Monitorización domiciliaria a embarazadas para la detección del trabajo de parto prematuro

¿Cuál es el problema?

Los niños que nacen demasiado pronto tienen más probabilidades de enfermarse o morir. Si se detecta un trabajo de parto prematuro, es posible comenzar el tratamiento para retrasar o detener el trabajo de parto. Lo anterior también da tiempo para administrar el tratamiento con el objetivo de mejorar la respiración del recién nacido. El aumento de las contracciones puede ser un signo de que el trabajo de parto comienza pronto.

¿Por qué es esto importante?

Sin embargo, muchas mujeres no reconocen estas contracciones a tiempo para el tratamiento. Las mujeres embarazadas con riesgo de dar a luz prematuramente podrían utilizar un dispositivo de vigilancia domiciliaria. Dicho dispositivo enviaría datos al hospital y ayudaría a los médicos y las parteras a detectar y tratar el trabajo de parto prematuro.

¿Qué evidencia se encontró?

Se buscó la evidencia el 28 de junio 2016 y se encontraron 15 estudios aleatorizados con 6008 mujeres. Trece de estos estudios proporcionaron datos que fue posible utilizar. La calidad de los resultados varió de muy baja a alta (GRADE). La mayoría de los estudios tuvieron limitaciones de diseño, que en algunos casos fueron graves. La mayoría de los estudios compararon a las mujeres a las que se les enseñó a buscar signos de trabajo de parto prematuro con las mujeres a las que también se les dio un monitor de actividad uterina domiciliaria. En algunos estudios ambos grupos utilizaron un monitor, pero un grupo tenía un monitor "simulado" que en realidad no enviaba los datos a los profesionales sanitarios de las mujeres. El uso de un monitor domiciliario hizo muy poca diferencia en muchos de los resultados para la madre o el recién nacido, aunque no todos los estudios midieron todos los resultados. Las mujeres que utilizaron monitores no tuvieron menos probabilidades de experimentar un parto prematuro con menos de 37 o 32 semanas de embarazo (calidad muy baja según GRADE). Las mujeres que utilizaron monitores tuvieron menos probabilidades de experimentar un parto prematuro con menos de 34 semanas, pero cuando se analizaron solo los estudios de alta calidad, no se mantuvieron las diferencias claras (calidad alta según GRADE). Los recién nacidos de mujeres que utilizaron el monitor tuvieron menos probabilidades de ingresar en cuidados intensivos neonatales (calidad moderada según GRADE), pero no hubo menos muertes (calidad baja según GRADE). Las mujeres que utilizaron el monitor tuvieron más probabilidades de tener una visita prenatal no programada (calidad moderada según GRADE), pero el número de ingresos hospitalarios prenatales no difirió (calidad baja según GRADE). Las mujeres que utilizaron el monitor parecieron tener más probabilidades de recibir tocólisis (tratamiento para detener el trabajo de parto) (calidad baja según GRADE), pero cuando solo se observaron los estudios de alta calidad no hubo diferencias claras. No se encontraron datos para evaluar las opiniones de las mujeres, aunque un ensayo grande informó sobre el bajo cumplimiento del uso de la monitorización. En algunos estudios las mujeres con monitores tuvieron más contacto con las parteras o las enfermeras de maternidad, pero no está claro qué efecto tuvo este hecho.

¿Qué significa esto?

La monitorización uterina domiciliaria puede dar lugar a menos ingresos a la unidad de cuidados intensivos neonatales, aunque conllevó a más visitas prenatales no programadas y a un aumento del tratamiento por trabajo de parto prematuro. En general el nivel de la evidencia es bajo a moderado.

Conclusiones de los autores: 

La monitorización uterina domiciliaria puede dar lugar a menos ingresos en una unidad de cuidados intensivos neonatales, pero a más visitas prenatales no programadas y tratamiento tocolítico; en general el nivel de la evidencia es bajo a moderado. Las diferencias importantes entre los grupos no fueron evidentes cuando se realizó el análisis de sensibilidad en el que solo se utilizaron ensayos con bajo riesgo de sesgo. No hubo repercusión sobre resultados maternos y perinatales como la mortalidad perinatal o la incidencia de parto prematuro.

