Citas iniciadas por el paciente para personas con enfermedades crónicas tratadas en entornos hospitalarios ambulatorios

¿Cuál era el objetivo de esta revisión?

El objetivo era establecer si las citas iniciadas por el paciente (citas solicitadas por el paciente) para los pacientes con enfermedades crónicas y recurrentes es una mejor manera de gestionar la atención en los entornos hospitalarios ambulatorios que las citas estándar programadas por el especialista. Los investigadores encontraron 17 estudios para analizar.

Mensajes clave

En general, esta revisión aporta principalmente evidencia de calidad baja de que los sistemas de citas iniciadas por el paciente pueden tener poco o ningún impacto en la ansiedad, la depresión, la calidad de vida, los eventos adversos y la satisfacción del paciente. Este sistema también puede tener poco o ningún impacto en el contacto que tienen los pacientes con los servicios, pero el impacto en los costes del servicio no está claro. Hay cierta variabilidad en la forma en que los pacientes experimentan la atención.

¿Qué se estudia en la revisión?

Las citas de seguimiento programadas por un especialista del hospital se utilizan actualmente para los pacientes con enfermedades crónicas como (pero no limitadas a) la artritis reumatoide, la enfermedad intestinal inflamatoria y el cáncer. Este sistema suele dar lugar a que los pacientes falten a las citas, a que no puedan acceder a la atención cuando la necesitan y a la acumulación de pacientes que esperan ser diagnosticados o tratados por primera vez. La posibilidad de permitir a los pacientes acceder a consejos y citas médicas cuando lo necesiten (citas iniciadas por el paciente) podría ayudar a aliviar estos problemas y las citas a las que no se asiste. El sistema de atención iniciado por el paciente también puede dar lugar a una mayor satisfacción de los pacientes con un servicio más conveniente, y puede reducir los costes para los pacientes y los proveedores de servicios. En esta revisión se comparan los sistemas de citas iniciadas por el paciente que le permiten llamar por teléfono a una enfermera especializada en una línea de ayuda, donde puede discutir su consulta primero, y concertar una cita con el especialista reservado según sea necesario, versus los sistemas de citas coordinadas por el especialista. Se deseaba saber si estos sistemas son seguros para que los pacientes los utilicen, si los pacientes y los médicos los encuentran apropiados y satisfactorios para su uso, cómo pueden afectar la salud física y mental de los pacientes, y cómo pueden repercutir en los recursos y los costes de los servicios de salud.

¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?

La revisión identificó 17 estudios. Los estudios abarcaron seis enfermedades: cáncer (siete estudios), artritis reumatoide (cuatro), enfermedades digestivas (tres), asma (uno), psoriasis (uno) y enfermedad pulmonar obstructiva coronaria (uno). La mayoría de los estudios se realizaron en el Reino Unido (nueve), pero también estuvieron representados Suecia (tres), Dinamarca (tres), Finlandia (uno) y los Países Bajos (uno). La media de edad de los 3854 pacientes oscilaba entre 41 y 76 años y la mayoría eran mujeres. Los resultados sugieren que los sistemas de citas iniciadas por el paciente pueden tener poca o ninguna diferencia en cuanto a la ansiedad, la depresión y la calidad de vida del paciente en comparación con el sistema de citas dirigido por el especialista (evidencia de calidad baja debido al riesgo alto de sesgo y a la variación de los resultados). Otros aspectos del estado de la enfermedad y la experiencia también revelan una diferencia escasa o nula entre los sistemas de citas iniciadas por el paciente y las coordinadas por el especialista. Los resultados de la utilización de los servicios (contacto con los servicios y el personal sanitario) sugieren que puede haber poca o ninguna diferencia en los contactos de servicio entre los servicios iniciados por el paciente y los coordinados por el especialista (la evidencia de calidad baja debido a los diferentes niveles de contacto informados en los estudios hacen que sea difícil de evaluar). No se sabe si la utilización de los servicios (costes de los servicios o del personal) se reduce en los grupos de consulta iniciados por los pacientes en comparación con los grupos de consulta coordinados por el especialista, ya que la calidad de esta evidencia es muy baja (debido al riesgo de sesgo y a la variabilidad de las monedas y los niveles de costes informados en los distintos estudios). Los resultados sugieren que puede haber poco o ningún impacto en los eventos adversos como las recaídas en algunas afecciones (cáncer o enfermedad intestinal inflamatoria) en el grupo de citas iniciadas por el paciente en comparación con el grupo de citas coordinadas por el especialista (evidencia de calidad baja debido a la inconsistencia y la precisión de los estudios en el informe y la medición de las recaídas). Los resultados sugieren que puede haber poca o ninguna repercusión en la satisfacción de los pacientes (evidencia de calidad baja, ya que cada estudio utilizó diferentes preguntas para reunir sus datos en diferentes momentos y en diferentes enfermedades). No todos los estudios informaron sobre sus fuentes de financiación, pero en los que se informaron, la mayoría fueron financiados por organizaciones sin fines de lucro. Un estudio (sobre el asma) fue financiado por una compañía farmacéutica.

¿Cuán actualizada está esta revisión?

Los autores de la revisión buscaron estudios que se habían publicado hasta marzo 2019.

Conclusiones de los autores: 

Los sistemas de citas iniciados por el paciente pueden tener poco o ningún efecto en la ansiedad, la depresión y la calidad de vida del paciente en comparación con los sistemas de citas coordinados por el especialista. Otros aspectos del estado de la enfermedad y la experiencia también revelan una diferencia escasa o nula entre los sistemas de citas iniciadas por el paciente y las coordinadas por el especialista. Los sistemas de citas iniciados por el paciente pueden tener poco o ningún efecto en la utilización de los servicios en términos del contacto con el servicio y hay incertidumbre sobre los costes en comparación con los sistemas de citas coordinados por los especialistas. Los sistemas de citas iniciadas por el paciente pueden tener poco o ningún efecto sobre los eventos adversos, como las recaídas o la satisfacción del paciente, en comparación con los sistemas de citas coordinadas por el especialista.

