Terapia psicológica para ayudar a los niños y adolescentes con asma

Mensajes clave

1 . La evidencia disponible indica que las intervenciones psicológicas podrían ser beneficiosas para los niños y adolescentes con asma.
2. Debido a las diferencias entre estudios, fue muy difícil comparar los datos, por lo que los resultados de esta revisión son muy inciertos y difíciles de interpretar.

Antecedentes

Los niños y adolescentes con asma tienen más probabilidades de experimentar síntomas de malestar psicológico (p. ej., ansiedad, depresión o ambas) que los que no padecen asma. La terapia psicológica podría ayudar a reducir este malestar y, por tanto, a mejorar la capacidad de los niños y adolescentes para controlar su asma.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quería averiguar si la terapia psicológica era mejor que la atención habitual, el tratamiento sin componente psicológico o ningún tratamiento para mejorar los siguientes desenlaces.

1. Síntomas de ansiedad
2. Síntomas de depresión
3. Consultas médicas (como ingresos hospitalarios o visitas al servicio de urgencias)
4. Crisis asmáticas
5. Síntomas de asma
6. Uso de medicación
7. Calidad de vida

También se quiso saber si la terapia psicológica producía algún efecto no deseado en los niños y adolescentes con asma.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que hubieran evaluado la terapia psicológica (como terapias conductuales, cognitivas o el asesoramiento) comparada con la atención habitual para el asma, el tratamiento sin componente psicológico o ningún tratamiento en niños y niñas de entre 5 y 18 años con asma.

¿Qué se encontró?

Se incluyeron 24 estudios con 1639 niños y adolescentes. Se encontraron resultados contradictorios para casi todos los desenlaces de la revisión: muchas terapias mostraron beneficios pero otras no mostraron evidencia de un efecto. Los resultados de algunos estudios indican que las intervenciones psicológicas podrían ser beneficiosas para los niños y adolescentes con asma, en concreto para reducir los síntomas de ansiedad o depresión, reducir las crisis asmáticas, reducir los síntomas de asma y mejorar el uso de la medicación. Para la mayoría de estudios resultó difícil valorar la importancia de los beneficios porque las escalas de evaluación no estaban bien descritas.

Existe evidencia limitada de que las intervenciones psicológicas podrían reducir la necesidad de consultas médicas o mejorar la calidad de vida. Ningún estudio informó de efectos no deseados del tratamiento.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Los resultados son muy inciertos y difíciles de interpretar porque los estudios utilizaron distintas teorías para desarrollar las terapias, distintas herramientas para medir los resultados, distintos periodos de seguimiento y distintas definiciones de los desenlaces (p. ej., un estudio midió los síntomas diurnos, mientras que otro midió los síntomas totales de asma). Debido a estas importantes diferencias, fue difícil establecer comparaciones entre los estudios. La cifra de niños y adolescentes fue baja en la mayoría de estudios y algunos informaron solo parcialmente sobre sus resultados. Se necesitan más estudios de alta calidad para reforzar la base de evidencia sobre el uso de la terapia psicológica en niños y adolescentes con asma y para determinar qué tipo de terapias psicológicas podrían ser más útiles.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta febrero de 2023.

Conclusiones de los autores: 

La mayoría de los estudios que informaron sobre síntomas de ansiedad, depresión, crisis asmáticas, síntomas de asma y uso de medicación encontraron un efecto positivo de las intervenciones psicológicas versus control en al menos una medida. Sin embargo, algunos hallazgos fueron contradictorios, fue difícil valorar la significación clínica y la evidencia para todos los desenlaces son muy inciertas debido a la heterogeneidad clínica, el pequeño tamaño muestral, la información incompleta y el riesgo de sesgo. Existe evidencia limitada que indica que las intervenciones psicológicas podrían reducir la necesidad de consultas médicas o mejorar la calidad de vida y ningún estudio informó de eventos adversos.

No fue posible identificar componentes de intervenciones eficaces y distinguirlos de intervenciones que no mostraran evidencia de un efecto debido a la considerable heterogeneidad. Las futuras investigaciones de técnicas psicológicas basadas en evidencia deberían considerar estandarizar los desenlaces para favorecer la comparación cruzada e informar la toma de decisiones de pacientes y responsables políticos.

