Anticonvulsivantes para la dependencia de la cocaína

Antecedentes

La cocaína es una droga ilícita disponible en polvo para uso intranasal o intravenoso o que se fuma como crack. El uso de esta droga a corto y largo plazo da lugar a la propagación de enfermedades infecciosas (por ejemplo, el SIDA, la hepatitis, la tuberculosis), la delincuencia, la violencia y la exposición prenatal a las drogas. La dependencia de la cocaína está asociada a complicaciones médicas y psicosociales y constituye un importante problema de salud pública. No se conoce ningún tratamiento farmacológico probado para la dependencia de la cocaína. Se han estudiado los medicamentos antidepresivos, anticonvulsivantes y dopaminérgicos. La presente revisión examinó la eficacia y la seguridad de los medicamentos anticonvulsivantes para el tratamiento de la dependencia de la cocaína, tanto como clase como individualmente.

Características de los estudios

Los autores de la revisión buscaron en bases de datos científicas y recursos de Internet para identificar ensayos controlados aleatorizados (en los que los participantes fueron asignados al azar a cualquier fármaco anticonvulsivantes o placebo u otro tipo de fármaco o intervención no farmacológica destinada a reducir,el consumo de cocaína). También se evaluó la deserción del tratamiento y la frecuencia de los efectos secundarios. Se incluyeron a personas de cualquier sexo, edad u origen étnico.

Resultados clave

Los autores de la revisión identificaron 20 estudios con 2068 participantes, 77% hombres, con una media de edad de 36 años. La duración media de los ensayos fue de 11,8 semanas (rango de 8 a 24 semanas). Todos los ensayos, excepto dos, se realizaron en los EE.UU., todas con pacientes ambulatorios. Los fármacos anticonvulsivantes estudiados fueron la carbamazepina, la gabapentina, la lamotrigina, la fenitoína, la tiagabina, el topiramato y la vigabatrina. Todos los estudios compararon los anticonvulsivantes con el placebo. No se encontraron diferencias significativas entre el placebo y ningún anticonvulsivante en cuanto a la reducción del número de abandonos del tratamiento, el consumo de cocaína, el ansia y la gravedad de la dependencia, la depresión o la ansiedad. Los efectos secundarios fueron ligeramente más frecuentes en los grupos de anticonvulsivantes. No hay ninguna evidencia actual que apoyen el uso clínico de medicamentos anticonvulsivantes para el tratamiento de la dependencia de la cocaína.

Calidad de la evidencia

La calidad de la evidencia fue moderada para los resultados de abandono y consumo de cocaína, y baja para los resultados de efectos secundarios y deseo de consumirla. La principal limitación de los ensayos fue la notificación incompleta de los métodos utilizados para protegerse contra el sesgo de selección, asignar los participantes a grupos de forma aleatorizada y ocultar la asignación. La evidencia está actualizada hasta junio de 2014.

Conclusiones de los autores: 

Aunque es necesario actuar con cautela cuando se evalúan los resultados de un número limitado de pequeños ensayos clínicos, no hay evidencia actual que apoye el uso clínico de medicamentos anticonvulsivantes en el tratamiento de pacientes con dependencia de la cocaína. Aunque las conclusiones de los nuevos ensayos mejorarán la calidad de los resultados de los estudios, especialmente en relación con medicamentos específicos, los anticonvulsivantes como categoría no pueden considerarse tratamiento de primera, segunda o tercera línea para la dependencia de la cocaína.

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Antecedentes: 

La dependencia de la cocaína es un importante problema de salud pública que se caracteriza por la reincidencia y una gran cantidad de complicaciones médicas y psicosociales. Aunque se dispone de una farmacoterapia eficaz para la dependencia del alcohol y la heroína, actualmente no se dispone de ninguna para la dependencia de la cocaína, a pesar de dos decenios de ensayos clínicos en los que se utilizaron principalmente medicamentos antidepresivos, anticonvulsivos y dopaminérgicos. Se ha prestado mucha atención a los enfoques farmacológicos óptimos para el tratamiento de las personas con dependencia de la cocaína, y se han considerado tanto los antagonistas como los agonistas de la dopamina. Los anticonvulsivantes han sido candidatos para su uso en el tratamiento de la adicción, basándose en la hipótesis de que los mecanismos similares a las crisis epilépticas contribuyen a la adicción.

Objetivos: 

Evaluar la eficacia y la seguridad de los anticonvulsivantes para las personas con dependencia de la cocaína.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Drogas y Alcohol (Cochrane Drugs and Alcohol Group) (junio de 2014), en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (2014, número 6), en MEDLINE (1966 a junio de 2014), en EMBASE (1988 a junio de 2014), en el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL) (1982 a junio de 2014), en Web of Science (1991 a junio de 2014) y en las listas de referencias de los artículos elegibles.

Criterios de selección: 

Todos los ensayos controlados aleatorizados y los ensayos clínicos controlados que se centran en el uso de medicamentos anticonvulsivantes para tratar a los individuos con dependencia de la cocaína.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por la Colaboración Cochrane.

Resultados principales: 

Se incluyó un total de 20 estudios con 2068 participantes. Los fármacos anticonvulsivantes estudiados fueron la carbamazepina, la gabapentina, la lamotrigina, la fenitoína, la tiagabina, el topiramato y la vigabatrina. Todos los estudios compararon los anticonvulsivantes con el placebo. Sólo un estudio tenía un brazo por el cual el anticonvulsivante se comparaba con el antidepresivo desipramina. Al comparar el anticonvulsivante con el placebo, no se encontraron diferencias significativas en ninguna de las medidas de eficacia y seguridad. Abandonos: riesgo relativo (RR) 0,95, intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,86 a 1,05, 17 estudios, 20 brazos, 1695 participantes, calidad moderada de la evidencia. Uso de cocaína: RR 0,92, IC del 95%: 0,84 a 1,02, nueve estudios, 11 brazos, 867 participantes, calidad moderada de la evidencia; efectos secundarios: RR 1,39; IC del 95%: 1,01 a 1,90; ocho estudios, 775 participantes; deseo imperioso: diferencia de medias estandarizada (DME) -0,25; IC del 95%: -0,59 a 0,09; siete estudios, ocho brazos, 428 participantes, baja calidad de la evidencia.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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