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Antecedentes: 

El incumplimiento de las citas ambulatorias en los hospitales es un problema informado comúnmente en los servicios de salud de todo el mundo; por ejemplo, para el National Health Service (NHS) del Reino Unido tiene un coste de millones de libras cada año y puede causar dificultades de operación y programación en todo el mundo. En 2002 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que se destacaba la necesidad de contar con un modelo de atención que satisficiera más fácilmente las necesidades de los pacientes con enfermedades crónicas. Los sistemas de citas iniciadas por el paciente pueden satisfacer esta necesidad y al mismo tiempo mejorar la eficiencia de las citas en el hospital.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de los sistemas de citas iniciadas por el paciente en comparación con los sistemas de citas coordinadas por el especialista para pacientes con afecciones crónicas o recurrentes tratados en la atención secundaria.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL), MEDLINE, Embase y en otras seis bases de datos. Se estableció contacto con los autores de los estudios identificados y se realizó una búsqueda de citas hacia adelante y hacia atrás. Se buscaron investigaciones actuales o en curso en dos registros de ensayos. Las búsquedas se realizaron el 13 de marzo 2019.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos aleatorizados, publicados y no publicados en cualquier idioma, que compararan el uso de sistemas de citas iniciadas por el paciente con sistemas de citas coordinadas por el especialista para adultos con afecciones crónicas o recurrentes tratados en la atención secundaria cuando informaban de uno o más de los siguientes resultados: medidas físicas del estado de salud o la actividad de la enfermedad (incluidos los daños), la calidad de vida, la utilización o el coste de los servicios, los efectos adversos, la satisfacción del paciente o del médico, o las fallas del «sistema».

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión examinaron de forma independiente todas las referencias en la etapa de selección de títulos/resúmenes y en la etapa de selección del texto completo utilizando criterios de inclusión preestablecidos. Los desacuerdos se resolvieron mediante discusión. Dos autores de la revisión completaron de forma independiente la extracción de datos de todos los estudios incluidos. Se discutieron y se resolvieron las discrepancias con un tercer autor de la revisión. Cuando fue necesario, se estableció contacto con los autores de los trabajos incluidos para proporcionarles más información. Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo mediante la herramienta «Riesgo de sesgo» de Cochrane Effective Practice and Organisation of Care, resolviendo cualquier discrepancia con un tercer autor de la revisión. Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron la certeza de la evidencia según los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Los 17 ensayos aleatorizados incluidos (3854 participantes; media de edad de 41 a 76 años; seguimiento de 12 a 72 meses) abarcaron seis afecciones de salud generales: cáncer, artritis reumatoide, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, psoriasis y enfermedad intestinal inflamatoria. La certeza de la evidencia mediante los criterios GRADE fue principalmente de baja a muy baja. Los resultados sugieren que las clínicas iniciadas por los pacientes pueden lograr poca o ninguna diferencia en cuanto a la ansiedad (odds-ratio [OR] 0,87; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,68 a 1,12; 5 estudios, 1019 participantes; evidencia de certeza baja) o la depresión (OR 0,79; IC del 95%: 0,51 a 1,23; 6 estudios, 1835 participantes; evidencia de certeza baja) en comparación con el sistema de citas coordinado por un especialista. Los resultados también sugieren que las clínicas iniciadas por los pacientes pueden lograr poca o ninguna diferencia en la calidad de vida (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,12, IC del 95%: 0,00 a 0,25; 7 estudios, 1486 participantes; evidencia de certeza baja) en comparación con el sistema de citas coordinado por el especialista. Los resultados de la utilización de servicios (contactos) sugieren que puede haber poca o ninguna diferencia en la utilización de servicios en términos de contactos entre los grupos de citas iniciadas por el paciente y de citas coordinadas por el especialista; sin embargo, el efecto no es seguro, ya que el cociente de tasas osciló entre 0,68 y 3,83 en los estudios (mediana del cociente de tasas 1,11; intercuartil [RIC] 0,93 a 1,37; 15 estudios, 3348 participantes; evidencia de certeza baja). No se sabe si la utilización de los servicios (costes) se reduce en los grupos de consulta iniciados por el paciente en comparación con los grupos de consulta coordinados por el especialista (8 estudios, 2235 participantes; evidencia de certeza muy baja). Los resultados sugieren que los eventos adversos como las recaídas en algunas afecciones (enfermedad intestinal inflamatoria y cáncer) pueden presentar poca o ninguna reducción en el grupo de citas iniciadas por el paciente en comparación con el grupo de citas coordinadas por el especialista (DM -0,20; IC del 95%: -0,54 a 0,14; 3 estudios, 888 participantes; evidencia de certeza baja). Los resultados no son claros en cuanto a las diferencias que la intervención puede lograr en la satisfacción de los pacientes (DME 0,05; IC del 95%: -0,41 a 0,52; 2 estudios, 375 participantes) debido a que la certeza de la evidencia es baja, ya que cada estudio utilizó diferentes preguntas para recopilar sus datos en diferentes puntos temporales y en diferentes afecciones de salud. Algunas áreas de riesgo de sesgo en todos los estudios incluidos fueron consistentemente altas (por ejemplo, para el cegamiento de los participantes y el personal y el cegamiento de la evaluación de resultados, otras áreas fueron en gran parte de bajo riesgo de sesgo o se vieron afectadas por el informe deficiente que dio lugar a que la evaluación fuera poco clara).

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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