Simbióticos, prebióticos (fibra alimenticia) o probióticos (bacterias buenas) para personas con un trasplante de órgano sólido

Mensajes clave

Las personas que reciben un trasplante de órganos (corazón, riñón, hígado, pulmón o páncreas) experimentan síntomas digestivos intensos y duraderos después de la cirugía por los medicamentos (diarrea intensa, estreñimiento intenso, acidez y reflujo, gases, hinchazón y retortijones).

Se cree que estos medicamentos pueden causar una alteración en la flora intestinal (un cambio en el equilibrio de las bacterias buenas y malas) que provoca síntomas digestivos importantes.

Para mejorar el equilibrio de la flora intestinal, se pueden tomar bacterias buenas en pastillas de altas dosis de prebióticos y probióticos. Los simbióticos son una combinación de ambos. Algunos estudios indican que tomar altas dosis de bacterias buenas puede reequilibrar las bacterias buenas del intestino y mejorar los síntomas intestinales.

¿Qué se hizo?

Se revisó toda la evidencia sobre los simbióticos, prebióticos y probióticos para ver si pueden mejorar los problemas digestivos en personas que han recibido un trasplante de órgano (corazón, riñón, hígado, pulmón o páncreas).

¿Qué se encontró?

Se encontraron cinco estudios con 250 participantes. Un estudio observó a pacientes con trasplante de riñón, y cuatro estudios observaron a pacientes con trasplante de hígado, que en su mayoría tomaban simbióticos, prebióticos o probióticos durante el mes posterior a la cirugía. Se desconoce si los probióticos mejoran los efectos secundarios intestinales o reducen la posibilidad de contraer una infección después de la cirugía. No se sabe si estos tratamientos ayudarán con las características de las heces, a la función renal o a la cantidad de medicamentos inmunosupresores que debe tomar la persona.

La calidad de la evidencia encontrada es baja. Tres estudios solo fueron resúmenes (y no el artículo completo ni los resultados completos). Los cinco estudios se llevaron a cabo con métodos de calidad moderada a baja y con muy pocos pacientes.

Resumen

Actualmente, no se tiene suficiente información de ensayos para saber si los simbióticos, los prebióticos o los probióticos funcionan para mejorar la recuperación en personas con un trasplante de órgano sólido. Actualmente hay seis estudios en curso (822 participantes propuestos); por lo tanto, es posible que los resultados cambien con la inclusión de estos en futuras actualizaciones.

La evidencia está actualizada hasta el 9 de marzo de 2022.

Conclusiones de los autores: 

Esta revisión destaca la gran falta de ECA de alta calidad que analicen la eficacia de los simbióticos, prebióticos o probióticos en los receptores de trasplantes de órganos sólidos. Se han identificado lagunas significativas en la evidencia.

A pesar de que los síntomas digestivos y la infección postoperatoria son las razones más comunes para el uso elevado de antibióticos en esta población de pacientes, junto con el aumento de la morbilidad y la creciente resistencia a los antimicrobianos, se encontraron muy pocos estudios que los evaluaran suficientemente como tratamientos alternativos.

Actualmente no hay evidencia que apoye ni refute el uso de simbióticos, prebióticos o probióticos en los receptores de trasplantes de órganos sólidos, y los resultados deben tenerse en cuenta con precaución.

Se ha identificado una área de incertidumbre significativa sobre la eficacia de los simbióticos, prebióticos o probióticos en los receptores de trasplantes de órganos sólidos. La investigación futura en este campo requiere ensayos clínicos aleatorizados con suficiente potencia estadística que comparen los simbióticos, los prebióticos y los probióticos por separado y con placebo y que midan un conjunto de desenlaces básicos de trasplante. Actualmente hay seis estudios en curso (822 participantes propuestos); por lo tanto, es posible que los resultados cambien con la inclusión de estos en futuras actualizaciones.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

El trasplante de órganos sólidos ha avanzado tanto en las técnicas quirúrgicas como en la inmunosupresión, logrando así prolongar la supervivencia. Los medicamentos inmunosupresores, esenciales para la aceptación del injerto y la recuperación tras el trasplante, suelen ir acompañados de una alta prevalencia de síntomas y efectos secundarios digestivos. Aparte de los efectos secundarios digestivos, la exposición a largo plazo a los medicamentos inmunosupresores ha provocado un aumento de las morbilidades relacionadas con los fármacos, como la diabetes mellitus, la hiperlipidemia, la hipertensión y las neoplasias. El incumplimiento de la inmunosupresión puede aumentar el riesgo de fracaso del injerto.

