Educación de pacientes y cuidadores no profesionales para prevenir las úlceras por presión en poblaciones de riesgo

¿Cuál es el objetivo de esta revisión?

El objetivo de esta revisión fue averiguar si los programas de educación dirigidos a las personas en riesgo de desarrollar úlceras por presión (también conocidas como escaras o úlceras de decúbito) y sus cuidadores son efectivos en la prevención de las úlceras por presión. Se recopilaron y analizaron todos los estudios pertinentes (ensayos controlados aleatorizados) para responder esta pregunta y se encontraron para inclusión diez estudios con 11 publicaciones. Los ensayos controlados aleatorizados son estudios médicos en los que el tratamiento o la atención que reciben las personas se elige al azar. Este tipo de ensayo aporta la evidencia de salud más fiable.

Mensajes clave

En todos los estudios, no se sabe con certeza si las intervenciones educativas marcan alguna diferencia en la proporción de personas en riesgo que desarrollan una nueva úlcera, o en los conocimientos del paciente o del cuidador no profesional.

¿Qué se estudió en la revisión?

Las úlceras por presión son heridas que se producen en la piel o los tejidos subyacentes. Las personas que no pueden moverse y cambiar de posición (como las que utilizan sillas de ruedas, o las que reciben cuidados o atención hospitalaria de larga duración) son las que tienen más riesgo de desarrollar úlceras por presión. Estas heridas pueden causar dolor, molestia y angustia y tienen un efecto negativo sobre la calidad de vida. Por lo tanto, la prevención de las úlceras por presión es muy importante. Educar a las personas acerca de los riesgos de las úlceras por presión y cómo prevenirlas se considera una parte importante de la atención preventiva.

¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?

Se encontraron diez estudios relevantes, con 11 publicaciones (2261 participantes analizados) con fecha de 2002 a 2018 y que compararon intervenciones dirigidas a formar a las personas en riesgo de desarrollar úlceras por presión o a sus cuidadores. Cuatro estudios (cinco publicaciones) incluyeron a personas con lesiones medulares, principalmente varones, con una media de edad inferior a 60 años. El resto de los estudios incluían a hombres y mujeres de distintas edades, algunos con trastornos del sistema nervioso central, y otros incluyeron otro tipo de personas de riesgo que recibían atención hospitalaria o en la comunidad. Siete estudios se centraron en personas con riesgo de padecer úlceras por presión; dos se centraron en personas con riesgo y cuidadores; y uno se centró en cuidadores no profesionales. Las intervenciones analizadas tenían como objetivo prevenir las úlceras por presión, ya sea proporcionando a las personas información escrita o haciéndolas participar en diversos programas de educación. Los estudios exploraron el impacto de las intervenciones en las personas de riesgo, ya sea 1) el número de nuevas úlceras por presión desarrolladas, 2) la gravedad de las úlceras por presión desarrolladas, o 3) los conocimientos del paciente. Ningún estudio exploró la satisfacción del paciente o del cuidador no profesional con las intervenciones.

Dos estudios (tres publicaciones) fueron financiados por el Department of Veterans Affairs (EE.UU.). Dos estudios fueron financiados por el National Institute for Disability and Rehabilitation Research (EE.UU.). Un estudio fue financiado por el Department of Health Policy Research Programme (Reino Unido); un estudio por el Post Graduate Institute of Medical Education and Research (Chandigarh, India); un estudio por el Indian Council of Medical Research (Nueva Delhi, India); y un estudio por el National Health and Medical Research Council (Australia). Dos estudios no informaron ninguna fuente de financiación.

Los resultados de los ensayos no permiten establecer conclusiones firmes sobre la efectividad de las intervenciones formativas en la prevención de las úlceras por presión o en el aumento de los conocimientos de los pacientes sobre la prevención de las mismas. La certeza de la evidencia en estos ensayos fue baja o muy baja.

¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?

Se hicieron búsquedas de estudios que se habían publicado hasta junio de 2019.

Conclusiones de los autores: 

No hay certeza de si las intervenciones de educación marcan alguna diferencia en el número de nuevas UPP que aparecen, o en los conocimientos de los pacientes en base a la evidencia de los diez estudios incluidos, que se consideraron de certeza baja o muy baja debido a problemas de riesgo de sesgo, imprecisión grave y medidas indirectas. La certeza baja de la evidencia significa que se necesitan estudios de investigación adicionales para confirmar estos resultados.

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Antecedentes: 

Las úlceras por presión (UPP) son lesiones de la piel y los tejidos subyacentes que se producen con mayor frecuencia sobre las prominencias óseas, como las caderas y los talones, como resultado de las fuerzas de presión y cizallamiento. Las UPP causan dolor, malestar, estancias hospitalarias más prolongadas y una disminución de la calidad de vida. Su tratamiento también es muy costoso y consume una parte considerable de los presupuestos sanitarios. Las UPP son en gran medida prevenibles, y se considera importante la educación dirigida a los pacientes y sus cuidadores.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la educación del paciente y los cuidadores no profesionales para prevenir las úlceras por presión en personas de riesgo en cualquier ámbito asistencial.