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Antecedentes: 

Las tasas de asma son elevadas en niños y adolescentes, y las personas jóvenes con asma en general presentan peores desenlaces en salud que aquellas sin asma. Las personas jóvenes con asma experimentan una serie de dificultades que podrían contribuir al malestar psicológico. A ello se le suman los retos sociales, psicológicos y de desarrollo que experimentan todas las personas en esta etapa de la vida. Las intervenciones psicológicas (como las terapias conductuales o cognitivas) pueden reducir el malestar psicológico y así mejorar los desenlaces conductuales como la autoeficacia y la adherencia a la medicación. A su vez, esto podría reducir las consultas médicas y las crisis asmáticas.

Objetivos: 

Determinar la eficacia de las intervenciones psicológicas para modificar los desenlaces de salud y conductuales en niños con asma, en comparación con el tratamiento habitual, el tratamiento sin componente psicológico o ningún tratamiento.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Vías respiratorias (Cochrane Airways Group) (que incluye CENTRAL, CRS, MEDLINE, Embase, PsycINFO, CINAHL EBSCO, AMED EBSCO), actas de congresos respiratorios importantes, listas de referencias de estudios incluidos y bases de datos clínicas en internet. La búsqueda más reciente se realizó el 22 de agosto de 2022.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon intervenciones psicológicas de cualquier duración con la atención habitual, controles activos o un control en lista de espera en niños y adolescentes de ambos sexos (de 5 a 18 años de edad) con asma.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales fueron: 1. síntomas de ansiedad y depresión, 2. consultas médicas y 3. crisis asmáticas. Los desenlaces secundarios fueron: 1. síntomas de asma autoinformados, 2. uso de medicación, 3. calidad de vida y 4. eventos adversos/efectos secundarios.

Resultados principales: 

Se incluyeron 24 estudios (1639 participantes), publicados entre 1978 y 2021. Once estudios se realizaron en Estados Unidos, cinco en China, dos en Suecia, tres en Irán y uno en Países Bajos, Reino Unido y Alemania. La gravedad del asma de los participantes varió de leve a grave. Tres estudios incluyeron participantes en edad de educación primaria (de 5 a 12 años), dos incluyeron participantes en edad de educación secundaria (de 13 a 18 años) y 18 incluyeron ambos grupos de edad, mientras que un estudio no aclaró los intervalos de edad. Las duraciones de las intervenciones variaron de tres días a ocho meses. Una intervención se realizó de forma virtual y el resto fueron presenciales.

No fue posible realizar un metanálisis debido a la heterogeneidad clínica (intervenciones, poblaciones, herramientas y definiciones de desenlaces y duración del seguimiento). Se resumieron narrativamente y en una tabla los resultados con referencia a la dirección, la magnitud y la certeza de los efectos. La certeza de la evidencia fue muy baja para todos los desenlaces. Resultó difícil valorar la significación clínica debido a la falta de información sobre las métricas de las escalas y las diferencias mínimas clínicamente importantes de las escalas utilizadas para medir la ansiedad, la depresión, los síntomas del asma, el uso de la medicación y la calidad de vida.

Desenlaces principales

Cuatro estudios (327 participantes) informaron sobre efectos beneficiosos o mixtos de las intervenciones psicológicas versus los controles para los síntomas de ansiedad y uno encontró poca o ninguna diferencia entre los grupos (104 participantes). Dos estudios (166 participantes) que evaluaron los síntomas de la depresión informaron de los beneficios de las intervenciones psicológicas en comparación con los controles. Tres estudios pequeños (92 participantes) informaron sobre una reducción de las consultas médicas, pero dos estudios más grandes (544 participantes) encontraron poca o ninguna diferencia entre los grupos en este desenlace. Dos estudios (107 participantes) hallaron que la intervención tuvo un efecto beneficioso importante sobre el número de crisis asmáticas, y un estudio pequeño (22 participantes) halló poco o ningún efecto de la intervención en este desenlace.

Desenlaces secundarios

Once estudios (720 participantes) evaluaron los síntomas de asma; cuatro (322 participantes) informaron sobre efectos beneficiosos de la intervención comparada con el control, cinco (257 participantes) proporcionaron resultados inciertos o contradictorios y dos (131 participantes) encontraron una diferencia escasa o nula entre los grupos. Ocho estudios (822 participantes) informaron sobre varias medidas de uso de medicación; seis de estos (670 participantes) encontraron un efecto positivo de la intervención versus control y los otros dos (152 participantes) encontraron poca o ninguna diferencia entre los grupos. De los seis estudios (653 participantes) que informaron sobre medidas de calidad de vida, los tres más grandes (522 participantes) encontraron poca o ninguna diferencia entre los grupos. Cuando los hallazgos fueron positivos o contradictorios, hubo evidencia de informe selectivo (dos estudios, 131 participantes). Ningún estudio proporcionó datos relacionados con los efectos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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