Corticosteroides sistémicos posnatales tempranos (iniciados dentro de los primeros seis días) para la prevención de la displasia broncopulmonar en recién nacidos prematuros

Objetivo de la revisión: determinar los efectos beneficiosos y perjudiciales relativos del tratamiento con medicamentos que suprimen la inflamación, llamados corticosteroides, administrados a los niños que nacen demasiado pronto durante la primera semana después del nacimiento para prevenir la lesión pulmonar, conocida como displasia broncopulmonar (en ocasiones también llamada "enfermedad pulmonar crónica").

Antecedentes: la displasia broncopulmonar es un problema importante en los recién nacidos en las unidades de cuidados intensivos neonatales. La inflamación persistente de los pulmones es la causa más probable. Los medicamentos corticosteroides se han utilizado para prevenir o tratar la displasia broncopulmonar gracias a sus fuertes efectos antiinflamatorios, pero podrían producir importantes efectos adversos.

Características de los estudios: se examinaron todos los ensayos clínicos en recién nacidos prematuros a los que se les había administrado corticosteroides por vía sistémica, es decir, como inyección o como medicamento, durante la primera semana después del nacimiento, y de los que hubo datos disponibles sobre la tasa de displasia broncopulmonar posteriormente en el período neonatal. Se incluyeron 32 estudios (4395 recién nacidos). La búsqueda está actualizada hasta el 25 de septiembre de 2020.

Resultados clave: esta revisión de ensayos mostró que los beneficios de la administración de corticosteroides sistémicos a los recién nacidos iniciada dentro de los primeros seis días posteriores al nacimiento podría no superar los efectos adversos conocidos. Sin embargo, un corticosteroide en particular llamado hidrocortisona resulta prometedor para mejorar los desenlaces a corto plazo sin afectar negativamente el neurodesarrollo a largo plazo, aunque hasta el momento los datos sobre los desenlaces a largo plazo son limitados. En general los efectos beneficiosos de los corticosteroides sistémicos incluyeron un menor tiempo de permanencia en el ventilador y menos displasia broncopulmonar; los efectos adversos incluyeron una mayor presión arterial, hemorragia estomacal o intestinal, perforación del intestino, exceso de glucosa en la sangre y un mayor riesgo de parálisis cerebral en el seguimiento, sobre todo en los tratados con dexametasona, otro tipo de corticosteroide. El uso precoz de corticosteroides, especialmente la dexametasona, para tratar o prevenir la displasia broncopulmonar se debe reducir hasta que se realicen estudios de investigación adicionales.

Certeza de las evidencia: en general, la certeza de la evidencia que apoya las conclusiones es alta.

Conclusiones de los autores: 

El tratamiento sistémico posnatal temprano con corticosteroides (iniciado dentro de los primeros seis días después del parto) previene la DBP y el desenlace combinado de mortalidad o DBP. Sin embargo, aumenta los riesgos de perforación gastrointestinal, parálisis cerebral y el desenlace combinado de mortalidad o parálisis cerebral. La mayoría de los efectos beneficiosos y perjudiciales están relacionados con el tratamiento temprano con dexametasona, más que con el tratamiento temprano con hidrocortisona, pero la hidrocortisona temprana podría prevenir la mortalidad, mientras que la dexametasona temprana no lo hace. El seguimiento a largo plazo en la infancia tardía es fundamental para la evaluación de desenlaces importantes que no es posible evaluar en la primera infancia, como los efectos del tratamiento temprano con corticosteroides sobre las funciones neurológicas de orden superior, incluida la función cognitiva, la función ejecutiva, el rendimiento académico, la conducta, la salud mental, la función motora y la función pulmonar. Otros ECA de corticosteroides tempranos, en particular de hidrocortisona, deberían incluir la supervivencia a largo plazo sin discapacidad del neurodesarrollo como desenlace principal.

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Antecedentes: 

La displasia broncopulmonar (DBP) aún es un problema importante para los neonatos extremadamente prematuros. La inflamación persistente en los pulmones es importante en su patogénesis. Los corticosteroides sistémicos se han utilizado para prevenir o tratar la DBP debido a sus efectos antiinflamatorios potentes.

Objetivos: 

Examinar los efectos beneficiosos y los efectos adversos relativos de los corticosteroides sistémicos posnatales iniciados dentro de los primeros seis días después del nacimiento en los neonatos prematuros con riesgo de desarrollar DBP.

Métodos de búsqueda: 

El 25 de septiembre de 2020 se realizó una búsqueda actualizada en las siguientes bases de datos: CENTRAL vía CRS Web y MEDLINE vía Ovid. También se realizaron búsquedas en las bases de datos de ensayos clínicos y en las listas de referencias de artículos identificados en busca de ensayos controlados aleatorizados (ECA). No se incluyeron ensayos aleatorizados por conglomerados, ensayos cruzados (cross-over) ni ensayos cuasialeatorizados.