Métodos de búsqueda: 

En junio de 2019 se hicieron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Heridas (Cochrane Wounds), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (CENTRAL); Ovid MEDLINE (incluido In-Process & Other Non-Indexed Citations); Ovid Embase y EBSCO CINAHL Plus. También se realizaron búsquedas de estudios en curso y no publicados en registros de ensayos clínicos. No hubo restricciones en cuanto al idioma, la fecha de publicación ni el contexto de los estudios.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que reclutaron a personas de cualquier edad en riesgo de presentar úlceras por presión y ECA que reclutaron a personas que cuidan informalmente a alguien en riesgo de presentar úlceras por presión.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, realizaron la selección de los estudios, la extracción de los datos, la evaluación del «riesgo de sesgo», y la evaluación de la certeza de la evidencia según los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron diez estudios con 11 publicaciones (2261 participantes analizados). Siete dirigieron su intervención a las personas en riesgo de ulceración y midieron los desenlaces en estas personas de riesgo; dos se dirigieron a las personas de riesgo y a sus cuidadores familiares y midieron los desenlaces en las personas de riesgo atendidas por sus familias; y uno se dirigió sólo a los cuidadores no profesionales y midió los desenlaces en las personas de riesgo que cuidaban. Hubo dos tipos principales de intervenciones: proporcionar información sobre la prevención de las úlceras por presión y el utilizar de diferentes tipos de programas de educación.

Proporción de información para la prevención de las úlceras por presión

Tres estudios (237 participantes) aportaron datos para esta comparación: dos proporcionaron información directamente a las personas en riesgo y a sus cuidadores, y el tercero proporcionó información a los cuidadores no profesionales. Puesto que los datos no pudieron agruparse, se presentan los datos de los estudios individuales. La evidencia para los desenlaces principales es de certeza muy baja (rebajada dos veces debido a las limitaciones del estudio y dos veces debido a la imprecisión).

No se sabe con certeza si el uso combinado de un manual autodidacta y formación y asesoramiento individualizados del paciente frente a un manual autodidacta solo reduce la proporción de personas de riesgo que desarrollan una nueva UPP (razón de riesgos [RR] 0,40; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,14 a 1,18), o si el aprendizaje autodidacta del cuidador y el asesoramiento individualizado frente al aprendizaje autodidacta solo reduce la proporción de personas en riesgo que desarrollan una nueva UPP (RR 2,05; IC del 95%: 0,19 a 21,70).

No hay certeza de que el uso de la formación a domicilio, en comparación con la formación regular en planta, reduzca la proporción de personas de riesgo que desarrollan una nueva UPP (RR 0,53; IC del 95%: 0,27 a 1,02).

Un estudio exploró el desenlace secundario conocimientos del paciente sobre la prevención de las úlceras por presión; sin embargo, como no se proporcionaron datos utilizables, no se pudo realizar un análisis en detalle ni se pudo calcular una estimación del efecto.

Programas de educación para la prevención de las úlceras por presión

Siete estudios (2024 participantes analizados) proporcionaron datos para esta comparación. En todos los estudios la intervención estuvo dirigida a personas con riesgo de ulceración.

Riesgo de úlceras por presión

Una publicación secundaria de un estudio incluido informó del desenlace principal como el tiempo hasta el desarrollo o la aparición de la UPP y tres estudios y una publicación secundaria de un estudio incluido lo informaron como la proporción de personas de riesgo que desarrollaron una nueva UPP. Un estudio informó sobre el desenlace secundario grado de UPP, y cinco estudios y una publicación secundaria de un estudio incluido informaron sobre los conocimientos del paciente.

Hay evidencia de certeza baja de que no existe una diferencia clara en la proporción de participantes que desarrollan una nueva UPP entre el uso de un paquete de medidas asistenciales para la prevención de las úlceras por presión (PMAPUPP) y la atención estándar: CRI 0,58; IC del 95%: 0,25 a 1,33 (rebajado dos veces por imprecisión).

Una publicación secundaria de un estudio incluido exploró si la educación individualizada sobre la UPP y el seguimiento telefónico estructurado mensual modifican el tiempo medio hasta la aparición de la UPP. No todos los participantes de este estudio desarrollaron una úlcera por presión, por lo que no se pudo calcular el tiempo medio hasta la aparición de la misma a partir de los datos.

No existe certeza de si las siguientes tres intervenciones reducen la proporción de personas con riesgo de desarrollar una nueva UPP, ya que la certeza de la evidencia se consideró muy baja: educación individualizada acerca de la UPP y seguimiento telefónico estructurado mensual (RR 0,55; IC del 95%: 0,23 a 1,30), educación impartida (RR 3,57; IC del 95%: 0,78 a 16,38), (rebajada dos veces por riesgo de sesgo y dos veces por imprecisión); y retroalimentación informatizada y consultas individuales (no se proporcionaron datos claros), (rebajada dos veces por riesgo de sesgo y una vez por medidas indirectas).

Grado de la úlcera por presión

Hay evidencia de certeza baja de que el uso de un paquete de medidas asistenciales para la prevención de la UPP podría no suponer diferencias en la intensidad de aparición de nuevas UPP en comparación con la atención estándar.

Conocimientos del paciente

No se sabe si las siguientes intervenciones mejoran el conocimiento de los pacientes: intervención educativa mejorada y seguimiento estructurado (diferencia de medias [DM] 9,86; IC del 95%: 1,55 a 18,17); entrevista motivacional multicomponente/autocontrol con una intervención educativa multicomponente (no se proporcionaron datos claros); programa Spinal Cord Injury Navigator (no se proporcionaron datos claros); educación individualizada sobre UPP y seguimiento telefónico estructurado mensual (no se proporcionaron datos claros); retroalimentación informatizada (no se proporcionaron datos claros), evento educativo estructurado de prevención de UPP centrado en el paciente (DM 30,15; IC del 95%: 23,56 a 36,74). La certeza de la evidencia para este desenlace se consideró baja o muy baja (rebajada por el riesgo de sesgo, la imprecisión y las medidas indirectas).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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