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Antecedentes: 

Para reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas con el parto prematuro, la monitorización domiciliaria de la actividad uterina tiene como objetivo lograr la detección precoz del aumento de la frecuencia de las contracciones, así como la intervención temprana con fármacos tocolíticos para inhibir el trabajo de parto y prolongar el embarazo. Sin embargo, se ha cuestiona do la efectividad de dicha monitorización.

Objetivos: 

Determinar si la monitorización domiciliaria de la actividad uterina es efectiva para mejorar los resultados para las mujeres y los recién nacidos considerados con riesgo alto de parto prematuro, en comparación con los programas de atención convencionales u otros que no incluyen la monitorización uterina domiciliaria.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (30 de junio 2016), CENTRAL (The Cochrane Library 2016, Número 5), MEDLINE (1966 hasta el 28 de junio 2016), Embase (1974 hasta el 28 de junio 2016), CINAHL (1982 hasta el 28 de junio 2016) y se examinaron las listas de referencias de los estudios recuperados.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados de monitorización de la actividad uterina domiciliaria, con o sin programas de educación de las pacientes, para mujeres en riesgo de parto prematuro, en comparación con la atención que no incluye la monitorización de la actividad uterina domiciliaria.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para la inclusión y los riesgos de sesgo, extrajeron los datos y verificaron su exactitud. No se intentó establecer contacto con los autores para resolver las interrogantes. La evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 15 estudios (6008 participantes); 13 estudios aportaron datos. Las mujeres que utilizaron la monitorización uterina domiciliaria tuvieron menos probabilidades de experimentar un parto prematuro con menos de 34 semanas (riesgo relativo [RR] 0,78; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,62 a 0,99; tres estudios, 1596 mujeres; análisis de efectos fijos) (calidad alta según GRADE). Sin embargo, esta diferencia significativa no fue evidente cuando se realizó un análisis de sensibilidad limitado a los estudios con riesgo bajo de sesgo según la calidad del estudio (RR 0,75; IC del 95%: 0,57 a 1,00; un estudio, 1292 mujeres). No hubo diferencias en cuanto a la tasa de mortalidad perinatal (RR 1,22; IC del 95%: 0,86 a 1,72; dos estudios, 2589 recién nacidos) (calidad baja según GRADE).

No hubo diferencias en cuanto al número de partos prematuros de menos de 37 semanas (RR medio 0,85; IC 0,72 a 1,01; ocho estudios, 4834 mujeres; efectos aleatorios, Tau2 = 0,03; I2 = 68%) (calidad muy baja según GRADE). Los recién nacidos de mujeres que utilizaron la monitorización uterina domiciliaria tuvieron menos probabilidades de ser ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales (RR medio 0,77; IC del 95%: 0,62 a 0,96; cinco estudios, 2367 recién nacidos; efectos aleatorios, Tau2 = 0,02; I2 = 32%) (calidad moderada según GRADE). Esta diferencia no se mantuvo cuando se restringió el análisis a los estudios con bajo riesgo de sesgo (RR 0,86; IC del 95%: 0,74 a 1,01; un estudio, 1292 recién nacidos). Las mujeres que utilizaron el control uterino domiciliario realizaron más visitas prenatales no programadas (diferencia de medias [DM] 0,48; IC del 95%: 0,31 a 0,64; dos estudios, 1994 mujeres) (calidad moderada según GRADE). Las mujeres que utilizaron la monitorización uterina domiciliaria también tuvieron más probabilidades de recibir tratamiento profiláctico con fármacos tocolíticos (RR promedio 1,21; IC del 95%: 1,01 a 1,45; siete estudios, 4316 mujeres; efectos aleatorios, Tau2 = 0,03; I2 = 62%), pero esta diferencia dejó de ser evidente cuando el análisis se limitó a los estudios con bajo riesgo de sesgo (RR promedio 1,22; IC del 95%: 0,90 a 1,65; tres estudios, 3749 mujeres; efectos aleatorios, Tau2 = 0,05; I2 = 76%) (calidad baja según GRADE). El número de ingresos hospitalarios prenatales no difirió entre los grupos (RR 0,91; IC del 95%: 0,74 a 1,11; tres estudios, 1494 mujeres) (calidad baja según GRADE). No se encontraron datos sobre la ansiedad o la aceptabilidad maternas.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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