Los pacientes a los que se les realiza cirugía vascular a menudo presentan aterosclerosis diseminada y tienen alto riesgo de sufrir complicaciones durante y después de la operación. (La aterosclerosis es una enfermedad en la que la pared de una arteria se engrosa como resultado de la acumulación de depósitos grasos, como el colesterol) Las estatinas se utilizan ampliamente para tratar los niveles elevados de colesterol, pero también tienen efectos beneficiosos sobre los sistemas inflamatorio y circulatorio. Su uso a largo plazo en pacientes con vasculopatía está bien establecido. La evidencia acumulada indica que el tratamiento a corto plazo con estatinas puede reducir las complicaciones después de la cirugía cardíaca, pero todavía no está claro si hay efectos beneficiosos para los pacientes a los que se les realiza cirugía vascular.
En julio de 2012, se efectuaron búsquedas en bases de datos médicas de ensayos controlados de participantes a los que se les había realizado cirugía aórtica o arterial y se asignaron al azar a estatinas o placebo (o atención estándar). Muchos pacientes que han recibido cirugía vascular ya toman estatinas, por lo tanto, también se incluyeron los ensayos en los que los participantes se asignaron al azar a dosis diferentes de estatinas. El tratamiento con estatinas debe haberse comenzado en cualquier momento entre la decisión de operar y la realización de la cirugía y continuar durante al menos 48 horas después de la operación. Se deseó investigar el efecto de este tratamiento con estatinas a corto plazo sobre el riesgo de muerte y los eventos cardiovasculares como el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular en el transcurso de los 30 días de la cirugía. También se consideraron los efectos adversos de las estatinas como el dolor muscular.
Se encontraron cinco estudios que compararon a participantes que recibían estatinas con un tratamiento control o con placebo, pero sólo tres de estos estudios informaron desenlaces que se pudieran combinar en los metanálisis. Estos tres estudios fueron de alta calidad, pero solo analizaron a 178 participantes. Esto significa que la evidencia no fue suficiente para que los autores de la revisión pudieran determinar si las estatinas mejoran los desenlaces de los pacientes después de la cirugía. Tampoco fue posible concluir si su uso se asoció con cualquier efecto adverso como el dolor muscular.
Se encontraron dos estudios que habían comparado diferentes dosis de atorvastatina, pero la evidencia no fie suficiente para determinar si el uso de una dosis mayor se asoció con cualquier efecto beneficioso o perjudicial.
Debido a la cantidad limitada de datos obtenidos a partir de los ensayos controlados aleatorizados, se necesitan estudios adicionales que permitan a los investigadores obtener mejor información acerca de si la prescripción de estatinas alrededor del momento de la cirugía vascular puede mejorar los desenlaces. Sin embargo, el uso generalizado de las estatinas en los pacientes antes de que necesiten cirugía puede hacer que estos estudios sean impracticables.
La evidencia no fue suficiente para que los autores de la revisión concluyeran que la administración de estatinas dio lugar a una reducción o un aumento de cualquiera de los desenlaces examinados. El grupo de evidencia existente deja sin respuesta interrogantes acerca de los efectos beneficiosos del uso perioperatorio de las estatinas para la cirugía vascular. El uso generalizado de las estatinas en la población destinataria significa que actualmente puede ser difícil que los investigadores realicen ECA grandes necesarios para demostrar cualquier efecto sobre la incidencia de eventos cardiovasculares posoperatorios. Sin embargo, a los desenlaces informados por los participantes no se les ha prestado la atención necesaria y deben realizarse estudios adicionales.
Los pacientes que reciben cirugía vascular son una población de alto riesgo con aterosclerosis diseminada, un perfil de riesgo cardiovascular adverso y a menudo comorbilidades múltiples. Las complicaciones cardiovasculares posoperatorias, incluido el infarto de miocardio (IM), son frecuentes. Las estatinas son el tratamiento médico de elección para reducir los niveles de colesterol altos. Se ha reunido evidencia de que los pacientes que reciben estatinas en el momento de la cirugía, están protegidos contra una serie de complicaciones perioperatorias, pero los efectos beneficiosos específicos en el caso de los pacientes a los que se les realiza cirugía vascular no cardíaca son inciertos.
