grupo Cochrane de Consumidores y Comunicación (Cochrane Consumers and Communication Review Group), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL, The Cochrane Library, número 1 2010), MEDLINE (OvidSP) (1950 hasta enero 2010), EMBASE (OvidSP) (1980 hasta enero 2010), PsycINFO (OvidSP) (1967 hasta enero 2010), CINAHL (EbscoHOST) (1982 hasta febrero 2010) y ERIC (CSA) (1965 hasta enero 2010). También se buscó en la literatura gris: archivos de tesis/disertaciones, registros de ensayos y Google Scholar (búsqueda realizada en julio de 2010). Se utilizaron métodos de búsqueda adicionales: se examinaron listas de referencias y se contactó con los autores.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorios, ensayos cuasialeatorios, estudios controlados de antes y después y estudios de series de tiempo interrumpido que examinaron intervenciones que utilizaron el correo electrónico para permitir que los pacientes comuniquen cuestiones clínicas a un profesional de la asistencia sanitaria y que reciban una respuesta, y en forma de 1) correo electrónico sin seguridad 2) correo electrónico seguro o 3) mensajes a través de la web. Se consideró a todos los profesionales sanitarios, los pacientes y los cuidadores en todos los ámbitos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y extrajeron los datos. Se contactó con los autores de los estudios para obtener información adicional. Se evaluó el riesgo de sesgo según el Manual Cochrane para Revisiones Sistemáticas de Intervenciones. Para obtener las medidas continuas, se informan los tamaños del efecto como diferencias de medias (DM). Para obtener las medidas de resultado dicotómicas, se informa el tamaño del efecto como odds ratios y cocientes de tasas. Cuando no fue posible calcular una estimación del efecto se informan los valores medios tanto para la intervención como para los grupos de control y el número total de participantes en cada grupo. Cuando los datos están disponibles sólo como valores medianos se presentan como tales. No fue posible llevar a cabo ningún metanálisis de los datos.

Resultados principales: 

Se incluyeron nueve ensayos que reclutaron 1733 pacientes; se consideró que todos los ensayos presentaban riesgo de sesgo. Siete ensayos fueron controlados aleatorios; dos fueron diseños controlados aleatorios por grupos. Ocho examinaron el correo electrónico en comparación con los métodos estándar de comunicación. Uno comparó el correo electrónico con el teléfono para proporcionar orientación. Cuando el correo electrónico se comparó con los métodos estándar, para la mayoría de los resultados paciente/cuidador no fue posible evaluar adecuadamente si el correo electrónico tuvo algún efecto. Para los resultados del uso del servicio sanitario no fue posible evaluar adecuadamente si el correo electrónico presenta algún efecto sobre el uso de recursos, aunque algunos resultados indicaron que una intervención con correo electrónico da lugar a un mayor número de correos electrónicos y llamadas telefónicas recibidos por los profesionales sanitarios. Tres estudios informaron algún tipo de evento adverso aunque no estuvo claro si el evento adverso presentó un impacto sobre la salud del paciente o la calidad de la asistencia sanitaria. Cuando la orientación por correo electrónico se comparó con la orientación telefónica sólo se midieron los resultados de los pacientes, y para la mayoría de las medidas no hubo diferencias entre los grupos. Cuando hubo diferencias las mismas mostraron que la orientación telefónica da lugar a un mayor cambio en los factores de modificación del modo de vida que la orientación por correo electrónico. Hubo un resultado en relación con los efectos perjudiciales, que no mostró ninguna diferencia entre los grupos de orientación por correo electrónico y telefónica. No hubo ningún resultado primario en relación con los profesionales sanitarios para ninguna de las comparaciones.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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