Intervenciones para la prevención del cáncer de cuello de útero mediante modificaciones de la conducta sexual

Las mujeres jóvenes tienen un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), incluidos los tipos de virus del papiloma humano (HPV) que pueden causar cáncer de cuello de útero. Las tasas altas de ITS entre los jóvenes destacan la necesidad de estrategias efectivas para evitar la diseminación de las infecciones. Aunque los enfoques conductuales (p.ej., el uso sistemático de preservativos) podrían proteger contra las ITS y el cáncer de cuello de útero, hay una falta de evidencia sobre qué estrategias serían las más efectivas en la práctica. Esta revisión sistemática de la bibliografía se realizó para identificar qué tipos de estrategias conductuales se han probado y evaluar su efectividad.

Se hicieron búsquedas en ocho bases de datos bibliográficas electrónicas hasta el final de 2009. Para que se consideraran pertinentes, los estudios debían utilizar un diseño de ensayo controlado aleatorizado (ECA); incluir a mujeres jóvenes de hasta 25 años de edad; informar sobre una o más intervenciones conductuales que tuvieran por objeto prevenir las infecciones de transmisión sexual o el cáncer de cuello uterino; y registrar resultados que fueran conductuales (por ejemplo, el uso de preservativos) o biológicos (incidencia de las infecciones de transmisión sexual o el cáncer de cuello uterino).

Las búsquedas identificaron 5271 registros bibliográficos. La revisión de los registros realizada por dos autores de la revisión de forma independiente identificó 23 ensayos controlados con asignación aleatoria (ECA) relevantes. Los ensayos se realizaron principalmente en los EE.UU. (21 ensayos) y en consultorios de asistencia sanitaria (p.ej., planificación familiar) (14 ensayos); sólo cuatro se realizaron en ámbitos educacionales. Las participantes de los ensayos tuvieron características socioeconómicas y demográficas mixtas y la mayoría tenía experiencia sexual. Las intervenciones principalmente proporcionaron información acerca de las ITS y enseñaron habilidades para una relación sexual más segura (p.ej., comunicación con las parejas), ocasionalmente complementadas con provisión de recursos (p.ej., servicios de salud sexual gratis). Las intervenciones variaron considerablemente en cuanto a la duración, el tiempo de contacto, el profesional, los objetivos conductuales y los resultados. Se abordaron varias ITS incluida la infección por VIH y clamidia, pero no el HPV explícitamente.

El resultado conductual más frecuente (medido en 19 ensayos) fue el uso de preservativos para el coito vaginal. Las parejas sexuales, la abstinencia sexual y las ITS se informaron en cuatro, dos y 12 ensayos respectivamente. En cuanto a los efectos estadísticamente significativos, algunas intervenciones mejoraron la conducta relacionada con el preservativo y redujeron el número de parejas sexuales, pero ninguna afectó la frecuencia de episodios sexuales. Los efectos de las intervenciones sobre las ITS fueron limitados. Ninguna de las intervenciones pareció tener efectos perjudiciales. Los métodos utilizados en los ensayos no siempre se describieron bien, lo que dificultó determinar si sus resultados pueden haber estado sesgados. En conclusión, aunque algunas intervenciones conductuales mejoran la conducta relacionada con el preservativo, los ensayos se han realizado principalmente en ámbitos de asistencia sanitaria de los EE.UU., no abordaron específicamente el HPV y fueron demasiado diferentes para permitir la identificación de qué tipo de intervención fue más efectiva.

Conclusiones de los autores: 

Las intervenciones conductuales en mujeres jóvenes que intentan promover conductas sexuales que las protejan de la transmisión de las ITS pueden ser efectivas, principalmente la estimulación del uso de preservativos. Las evaluaciones futuras deben incluir un mayor énfasis en el HPV y su vínculo con el cáncer de cuello de útero, con seguimiento a largo plazo para evaluar la repercusión sobre el cambio de conductas, las tasas de infección por el HPV y la progresión al cáncer de cuello de útero. De ser posible, los estudios deben utilizar un diseño de ECA con una evaluación integral de los procesos y un análisis de la relación coste-efectividad cuando sea apropiado. Debido al predominio de los estudios de EE.UU. en esta revisión sistemática, las evaluaciones realizadas en otros países serían particularmente útiles.

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Antecedentes: 

El virus del papiloma humano (HPV) es el factor de riesgo clave del cáncer de cuello de útero. Las tasas altas continuas de infección por el HPV y por otras infecciones de transmisión sexual (ITS) en los jóvenes demuestran la necesidad de intervenciones conductuales efectivas.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad de las intervenciones conductuales en mujeres jóvenes para estimular conductas sexuales más seguras y prevenir la transmisión de las ITS (incluido el HPV) y el cáncer de cuello de útero.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas sistemáticas en la literatura en las siguientes bases de datos: Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, número 4, 2009), Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo de Revisión Cochrane de Cáncer Ginecológico (Cochrane Gynaecological Cancer Review Group, CGCRG), MEDLINE, EMBASE, CINAHL, PsychINFO, Social Science Citation Index y en Trials Register of Promoting Health Interventions (TRoPHI), hasta el final de 2009. Todas las referencias se revisaron para su inclusión con respecto a los criterios de selección.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados con asignación aleatoria (ECA) de intervenciones conductuales en mujeres jóvenes hasta la edad de 25 años que incluyeran, entre otras, la provisión de información acerca de la transmisión y la prevención de las ITS. Los ensayos tenían que evaluar resultados conductuales (p.ej., uso de preservativos) o resultados biológicos (p.ej., incidencia de ITS, cáncer de cuello de útero).

Obtención y análisis de los datos: 

Se realizó una síntesis narrativa. El metanálisis no se consideró apropiado debido a la heterogeneidad entre las intervenciones y las poblaciones de los ensayos.

Resultados principales: 

Se examinó un total de 5271 referencias y de éstas, 23 ECA cumplieron con los criterios de inclusión. La mayoría se realizó en los EE.UU. y en consultorios de asistencia sanitaria (p.ej., planificación familiar).

En su mayoría, las intervenciones proporcionaron información acerca de las ITS y enseñaron habilidades para una relación sexual más segura (p.ej., comunicación), ocasionalmente complementado con provisión de recursos (p.ej., servicios de salud sexual gratis). Éstas fueron heterogéneas en cuanto a la duración, el tiempo de contacto, el profesional, los objetivos conductuales y los resultados. Se abordaron varias ITS, incluidas las infecciones por VIH y clamidia. Ningún ensayo mencionó explícitamente la prevención del HPV o del cáncer de cuello de útero.

Fueron frecuentes los efectos estadísticamente significativos de los resultados conductuales (p.ej., mayor uso de preservativos) aunque no universales, y variaron según el tipo de resultado. No hubo efectos estadísticamente significativos para la abstinencia ni la reducción de la actividad sexual. Hubo pocos efectos estadísticamente significativos sobre los resultados biológicos (ITS). Existe incertidumbre considerable acerca del riesgo de sesgo debido a informe incompleto o ambiguo.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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