Criterios de selección: 

Para esta revisión se seleccionaron los ECA que examinaron el tratamiento sistémico (intravenoso u oral) con corticosteroides posnatales iniciado dentro de los primeros seis días después del nacimiento (temprano) en neonatos prematuros de alto riesgo. Se incluyeron los estudios que evaluaron el uso de dexametasona, así como los estudios que evaluaron la hidrocortisona, incluso cuando esta última se utilizó principalmente para el tratamiento de la hipotensión, en lugar de para el tratamiento de los problemas pulmonares. No se incluyeron ensayos de corticosteroides inhalados.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos Cochrane estándar. Se extrajeron y analizaron los datos relativos a los desenlaces clínicos que incluyeron la mortalidad, la DBP, la mortalidad o la DBP, el fracaso en la extubación, las complicaciones durante la hospitalización primaria y los desenlaces de salud y neurodesarrollo a largo plazo. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.

Resultados principales: 

El uso del método GRADE mostró que la certeza de la evidencia fue alta para los principales desenlaces considerados, excepto para la DBP a las 36 semanas en todos los estudios combinados, que se disminuyó un nivel, a moderada, debido a la evidencia de sesgo de publicación.

Se incluyeron 32 ECA (4395 neonatos). El riesgo general de sesgo de los estudios incluidos fue bajo, ya que todos fueron ECA y la mayoría de los ensayos utilizaron métodos rigurosos.

En general los corticosteroides sistémicos tempranos tienen poco o ningún efecto sobre la mortalidad hasta la última edad informada (razón de riesgos [RR] 0,95; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,85 a 1,06; 31 estudios, 4373 neonatos; evidencia de certeza alta), pero la hidrocortisona sola reduce la mortalidad (RR 0,80; IC del 95%: 0,65 a 0,99; 11 estudios, 1433 neonatos; evidencia de certeza alta).

En general los corticosteroides sistémicos tempranos probablemente reducen la DBP a las 36 semanas de edad posmenstrual (EPM) (RR 0,80; IC del 95%: 0,73 a 0,88; 26 estudios, 4167 neonatos; evidencia de certeza moderada), al igual que la dexametasona (RR 0,72; IC del 95%: 0,63 a 0,82; 17 estudios, 2791 neonatos; evidencia de certeza alta), pero la hidrocortisona tiene poco o ningún efecto (RR 0,92; IC del 95%: 0,81 a 1,06; nueve estudios, 1376 neonatos; evidencia de certeza alta).

En general los corticosteroides sistémicos tempranos reducen el desenlace combinado de mortalidad o DBP a las 36 semanas de EPM (RR 0,89; IC del 95%: 0,84 a 0,94; 26 estudios, 4167 neonatos; evidencia de certeza alta), al igual que la dexametasona (RR 0,88; IC del 95%: 0,81 a 0,95; 17 estudios, 2791 neonatos; evidencia de certeza alta) y la hidrocortisona (RR 0,90; IC del 95%: 0,82 a 0,99; nueve estudios, 1376 neonatos; evidencia de certeza alta).

En general los corticosteroides sistémicos tempranos aumentan la perforación gastrointestinal (RR 1,84; IC del 95%: 1,36 a 2,49; 16 estudios, 3040 neonatos; evidencia de certeza alta), al igual que la dexametasona (RR 1,73; IC del 95%: 1,20 a 2,51; nueve estudios, 1936 neonatos; evidencia de certeza alta) y la hidrocortisona (RR 2,05; IC del 95%: 1,21 a 3,47; siete estudios, 1104 neonatos; evidencia de certeza alta).

En general los corticosteroides sistémicos tempranos aumentan la parálisis cerebral (RR 1,43; IC del 95%: 1,07 a 1,92; 13 estudios, 1973 neonatos; evidencia de certeza alta), al igual que la dexametasona (RR 1,77; IC del 95%: 1,21 a 2,58; siete estudios, 921 neonatos; evidencia de certeza alta), pero no así la hidrocortisona (RR 1,05; IC del 95%: 0,66 a 1,66; seis estudios, 1052 neonatos; evidencia de certeza alta).

En general los corticosteroides sistémicos tempranos tienen un efecto escaso o nulo sobre el desenlace combinado de mortalidad o parálisis cerebral (RR 1,03; IC del 95%: 0,91 a 1,16; 13 estudios, 1973 neonatos; evidencia de certeza alta), al igual que la hidrocortisona (RR 0,86; IC del 95%: 0,71 a 1,05; seis estudios, 1052 neonatos; evidencia de certeza alta). Sin embargo, la dexametasona temprana probablemente aumenta el desenlace combinado de mortalidad o parálisis cerebral (RR 1,18; IC del 95%: 1,01 a 1,37; siete estudios, 921 neonatos; evidencia de certeza alta).

En los análisis de sensibilidad por intención primaria para el tratamiento con hidrocortisona (problemas pulmonares versus hipotensión), hubo poca evidencia de diferencias en los efectos sobre los desenlaces principales de mortalidad, DBP, o mortalidad o DBP combinadas, por indicación del fármaco.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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