Se examinó si el tratamiento con estatinas a corto plazo, comenzado antes o el día de la cirugía vascular no cardíaca y continuado durante al menos 48 horas después, mejora los desenlaces de los pacientes que incluyen el riesgo de complicaciones, el dolor, la calidad de vida y la duración de la estancia hospitalaria. También se examinó si el efecto del tratamiento con estatinas sobre estos desenlaces cambia según la dosis recibida.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL) (La Biblioteca Cochrane 2012, número 7), MEDLINE vía Ovid SP (1966 hasta agosto de 2012), EMBASE vía Ovid SP (1966 hasta agosto de 2012), CINAHL vía EBSCO host (1966 hasta agosto de 2012) y en ISI Web of Science (1946 hasta julio de 2012) sin restricción de idioma. Se utilizó una combinación de búsqueda de texto libre y una búsqueda de vocabulario controlado. Los resultados se limitaron a ensayos clínicos controlados aleatorizados (ECA). Se realizó una búsqueda retrospectiva y prospectiva de citas de artículos clave y se buscaron ensayos en curso en dos sitios web de ensayos clínicos (www.clinicaltrials.gov y http://www.controlled-trials.com).
Se incluyeron ECA que habían comparado el tratamiento con estatinas a corto plazo, ya sea en usuarios nuevos o en los ya existentes, asignados al azar a diferentes dosis, en participantes adultos que recibieron cirugía arterial no cardíaca electiva y de urgencia, incluidos procedimientos abiertos y endovasculares. Se definió corto plazo cuando el tratamiento comenzó antes o el día de la cirugía y continuó al menos durante 48 horas después.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron la calidad de los ensayos y extrajeron los datos, incluida información sobre los eventos adversos. Se estableció contacto con los autores de los estudios para obtener información adicional. Se realizaron análisis separados para las comparaciones de estatinas con tratamiento placebo / ningún tratamiento y entre diferentes dosis de estatinas. Los resultados se presentaron como razones de riesgos (RR) agrupadas con intervalos de confianza (IC) del 95% según los modelos de efectos aleatorios (método de la varianza inversa). Se empleó la prueba de Ji2 y se calculó la estadística de I2 para investigar la heterogeneidad de los estudios.
Se identificaron seis estudios elegibles. Los seis estudios incluidos fueron en general de calidad alta, pero el estudio elegible más grande se excluyó debido a inquietudes acerca de la validez. Las poblaciones de estudio no habían recibido estatinas anteriormente, lo que provocó una pérdida considerable de participantes elegibles.
Cinco ECA compararon la administración de estatinas con placebo o atención estándar. Para los resultados de mortalidad y eventos no mortales, se agruparon los resultados de tres estudios que incluyeron a 178 participantes. En el grupo de estatinas, 7/105 participantes (6,7%) murieron en el transcurso de los 30 días de la cirugía, así como 10/73 (13,7%) participantes del grupo control. Solo una muerte de cada grupo fue por causas cardiovasculares, con una incidencia del 0,95% en los participantes del grupo de estatinas y del 1,4% en los participantes del grupo control, respectivamente. Todas las muertes ocurrieron en una única población de estudio, por lo que las estimaciones del efecto se derivaron de un estudio solamente. La razón de riesgos (RR) de la mortalidad por todas las causas en los usuarios de estatinas mostró una disminución no significativa en el riesgo (RR: 0,73; IC del 95%: 0,31 a 1,75). Para la muerte cardiovascular, la razón de riesgos fue 1,05 (IC del 95%: 0,07 a 16,20). El IM no mortal en el transcurso de los 30 días desde la cirugía se informó en tres estudios y ocurrió en 4/105 participantes (3,8%) en el grupo de estatinas y en 8/73 participantes (11,0%) que recibieron placebo, para una disminución no significativa en el riesgo (RR: 0,47; IC del 95%: 0,15 a 1,52). Varios estudios informaron los niveles de enzimas musculares como medidas de seguridad, pero sólo tres (con 188 participantes) informaron explícitamente sobre síndromes musculares clínicos, con siete eventos informados, y no se encontró una diferencia significativa entre los usuarios de estatinas y los controles (RR: 0,94; IC del 95%: 0,24 a 3,63). El único desenlace informado por el participante fue las náuseas en un estudio pequeño, sin diferencias significativas en el riesgo entre los grupos.
Dos estudios con 145 participantes compararon diferentes dosis de atorvastatina, pero los datos informados no fueron suficientes para poder determinar el efecto de dosis mayores sobre cualquier desenlace.
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