Ejemplos que ilustran los términos estadísticos usados en este resumen:
Usted lee que un estudio halló que un fármaco para la osteoporosis reduce el riesgo de sufrir una fractura de cadera en los próximos tres años en un 50%. Específicamente, el 10% de las personas que no fueron tratadas sufrieron una fractura de cadera a tres años, comparado con un 5% de las que recibieron el fármaco para osteoporosis diariamente por tres años. Por lo tanto, un 5% (10% menos 5%) menos de personas sufrirían una fractura de cadera si tomaran el fármaco durante tres años. En otras palabras, 20 pacientes necesitan tomar el fármaco para osteoporosis durante tres años para que un paciente adicional evite una fractura de cadera. "Reduce el riesgo de fractura en un 50%" representa una reducción relativa del riesgo. "Cinco por ciento menos sufriría una fractura" representa una reducción del riesgos absoluto. "Veinte pacientes necesitan tomar el fármaco para la osteoporosis durante tres años para que un paciente adicional evite una fractura de cadera" representa el número necesario a tratar.
Usted lee que otro estudio halló que el riesgo del padecimiento de una fractura de cadera durante un período de tres años entre las personas que no que tomaron ningún fármaco osteoporótico alcanza el 10%; otra manera de expresar este riesgo sería: 100 de 1000 personas que no reciben ningún fármaco osteoporótico padecerán una fractura de cadera durante un período de tres años. El "10%" representa un porcentaje mientras "100 de 1000" representa una frecuencia.
Resumen:
Los profesionales de la salud y los usuarios pueden cambiar su elección cuando se presentan los mismos riesgos y reducciones de riesgos mediante formatos estadísticos alternativos. Según los resultados de 35 estudios que informaron 83 comparaciones, se encontró que el riesgo de un resultado de salud se comprende mejor cuando se presenta como una frecuencia natural en lugar de un porcentaje para las pruebas de diagnóstico o de detección. Como promedio, para las intervenciones las personas consideran las reducciones de riesgos como más grandes y más persuasivas para adoptar una intervención de salud cuando el efecto se presenta en términos relativos (p.ej. mediante la reducción del riesgo relativo, que representa una reducción proporcional) en lugar de en términos absolutos (p.ej. mediante la reducción del riesgo absoluto, que representa una diferencia sencilla). No se encontró ninguna diferencia entre los profesionales de la salud y los usuarios. Las implicaciones para la práctica clínica y de salud pública están limitadas por la falta de estudios de investigación sobre cómo estas presentaciones alternativas afectan el comportamiento real. Sin embargo, hay argumentos lógicos sólidos que apoyan la no información de valores relativos solos, ya que no permiten una comparación adecuada de los efectos beneficiosos y perjudiciales como los valores absolutos.
Ver más detalles sobre los términos estadísticos usados en esta revisión en el Glosario de la Colaboración Cochrane.
Probablemente las frecuencias naturales se comprenden mejor que los porcentajes en el contexto de las pruebas de diagnóstico o de detección. Al comunicar las reducciones del riesgo, la reducción del riesgo relativo (RRR), comparada con la reducción del riesgo absoluto (RRA) y el número necesario a tratar (NNT), pueden percibirse como más grandes y es más probable que sean convincentes. Sin embargo, no puede precisarse si la presentación de la RRR ayudaría a las personas a que tomen decisiones más compatibles con sus propios valores y, en realidad, podría llevar a una interpretación errónea. Se necesitan más estudios de investigación para explorar esta cuestión.
El éxito de la práctica basada en la evidencia depende de una comunicación clara y eficaz de la información estadística.
Evaluar los efectos del uso de presentaciones estadísticas alternativas de los mismos riesgos y las reducciones de riesgos para la comprensión, la percepción, la capacidad de persuasión y el comportamiento de los profesionales de la salud, los elaboradores de políticas y los usuarios.
Se hicieron búsquedas en Ovid MEDLINE (1966 hasta octubre 2007), EMBASE (1980 hasta octubre 2007), PsycLIT (1887 hasta octubre 2007), y en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (The Cochrane Library, 2007, número 3). Se revisaron las listas de referencias de los artículos relevantes y se contactó con expertos en este tema.
Se incluyeron estudios aleatorios y no aleatorios controlados paralelos y cruzados. Esta revisión se centró en cuatro comparaciones: una comparación de las presentaciones estadísticas de un riesgo (p.ej. frecuencias versus porcentajes) y tres comparaciones de la presentación estadística de la reducción del riesgo: la reducción del riesgo relativo (RRR) versus reducción del riesgo absoluto (RRA), RRR versus número necesario a tratar (NNT) y RRA versus NNT.
Dos autores seleccionaron de forma independiente los estudios para la inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Se estableció contacto con los investigadores para obtener la información que faltaba. Se calificó la calidad de las pruebas para cada resultado mediante el enfoque GRADE. Se estandarizaron los efectos de los resultados mediante el uso de la diferencia de medias estandarizada (DME) ajustada.
Se incluyeron 35 estudios que informaban 83 comparaciones. Ninguno de los estudios incluyó elaboradores de políticas. Estudios de formatos alternativos para la presentación de los riesgos centrada en pruebas de diagnóstico o de detección. Los participantes (profesionales de la salud y consumidores) comprendieron las frecuencias naturales mejor que los porcentajes (DME 0,69 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,45 a 0,93]). En los estudios de formatos alternativos para la presentación de las reducciones del riesgo de las intervenciones, y en comparación con la RRA, la RRR presentó poca o ninguna diferencia en cuanto a la comprensión (DME 0,02 [IC del 95%: -0,39 a 0,43]) pero se percibió como más grande (DME 0,41 [IC del 95%: 0,03 a 0,79]) y más persuasiva (DME 0,66 [IC del 95%: 0,51 a 0,81]). Comparado con el NNT, el RRR se comprendió mejor (DME 0,73 [IC del 95%: 0,43 a 1,04]), se percibió como más grande (DME 1,15 [IC del 95%: 0,80 a 1,50]) y fue más convincente (DME 0,65 [IC del 95%: 0,51 a 0,80]). Comparado con el NNT, el RRA se comprendió mejor (DME 0,42 [IC del 95%: 0,12 a 0,71]), se percibió como más grande (DME 0,79 [IC del 95%: 0,43 a 1.15]). Hubo poca o ninguna diferencia en la capacidad de persuasión (DME 0,05 [IC del 95%: -0,04 a 0,15]). Los análisis de sensibilidad que incluyeron sólo las comparaciones de alta calidad mostraron resultados consistentes de la capacidad de persuasión en las tres comparaciones. En general, no hubo diferencias entre los profesionales sanitarios y los usuarios. La calidad general de las pruebas se valoró como baja a intermedia debido al uso de resultados alternativos o a la heterogeneidad. Ninguna de las comparaciones evaluó el comportamiento.