Estudios recientes han indicado que cualquier desequilibrio microbiano (también conocido como disbiosis intestinal o intestino permeable) puede estar asociado a enfermedades cardiometabólicas a largo plazo. La evidencia actual indica una relación entre el microbioma intestinal y la producción de posibles toxinas de origen renal, el aumento de la permeabilidad intestinal y el movimiento transmural de bacterias y endotoxinas y la inflamación. Los primeros estudios de observación e intervención han investigado los patrones de ingesta de alimentos, diversas intervenciones con simbióticos (antibióticos, prebióticos o probióticos) y trasplantes fecales para medir sus efectos sobre la microbiota en el tratamiento de las enfermedades cardiometabólicas. Se cree que altas dosis de simbióticos, prebióticos y probióticos son capaces de modificar y mejorar la disbiosis de los microorganismos intestinales al alterar la población de los mismos. Con un equilibrio adecuado en la flora intestinal, se cree que uno de los principales beneficios es la supresión de patógenos mediante la inmunoestimulación y la mejora de la barrera intestinal (menor permeabilidad del intestino).

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los simbióticos, prebióticos y probióticos para los receptores de trasplantes de órganos sólidos.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Riñón y Trasplante (Cochrane Kidney and Transplant Group) hasta el 9 marzo de 2022, mediante contacto con el documentalista y el uso de términos de búsqueda relevantes para esta revisión. Los estudios en el registro se identifican mediante búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y EMBASE, en resúmenes de congresos, en el portal de búsqueda de la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) y en ClinicalTrials.gov.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados que midieron e informaron sobre los efectos de los simbióticos, prebióticos o probióticos, en cualquier combinación y cualquier formulación administrada a los receptores de trasplantes de órganos sólidos (cualquier edad y contexto). Dos autores evaluaron de forma independiente los títulos y resúmenes identificados y, cuando fue necesario, el texto completo para determinar cuáles cumplían los criterios de inclusión.

Obtención y análisis de los datos: 

La extracción de datos la realizaron dos autores de forma independiente mediante un formulario de extracción de datos estándar. La calidad metodológica de los estudios incluidos se evaluó mediante la herramienta Cochrane del riesgo de sesgo. Un autor introdujo los datos y otro los verificó. La confianza en la evidencia se evaluó mediante el método GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation).

Resultados principales: 

Cinco estudios (250 participantes) fueron incluidos en esta revisión. Los participantes del estudio eran adultos con un trasplante de riñón (un estudio) o de hígado (cuatro estudios). Un estudio comparó un simbiótico con un placebo, dos estudios compararon un probiótico con un placebo y dos estudios compararon un simbiótico con un prebiótico.

En general, la calidad de la evidencia es baja. La mayoría de los estudios se consideraron con un riesgo de sesgo incierto o alto en la mayoría de los dominios. De la evidencia disponible, los metanálisis realizados fueron de datos limitados de estudios pequeños. En todas las comparaciones, las evaluaciones GRADE para todos los desenlaces se consideraron como evidencia de certeza muy baja. La evidencia de certeza muy baja supone una gran incertidumbre sobre los resultados (no se pueden estimar por falta de datos o por su mala calidad).

Los simbióticos tuvieron efectos inciertos sobre el cambio en la composición de la microbiota (p-cresol total en plasma), las características fecales, los eventos adversos, la función renal o la concentración de albúmina (un estudio, 34 participantes) en comparación con el placebo.

Los probióticos tuvieron efectos inciertos sobre los efectos secundarios digestivos, las tasas de infección inmediatamente después del trasplante, la función hepática, la presión arterial, alteraciones en la esteatosis hepática y los lípidos (un estudio, 30 participantes) en comparación con el placebo.

Los simbióticos tuvieron efectos inciertos sobre la salud del injerto (rechazo hepático agudo) (dos estudios, 129 participantes: RR 0,73; IC 95% 0,43 a 1,25; dos estudios, 129 participantes; I² = 0%), el uso de inmunosupresión, la infección (dos estudios, 129 participantes: RR 0,18; IC del 95%: 0,03 a 1,17; I² = 66%), actividad digestiva (tiempo hasta la primera defecación), eventos adversos (dos estudios, 129 participantes: RR 0,79; IC 95% 0,40 a 1,59; I² = 20%), eventos adversos graves (dos estudios, 129 participantes: RR 1,49; IC del 95%: 0,42 a 5,36; I² = 81%), muerte (dos estudios, 129 participantes) y medidas de la función de los órganos (dos estudios; 129 participantes) en comparación con los prebióticos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information